Este artículo de Adelisa Mašić se publicó originalmente en Balkan Diskurs, proyecto del Centro de Investigación Posconflictos (PCRC). Global Voices publica una versión editada en virtud de un acuerdo de contenidos compartidos.
El amor de Almin Zrno por la fotografía comenzó mucho tiempo atrás, cuando siguiendo su intuición, llamó a las puertas de famoso club de fotografía CEDUS. Esto lo llevó al mundo de la que sería su futura profesión. Su carrera estuvo marcada por diversas manifestaciones fotográficas. En la actualidad, encuentra su expresión en la fotografía de desnudos y retratos.
Almin Zrno, uno de los fotógrafos más importantes en Bosnia Herzegovina, ha tenido 18 exhibiciones individuales en Bosnia Herzegovina y en el extranjero. Es miembro de la Asociación de Artistas de Artes Aplicadas y Diseñadores de Bosnia y Herzegovina, autor de dos monografías y ha ganado siete prestigiosos premios a la mejor fotografía de la galería de arte Collegium Artisticum. Zrno es también un destacado artista independiente del cantón de Sarajevo.
Se describe como un hombre completamente común, enamorado de la vida y de todo lo que nos ofrece. No le gusta que lo consideren como un fotógrafo artístico, sino como un creador o, por lo menos, como alguien que intenta serlo. Se inspira en todo lo que lo rodea y lo transforma en sus famosas obras acromáticas.
«La mayoría de mis fotos están hechas en colores acromáticos valerianos, de tal forma que toda persona pueda colorearlas a su manera. Cuando estamos frente a una obra de arte, deberíamos sentirla de acuerdo a lo que somos. Esos colores evocan en mí la mayor empatía porque son los mismos de los que están hechos mis sueños», explica Zrno.
Hacía tiempo que ya se dedicaba a la fotografía documental, cuando una de sus obras más famosas, la Madre de Srebrenica (2001), marcó un punto de inflexión en su trabajo artístico. A raíz de esta obra, decidió no dedicarse más a este género. Dice:
Fotografija ,,Majka Srebrenice“ nastala je 2001. godine. Nakon što sam je izradio, shvatio sam da ne mogu graditi svoju sreću na tuđoj nesreći jer niti jedna ratna fotografija nije zaustavila niti jedan rat. Mi stalno propitujemo prošlost i pravimo revizionizme, ali tu umjetnost ne stanuje, ona stanuje na nekom drugom mjestu. Da sam nastavio da radim u tom pravcu, ja bih sebe poništio a to ne vodi nikuda.
La fotografía Madre de Srebrenica fue tomada en 2001. Luego de tomarla, me di cuenta de que no podía construir mi felicidad en base a la desgracia de otras personas porque ninguna foto sobre la guerra pudo frenar guerra alguna. Constantemente nos cuestionamos el pasado y hacemos revisionismo histórico… pero el lugar del arte no está ahí, sino en otra parte. Si continuara trabajando en esa dirección, me anularía yo mismo, lo que no me conduciría a ningún sitio.
Zrno cree que el arte es un fuerte impulso que la persona lleva adentro. Su tema central es amar al arte que existe adentro de nosotros, no a nosotros mismos dentro del arte. Ahora, su trabajo tomó un nuevo perfil, en forma de la fotografía de desnudos, que según él, trae innumerables posibilidades de revelaciones y descubrimientos del cuerpo y el espíritu.
La creación de Zrno en su monografía Apología de Eros es atípica para esta región. Consiste en 53 fotografías divididas en dos ciclos, Fresco y Nude, y dos textos profesionales escritos por la profesora Amela Hadžimejlić y el profesor Fehim Hadžimuhamedović.
«No se trata solo de la sensibilidad hacia lo físico, hacia el acto, sino también hacia el espíritu. Todos tenemos máscaras que nos ponemos hábilmente ni bien nos despertamos. Por esto, mis fotografías no tienen máscaras, muestran personas desnudas y libres y, al mismo tiempo, pequeñas y frágiles. Necesitamos sumergirnos en nosotros mismos y encontrarnos porque allí es donde está el centro del universo y el de todos nuestros problemas y soluciones, y la única manera de hacerlo es estando completamente desnudos. Esta es mi Apología de Eros. Es mi respuesta al mundo que me rodea y un espejo de mi realidad», explica Zrno cuando se refiere al concepto subyacente de su monografía.
Agrega que sus ciclos fotográficos, mediante de algunos gestos y poses, sugieren determinados estados emocionales, que nos obligan a celebrar el amor y la libertad para contrarrestar así lo absurdo del mundo que nos rodea en la actualidad.
A través de su promoción y su arte fuera de Bosnia Herzegovina, también promociona su país de origen. De este modo, trata de derribar los estereotipos que existen sobre esta región.
«Intento dar a conocer algunos tabúes de nuestra sociedad y romper los prejuicios. El asunto es que algunas personas limitan el arte a lo que es oscuro, negativo. Insisten en que el arte solo puede pertenecer a este ámbito, y esperan que todos sigamos su ejemplo. Espero que algún día alcancemos el nivel de libertad en el que podamos ser realmente libres», dice.
Almin Zrno no considera a la fotografía como un trabajo, sino como un amor, y el amor para él no se trata de posesión sino de entrega. Ciertamente, esto se convirtió en su lema personal. «En cuanto aparece el deseo de tener algo, ya no es amor».