
Votación en las elecciones presidenciales de Nigeria, Abuya, 2015. Imagen de la Embajada de Estados Unidos / Idika Onyukwu, obtenida de Flickr (CC BY-SA 2.0 DEED).
En las elecciones de 2024 de Pakistán, mientras estaba preso, el ex primer ministro Imran Khan llegó a obtener 250 000 visitas en un video de YouTube generado mediante inteligencia artificial (IA). A pesar de su ausencia física en la campaña electoral, el mensaje, transmitido por internet, alcanzó una audiencia masiva. Este sorprendente uso de la IA evidenció la creciente influencia de las herramientas digitales en la política actual y demostró cómo, incluso ante circunstancias difíciles, la tecnología está modificando cómo los políticos se relacionan con los votantes.
El “año de la democracia“ va llegando a su fin, y aunque algunas de las elecciones claves ya pasaron, otras todavía están en el horizonte. En este sobrecargado año electoral, ha habido 72 países, que representan más de la mitad de la población mundial, que han ido a las urnas. En particular, África ha sido un punto central, con 16 elecciones nacionales, el doble que en 2023. La amplia difusión de herramientas de IA, como ChatGPT y generadores de videos y de imágenes generadas por IA, han dado a los partidos políticos nuevas formas de conectarse con los votantes, involucrarlos y moldear la opinión pública.
Sin embargo, estas tecnologías hacen más que proveer nuevas oportunidades; introducen desafíos complejos, en particular, para combatir la información errónea y asegurar un uso ético de los datos. La pregunta se mantiene: ¿estas tecnologías realmente benefician los procesos democráticos? ¿O crean nuevos obstáculos que se deben abordar?
En una entrevista con la Red Global de Investigación Periodística, Victoria Turk, de The Rest of The World, organización que rastrea el uso de la IA en las elecciones en el mundo, resaltó la naturaleza dual de la tecnología. Comentó:
…when people think about elections and generative AI, they think automatically about disinformation, misinformation, deep fakes, and intentionally misleading voters. We are seeing some of that, but there are also other creative uses of this technology. In some cases, we’re seeing political parties and campaigns using this tech to better reach voters, spread their campaign materials, and provide information.
(…) cuando las personas piensan en las elecciones y en la IA generativa, de inmediato piensan en falta de información, información errónea, deepfakes e intención de engañar a los votantes. Vemos algo de eso, pero también vemos otros usos creativos de esta tecnología. En algunos casos, los partidos políticos y las campañas la usan para llegar mejor a los votantes, difundir los materiales de sus campañas y proporcionar información.
Participación de los votantes en un mundo digital
El cambio hacia las campañas digitales es innegable. Las herramientas de IA le permiten a los partidos políticos conectarse con los electores de forma más eficiente y efectiva que nunca. En países como India, que tiene un padrón de 968 millones de electores registrados, muchos candidatos han utilizado avatares generados por IA para interactuar con los votantes a nivel individual. Se cree que este enfoque hiperpersonalizado mejorará la opinión política sobre los candidatos, pues demostrara a los votantes que están en sintonía con preocupaciones específicas.
Además del compromiso personalizado, la IA ha sido fundamental para superar las barreras lingüísticas del diverso electorado en India. El primer ministro, Narendra Modi, por ejemplo, utilizó una herramienta de IA del Gobierno, Bhashini, para pronunciar discursos en hindi, que se tradujeron en tiempo real a tamil, kannada, bengalí, télugu, oriya y malabar. Aunque los bots de IA tienen dificultades con los dialectos y pueden generar traducciones inexactas, ayudan a los candidatos a alcanzar más votantes pues cierran brechas lingüísticas.
Consideraciones éticas y la brecha digital
A pesar de su potencial, el auge de la IA en las elecciones conlleva aspectos éticos, en especial con respecto a privacidad de los datos, información equivocada y equidad. Para contrarrestar la desinformación impulsada por IA, el Gobierno indio ha actuado de forma proactiva, ha emitido un dictamen sobre deepfakes e IA, que obliga a las plataformas a informar claramente a los usuarios que publicar deepfakes (contenido digital manipulado) puede implicar procesos penales en el marco de la ley, lo que señala una postura firme contra el uso indebido de IA. Es una medida fundamental para mantener la integridad de las elecciones y asegurar que la IA se use de forma responsable en el ámbito político.
De forma similar, en Nigeria, las preocupaciones acerca del uso de los datos de los votantes en campañas específicas han generado que se pidan regulaciones más estrictas sobre recopilación y uso de datos. La ley de protección de datos de Nigeria (NSPA) de 2023 busca abordar estas preocupaciones, exige altos estándares en la recolección y procesamiento de datos. Los partidos políticos deben asegurar que la IA se utilice de forma que respete la privacidad de la información y que cumpla con las regulaciones de protección, como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la Unión Europea, para mantener la confianza de los votantes.
Igualmente, la brecha digital sigue siendo un obstáculo significativo en muchas regiones. Mientras que la IA ha fortalecido la participación de los votantes en los centros urbanos, los votantes rurales se suelen mantener desconectados. Aunque la tecnología móvil ha logrado avances para cerrar esta brecha, aún queda mucho por hacer para garantizar que cada ciudadano tenga acceso a la información que necesita para participar plenamente en los procesos democráticos.
Combatir la desinformación y la información equivocada con verificación de datos con IA
Como la información equivocada y la desinformación se tornan una amenaza cada vez más importante para la democracia, la IA también juega un papel fundamental en la lucha contra su propagación. Las organizaciones sociales y verificadores de datos independientes han diseñado herramientas de verificación de datos con IA para combatir este problema.
Un ejemplo reciente son las elecciones en Turquía en 2023, en la que se usaron deepfakes para desacreditar a los líderes opositores. Los videos generados con IA que relacionaban falsamente a las figuras políticas con actividades delictivas se volvieron virales, lo que demostró los riesgos y el potencial que tiene la IA para combatir la desinformación. Para mitigar los peligros, la IA se emplea para verificar los datos de forma rápida y asegurar que no se engañe a los votantes con contenido falso. Plataformas como Full Fact en Reino Unido y Africa Check en Sudáfrica utilizan IA para examinar discursos políticos, noticias y publicaciones en redes sociales para buscar información equivocada.
La capacidad de la IA para examinar e identificar información falsa en tiempo real podría ser un punto de inflexión en la mitigación los impactos negativos de los deepfakes y de otras formas de manipulación digital. Sin embargo, requiere de control y mejora constantes.
La IA y la polarización política
Los algoritmos de la IA en las redes sociales, como Facebook, X (antes Twitter) y YouTube, han demostrado que influencian significativamente la polarización política. Estos algoritmos están diseñados para maximizar la participación de los usuarios, pues seleccionan contenido que concuerda con los puntos de vista de los usuarios, y con frecuencia refuerzan sus creencias y generan cadenas de repetición. Esto puede incrementar la animosidad partidista, en especial en países altamente polarizados, como Estados Unidos y Brasil.
Los investigadores destacan que mientras las redes sociales pueden no ser la causa de la polarización, su diseño puede exacerbarla. Hay estudios que demuestran que los usuarios que se exponen al contenido de estas plataformas tienen más probabilidad de aferrarse a sus puntos de vista, lo que profundiza las diferencias políticas. Por ejemplo, estas plataformas usan algoritmos que promueven contenidos que provocan respuestas emocionales, lo que suele amplificar mensajes políticos divisivos y polarizantes.
Los esfuerzos para combatir este problema, como ajustar los algoritmos o promover perspectivas diferentes, son fundamentales. Sin embargo, tales iniciativas suelen tener una duración corta por temor a perder la interacción de los usuarios y la rentabilidad.
Cadenas de bloques y sistemas de votación transparente
Detrás de la participación de los votantes y la verificación de datos, la tecnología de cadena de bloques ha surgido como una herramienta para garantizar la transparencia en las elecciones. Mientras que la cadena de bloques suele asociarse a las finanzas y las criptomonedas, se está analizando su potencial para asegurar la integridad en las elecciones. Estonia ha sido un pionera en aprobar sistemas de votación basados en cadenas de bloques a nivel nacional, y Sierra Leona hizo un ensayo notable en las elecciones de 2018. La compañía suiza Agora utilizó tecnología de cadena de bloques para registrar los votos en el distrito Urbano de la Zona Oeste como parte de una prueba de concepto. El ensayo buscaba demostrar cómo la cadena de bloques podía registrar los votos de forma segura y transparente.
A pesar de que la Comisión Electoral Nacional de Sierra Leona publicó de forma oficial los resultados con métodos tradicionales, el experimento con cadena de bloques demostró potencial para incorporar esta tecnología para lograr una mayor transparencia en las elecciones futuras.
Como estos experimentos demuestran, la cadena de bloques podría preparar el camino para elecciones más seguras y transparentes, aunque su aprobación aún enfrenta obstáculos en términos de adaptabilidad e implementación generalizada.
¿Una nueva era para la democracia?
El “año de la democracia” en 2024 destaca el potencial transformador de la IA y las herramientas digitales para fomentar elecciones sólidas, transparentes e inclusivas. Países como Sierra Leona, India y Estonia han demostrado que la IA puede mejorar los procesos democráticos, pero solo si se priorizan las consideraciones éticas y de inclusión.
A medida que haya elecciones en el mundo, la verdadera prueba estará en determinar si la IA puede mejorar los valores democráticos o si, por el contrario, exacerbará las dificultades existentes. La integridad de estas elecciones y las respuestas a las inevitables disputas revelarán el estado actual de la democracia, y también determinarán si regiones como África surgirán como modelos de elecciones efectivas y resurgimiento democrático o continuarán teniendo reveses electorales.