Inversión china en agricultura en Tayikistán: Crecimiento y uso de pesticidas

Campo de algodón en Tayikistán. Imagen de Flickr, Fotos del Banco Mundial (licencia CC BY-NC-ND 2.0).

Aunque Tayikistán se considera un país agrícola, solo el 6% de su territorio es tierra cultivable, y el resto es montañoso. A pesar de eso, la agricultura aporta el 20% del PIB del país y más del 45% del empleo.

Tayikistán es uno de los principales exportadores mundiales de algodón crudo. En 2022, Tayikistán exportó algodón crudo por valor de 212 millones de dólares, lo que lo convierte en el duodécimo exportador mundial.

Sin embargo, el sector algodonero tayiko tiene maquinaria anticuada, semillas de baja calidad, insuficiente apoyo gubernamental a los agricultores locales y falta de inversionistas extranjeros dispuestos a promover las industrias algodonera y textil de Tayikistán. Además, el marco jurídico de Tayikistán, la corrupción y las estructuras de poder verticales hacen que este país no resulte atractivo para los inversionistas occidentales.

China ofreció ayuda a Tayikistán e invirtió más de 3800 millones de dólares en los últimos diez años, principalmente en minería y agroindustria. Las inversiones chinas en la industria algodonera de Tayikistán reflejan una estrategia más amplia para aumentar la producción agrícola y asegurar materias primas para su industria textil.

Diplomacia del algodón de China

Aunque los donantes internacionales y los inversionistas extranjeros recelaban de invertir en Tayikistán, las empresas chinas se han mostrado dispuestas a navegar por la complicada red política del país.

Un miembro de la oposición tayika en el exilio que habló con Global Voices bajo condiciones de anonimato afirmó que, para hacer negocios en Tayikistán, ya sea una empresa o un empresario extranjero o local, necesita contar con algún «techo», es decir, el patrocinio de funcionarios locales o estatales para asegurarse el negocio. Y este tipo de protección suele remunerarse con pagos o sobornos.

Uno de los abogados de los bufetes internacionales que trabajan en Tayikistán, en una entrevista para un estudio sobre la diplomacia china del algodón en Tayikistán, dice: «Los chinos… sus normas de trabajo son diferentes a las de otros [inversionistas]. En la primera fase colaboran estrechamente con nosotros pero … después de 15 días se ponen en contacto con … funcionarios y están abiertos a los sobornos, así es, no necesitan nuestros servicios excepto [para] los funcionarios».

Alquiler de tierras

Presidente chino Xi Jinping y presidente tayiko Emomali Rahmon. Captura de pantalla de YouTube.

Tayikistán tiene unas 724 000 hectáreas de tierra cultivable, todas muy dependientes del regadío por la orografía montañosa del país. A partir de 2012, Tayikistán arrendó unas 18 000 hectáreas de sus tierras a China para el cultivo de algodón, arroz, cereales y maíz por un contrato de 49 años. El acuerdo formaba parte de una iniciativa más amplia para reforzar los lazos económicos entre ambos países.

El principal problema de este acuerdo es que no se han revelado sus términos y condiciones. No está claro qué sistemas se han implantado, si es que se ha implantado, para inspeccionar y regular las tierras arrendadas por los agricultores chinos.

En entrevista a Radio Ozodi, el portavoz del Ministerio de Agricultura, Narzullo Dodoboyev, declaró que las tierras alquiladas a los agricultores chinos son «tierras abandonadas afectadas por la erosión». También dijo que las empresas chinas van a invertir para restaurar estas tierras y empezar a cultivarlas.

Un experto regional que habló con Global Voices bajo condición de anonimato afirmó que «China tiene mucha experiencia en convertir tierras afectadas por la erosión en tierras de labor, mediante el ‘método de las terrazas‘, que frena la erosión del suelo».

Y los resultados obtenidos por los agricultores chinos son bastante notables. En 2015, el viceministro de Agricultura de Tayikistán, Sidjovuddin Isroilov, elogió a la empresa china Xinxian Inhai, que alquiló 6300 hectáreas de tierra en la región tayika de Khatlon. En uno de sus distritos, el grupo cultivó el mayor rendimiento de grano y algodón del país.

Sin embargo, un experto regional que habló con Global Voices bajo condición de anonimato señaló que «la naturaleza de la agricultura en Tayikistán se basa en el regadío y el agua trae malas hierbas que hay que tratar con pesticidas. Los pesticidas penetran en el suelo y acaban en las cuencas hidrográficas, probablemente en el río Amudarya», que atraviesa Tayikistán, Uzbekistán, Turkmenistán y Afganistán.

Iniciativa de la Franja y la Ruta

China está dispuesta a ayudar a las empresas chinas a desarrollar su labor en el extranjero en el marco de la «Iniciativa de la Franja y la Ruta«, su gigantesco plan de desarrollo internacional.

Desde 2016, China ha invertido en más de 820 proyectos agrícolas en países socios, con un volumen de inversión superior a los 17 000 millones de dólares. En 2020, el volumen total de comercio agrícola con los países socios alcanzó los 95 790 millones de dólares.

En Tayikistán, estas iniciativas han sido una bendición para las empresas chinas, ya que se les exonera de pagar el IVA cuando importan equipos y material de siembra de China. El Gobierno tayiko no revela los términos y condiciones de estos acuerdos de alquiler.

Jefa de una asociación de usuarios de agua en el sur de Tayikistán se reúne con algodoneros para discutir las necesidades de riego.. Imagen de Flickr (CC BY-NC-ND 2.0).

Por otro lado, los agricultores tayikos independientes han quedado en gran desventaja frente a las empresas agrícolas chinas, bien financiadas. Casi no hay apoyo del Estado tayiko. También les resulta difícil obtener préstamos bancarios para comprar equipos modernos, ya que se les ofrecen exclusivamente préstamos a corto plazo con elevados tipos de interés, lo que hace casi imposible que los agricultores puedan devolverlos.

Fertilizantes y pesticidas

Aunque China puede estar beneficiándose de sus inversiones agrícolas, podrían estar dejando un peligroso legado en los países que las reciben, como una contaminación duradera.

En 2018, la agencia estatal china Xinhua publicó una historia sobre el agricultor chino Duan Li, cuya empresa, Hunfank, de la provincia china de Henan, invirtió más de 31 millones de dólares estadounidenses en agricultura en Tayikistán. Más de 6000 hectáreas de tierras explotadas por esta empresa quedaron contaminadas y no aptas para la agricultura. La provincia de Henan es la principal provincia agrícola y alimentaria de China, y algunos estudios demuestran que las enormes cantidades de fertilizantes químicos que se usan ahí están provocando la contaminación del suelo y el agua.

China, el mayor país agrícola del mundo, suele utilizar entre 1,5 y cuatro veces más pesticidas por hectárea que el promedio mundial. Los plaguicidas desempeñan un papel importante en el aumento de la productividad y la reducción de las pérdidas de cosechas, controlan plagas destructivas y reducen enfermedades. Sin embargo, los plaguicidas se relacionan a menudo con riesgos para la salud del suelo, la contaminación del agua, el envenenamiento humano y el deterioro de los ecosistemas.

Los agricultores de China también dependen en gran medida de la lámina de acolchado agrícola, material compuesto de polímeros sintéticos que permanece en el suelo si no se limpia o recoge durante la producción agrícola.

Este problema no es exclusivo de Tayikistán. Un experto regional que supervisa las prácticas agrícolas de China en Rusia, que habló con Global Voices bajo condición de anonimato, afirma que «los agricultores chinos estaban consiguiendo cosechas notables en Rusia, pero usaban pesticidas y otros productos químicos, que en última instancia inutilizaban la tierra». Varios informes de medios rusos sobre las nefastas consecuencias de las prácticas agrícolas chinas en Rusia han corroborado esta afirmación.

Expertos preocupados

Global Voices se puso en contacto con varios expertos agrícolas de Tayikistán y habló con periodistas que escriben sobre agricultura. Sin embargo, ninguno pudo comentar qué tipo de fertilizantes y pesticidas usan los agricultores chinos ni cuánto se aplica en los cultivos. No existe información pública al respecto y, dado que la sociedad civil está profundamente reprimida en Tayikistán, es poco probable que se pueda hacer una investigación independiente sobre este asunto.

Un experto regional que habló con Global Voices bajo condición de anonimato, dice que el acuerdo entre Tayikistán y China sobre el alquiler de tierras «debería haber incluido un documento sobre el sistema de control de los métodos de cultivo. Pero es muy probable que ese documento no exista y que Tayikistán se limite a alquilar las tierras de cultivo a China y [haga] la vista gorda ante lo que está ocurriendo».

Dado que la agricultura de Tayikistán se basa en gran medida en el regadío, en última instancia, los productos químicos y pesticidas usados para fomentar los cultivos son arrastrados hasta el río Amudarya. Sin embargo, los especialistas locales en agricultura señalan que «ni los agricultores chinos ni los tayikos se preocupan demasiado por seguir la normativa ambiental, lo que provoca la alcalinización del suelo».

Es innegable que el hecho de que China alquile campos agrícolas en Tayikistán ha tenido varios resultados positivos. El arrendamiento ha aportado inversiones al sector agrícola tayiko, que estaba en dificultades, y ha dado el capital que tanto necesitaban los agricultores locales. Las empresas chinas aportan tecnología agrícola moderna que ha contribuido a aumentar la productividad del sector algodonero tayiko. La mejora de los métodos y los recursos también ha permitido aumentar el rendimiento, lo que beneficia a la economía local y contribuye al potencial exportador de Tayikistán. Sin embargo, la falta de transparencia en relación con los fertilizantes y pesticidas supone una grave amenaza ambiental y social, que aún no se ha explorado ni comprendido plenamente debido al entorno represivo de Tayikistán hacia los medios y la sociedad civil.

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