
Presa Rogun en construcción. Imagen de Sosh19632 vía Wikimedia Commons )CC BY-SA 4.0).
La presa de Rogun, en el río Vakhsh (Tayikistán), es uno de los proyectos hidroeléctricos más ambiciosos del mundo, y más aún en Asia Central. Está diseñada para ser la presa más alta del mundo, con una altura prevista de 335 metros, y se prevé que va a transformar el panorama energético de Tayikistán con una producción estimada de 13 100 millones de kWh y una capacidad total de 3.600 MW.
Alrededor del 90% de la energía de Tayikistán procede de energía hidroeléctrica, y la central hidroeléctrica de Nurek (inaugurada en 1980) produce 11 400 millones de kHw, casi la mitad de toda la energía eléctrica producida en Tayikistán.
El sector de energía de Tayikistán lleva años en crisis. Esta crisis se debe principalmente al envejecimiento de los activos de generación de energía, y muchos no se han modernizado desde el colapso de la Unión Soviética en 1991, así como a las presiones añadidas debidas al cambio climático. Como gran parte de la generación de energía de Tayikistán se basa en la energía hidroeléctrica, el descenso del nivel del agua por la disminución de los glaciares y otras presiones climáticas son motivo de preocupación.

El río Vakhsh, cuyo nivel de agua ha disminuido debido a la mala gestión y al cambio climático. Captura de pantalla del video «20201201 Presa Rogun – Video con dron» por Marco Piscoya. Uso legítimo.
En 2020, las autoridades tayikas emitieron un comunicado en el que notificaban a los lugareños que habría límites en el uso de la electricidad y cortes en todo el país, en gran parte porque «el volumen de agua en el río Vakhsh, el mayor del país, había disminuido en un 50%. Como resultado … el nivel de agua del embalse de Nurek, había caído 17 metros en comparación con 2019″. Esta disminución del agua significaba que la presa de Nurek no lograba satisfacer las necesidades de electricidad del país.
Estas limitaciones en el consumo de energía se repiten cada año en Tayikistán, especialmente durante el invierno. A pesar de la disminución de los niveles de agua, el presidente tayiko, Emomali Rahmon, sostiene que «con la construcción de la presa de Rogun, no solo estamos resolviendo los problemas de energía eléctrica para la población, también estamos creando una base sólida para desarrollar diversas esferas de la economía».
La construcción de la presa de Rogun comenzó en 1976, pero se detuvo por problemas políticos y de financiación. En noviembre de 2018, se habían construido 75 de los 335 metros totales, y una turbina de seis está funcionando. Las autoridades estiman que, con la financiación adecuada, la presa podría estar totalmente terminada en 2028.
Creciente rol de China en Asia Central
La creciente influencia de China en Asia Central forma parte de su estrategia más amplia de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, con la que pretende ampliar las infraestructuras y los vínculos comerciales entre China y diversas regiones del mundo. Tayikistán, país sin litoral de importancia estratégica fronterizo con China, es un socio clave en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Esta relación se sustenta en las inversiones chinas en infraestructuras, minería y energía hidroeléctrica.
La participación de China en el proyecto de la presa Rogun obedece a sus intereses geopolíticos, su deseo de asegurarse un suministro energético estable y su influencia estratégica en las infraestructuras de Asia Central.
La construcción de la presa de Rogun requiere ingentes recursos financieros. Cuando el proyecto se reanudó en 2008, las autoridades estimaron que el costo total sería de unos 3000 millones de dólares, pero esta cantidad se ha disparado a lo largo de los años hasta superar los 9700 millones de dólares en total. Para un país como Tayikistán, cuya economía es relativamente pequeña y depende de las remesas, se trata de un gasto monumental. Hasta ahora, Tayikistán ya ha gastado 3300 millones de dólares en el proyecto, pero aún le faltan al menos 6400 millones para terminar de construir la presa, según estimaciones de agosto de 2024. Durante los últimos diez años, los costos previstos para terminar la presa Rogun han aumentado un 15% anual.
Los bancos e instituciones de inversión chinos se han convertido en financiadores clave de proyectos de infraestructuras en toda Asia Central, incluido Tayikistán. La financiación china ha complementado las iniciativas de Tayikistán para financiar la presa, ya sea con inversiones directas o préstamos al Gobierno tayiko.
Inversión china en el proyecto de la presa Rogun

Tayikistán y la presa Rogun. Imagen de C1MM via Wikipedia (CC BY-SA 3.0)..
La influencia de China en el proyecto de la presa Rogun forma parte de su estrategia más amplia para aumentar su presencia en Asia Central. Aunque Tayikistán es el principal impulsor del proyecto, los recursos financieros, la experiencia técnica y los intereses geopolíticos chinos han tenido un impacto significativo en su desarrollo.
Cabe destacar que, aunque China intenta reforzar sus lazos en Asia Central, el aumento de financiación china es muy limitada en comparación con otros inversionistas en la presa. Según un analista que habló con Global Voices bajo condición de anonimato, «los actores chinos tienden a evitar invertir en proyectos controvertidos». Aunque las empresas chinas han explorado antes proyectos hidroeléctricos en Tayikistán, la mayoría de estas iniciativas se dejaron de lado para apaciguar a Uzbekistán, río abajo, que podría ver afectado su suministro de agua si se embalsan los ríos río arriba, lo que dificulta su industria algodonera. Las críticas de los grupos ecologistas también están frenando las inversiones chinas.
Pero el dinero no es la única forma en que China apoya el proyecto. La contribución de China al proyecto de la presa Rogun también es evidente en su asistencia técnica y su experiencia en ingeniería. Las empresas chinas han establecido una presencia dominante en proyectos de infraestructuras en Asia Central, incluidos los proyectos hidroeléctricos. Los ingenieros, contratistas y empresas chinos aportan una experiencia fundamental para la construcción de un proyecto tan masivo y complejo como la presa Rogun.
Pero China tiene sus propias motivaciones para apoyar la iniciativa, a pesar de la controversia.
Aunque las autoridades tayikas esperan que la presa pueda resolver su crisis eléctrica, también ven a sus vecinos, con déficit de energía, como clientes potenciales de los excedentes de energía que se produzcan. Uzbekistán, Afganistán y Pakistán son opciones especialmente atractivas que se beneficiarían de una fuente de energía fiable y sostenible. Al asegurar los recursos hídricos y eléctricos a través de Asia Central, China está apoyando indirectamente sus intereses regionales en materia de agua y energía, además de garantizar la estabilidad de los suministros energéticos que alimentan su Iniciativa de la Franja y la Ruta.
Consecuencias ambientales y sociales
Aunque la presa Rogun promete considerables beneficios económicos y energéticos, sus repercusiones ambientales y sociales son significativas, y la implicación de China complica aún más la ecuación.
Los activistas ambientales informan que más de 7000 personas ya han sido desplazadas de la zona del embalse, y se calcula que unas 38 000 más van a ser reasentadas en otras regiones de Tayikistán. Sin embargo, este desplazamiento tuvo su cuota de polémica. Hubo quejas de que la indemnización gubernamental no era suficiente para comprar una casa nueva en la zona de reubicación.
Además, los activistas también expresan su preocupación por la mala gestión y la falta de transparencia financiera en la construcción de la presa. Se informó que, hace cinco años, uno de los generadores de energía de la presa dejó de funcionar. En una entrevista al sitio analítico Cabar.asia, un experto en energía tayiko afirma que durante la construcción se han usado cemento, refuerzos y otros materiales de construcción de baja calidad. Además, los activistas ambientales dicen que no ha habido transparencia en torno a la construcción y señalan los altos niveles de corrupción en Tayikistán, así como la falta de debates públicos sobre el proyecto en medio de una larga represión de los derechos humanos en el país.
Los activistas ambientales también han expresado su temor a que la presa altere el caudal natural del río Vakhsh, lo que afectaría la biodiversidad y la agricultura de las zonas situadas aguas abajo.
El historial de China en materia de consideraciones ambientales en los proyectos de infraestructuras ha sido desigual. Aunque la inversión china aporta una financiación muy necesaria, también suscita preocupación por la supervisión ambiental y la sostenibilidad a largo plazo. Algunos críticos sostienen que los proyectos de infraestructuras con financiación china suelen dar prioridad a los beneficios económicos frente a la protección del ambiente, lo que agrava las consecuencias negativas de las grandes presas.
Se acerca la finalización de la presa Rogun, y el equilibrio de estos factores determinará el futuro del panorama energético de Tayikistán y su relación con China. La presa representa un hito en el desarrollo de Tayikistán, y también un microcosmos de la dinámica más amplia que configura la integración de Asia Central en la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
Para saber más sobre la intersección de los proyectos de desarrollo chinos y la justicia climática en la Mayoría Global, consulta nuestro Proyecto de Becas de Justicia Climática:
Beca Justicia Climática Global
La Beca Justicia Climática Global asocia a periodistas independientes sinófonos y de Asia Central, África francófona y América Latina para evaluar el papel de China en la mitigación de la crisis climática mundial.