Abandonados en el Sahara: ¿Argelia está transformando el desierto en un cementerio de migrantes?

Captura de pantalla del video «Miles de personas varadas en los campos de migrantes de Níger», publicado en YouTube por AfricaNews. Uso legítimo.

En la vasta extensión del desierto del Sahara, cerca de la frontera entre Argelia y Níger, miles de migrantes subsaharianos enfrentan una experiencia desgarradora. Son deportados por las autoridades argelinas y a menudo quedan varados sin comida, agua ni refugio, por lo que se ven forzados a atravesar el despiadado desierto expuestos a temperaturas extremas. Esta práctica generó duras críticas de las organizaciones por los derechos humanos, que argumentan que violan los estándares humanitarios internacionales y pone las vidas en peligro.

En un informe de 2020, la investigadora sobre refugiados y migrantes de Human Rights Watch, Lauren Seibert comentó que “Argelia tiene derecho a defender sus fronteras, pero no a detener de manera arbitraria ni a expulsar colectivamente migrantes, entre los que hay niños, solicitantes de asilo, todo sin rastro de debido proceso”.

Cifras alarmantes de expulsiones

Desde enero de 2024, Argelia ha expulsado cerca de 20 000 migrantes africanos a Níger, entre los que se incluyen mujeres y niños. Estas expulsiones frecuentemente se llevan a cabo bajo condiciones duras, se abandona a los migrantes en el desierto cerca de la frontera, que se ven obligados a caminar kilómetros hasta llegar a un lugar seguro. La organización AlarmPhone Sahara, que asiste a migrantes en el desierto entre Argelia y Níger, informó que se deportó al menos a 19 798 personas desde enero a agosto de 2024.

Según la organización, los migrantes deportados al norte de Níger a menudo se encuentran atrapados en condiciones precarias en la región de Agadez, sin poder continuar el viaje o regresar a su hogar a pesar de que algunos expresan el deseo de volver.

Esta situación se ha agravado con los hechos de climas extremos entre mayo y agosto de 2024, cuando hubo severas sequías seguidas de inundaciones devastadoras. El informe agrega que “la crisis climática ya es una realidad, y tanto la gente en movimiento como la población local en Níger están entre los más afectados directamente por sus consecuencias”, lo que resalta el impacto inmediato de la crisis climática para migrantes y comunidades locales por igual.

Viajes desesperados por el desierto

Con la presión que la Unión Europea pone en los países del norte africano para evitar la oleada de migraciones, las expulsiones masivas han aumentado, y la Unión Europea es muy consciente de las condiciones. Según un informe de la Associated Press de 2018, el proceso de deportación a menudo empieza con arrestos en masa en las ciudades argelinas, donde se detiene a los migrantes, y luego se les transporta a las regiones fronterizas del sur. Al llegar, se los deja en zonas remotas del desierto, a veces a punta de pistola, y se las obliga a caminar bajo temperaturas abrasadoras que llegan a 48° Celsius (118° Fahrenheit). Este viaje peligroso resultó en numerosas muertes, con migrantes que sucumben a la deshidratación, los golpes de calor y el agotamiento.

Las organizaciones por los derechos humanos han condenado estas acciones y resaltaron la falta del proceso adecuado y el tratamiento inhumano hacia los migrantes. En la declaración de 2023, la Organización Mundial contra la Tortura declara que “estos migrantes son sometidos a torturas y malos tratos. Son arrestados y detenidos arbitrariamente sin garantías procesales”, acusa a las políticas de migración de Argelia de enfocarse en los migrantes negros de los países subsaharianos, y señala que las «fuerzas de seguridad» usan lenguaje abusivo de carácter étnico.

Entre enero y abril de 2023, más de 11 000 personas fueron deportadas a Níger, lo que continuó en 2024. La Organización Internacional de la Migración brindó asistencia a estos migrantes, les ofreció comida, agua y cuidado médico a su llegada en Níger.

Preguntas éticas y legales

Sin embargo, el Gobierno argelino sostiene que estas deportaciones se llevan a cabo bajo los acuerdos bilaterales con Níger y son necesarias para combatir la inmigración ilegal y el tráfico de personas. Las autoridades argumentan que la presencia de migrantes irregulares conlleva riesgos económicos y de seguridad, y que se necesitan medidas estrictas para controlar las oleadas migratorias.

A pesar de estas justificaciones, las condiciones bajo las cuales estas deportaciones ocurren han generado significantes preguntas éticas y legales. El derecho internacional dictamina que las deportaciones deberían llevarse a cabo con respeto hacia los derechos humanos y la dignidad, asegurando la seguridad y el bienestar de las personas. La práctica de abandonar migrantes en el desierto, sin provisiones ni asistencia adecuadas, contrasta mucho con estos principios.

La difícil situación de estos migrantes se ve agravada por el contexto más amplio de migración en el norte de África. Muchos africanos subsaharianos se embarcan en viajes peligrosos a través del Sahara, con la intención de llegar a Europa en busca de mejores oportunidades. Sin embargo, los estrictos controles fronterizos y las políticas restrictivas de migración de los países del norte de África, a menudo con el apoyo de la Unión Europea, han hecho que estos viajes sean mucho más peligrosos.

La vida al margen

En Argelia, los migrantes subsaharianos viven en condiciones precarias, entre el miedo a la deportación y la esperanza de establecer una vida mejor. Muchos encuentran trabajo en la construcción, y las mujeres, a menudo acompañadas de sus hijos, recurren a mendigar en las intersecciones del tráfico. A pesar del riesgo de las redadas policiales periódicas, algunos migrantes han logrado establecer pequeños negocios y vivir de manera relativamente estable, lo que les permite mantener a su familia. De todas formas, la falta de derechos de asilo y las restrictivas leyes de trabajo vuelven incierto su futuro en Argelia.

La comunidad internacional ha tenido un papel crucial en señalar esta crisis humanitaria y ha apoyado organizaciones que asisten a migrantes en primera mano, y asegurado políticas de migración integrales que prioricen los derechos humanos y provean vías seguras y legales para los migrantes.

Mientras el mundo enfrenta complejos desafíos migratorios, las historias de aquellos abandonados en el Sahara sirven como un duro recordatorio del costo humano de las políticas restrictivas de migración y la necesidad de defender los derechos humanos y proteger a los más vulnerables.

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