Nigeria es el último entre los países subsaharianos con menos representación femenina en el Parlamento

Captura de pantalla de algunas de las políticas de Nigeria de un video de YouTube, ‘Elecciones 2023: Triunfos de las mujeres nigerianas en la política | Gist Nigeria‘ por Channels Television. Uso legítimo.

Mientras más naciones africanas tratan de fomentar la paridad de género en los puestos de Gobierno, algunos países africanos luchan por integrar plenamente a las mujeres en la esfera política. Un reciente informe de la organización independiente Policy and Legacy Advocacy Centre (PLAC), entidad no partidista y sin ánimo de lucro que trabaja para reforzar la gobernabilidad democrática y la participación ciudadana en Nigeria, revela Nigeria ocupa el último lugar entre los países del África subsahariana en cuanto a representación femenina en el parlamento.

De los 185 países analizados en el informe, Ruanda ocupa el puesto más alto de África, con un 61,3% de mujeres en su Parlamento, mientras que Nigeria ocupa el puesto 180, con solo un 4,4% de representación femenina.

Los datos muestran que la Cámara de Representantes de Nigeria, de 360 miembros, tiene actualmente 16 mujeres, y en el Senado, de 109 miembros, solo cuatro son mujeres. Además, 14 de los 36 estados nigerianos no tienen legisladoras. Incluso en los estados con legisladoras, su número sigue siendo desproporcionadamente bajo. La situación es igualmente desalentadora en lo que respecta a los cargos ejecutivos electivos: desde la vuelta a la democracia en 1999, ninguna mujer ha sido elegida presidenta, vicepresidenta o gobernadora en Nigeria.

Este bajo nivel de representación no refleja la población femenina de Nigeria. es más, las estadísticas del Banco Mundial han demostrado que las mujeres y las niñas constituyen la mitad de la población del país más poblado de África.

En consonancia con los principios y directrices de la Carta Internacional de Derechos Humanos, la Convención de Naciones Unidas sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, el Gobierno nigeriano ha formulado iniciativas para lograr la igualdad de género con la Política Nacional de Género en 2006, que promueve una acción afirmativa del 35% para las mujeres en los procesos de gobernabilidad.

A pesar de esta política y de otras muchas iniciativas, Nigeria ha mantenido la tasa más baja de representación parlamentaria femenina de África, con un descenso constante de las cifras desde 2011. Las razones de esta escasa representación de las mujeres pueden atribuirse a sistemas políticos y prácticas socioculturales desfavorables.

Sistemas políticos desfavorables

La mayoría de los países africanos con una representación proporcional o alta de mujeres en el Parlamento han adoptado cupos constitucionales, legislativos y de partido para garantizar que las mujeres tengan una oportunidad justa de ser elegidas para un cargo. Sin embargo, no ocurre lo mismo en algunos países anglófonos de África, como Nigeria y Ghana, que utilizan el sistema electoral de mayoría plural. Este sistema es menos favorable para las candidatas, ya que los partidos políticos ganan y se reparten los asientos legislativos en función de cuantos votos reciben en las elecciones.

En la mayoría de los partidos políticos de Nigeria predominan los políticos hombres. Estos partidos políticos no suelen crear un entorno o una infraestructura que apoye a sus participantes mujeres. De ahí que estas mujeres enfrenten dificultades para conseguir las candidaturas de los partidos para presentarse a las elecciones generales.

En Nigeria, las pocas mujeres que consiguen superar los obstáculos de la discriminación de género no suelen poder enfrentar las obligaciones financieras que conlleva competir por cargos políticos en Nigeria, ya que las elecciones están muy monetizadas en el país. Solo se designa como candidatas a quienes cuentan con un sólido apoyo entre los líderes del partido y abundantes recursos financieros para donar «regalos» a las partes interesadas del partido.

Ayisha Osori, escritora, abogada y defensora de la justicia social, que fue candidata del Partido Democrático Popular a la Cámara de Representantes de Nigeria en 2015 y perdió, dijo sobre la escasa representación de las mujeres en la política nigeriana: «Las elecciones en Nigeria son monetizadas y transaccionales, y las mujeres ya están en desventaja social teniendo en cuenta que en Nigeria, la forma más rápida de ser rico es estar en el Gobierno… Si las mujeres no están en política, entonces no pueden recaudar dinero, y si no pueden recaudar dinero, entonces no pueden estar en política».

Otra cuestión importante que impide la participación de las mujeres es la violencia electoral de género. Las elecciones nigerianas suelen verse empañadas por la violencia, y mujeres candidatas y votantes siempre están entre las víctimas de diversas formas de violencia de género por motivos políticos.

Una de las sobrevivientes de la violencia electoral de género durante las elecciones presidenciales de 2023 es Jennifer Bina Ifedi, que regresó a su colegio electoral para depositar su voto tras ser agredida y herida por delincuentes políticos en Lagos. Hay muchos más ejemplos de violencia electoral de género contra las mujeres que no se denuncian por la inadecuada cobertura de los medios.

Barreras culturales y sociales

Aunque la Constitución de Nigeria concede a las mujeres el derecho a votar y a ser elegidas, todavía existen muchas barreras culturales y sociales que les impiden participar plenamente en la política y ocupar puestos de liderazgo. En varios grupos étnicos del país persisten creencias conservadoras que consideran a las mujeres inferiores a los hombres y no aptas para desempeñar funciones de liderazgo.

Algunas prácticas religiosas en Nigeria también se oponen a la igualdad de género, y limitan las oportunidades de las mujeres para ocupar puestos de liderazgo. Estas normas socioculturales han alimentado la creencia generalizada de que las mujeres, sin importar sus capacidades o grado de educación, son aptas principalmente para las funciones domésticas. Para muchos, la decisión de una mujer de presentarse a un cargo público se considera un desafío a las expectativas sociales, lo que la convierte en una actividad difícil y audaz.

Ante esta escasa representación, los expertos han instado a la Asamblea Nacional a promulgar el proyecto de ley de género e igualdad de oportunidades, patrocinado por el senador Abiodun Olujimi, del Partido Democrático del Pueblo, para «promover la igualdad de oportunidades y contrarrestar las barreras socioculturales que impiden a las mujeres y las niñas alcanzar su pleno potencial». Este proyecto de ley propone un cupo del 35% para las mujeres en los escaños legislativos federales y estatales, así como en los puestos de liderazgo de los partidos. La Unión Interparlamentaria también ha pedido a las partes interesadas nigerianas que «aprovechen el actual proceso electoral para dar a conocer a la opinión pública la importancia de la participación de las mujeres en las elecciones, así como en la composición del Parlamento y el liderazgo político».

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