
«Feral Commons» es un proyecto de arte público de Global Co-Commission encabezado por la Global Cultural Districts Network (GCDN) y dirigido por Alserkal Advisory, con sede en Dubái. Los socios del proyecto son Kingston Creative en Kingston (Jamaica) y Victoria Yards en Johannesburgo (Sudáfrica). El proyecto tiene el apoyo de Urban Art Projects, que aplica herramientas para medir la huella de carbono del proyecto de parque artístico sobre el cambio climático en Kingston. Fotografía de DenniVisuals, cortesía de Kingston Creative, usada con autorización.
Por Isis Semaj-Hall, PhD
Como escritora y académica jamaicana, me siento inclinada a comenzar el debate sobre Cadena de amor: Arbusto de arroz y arvejas en el Bajo Campamento Sur (2024), obra de arte pública ecológica de la artista visual Camille Chedda cuando y donde la teórica jamaicana Sylvia Wynter comienza hace 530 años, en mayo de 1494, cuando los taínos de Yamaye descubrieron a Colón y sus hombres mar adentro en extrañas canoas con punta de nube.
Los primeros pobladores de esta tierra nunca podrían haber imaginado la imposición y explotación que estaba por llegar. No podían prever el despliegue de banderas, primero españolas y luego británicas, ni los grupos de personas forzadas desde África y atraídas desde Asia. Los frutos, las flores y las frondas que se estibaban en los barcos europeos con destino a Jamaica procedentes de África y Asia, todo para alimentar la agricultura colonial, no podían preverse mientras los taínos contemplaban las aguas aún no calientes ni contaminadas de su isla natal, que aún no perdía masa terrestre por el aumento del nivel del mar provocado por el cambio climático.

Artista visual Camille Chedda mira a través de los bloques de ventilación que forman parte de su instalación situada en el Climate Change Art Park en Parade Gardens, Mannings Park.. Fotografía de DenniVisuals, cortesía de Kingston Creative, usada con autorización.
¿Por qué examinar una instalación artística del siglo XXI desde la perspectiva del siglo XV? Empiezo aquí porque siglos de abusos, explotación y negligencia siguen afectándonos a nosotros y a nuestro entorno. Pero a través de asociaciones nuevas y significativas podemos sobrevivir y florecer de nuevo. A través de la participación de la organización artística y cultural sin fines de lucro Kingston Creative en la Global Co-comission, iniciativa internacional que destaca el conocimiento de las comunidades subalternas, se pone en contexto la crisis climática mundial e impulsa la acción colectiva en el arte público en espacios urbanos, la instalación Cadena de Amor de Chedda puede plantar semillas de posibilidades de construcción comunitaria.
El título y el tema de la Global Co-comission es A Feral Commons, que hace referencia a las codependencias y colaboraciones entre seres humanos, plantas, animales y agua. ¿Qué historia tiene la palabra «asilvestrado» para un lugar poscolonial como Jamaica? Para muchos, recuerda a aquellos africanos que fueron liberados y que se liberaron en el interior de esta isla. Los españoles los llamaban «cimarrones» porque los consideraban «salvajes» y asilvestrados por escaparse a vivir libres en el interior de la isla, densamente boscoso, montañoso, biodiverso e inaccesible desde el punto de vista colonial. Pero los cimarrones de Jamaica, sobrevivieron gracias a su conocimiento del entorno y a su capacidad para coexistir con la naturaleza.
Comienzo con esta base histórica porque hoy, en el legado del colonialismo, la devastación de las plantaciones, las revoluciones industrial, tecnológica y digital, y el agravamiento de la crisis climática que afectará de forma desigual a los pequeños Estados insulares como Jamaica, nosotros, como los taínos, enfrentamos la posibilidad de la aniquilación. Como les ocurrió a los cimarrones en el siglo XVI, hoy, nuestro futuro como habitantes de Kingston depende de nuestra capacidad para trabajar con la naturaleza. Nuestras posibilidades de sobrevivencia climática en este espacio urbano dependen de las acciones que emprendamos ahora para alejarnos del abuso de la naturaleza y acercarnos a construir una relación respetuosa y recíproca con nuestro entorno natural.

Seguidores de la iniciativa ante la señalización que identifica con orgullo el parque artístico del Cambio Climático en Parade Gardens, Mannings Park.. Fotografía de DenniVisuals, cortesía de Kingston Creative, usada con autorización.
En 2015, Kingston fue designada ciudad creativa de la música por la UNESCO. Décadas antes, el mundo conoció el centro de Kingston a través de la voz y las letras de Bob Marley de The Wailers, que en 1973 cantó que este lugar es una «jungla de cemento» dura y difícil donde pocos pueden sobrevivir. En cierto modo, Chedda amplía las posibilidades de la «jungla de cemento» a través de su visión de revitalizar un parque comunitario en Tower Street y South Camp Road. En colaboración con Kingston Creative, habitantes de la comunidad y representantes del Gobierno local, floreció la visión de Chedda de un espacio comunitario multiespecie, equitativo y hermoso. Pero, fieles a la realidad de la «jungla de cemento» de Kingston, el camino hasta la materialización fue duro y difícil.
La comunidad de este parque ha presenciado una injusta cuota de violencia. Las reuniones con los lugareños eran a veces difíciles porque la gente temía por su seguridad. El parque necesitaba reparaciones que solo podían hacer los funcionarios elegidos, así que cuando se celebraron elecciones locales durante la rehabilitación del parque, el cambio de representación supuso retrasos inevitables. Aún comprometida con la comunidad y el proyecto, Chedda persistió y forjó relaciones con los hombres, mujeres y niños que conoció en el parque y sus alrededores. Llegó a conocer a residentes como el jardinero de la comunidad, el señor Peary, la cocinera, la señorita Madge, y el respetado y querido Mas Joe (Joseph Manning).

El diseño de Chedda de un arco metálico sobre un encofrado de cemento ofrece a los arbustos silvestres de arroz y guisantes un camino por el que trepar. Fotografía de DenniVisuals, cortesía de Kingston Creative, usada con autorización.
Para muchos en la comunidad, Mas Joe era sinónimo del parque. Chedda se enteró de que fue él quien planificó el parque hace décadas y quien instaló los herrajes que bordean el espacio. Cualquier día se le podía encontrar allí con una cálida sonrisa y un espíritu afable. Por eso, cuando Mas Joe falleció repentina e inesperadamente el fin de semana de Pascua de 2024, durante el proceso de planificación e instalación de la Cadena de Amor, la tristeza se apoderó de todos los presentes en el espacio y de quienes trabajaban en el proyecto. Con esta dura pérdida, la visión artística de Chedda tuvo la oportunidad de demostrar su poder restaurador.
Incluso antes de que el proyecto estuviera terminado, daba un espacio de solaz y consuelo. Su instalación de una estructura de cemento con arcos metálicos se diseñó para que el arbusto silvestre de arroz y arvejas (Antigonon leptopus) pudiera trepar. También sirve para que los visitantes puedan sentarse a la sombra y contemplar las fotografías de los miembros de la comunidad que han colaborado en la creación de este «procomún salvaje». Bajo el arco de metal y plantas, los bloques de cemento enmarcan lo que ahora son imágenes profundamente sentimentales de los últimos días de Mas Joe. Por su papel en el desarrollo original del parque, Chedda planeó incluir su imagen en un panel mural, pero con su muerte, su pintura evolucionó para honrar su legado en la comunidad. Al sentarse o pasear por los espacios comunes, se puede ver y sentir el mural que representa los cálidos ojos y el rostro sonriente de Mas Joe.

El arroz y las arvejas se asoman a través de los bloques de hormigón del Parque Artístico del Cambio Climático de Kingston. Fotografía de DenniVisuals, cortesía de Kingston Creative, usada con autorización.
Junto a Mas Joe, la cocina de la señorita Madge también aparece en uno de los muchos murales pintados por Chedda y un grupo de artistas voluntarios de la comunidad. Grandes imágenes de perros, gatos, pájaros y un enorme gallo de los lugareños están pintadas en la pared del fondo de los comunes. Las representaciones de niños y adultos descansando en mantas y bancos invitan a los transeúntes a hacer lo mismo.
Conectando los paneles del mural hay pinturas de las enredaderas de flores rosas del arbusto de arroz y arvejas. El arbusto de arroz y arvejas, planta de crecimiento rápido muy común en la isla, se había apoderado de este céntrico parque durante sus años de desuso. Es bonito pero no ornamental, los jardineros jamaicanos tienden a no invitar a los arbustos de arroz y arvejas a sus espacios botánicos. Pero esta planta asilvestrada tiene tanto valor nutritivo (las semillas comestibles se usan como sucedáneo para preparar el plato de nombre arroz y arvejas) como medicinal (las hojas se preparan en té para aliviar los síntomas del resfriado y los dolores menstruales).
En lugar de eliminar la maleza y el ecosistema que sustenta (las abejas, en particular), Chedda dejó intacta gran parte. Mientras que la zona norte se ha desbrozado para acoger a personas y un jardín de hierbas, la zona sur de los bienes comunes sigue siendo totalmente asilvestrada. El Real Jardín Botánico de Hope y el Departamento Forestal donaron plantas de menta y albahaca, así como buganvillas y plumbago en flor, para bordear los senderos del procomún.

El parque es ahora una zona que la comunidad disfruta. Foto de DenniVisuals, cortesía de Kingston Creative, usada con autorización.
Donde antes había un parque afectado por un salvaje deterioro, ahora prospera un espacio público activo reavivado por el arte. En este parque comunitario, los vecinos se reúnen ahora a la sombra para reflexionar y, cuando lo necesitan, pueden nutrirse y curarse con plantas medicinales y comestibles que florecen en ese espacio. Ahora que la preocupación por el clima se está convirtiendo en una realidad, esta obra de arte público ecológico invita a la comunidad a volver a la tierra, a sus raíces, en busca de sustento.
En estos «bienes comunes asilvestrados» se han plantado nuevas semillas de resiliencia climática. El cuidado del ambiente está ahora en manos de la comunidad, como era hace tiempo. Para sobrevivir, personas y plantas deben coexistir en la jungla de cemento que es Kingston.