
Glade Taulu, confluencia de los ríos Sofía y Psysh. Arkhyz, Karacháyevo-Cherkesia, oeste del Cáucaso, Rusia. Imagen de Vyacheslav Argenberg via Wikimedia commons (CC BY 4.0).
En noviembre de 2024, en la actual guerra ruso-ucraniana, se informa que han muerto aproximadamente 200 personas de Kabardia-Balkaria, 150 de Karacháyevo-Cherkesia y 200 de la República de Adiguea, junto con 250 chechenos y 910 daguestaníes, según datos disponibles públicamente. Todos son de la región del norte del Cáucaso de Rusia, la parte más “musulmana” del país. No se sabe hasta qué punto estas cifras pueden subestimar los números reales.
La proporción de personas del norte del Cáucaso reclutadas para la guerra parece desproporcionada. La tasa de mortalidad —la cantidad de muertes por 10 000 hombros de entre 16 a 61 años— es de ocho en Kabardia-Balkaria, 11 en Karacháyevo-Cherkesia, y 14 en Adiguea. En comparación, esta cifra es de dos en Moscú y cuatro en San Petersburgo, aunque la población de Moscú es seis veces mayor que las poblaciones combinadas de esas tres repúblicas caucásicas. La participación de los pueblos caucásicos en esta guerra es especialmente contradictoria, dados sus traumas históricos, desde la brutal expansión del Imperio ruso y deportaciones forzadas durante el periodo soviético a la represión actual del Kremlin. Aunque la región puede parecer leal a la autoridad central, lograr esta apariencia ha tomado el Kremlin dos siglos de represión.
El norte del Cáucaso fue conquistado en 1864 después de un siglo de guerra del Cáucaso, la más larga de la historia del Imperio ruso. La guerra terminó con muertes masivas y la expulsión de aproximadamente un millón de circasianos del Imperio otomano. Como resultado, la mayoría de los circasianos viven fuera de su patria histórica, y solo una minoría sigue en su tierra ancestral.
A este hecho se le conoce en la historiografía rusa como el “muhajirismo circasiano” (“peregrinaje circasiano”). Sin embargo, entre los circasianos fuera de Rusia, sobre todo en Turquía y Medio Oriente, por mucho tiempo se le ha llamado “genocidio circasiano” (“el tlapserykh” o “Tsitsekun”). A 2024, solo Georgia reconoce oficialmente la deportación de circasianos como genocidio. Ucrania está considerando un reconocimiento similar: en junio de 2024, surgieron informes de que Verkhovna Rada de Ucrania evaluaría una resolución para reconocer el genocidio de circasianos durante la Guerra del Cáucaso de 1763–1864 por parte del Imperio ruso. Sin embargo, el proyecto de “irredentismo ucraniano”, que tiene el objetivo de reclamar la anexada Crimea y la llamada República Popular de Donetsk y también la región de Kuban como históricamente ucraniana, tiene una relación complicada con el proyecto nacional circasiano, pues ambos reclaman las mismas tierras ancestrales.
Global Voices conversó con el renombrado periodista y activista de derechos humanos Murat Temirov, de etnia circasiana de Rusia, sobre cómo los circasianos mantienen sus conexiones pese a estar dispersos por el mundo, aunque hay un movimiento nacional circasiano, y cuáles son sus objetivos. La periodista Alexandra Sharopina colaboró con editar la entrevista.
Global Voices (GV): ¿Pueden los circasianos mantener la unidad nacional a pesar de estar dispersos por todo el mundo?
Murat Temirov (MT): Yes, a certain connection is maintained, though not necessarily unity. This connection among Circassians is preserved not only through language, norms of behavior, and traditional clothing but also through a shared tragedy.
The mass deportation, essentially genocide, carried out by the Russian Empire against the Circassians in the 18th and 19th centuries — when Circassians were expelled from their native lands and replaced with loyal populations — serves as a point of consolidation for Circassian identity.
Any Circassian in the world, from Australia to Canada, will tell this story in more or less detail.
The shared identity of the Circassians persists, in part, due to this tragedy. However, I believe it is not entirely beneficial that this tragedy anchors their collective focus in the past. A healthy community should aim toward something more, toward achieving victory.
Murat Temirov (MT): Sí, se mantiene una cierta conexión, aunque no necesariamente unidad. Esta conexión entre los circasianos se mantiene a través de la lengua, las normas de comportamiento y la vestimenta tradicional, y también a través de una tragedia compartida.
La deportación masiva, esencialmente genocidio, llevada a cabo por el Imperio ruso contra los circasianos en los siglos XVIII y XIX –cuando los circasianos fueron expulsados de sus tierras natales y reemplazados por poblaciones leales– sirve como punto de consolidación de la identidad circasiana.
Cualquier circasiano del mundo, desde Australia a Canadá, contará esta historia con más o menos detalle.
La identidad compartida de los circasianos persiste, en parte, debido a esta tragedia. Sin embargo, creo que no es del todo beneficioso que esta tragedia ancle su enfoque colectivo en el pasado. Una comunidad sana debería aspirar a algo más, a alcanzar la victoria.
GV: ¿Existe un movimiento circasiano unificado fuera del territorio? ¿Sus objetivos se centran en la repatriación y la reivindicación del estatus autóctono?
MT: No, there is no unified movement. There are fragmented organizations, often based on regional or local associations. In Turkey, for instance, there are numerous influential organizations like Kafkas Vakfı and Çerkes Vakfı. They are influential but largely avoid engaging in current political matters.
There have been attempts to create a unified pan-Adyghe movement. Three years ago, I proposed holding a Unified Circassian Congress in Belgrade. We began preparations but did not complete them.
From my perspective, creating a unified Circassian movement under current circumstances is impossible. I once had the idea of establishing a Circassian Analytical Center to regularly provide these fragmented organizations with materials and recommendations on key issues involving actors like Ukraine, the United States, and the United Kingdom. This analytical center would have been the first step toward a Circassian movement because analysis must precede action. However, this idea has not yet garnered support or been realized.
The right of Circassians to return to their native lands will only be possible with recognized statehood. There are certainly ideas for restoring statehood, but their realization would only be feasible in the context of a global war, requiring military force — which does not currently exist.
MT: No, no existe un movimiento unificado. Hay organizaciones fragmentadas, a menudo sobre asociaciones regionales o locales. En Turquía, por ejemplo, hay numerosas organizaciones influyentes como Kafkas Vakfı y Çerkes Vakfı. Son influyentes, pero evitan en gran medida participar en asuntos políticos de actualidad.
Ha habido intentos de crear un movimiento panadigueo unificado. Hace tres años, propuse celebrar un Congreso Circasiano Unificado en Belgrado. Iniciamos los preparativos, pero no los completamos.
Desde mi punto de vista, crear un movimiento circasiano unificado en las circunstancias actuales es imposible. Una vez tuve la idea de crear un Centro Analítico Circasiano que diera regularmente a estas organizaciones fragmentadas materiales y recomendaciones sobre cuestiones clave en las que estuvieran implicados actores como Ucrania, Estados Unidos y Reino Unido. Este centro analítico habría sido el primer paso hacia un movimiento circasiano, porque el análisis debe preceder a la acción. Sin embargo, esta idea aún no ha recabado apoyos ni se ha hecho realidad.
El derecho de los circasianos a regresar a su tierra natal sólo será posible con un Estado reconocido. Ciertamente existen ideas para restaurar la condición de Estado, pero su realización solo sería factible en el contexto de una guerra global, que requeriría una fuerza militar, que actualmente no existe.
GV: ¿Es cierto que el proyecto nacional circasiano entra en conflicto con las ambiciones neoimperiales de Rusia, y también con el proyecto nacionalista radical ucraniano, que reivindica Kuban como tierra únicamente ucraniana, y que excluye a los circasianos?
MT: Yes, that is true. On Circassian lands, those we now call Ukrainians appeared relatively late, just over 200 years ago. These events are well-documented in Russian and non-Russian historical sources.
The so-called Kuban Ukrainians are natural competitors for us. They seized our lands and consider them theirs, with Zelenskyy almost declaring them exclusively Ukrainian. I personally see them as no less dangerous rivals than the Russians.
Yes, this is a global redivision, a world war; it is inevitable, and it is unclear who else will lay claim to our land. However, the fact that we were expelled gives us the right to this land because such a crime has no statute of limitations, and sooner or later, there will be accountability. If not the current perpetrators, then their descendants.
MT: Sí, es cierto. En tierras circasianas, los que ahora llamamos ucranianos aparecieron relativamente tarde, hace poco más de 200 años. Estos hechos están bien documentados en fuentes históricas rusas y no rusas.
Los llamados ucranianos de Kuban son nuestros competidores naturales. Se apoderaron de nuestras tierras y las consideran suyas, y Zelensky casi las declara exclusivamente ucranianas. Personalmente, no los veo como rivales menos peligrosos que los rusos.
Sí, se trata de una redivisión global, de una guerra mundial; es inevitable, y no está claro quién más reclamará nuestras tierras. Sin embargo, el hecho de que nos expulsaran nos da derecho a esta tierra, porque un delito así no prescribe y, tarde o temprano, habrá que rendir cuentas. Si no los autores actuales, sí sus descendientes.
GV: ¿Cuál es su postura respecto a la propuesta de la Rada ucraniana de reconocer el genocidio circasiano, teniendo en cuenta las cuestiones que hemos debatido?
MT: Yes, I’ve heard this news. It is not yet clear in what form this recognition will come — as a law? I’m not sure Ukraine is prepared to take such a large-scale step, so I believe it will likely be a declaration similar to the one adopted by the Georgian Parliament, without legal consequences.
I, of course, welcome this step by the Ukrainian authorities but do not expect it to bring significant improvements for Circassians in their efforts to reunite on their homeland.
On the contrary, I fear that this move might stigmatize Circassians within Russia, portraying them as collaborators with the enemy. Both Georgia and Russia tend to remember the Circassians when they are in a difficult position. For Georgia, this happened after their defeat in the 2008 war with Russia.
Such declarations often have internal political motivations and are only distantly related to the Circassians themselves.
MT: Sí, he oído esta noticia. Aún no está claro qué forma adoptará este reconocimiento: ¿como ley? No estoy seguro de que Ucrania esté preparada para dar un paso tan grande, así que creo que probablemente será una declaración similar a la adoptada por el Parlamento georgiano, sin consecuencias legales.
Por supuesto, veo con satisfacción este paso de las autoridades ucranianas, pero no espero que suponga mejoras significativas para los circasianos en sus esfuerzos por reunificarse en su tierra natal.
Por el contrario, temo que esta medida estigmatice a los circasianos dentro de Rusia, que los presente como colaboradores del enemigo. Tanto Georgia como Rusia tienden a acordarse de los circasianos cuando se encuentran en una situación difícil. En el caso de Georgia, esto ocurrió tras su derrota en la guerra de 2008 con Rusia.
Estas declaraciones suelen tener motivaciones políticas internas y solo guardan una relación remota con los propios circasianos.