
«Abajo la dictadura. El pueblo al poder», se lee en una pancarta en la Marcha 100 000 contra el regimen militar en Brasil. Foto Evandro Teixeira/Reprodución de Tânia Rêgo/Agência Brasil, usada con autorización
Brasil es un país con un largo pasado por delante, dijo una vez el caricaturista Millôr Fernandes. Al final de 2024, año en que se cumplen 60 años del golpe militar que llevó a 21 años de dictadura (1964–1985), los titulares nacionales están divididos entre una película que relata la historia de un hombre desaparecido bajo el régimen y cuán cerca estuvo el país de un nuevo golpe en 2022, con el entonces presidente Jair Bolsonaro, ahora acusado.
A pesar de los casi 40 años desde que se devolvió la presidencia a los civiles, el país nunca abordó su pasado, nunca procesó a los torturadores, ni discutió la reforma de las instituciones responsables de las violaciones de derechos humanos, como la Policía y las Fuerzas Armadas.
Algunos de estos temas son tratados en Transición inacabada – Violencia estatal y violaciones a los derechos humanos en la redemocratización (Cia das Letras, 2024), libro del historiador y profesor de historia Lucas Pedretti. En un intento por llenar el vacío entre los acontecimientos del pasado y del presente para ayudar a entender dónde se encuentra el país ahora, Pedretti habló con Global Voices.
Global Voices (GV): Su libro se titula Transición Inacabada, ¿qué le faltó a la redemocratización brasileña?
Lucas Pedretti (LP): Algumas coisas, mas a que eu me dedico no livro é que faltou lidar com o problema do exercício da violência em nome do Estado. Na definição mais clássica de teoria política, o Estado tem o monopólio legítimo da violência em determinado território, ou seja, existem forças que usam a violência em seu nome. Acontece que em democracias minimamente funcionais, esse exercício da violência precisa ser altamente regulado, obedecer de forma estrita às leis e estar subordinado ao poder civil. Quando você tem pessoas usando armas em nome do Estado, essas pessoas não podem fazer política. Se elas tentam fazer política, não tem democracia possível, porque não tem diálogo, não tem disputa de ideias, só imposição por parte da força. O Brasil tem até hoje uma polícia que é altamente politizada e autônoma e, portanto, muito violenta. E, do ponto de vista das Forças Armadas (FFAA), a manutenção de uma estrutura que se julga capacitada a intervir na política quando bem entender, porque acreditam que são as verdadeiras detentoras dos interesses nacionais.
Lucas Pedretti (LP): Algunas cosas, pero la que más trato en el libro es que nos faltó abordar el problema del ejercicio de la violencia en nombre del Estado. En la definición más clásica de la teoría política, el Estado tiene el monopolio legítimo de la violencia en un territorio determinado, es decir, existen fuerzas que usan la violencia en su nombre. Sin embargo, en democracias mínimamente funcionales, este ejercicio de la violencia debe estar altamente regulado, obedecer estrictamente a las leyes y estar subordinado al poder civil. Cuando hay personas armadas en nombre del Estado, no pueden hacer política. Si intentan hacerlo, no hay democracia posible, porque no hay diálogo, no hay debate de ideas, solo imposición por la fuerza. Brasil aún tiene una policía autónoma y altamente politizada y, por ende, muy violenta. Y con respecto a las Fuerzas Armadas (FFAA), vemos la permanencia de una estructura que se considera capacitada para intervenir en la política cuando lo desee, porque se creen las verdaderas guardianas de los intereses nacionales.
GV: En su libro cita una frase atribuida a los movimientos negros y de las favelas brasileñas: «En las favelas, la dictadura nunca terminó». ¿Qué cosas permanecen de ese período, y para quién?
LP: Na redemocratização, houve uma espécie de divisão em relação a esse debate da violência do Estado. De um lado, a violência política, exercida pelos órgãos repressivos da ditadura, foi questionada e vista como ilegítima por grande parte da sociedade. Por outro lado, a violência policial que não era vista como política, mas no contexto de política pública e de violência urbana, seguiu sendo vista como legítima. Todos aqueles que não são vistos como vítimas políticas da violência de Estado continuaram sendo torturáveis, matáveis e desaparecíveis. Você tem uma Constituinte em 1988, com Ulysses Guimarães falando que tem ódio e nojo da ditadura, e uma sequência de chacinas no início dos anos 1990, que atingem a juventude negra.
Como esses sujeitos, esses grupos — e a gente pode falar ainda dos povos indígenas, da população LGBTQIA+ — sempre foram alvo de uma violência vista por parte da sociedade como legítima, eles nem entraram nessa contabilidade de vítimas da ditadura. Essas mortes nunca foram politizadas e seguiram sendo naturalizadas, mesmo com a transição.
LP: En la redemocratización hubo una especie de división en cuanto al debate sobre la violencia del Estado. Por un lado, a la violencia política, ejercida por los organismos represivos de la dictadura, se le cuestionó y vio como ilegítima por gran parte de la sociedad. Por otro lado, a la violencia policial, que no se veía como política, sino en el contexto de políticas públicas y violencia urbana, se la siguió viendo como legítima. Todos aquellos que no fueron considerados víctimas políticas de la violencia estatal continuaron en riesgo de ser torturados, matados y desaparecidos. Tuvimos una Asamblea Constituyente en 1988, y el político Ulysses Guimarães dijjo que sentía odio y asco por la dictadura, y una serie de masacres a principios de la década de q990 que afectaron a la juventud negra.
Como estos grupos, y podemos incluir también a los pueblos indígenas y a la población LGBTQIA+, siempre fueron objeto de una violencia que parte de la sociedad veía como legítima, ni siquiera entraron en el conteo de las víctimas de la dictadura. Estas muertes nunca se politizaron y se siguieron naturalizando, incluso después de la transición.
GV: ¿Cómo llegó Brasil al final de la dictadura militar?
LP: O que se teve foi um processo que os próprios militares denominaram abertura lenta, gradual e civil. A partir de 1974, os próprios dirigentes do regime vão fazer a institucionalização dos ideais da »revolução». Esse movimento tinha um grande objetivo: garantir a não-responsabilização dos militares pela tragédia política, econômica e social.
Quer dizer, eles deram o golpe, mantiveram a ditadura por 21 anos, torturaram, mataram, prenderam, desapareceram com os corpos e, a partir da segunda metade da década de 1970, dizem que a democracia só pode ser atingida pelas mãos deles. A primeira grande ideia é a da reconciliação, e a segunda de esquecimento. Isso se desdobra na lei de anistia de 1979, que garante a não-responsabilização dos militares, que parte da esquerda continue punida e faz um corte no tempo. Qualquer tentativa que não se adeque ao roteiro, é imediatamente vista como extremismo. Eles estavam olhando para a Argentina [com o juízo das Juntas], isso está em documentos militares, e dizendo que havia um perigo de argentinização da transição brasileira. O que seria isso? Medo de serem levados ao banco dos réus.
LP: Lo que hubo fue un proceso que los propios militares denominaron una apertura lenta, gradual y civil. A partir de 1974, los propios dirigentes del régimen comenzaron a institucionalizar los ideales de la »revolución». Este movimiento tenía un gran objetivo: garantizar que los militares no fueran los responsables de la tragedia política, económica y social que generaron.
Es decir, dieron el golpe, mantuvieron la dictadura durante 21 años, torturaron, mataron, encarcelaron, hicieron desaparecer cuerpos y, desde mediados de la década de 1970, comenzaron a decir que la democracia solo podía ser alcanzada a través de ellos. La primera gran idea fue la de la reconciliación y la segunda la del olvido. Todo esto llevó a la la Ley de Amnistía de 1979, que garantizó que no se responsabilizara a los militares, que parte de la izquierda siguiera castigada y que se hiciera un corte en el tiempo, (como si estuvieran creando un libro en blanco a partir de ese momento). Cualquier intento que no se ajustara al guion se veía inmediatamente como extremismo. Estaban mirando a Argentina (con el juicio a las juntas militares), como se mencionó en documentos militares, y decían que había peligro de una «argentinización» de la transición brasileña. ¿Qué significaba esto? Temían que también los llevaran ante los tribunales.
GV: Con la ley de amnistía, Brasil no castigó a los torturadores. Ahora, hay una discusión sobre una nueva amnistía para quienes intentaron el último golpe. ¿Cuáles serían las consecuencias de eso?
LP: A consequência seria colocar mais uma camada nessa histórica reprodução do golpismo, da violência de estado, que acompanha o Brasil há muito tempo, não só desde 1964. [Outros momentos históricos, fim da escravidão, transformação da colônia para o Império] sempre foram uma tradição de conciliação, acordo, esquecimento dos crimes e que vão permitindo que a ordem social desigual, racista, patriarcal se mantenha intocada.
LP: La consecuencia sería agregar un nuevo capítulo a esta histórica reproducción del golpismo, de la violencia estatal, que ha acompañado a Brasil por mucho tiempo, no solo desde 1964 (otros momentos históricos, como el fon de la esclavitud, la transformación de colonia en Imperio) siempre han sido parte de una tradición de conciliación, acuerdos, olvido de los crímenes, que ha permitido que el orden social desigual, racista y patriarcal se mantenga intacto.
GV: La Policía Federal acusó al expresidente Jair Bolsonaro y a otras 36 personas por intentar un golpe de Estado para mantenerse en el poder. ¿Cómo se conectan aquí el pasado y el presente?
LP: Estamos diante de algo inédito, que é a possibilidade de vermos presos militares de alta patente e um presidente da República pela tentativa de um golpe de estado. Isso é inédito, histórico e fundamental. Ao mesmo tempo, estamos diante de mais uma transição em que, do ponto de vista institucional, as Forças Armadas vão sair ilesas. Está no relatório da PF a ideia de que não houve golpe porque o Alto Comando do Exército foi legalista.
O professor Carlos Fico resumiu perfeitamente isso: é preciso saber se havia uma convicção democrática ou balanço de perdas e danos. Para mim, é claro que foi o segundo, porque foram eles que deixaram os acampamentos em frente às organizações militares, e no mínimo prevaricaram se sabiam do plano. A gente precisa fazer um debate sobre a instituição em si, que tipo de formação, doutrinação, as FFAA dão aos nossos militares, com recursos públicos, para formar sujeitos que tentam golpe de estado.
LP: Estamos viendo algo inédito, que es la posibilidad de ver a oficiales militares de alto rango y a un presidente de la República presos por intentar un golpe de Estado. Esto es único, histórico y trascendental. Al mismo tiempo, estamos ante otra transición en la que, desde el punto de vista institucional, las Fuerzas Armadas saldrán ilesas. En el informe de la Policía Federal se expresa la idea de que no hubo golpe porque el Alto Mando del Ejército fue legalista.
El profesor Carlos Fico resumió esto perfectamente: hay que saber si había una convicción democrática o si simplemente era un balance de pérdidas y daños. Para mí, está claro que fue lo segundo, porque permitieron los campamentos frente a unidades militares, y como mínimo, tergiversaron si tenían conocimiento de algún plan. Necesitamos debatir sobre la institución en sí misma, qué tipo de formación, que adoctrinamiento están dando las Fuerzas Armadas a nuestros militares, con recursos públicos, para formar personas que intentan golpes de Estado.
GV: En uno de los mensajes de este grupo que supuestamente planeaba el golpe, mencionado por la Policía, hay una referencia al golpe de 1964. Según el contexto brasileño actual, ¿cree que sería posible que la historia se repitiera?
LP: Tenho a convicção de que chegamos muito perto do abismo, muito perto de uma repetição. Acho que haveria reação internacional — os EUA sinalizaram explicitamente que haveria reação, isso é uma diferença central para entender as conjunturas de 1964 e de agora — mas, tampouco sou ingênuo de achar que um país da importância geopolítica que tem o Brasil, caso houvesse uma ruptura institucional violenta, o quanto essa reação internacional seria capaz efetivamente de impedir a consolidação de um regime autoritário. Se eles tivessem dado esse passo que não deram, é muito difícil saber onde estaríamos agora. Provavelmente seria uma situação drástica, eventualmente, até pior do que 1964, porque já está evidente o grau de violência, brutalidade, arbitrariedade dos sujeitos que estavam à frente desse planejamento todo. Queriam assassinar president Lula, Alckmin e Alexandre de Moraes; não é pouca coisa.
LP: Estoy convencido de que llegamos muy cerca del abismo, muy cerca de una repetición. Creo que habría una reacción internacional, Estados Unidos lo señaló explícitamente, lo que es una diferencia central para entender las coyunturas de 1964 y la actual, pero no soy tan ingenuo como para pensar que un país con la importancia geopolítica de Brasil, en caso de una ruptura institucional violenta, vería una reacción internacional capaz de impedir que se consolidara un régimen autoritario. Si hubieran dado ese paso que no dieron, es muy difícil saber dónde estaríamos ahora. Probablemente sería una situación drástica, tal vez incluso peor que 1964, porque ya es evidente el grado de violencia, brutalidad y arbitrariedad de los sujetos que estaban al frente de toda esta planificación. Querían asesinar al presidente Lula, a Geraldo Alckmin (vicepresidente) y a Alexandre de Moraes (ministro de la Corte Suprema y presidente de la Junta Electoral en ese entonces); no es poca cosa.
GV: Al mismo tiempo que los titulares hablan de este intento de golpe, las salas de cine brasileñas agotan las funciones de Aún estoy aquí, película sobre un excongresista que fue perseguido por la dictadura y asesinado. Según su hijo, Marcelo Rubens Paiva, la Comisión Nacional de la Verdad (CNV) lo ayudó a redactar el libro sobre su historia. ¿Cómo ve el rol de la CNV?
LP: As comissões da verdade foram fundamentais. Acho interessante chamar a atenção para o fato de que, na época e até depois, fomos muito críticos. Claro que a gente gostaria que fosse feito muito mais, mas ela foi no limite do que era possível. Se olhar com lentes de um certo realismo político, a gente vê o quanto foi feito, o quanto se avançou. O caso Rubens Paiva, por exemplo, é esclarecido a partir do depoimento do Raimundo Ronaldo Campos, que admite que participou da ocultação do seu corpo. O tipo de dano à imagem que isso produz para as FFAA é muito significativo e, para eles, inaceitável.
[O General] Villas-Boas, por exemplo, numa entrevista ao Celso Castro [da Fundação Getúlio Vargas], dá uma pista do porquê a comissão era tão incômoda. Ele diz ‘‘agora estão tentando dizer que houve um genocídio indígena naquela época’’. Grande parte do revisionismo que se tem está assentada na ideia de que aqui tivemos uma ‘‘ditabranda’’, que foi um regime menos violento. Até a CNV diz que foram 434 mortos e desaparecidos, mas se você inclui povos indígenas, população negra morta por esquadrões da morte, os desaparecidos e assassinados no campo, esse número explode e você não pode sustentar mais essa ideia. Acho que a CNV ao colocar em cena o debate sobre violência contra indígenas, nas favelas, etc, abriu um campo de possibilidades de investigações e disputas que é importante seguir.
LP: Las comisiones de la verdad (nacionales y estatales) fueron fundamentales. Creo que es interesante señalar que, en su momento y aún después, las criticamos mucho. Claro que nos hubiera gustado que se hiciera mucho más, pero llegaron hasta el límite de lo que era posible. Si miramos con lentes de cierto realismo político, vemos lo que se hizo, lo que se avanzó. El caso de Rubens Paiva, por ejemplo, se esclarece gracias al testimonio de Raimundo Ronaldo Campos, que admite haber participado en el ocultamiento del cuerpo. El daño a la imagen que esto produce para las Fuerzas Armadas es muy significativo y, para ellos, inaceptable.
El general Villas-Boas, por ejemplo, en una entrevista de Celso Castro (de la Fundación Getúlio Vargas), da una pista de por qué la comisión estaba tan incómoda. Dice: «Ahora están intentando decir que hubo un genocidio indígena en esa época. Gran parte del revisionismo que existe se basa en la idea de que aquí tuvimos una “dictablanda”, un régimen menos violento. Incluso la Comisión Nacional de la Verdad dice que hubo 434 muertos y desaparecidos, pero si incluyes a los pueblos indígenas, a la población negra asesinada por los escuadrones de la muerte, los desaparecidos y asesinados en el campo, ese número explota y ya no se puede sostener esa idea. Creo que la Comisión Nacional de la Verdad, al poner sobre la mesa el debate sobre la violencia contra los indígenas, en las favelas, etc., abrió un campo de posibilidades de investigaciones y disputas que es importante continuar.
GV: Enseñas historia en escuelas. ¿Cómo es hacer este trabajo en Brasil hoy en día?
LP: A gente vê de forma explícita que existem memórias em disputa. Existem as narrativas de legitimação do golpe, de negacionismo, muito presentes, existem aqueles que incorporam uma narrativa crítica à ditadura e existe um grande silêncio, um esquecimento coletivo, que talvez seja até preponderante. Poucas coisas são tão perigosas à democracia brasileira hoje quanto o Brasil Paralelo, empresa de documentários revisionistas sobre o passado, que tem um documentário para negar a ditadura de 1964. Isso revela o quanto a extrema-direita leva a sério a questão da disputa de memória, de narrativa sobre o passado. Eles sabem que é fundamental para moldar o presente e as visões de futuro. Parece que a gente acredita que o esquecimento é uma via para a reconciliação, e eles sabem que não. Tem esse tipo de narrativa nas salas de aula, e é difícil de lidar.
LP: Vemos de forma explícita que existen recuerdos contradictorios. Existen narrativas de legitimación del golpe, de negación, muy presentes hoy; hay quienes adoptan una narrativa crítica contra la dictadura y existe un gran silencio, un olvido colectivo, que tal vez sea la posición predominante. Pocas cosas son tan peligrosas para la democracia brasileña hoy como Brasil Paralelo, productora de documentales revisionistas sobre el pasado, que incluso hizo un documental que niega la dictadura de 1964. Esto revela qué tan en serio se toma la extrema derecha la disputa por la memoria, la narrativa sobre el pasado. Saben que es fundamental para moldear el presente y las visiones de futuro. Parece que creemos que el olvido es una vía para la reconciliación, y saben que no. Ese tipo de narrativa está en las aulas, y es difícil de manejar.