
Hombre feliz de recibir un préstamo de un aplicativo de préstamos. Imagen de Ali Mkumbwa, de Unsplash. Uso gratuito.
Kenia ha surgido como líder en innovación digital en África, con servicios financieros móviles como M-Pesa, que revoluciona cómo la gente accede a servicios financieros. Sobre esta tendencia, los aplicativos de préstamos digitales han ganado popularidad rápidamente, ofrecen préstamos instantáneos con requisitos mínimos. A diferencia de los bancos tradicionales que requieren garantías o un historial de crédito formal, estos aplicativos tienen datos de los teléfonos inteligentes de los prestatarios para valorar su solvencia. Esta innovación ha permitido a millones de kenianos acceder a fondos de emergencia y hacer crecer sus negocios, en particular aquellos excluidos de los sistemas bancarios formales.
A pesar de estos beneficios, el crecimiento del préstamo digital ha llegado con significativas dificultades. Las infracciones de privacidad y las prácticas de préstamo no éticas han elevado las preocupaciones entre prestatarios y reguladores. Informes de acoso, humillación pública y prácticas de datos invasivos han dañado la reputación de estas plataformas. Si bien estos aplicativos tratan las brechas de inclusión financiera, sus operaciones a menudo existen en un ambiente legal turbio, que dejan a los prestatarios vulnerables a la explotación.
El problema de la privacidad: Lo que dicen los prestatarios
Un hilo viral publicado del influenciador keniano Cyprian, Is Nyakundi muestra vívidamente estas prácticas. El hilo incluye capturas de pantalla de mensajes humillantes que los prestatarios han recibido. En un ejemplo, un prestatario recibió este mensaje de texto:
Another ones. I thought there was a crackdown on these guys pic.twitter.com/plwVX8QgQl
— Cyprian, Is Nyakundi (@C_NyaKundiH) November 25, 2024
Estimado Campeón de la Deuda, Ministro de Crédito
Deben empujarte a pagar nuestro dinero. Cuando pides prestado te sometes… pero para pagar las velas. Claro, [paga] nuestro dinero antes de las 3pm. Si no, cancelaremos su solicitud de préstamo los próximos tres meses… Cliente, pida prestado lo que pueda pagar.
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Otros más. Pensaba que se habían puesto más estrictos con esta gente.POR TODAS PARTES HAY DEUDA, DEUDA DEUDA, DEUDA DE COMPRA, PRÉSTAMO DE VERDURAS DE LA MADRE, PRÉSTAMO DE MANGUO. SEÑORA, PÁGUENOS NUESTRO DINERO AHORA. Y convoque una reunión.
En el primer mensaje, un prestatario fue calificado como “BINGWA WA MADENI” (Campeón de Deudas). Este mensaje se burla de la incapacidad del prestatario para devolver y lo amenaza de bloquearlo a acceder a futuros préstamos. El lenguaje es tan insultante como degradante, lo que refleja así el tono agresivo que muchos prestamistas digitales adoptan.
La segunda cita acusa hostilmente al prestatario de tener deudas en todas partes (desde el supermercado hasta zapatos de alquiler) y demandó una devolución inmediata. Sorprendentemente, la cantidad adeudada era solo 432 chelines (unos 3.35 dólares). A pesar de la pequeña cantidad, el prestamista recurrió a un lenguaje degradante, humilla al prestatario y da detalles del pago como si la situación fuera una crisis financiera urgente.
Los ejemplos mencionados muestran hasta qué punto los aplicativos de préstamos humillan a los prestatarios. Los mensajes publicados en redes sociales han desatado conversaciones sobre las violaciones de privacidad y las prácticas no éticas de los prestamistas digitales en Kenia. Para prestatarios, estas tácticas a menudo generan problemas emocionales, reputaciones, relaciones dañadas y un desgaste de la confianza en sistemas financieros digitales.
¿Cómo acceden los aplicativos de préstamo a los datos privados de los prestatarios?
Cuando los prestatarios se descargan estos aplicativos, a menudo requieren dar grandes permisos que incluyen acceso a contactos, registro de llamadas y mensajes SMS. Estos datos se usan para construir perfiles de crédito y, más controvertidamente, para ejercer presión durante el cobro de deuda. Un informe del Centro de Propiedad Intelectual y Ley de Información Tecnológica (CIPIT) de la Universidad de Strathmore reveló que la mayoría de los aplicativos de préstamos acumulan muchos más datos de los necesarios, con muy poca transparencia sobre cómo se usan o guardan esos datos.
Estos aplicativos a menudo explotan los vacíos legales en las leyes de protección de datos de Kenia. Por ejemplo, a los prestatarios rara vez se les informa cómo se difundirán sus datos con terceras partes. Los contactos del prestatario pueden recibir mensajes que humillan al prestatario sin el consentimiento de los contactos. Esta práctica no solo viola la privacidad del prestatario, también incluye el uso no autorizado de información personal de otros.
Las prácticas de cobro de deudas que usan algunos prestamistas digitales se han descrito como crueles. Los prestatarios que incumplen, aunque sea por un día, han informado que reciben mensajes amenazantes. En casos más extremos, los prestamistas mandan mensajes SMS en masa a los contactos del prestatario, los acusan de ser estafadores o alertan que no se asocien con el prestatario.
Estas tácticas han llevado a una protesta pública y a pedir regulaciones más estrictas. Por ejemplo, un prestatario en Nairobi contó que un prestamista envió un mensaje a un pariente que decía: «Hola, por favor dile a XXX que pague el préstamo Okash de 2560 chelines HOY, antes de que procedamos a tomar acción legal para cobrar la deuda». Tal humillación a menudo hace que los prestatarios prioricen la devolución sobre sus necesidades básicas, lo que agrava los problemas financieros.
Área legal gris: ¿Están incumpliendo la ley estos aplicativos?
La Ley de Protección de Datos de Kenia, aprobada en 2019, define claras directrices para la recolección de datos, el consentimiento y el uso. Prohíbe a las organizaciones difundir datos personales sin el consentimiento explícito de la persona. Sin embargo, la aplicación de estas leyes ha sido inconsistente, y deja que algunos prestamistas digitales operen sin control. La Oficina para el Comisionado de Protección de Datos (ODPC, sus siglas en inglés) ha recibido muchas quejas sobre violaciones de privacidad por parte de los aplicativos de préstamos, pero la falta de medios y los vacíos legales han demorado las acciones.
Sin embargo, el Banco Central de Kenia ha progresado en la regulación de los préstamos digitales e implementado requisitos más estrictos de licencias. Las regulaciones de 2021 facultan al Banco Central de Kenia a derogar licencias de prestamistas que usan tácticas intrusivas de cobro de deudas, como acoso telefónico a los amigos, socios y familiares de los deudores. En línea con estas medidas Google ha actualizado su política de préstamos personales para prohibir los aplicativos que den o faciliten a los préstamos personales acceder a los contactos o fotos de los usuarios.
No obstante, muchos aplicativos sin regulación siguen funcionando, a menudo cambian el nombre cambian de imagen para evitar que los detecten. Este vacío regulatorio deja a los prestatarios vulnerables y daña la confianza en el ecosistema de préstamo digital.
Derechos de los prestatarios: ¿Qué protección existe?
Según la ley keniana, los prestatarios tienen varios derechos, como el derecho a acceder a sus datos personales, pedir que los datos se eliminen y objetar a su uso erróneo. Sin embargo, muchos prestatarios no conocen estos derechos, lo que los deja a la merced de prestamistas predatorios. Campañas de educación de organizaciones de derechos del consumidor han sido fundamentales, pero se tiene que hacer más para asegurar que los prestatarios puedan ejerce sus derechos con efectividad.
Una solución potencial puede ser empoderar prestatarios a través de la tecnología. Plataformas como el sitio web de la Oficina del Comisario de Protección de Datos permite a las personas informar sobre violaciones de privacidad y presentar denuncias contra los prestamistas que incumplen. No obstante, el proceso a menudo es largo y burocrático, lo que desalienta a muchos prestatarios a buscar una rectificación.
Tendencias globales: ¿Son estas prácticas únicas en Kenia?
Aunque las complicaciones de los préstamos digitales en Kenia son grandes, no son únicas. En Nigeria, aplicativos similares han tenido enfrentamientos por sus prácticas invasivas, algunos prestatarios informan de acoso y humillación pública. En India, hay prestamistas digitales que han sido objeto de escrutinio por sus altas tasas de interés y métodos no éticos de recuperación de deuda. Estos paralelos globales desatacan la necesidad de un planteamiento coordinado para regular los préstamos digitales y proteger los derechos de los prestatarios.
En contraste, países como Filipinas han dado pasos agigantados en regular estas prácticas con altas multas a prestamistas que violen las leyes de privacidad. Kenia podría aprender de estos ejemplos, fortalecer su cuadro regulador y asegurarse de que aplicativos que no cumplan enfrenten consecuencias severas.
Para abordar estos problemas, Kenia necesita una visión múltiple. Los reguladores deben cerrar los vacíos legales y asegurar una aplicación más estricta de las leyes existentes. Al mismo tiempo, las campañas de conocimiento público pueden educar a los prestatarios sobre sus derechos y los riesgos de usar aplicativos sin regulación. Grupos de apoyo, expertos en tecnología e instituciones financieras deben colaborar para crear normas de préstamos éticos que prioricen la transparencia y la justicia.
Además, el papel de la tecnología no puede pasarse por alto. Desarrollar plataformas centralizadas donde los prestatarios pueden comprobar el estado de cumplimiento de los aplicativos de préstamos antes de descargarlos puede ayudar a mitigar riesgos. Los reguladores también podrían plantearse integrar la inteligencia artificial para supervisar y señalar automáticamente a los aplicativos que no cumplan.
Aunque el préstamo digital tenga el potencial de transformar vidas pues da acceso a crédito a poblaciones marginadas, si no hay medidas de precaución adecuadas, también puede haber explotación y abuso. Para Kenia, el desafío es el equilibrio entre los beneficios de la inclusión financiera y la necesidad de proteger la privacidad y dignidad individual.