
Captura de pantalla del video de un reportaje de Anka News Agency. Uso legítimo..
En Turquía, los arrestos y destitución de funcionarios municipales democráticamente elegidos han sido comunes desde 2016. Luego del intento de golpe militar de ese año, Turquía presentó una reforma a la ley vigente sobre municipalidades que permitía que el Gobierno destituyera a alcaldes electos, tenientes alcaldes y concejales con el argumento de presuntos vínculos con el terrorismo.
Según documentación de la sociedad civil local, desde 2016, el Gobierno ha destituido a más de 140 alcaldes, y los ha sustituido con concejales que ha designado. Los cambios legales presentados y aprobados en 2016 también afectaron al personal municipal. Desde 2016, más de 9000 trabajadores permanentes y subcontratados, y también servidores civiles, fueron despedidos, según documentación de grupos locales. La destitución más recientes fue la del alcalde del distrito de Esenyurt, profesor doctor Ahmet Özer, del principal partido opositor, el Partido Republicano Popular (CHP) y alcaldes prokurdos. Las destituciones suelen tener como resultados arrestos por “terrorismo”.
La detención del profesor doctor Ahmet Özer acusado de «pertenecer a una organización terrorista» el 30 de octubre de 2024, desencadenó protestas encabezadas por su partido, el CHP. Los líderes del CHP, parlamentarios y partidarios se reunieron frente a la municipalidad y declararon su compromiso de defender al alcalde y proteger la voluntad del pueblo.
El alcalde Özer fue detenido como parte de una investigación de la Fiscalía de Estambul y fue arrestado formalmente después de una audiencia de dos horas en el juzgado de Estambul. Tras su arresto, partidarios del CHP se reunieron afuera de la municipalidad de Esenyurt y corearon lemas como «Gobierno, renuncia» y «ganaremos si resistimos».
El presidente provincial del CHP en Estambul, Özgür Çelik, y el presidente del partido, Özgür Özel, enfatizaron que el partido cree en la inocencia del alcalde Ahmet Özer, y calificó el arresto de ataque con motivación política a los principios democráticos. Sus partidarios repitieron ese sentir, dijeron que la detención es una desconsideración a la voluntad popular.
Históricamente, el CHP ha tenido mucho apoyo en Esenyurt, el alcalde Özer obtuvo casi la mitad de los votos en las elecciones locales del 31 de marzo. Según dicen miembros del partido, esta protesta va más allá de la detención de una persona y representa una mayor lucha por justicia ya democracia. Pese a las duras condiciones climáticas, los manifestantes expresaron su determinación a resistir lo que consideran una represión ilegal de los valores democráticos.
Los lugareños expresaron su preocupación por la fuerte presencia policial en la zona, que ha restringido el movimiento y creado tensión. Los críticos sostienen que estas medidas, justificadas como precauciones de seguridad, reflejan intentos más serios de socavar la gobernabilidad local y la representación democrática.
La reciente ola de reemplazos de alcaldes del opositor CHP es una experiencia conocida para los alcaldes kurdos, que han sido los más destituidos y arrestados. El partido Igualdad y Democracia Popular (DEM, antes HDP, principal partido prokurdo de Turquía), es el tercer mayor partido turco. Después de las elecciones generales más recientes, el partido obtuvo 57 escaños en el Parlamento. En las elecciones municipales de 2024, los candidatos del partido ganaron en 10 ciudades, 58 distritos provinciales y siete condados. Después de las elecciones locales previas, muchos de los alcaldes elegidos democráticamente, 58 para ser exactos, fueron destituidos y reemplazados por funcionarios designados por el Estado por sus presuntos vínculos con militantes kurdos. Esto es en referencia al prohibido Partido de los Trabajadores del Kurdistán, o PKK, al que Turquía y Occidente describen como grupo terrorista.
El HDP, predecesor del DEM, enfrenta posible cierre por presuntos vínculos militantes, que el partido ha negado vehementemente. El confundador del HDP también está tras las rejas.
La sustitución de los alcaldes kurdos fue criticada en Turquía y en el extranjero. Human Rights Watch dijo: «[La decisión del gobierno de Recep Tayyip] Erdoğan en los últimos días de destituir a cuatro alcaldes elegidos democráticamente y disolver los consejos municipales es un duro golpe a las credenciales democráticas de Turquía y viola los derechos de más de medio millón de votantes».
En un comunicado el 4 de noviembre de 2024, Marc Cools, presidente del Congreso de Poderes Locales y Regionales del Consejo de Europa, expresó su preocupación y añadió que «estas destituciones constituyen la aplicación más reciente de la antigua práctica de nombrar funcionarios, que el Congreso y la Comisión de Venecia consideran que socava la naturaleza misma de la democracia local».
El alcalde de Estambul, Ekrem İmamoğlu, miembro del CHP, declaró que la decisión del Gobierno iba en contra de la legislación vigente. «Si se destituye a un funcionario electo, otro representante electo, es decir, uno de los miembros del consejo, debe ocupar su lugar. La autoridad para elegir pertenece exclusivamente a los votantes y es intransferible», tuiteó.
El 30 de noviembre, otro alcalde del partido DEM, Ayvaz Hazir, fue reemplazado por un funcionario y fue detenido. Birsen Orhan, coalcalde de la provincia oriental de Dersim, fue detenido el mismo día por «violar la ley de asambleas», según informó el medio independiente turco DuvarEnglish.
Las autoridades también respondieron con dureza a las protestas por los recientes reemplazos y nombramientos de funcionarios. Además de los bloqueos policiales que impidieron la libertad de reunión y circulación de los lugareños, se detuvo a decenas de personas, según informaron medios locales.
En Esenyurt han llamado la atención las reacciones públicas al nombramiento de funcionarios y la injusticia del proceso electoral. Los ciudadanos argumentaron que los nombramientos de funcionarios son ilegales e injustos, y los describieron como un golpe a la democracia. Se considera que esta práctica socava los principios de la democracia, y han llamado a respetar la voluntad pública y críticas al Gobierno autoritario por violar los derechos humanos.
En Esenyurt viven personas de diversos orígenes étnicos, y destacan los mensajes de unidad y solidaridad. Los ciudadanos kurdos subrayan la necesidad de acabar con la discriminación y buscan un esfuerzo colectivo para preservar la unidad de Turquía. Los lugareños consideran una injusticia el nombramiento de funcionarios en lugares donde se perdieron las elecciones. También creen que estas políticas se usan para desviar la atención de las acuciantes dificultades económicas. Se dice que estas prácticas profundizan la desilusión pública y obligan a la gente a centrarse en cuestiones políticas en lugar de abordar las dificultades económicas.
Un lugareño comentó la situación: «Es muy ilógico; este es el juego de Tayyip, ¿sabes? No hay nadie que no lo vea. Todo el mundo lo sabe; si preguntas a un niño, lo sabe; si preguntas a un adulto, lo sabe. Pero si preguntas a los partidarios de Justicia y Desarrollo (AKP), cambiarán la narrativa. Llevo aquí 13 años; he visto la era del Partido Justicia y Desarrollo. Aquí solo hay especulación, todo es cuestión de dinero. Algunos contratistas afiliados al partido Justicia y Desarrollo no pudieron sacar adelante sus proyectos, así que agitaron las cosas y hundieron al hombre. Esa es la realidad».
Las protestas en Esenyurt, y en otras provincias, reflejan inquietudes más amplias sobre democracia, derechos humanos y luchas económicas en Turquía, pero aún está por ver si el actual planteamiento del Gobierno cambia, teniendo en cuenta las quejas que ha expresado abiertamente la gente.