Mujeres en cargos públicos en Macedonia del Norte son blanco fácil de la incitación al odio

Composición de fotos de Big Mama, Adelina Tahiri, Saranda Imeri Stafai y Kaltrina Zekolli Shaqiri. Ilustración editada por Portalb.mk (fotos tomadas de sus redes sociales), usadas con autorización.

Este artículo de Fjola Zlatku se publicó primero en albanés en Portalb.mk y Meta.mk lo tradujo al inglés. Reproducimos una versión editada en virtud de un acuerdo para compartir contenido entre Global Voices y Metamorphosis Foundation. 

Pese al visible progreso en la lucha por los derechos de la mujer, el aumento de la s representación de la mujer en política y mayor atención a problemas que afectan a la mujer, persiste la tendencia de expresar desprecio e insultar a la mujer. Más específicamente, estos ataques son contra mujeres que están cada vez más expuestas al discurso de odio por su profesión, sobre todo en plataformas de medios sociales, como Facebook, Instagram y X (antes Twitter). En la mayoría de los casos, este tipo de discurso se usa como herramienta para minar su dignidad y situación en la sociedad, según Portalb.mk.

Un estudio del Instituto Democrático Nacional reveló que en la primera mitad de 2024, se identificaron 3380 comentarios con lenguaje sexista contra mujeres en política. Esto tiende a aumentar en periodos preelectorales. El problema se ve más exacerbado por la inadecuada regulación de las plataformas sociales, que por lo general no logran abordar efectivamente las violaciones contra la mujer en el sector público, y por la impunidad que tienen los perpetradores con las autoridades relevantes. Que no se asuma responsabilidades afecta negativamente a las mujeres atacadas y a las iniciativas de promover el discurso públicos respetuoso.

Se suele usar como arma los arraigados estereotipos sobre roles de la mujer en la sociedad contra mujeres que enfrentan las normas tradicionales o asumen posiciones de liderazgo. Por tanto, las personas muy importantes se encuentran en una posición difícil en la que su vida profesional significa una amenaza a su vida privada. A diferencia de los hombres, a quienes se suele criticar por sus habilidades profesionales, las mujeres suelen ser blanco de ataques que incluyen una invasión injusta de su privacidad. Independientemente de su profesión —sea política, medios, empresas o entretenimiento— sus habilidades y logros se ven eclipsadas por ataques a su moralidad como mujeres. Existen numerosos ejemplos  que ilustran este problema social.

‘Incidentes’ de medios de discurso de odio contra mujeres en la esfera pública

En noviembre, Adelina Tahiri, popular cantante de etnia albanesa de Skopie, se volvió blanco de discurso de odio. Una publicación en Facebook de ATV que muestra una entrevista en la que debatía sus relaciones conyugales y familiares se vio inundado de ofensivos comentarios machistas. Tahiri ha enfrentado críticas similares antes, sobre todo por su matrimonio con un hombre de etnia macedonia, el matrimonio de un hermano con una mujer de etnia macedonia, y su participación en una manifestación del partido político VMRO-DPMNE, que apoya posiciones nacionalistas macedonias. Estos ataques a sus elecciones personales no solamente reduce sus logros artísticos, también destacan los persistentes estereotipos de género en una sociedad patriarcal.

Otro ejemplo se refiere a la cantante Big Mama, que se volvió blanco de discurso de odio después de un video suyo en TikTok en el que canta canciones serbias en un restaurante grabado por Balkan.info e emitido por el portal in7.tv. Los comentarios dirigidos a ella combinaban insultos de género con apodos étnicos, que refuerzan estereotipos dañinos y ahonda divisiones étnicas.

Recientemente, Kaltrina Zekolli Shaqiri, actual viceministra de Transporte de Macedonia del Norte, enfrentó graves ataques en línea por sus opiniones políticas. En una entrevista con TV21, expresó su gratitud por el líder de su partido, Izet Mexhiti, que según ella tuvo gran impacto en su carrera política, que apoyó su decisión seguirlo en la nueva división de la estructura política. Esto lo distorsionó el medio Explus, que lo vinculó a la controvertida imagen de Zekolli sentado en una mesa llena de dinero en una publicación titulada “Kaltrina Zekolli con mucho dinero en la mesa de Izet Mexhiti a la cabeza de la municipalidad”. La publicación, que usa discurso de odio, generó una avalancha de comentarios machistas, misóginos y despectivos sobre ella.

Similarmente, en la Coalición VLEN de partidos de políticos de etnia albanesa, la parlamentaria Saranda Imeri enfrentó comentarios de odio después de una entrevista en TV21 en la que hablaba de que es artista y política, y sobre su licenciatura en inglés. Esos comentarios ofensivos demuestran cómo nuestra sociedad ve los logros de las mujeres con la suspicacia, lo que disminuye su trabajo duro y su inversión.

Estos casos ilustran cómo esos ataques impiden que las mujeres participen en política y en la vida pública, y crea un ambiente hostil que afecta la igualdad de género en estos espacios. El impacto del discurso de odio por género y difamación va más allá de arruinar la reputación de personas; fomenta un clima de temor y desaliento que impide que las mujeres participen en la vida pública, política y cultural. Este fenómeno profundiza la desigualdad de género en la esfera pública, que causa que las mujeres estén menos presente y representadas.

Se ha «normalizado» el discurso de odio contra las mujeres

Los expertos sostienen que la violencia en línea contra la mujer se ha normalizado ampliamente.

Christina Doda, investigadora del Instituto de Derechos Humanos, publicó los hallazgos de un reciente estudio en un tema más perturbador sobre violencia de género en línea (como el ciberacoso) contra estudiantes de secundaría en Macedonia del Norte.

Doda explico que las muchachas son las víctimas más frecuentes de esta forma de acoso:

Gender stereotypes, prejudices and traditional roles reinforce cultural (violent) forms of behavior, both online and offline, while the disturbing narrative for boys is mainly found on the profiles which differ from the widespread norms on heteronormativity. Our analyses show that the narrative directed towards girls mainly contains a sexual component, with misogynistic and sexist comments.

Los estereotipos de género, los prejuicios y los roles tradicionales refuerzan las formas culturales (violentas) de comportamiento, en línea y fuera de línea, mientras que la narrativa perturbadora para los varones está principalmente en los perfiles que difieren de las normas generalizadas sobre heteronormatividad. Nuestros análisis muestran que la narrativa dirigida a las mujeres contiene principalmente un componente sexual, con comentarios misóginos y machistas.

Estos hallazgos reflejan una tendencia societaria de juzgar a las mujeres que tienen éxito en la esfera pública, tendencia que se cultiva desde temprana edad.

La activista Biljana Bejkova de la ONG Infocenter, que defiende los derechos de periodistas y mujeres, señaló que junto con comentarios negativos, la información equivocada por género debe considerarse un factor crucial en el movimiento contra el género, que socava los derechos de la mujer. Bejkova explica:

These harmful narratives aim to discredit, devalue, and intimidate women. Misinformation about gender not only limits women’s participation in the public sphere but also encourages a culture of intolerance and hatred, which contradicts the basic democratic principles of equality and justice. Taking this into account, it is extremely important to recognize these narratives and misinformation as part of broader efforts to undermine gender equality and develop strategies for their prevention and eradication.

Estas narrativas dañinas pretenden desacreditar, devaluar e intimidar a las mujeres. La desinformación sobre el género limita la participación de las mujeres en la esfera pública, y también fomenta una cultura de intolerancia y odio, que contradice los principios democráticos básicos de igualdad y justicia. Teniendo esto en cuenta, es sumamente importante reconocer estas narrativas y la desinformación como parte de iniciativas más amplias para socavar la igualdad de género y desarrollar estrategias para evitarla y erradicarla.

Es imperativo tomarse en serio la situación y exigir medidas inmediatas a las autoridades y a los medios. Las autoridades deben reforzar los marcos jurídicos y garantizar que las leyes contra la incitación al odio por género se aplican de forma efectiva, con penas adecuadas para las infracciones. Mientras tanto, los medios deben promover un discurso público respetuoso y que no tolere los ataques contra la mujer. Deben mantener normas profesionales en la información y controlar los comentarios en las plataformas pertinentes. Solo con este planteamiento podremos crear un entorno más seguro y solidario en el que las mujeres se sientan capacitadas para participar activamente en la vida pública, y que contribuyan a la igualdad de género y al progreso social.

Sara Milenkovska, investigadora de igualdad de género y cofundadora de la red Stela, explicó que el discurso de odio contra la mujer se ha vuelto tan normalizado en Macedonia del Norte que ahora es parte de la retórica normal que usan algunos políticos, medios y ciudadanos cuando debaten sobre la mujer en política, vida pública y hasta su vida privada. Dice:

Just look at the results of analysis of hate speech against female politicians during the last elections, which directly affects the will and opportunities for more women to get involved in protecting their rights through politics. However, women in politics are not the only victims of hate speech that also targets women’s bodies and their very existence in public. For example, the Olympic Games and the way different women are talked about shows that hate speech is not only gender-based but also based on inequality in terms of racism, xenophobia and Islamophobia. The inequality that women face is intersectoral, that is, on multiple levels.

Basta con que ver los resultados del análisis del discurso de odio contra las mujeres políticas en las últimas elecciones, que afecta directamente a la voluntad y las oportunidades de que más mujeres participen en la protección de sus derechos a través de la política. Sin embargo, las mujeres en la política no son las únicas víctimas del discurso de odio que también apunta a los cuerpos de las mujeres y a su propia existencia en público. Por ejemplo, los Juegos Olímpicos y la forma en que se habla de las diferentes mujeres demuestran que el discurso del odio no solo se basa en el género, sino también en la desigualdad en términos de racismo, xenofobia e islamofobia. La desigualdad que enfrentan las mujeres es intersectorial, es decir, en múltiples niveles.

Milenkovska también señala que los movimientos contra el género, junto con la desinversión institucional en la lucha por un mundo más libre e igualitario, no hacen sino dificultar aún más los esfuerzos por el cambio.

Ofensa punible

El marco legal de Macedonia del Norte prohíbe la discriminación y el acoso por género. El Código Penal de Macedonia del Norte enumera varios delitos motivados por el discurso de odio, incluidos los que se cometen en línea. La ley de servicios de medios de audio y audiovisuales prohíbe distribuir contenido de medios que incite o promueva la discriminación, intolerancia u odio.

Un análisis de Portalb.mk publicado a fines de 2023 destacó que, en Macedonia del Norte, han aumentado los casos de discurso de odio en línea en los últimos años, y particularmente, las mujeres son las víctimas principales. Lamentablemente, las instituciones no están haciendo suficiente para abordar el problema, pese a las constantes advertencias de la sociedad civil y los informes internacionales.

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