Hay un mercado clandestino de óvulos de rusas para gestación subrogada en China

Hacia mediados de 2024, las redes sociales rusas se inundaron con anuncios que promovían la donación de óvulos en China. Se prometían varios miles de dólares a mujeres jóvenes, saludables y atractivas, de más de 162 cm de altura, a cambio de su material biológico. Además del pago, a las donantes se les ofrecían vuelos gratuitos a otro país, alojamiento en hoteles lujosos y comidas gourmet. Sin embargo, había un inconveniente: la donación comercial de óvulos es ilegal en China. El portal Gente de Baikal (Ludi Baikala) investigó el funcionamiento del mercado clandestino de óvulos rusos. Global Voices reproduce una versión traducida y editada con autorización.

La entrevista

Anna, de 22 años que vive en Moscú (nombre ficticio), se preparó para su entrevista con la familia de los compradores potenciales según las instrucciones de su agente. Se maquilló levemente, ya que a los chinos les gusta la belleza natural. Dejó que el largo cabello oscuro cayera sobre los hombros, lo metió detrás de las orejas para crear la apariencia de orejas prominentes, una característica considerada atractiva en China. La entrevista fue mediante videollamada con un traductor. Sin embargo, solo la cámara de Anna estaba encendida, por lo que los compradores podían verla, pero ella no veía nada.

La entrevista comenzó con preguntas promedio: altura, peso, tipo de sangre y antecedentes familiares. Esta era la sexta entrevista de Anna, por lo que ya sabía cómo comportarse: sonreír, decir la verdad cuando las respuestas puedan verificarse fácilmente y adornar un poco cuando fuera necesario. Por ejemplo, le sumó cinco años a la edad de su abuela porque los clientes chinos valoran a las donantes con familiares longevos. A Anna le pidieron caminar frente a la cámara, pararse en un umbral para mostrar su físico y altura, y mostrar sus dientes.

En esta ocasión, la pareja le hizo algunas preguntas inesperadas: ¿qué calificaciones obtuvo en matemáticas en la escuela? ¿Disfrutaba de su trabajo?

Dos días después, el agente le informó que había sido elegida para la donación, lo que significaba que volaría a China en una semana.

La historia de Anna comienza

En abril de 2024, Anna, estudiante de medio tiempo y diseñadora, se encontró con un video en Instagram. El video parecía un anuncio de viajes, con escenas de turismo y gastronomía. La actriz también mostraba billetes de dólares, afirmaba que las donantes podían ganar entre 3000 y 7000 dólares. El video lo publicó una agencia que reclutaba mujeres para donar óvulos en el extranjero, principalmente en China. Se indicaba que las candidatas debían tener entre 18 y 30 años, no ser ni demasiado delgadas ni demasiado gordas, y no tener vicios ni enfermedades hereditarias.

Anna se sintió intrigada por la oportunidad de ganar dinero y viajar gratis a Asia. Además, ya había donado óvulos seis veces en Rusia sin complicaciones, ganando hasta 100 000 rublos (1300 dólares) por procedimiento. Sin embargo, había un gran obstáculo: aunque la donación de óvulos a cambio de dinero es legal en Rusia, está prohibida en China.

Anna pasó un mes pensando si tomar el riesgo y postular. En mayo, decidió hacerlo. Recibió rápidamente una respuesta de un gerente que le pedía que enviara fotos. Luego, debió llenar un cuestionario sobre su edad, altura, peso, educación, tipo de sangre, las fechas de su siguiente ciclo menstrual y una breve biografía.

La familia china fue encontrada por un agente que conoció a través de un chat para donantes.

El proceso se desarrolla rápidamente

Las donantes de óvulos deben someterse a un tratamiento de estimulación hormonal, cuyo objetivo es obtener más óvulos de los que se obtendrían durante un ciclo ovulatorio normal. La estimulación hormonal comienza el segundo día del ciclo menstrual de la donante y se realiza en China. Los clientes no están dispuestos a esperar, por lo que la visa de Anna fue agilizada y los boletos fueron reservados en cuatro días. Además, se sometió a varias pruebas.

El mercado clandestino de óvulos rusos

En julio de 2024, el canal de Telegram RTVI notó un aumento de videos idénticos de Instagram que promocionaban la donación de óvulos en China.

Gente de Baikal identificó al menos 18 cuentas de Instagram que promocionaban la donación de óvulos en China. Estas cuentas mostraban imágenes de dinero en efectivo, iPhones de última generación y MacBooks comprados con las ganancias. También enmarcaban la donación como una forma de “ayudar a parejas sin hijos que han perdido la esperanza de concebir naturalmente”. Las destinatarias, y posibles donantes, de estos videos eran mujeres de Rusia, Bielorrusia, Ucrania y Kazajistán.

Muchos empleados de agencias no tienen formación médica. Por ejemplo, en un video de la cuenta “Da Donation” aparece una gerente que trabajó como especialista en extensiones de pestañas entre 2018 y 2020, según su actividad en Instagram. En el sitio web de Sunshine Egg Donation Agency, el experto médico en fertilización in vitro es un gestpr de negocios con un título del Instituto de Comercio Soviético de Volgogrado. El coordinador para los potenciales padres prospectivos trabajó anteriormente como astrólogo. Ninguno de estos representantes respondió a las solicitudes de entrevista.

¿Quién elige los «óvulos eslavos»?

El costo de la donación de óvulos depende de varios factores. Las mujeres pueden fijar su precio, pero los agentes generalmente les ayudan a evaluar el valor según las condiciones del mercado y sus atributos personales.

En primer lugar, los clientes priorizan la apariencia física: altura, peso, piel clara y complexión sin imperfecciones. A los clientes chinos generalmente no les gustan los lunares, las pecas ni el cabello rojo. Los tatuajes, las pestañas postizas y los rellenos también reducen las probabilidades de ser elegida. Las tendencias de moda en la apariencia de las donantes evolucionan; actualmente, la «ternura» y la «femineidad» tienen mucha demanda. Las agencias alientan a las mujeres a enviar fotos en las que salen usando vestidos y sonriendo.

Se ofrecen pagos más altos a las donantes con títulos universitarios prestigiosos, habilidades en idiomas extranjeros o talentos artísticos, ya que los clientes esperan que sus hijos hereden estas características.
No solo las mujeres ganan dinero: según Anna, su agente ganaba 2000 dólares por cada donante que completaba un programa.

¿Por qué está creciendo el mercado clandestino de óvulos en China?

En 2020, el periódico chino The Paper informó que las estudiantes universitarias se alarmaron por los anuncios de donación de óvulos pegados en las paredes de los baños de mujeres. Una reportera se hizo pasar por una donante potencial y contactó a la agencia mencionada en el anuncio. Le explicaron que las «chicas de óvulos» o «hermanas de óvulos» se clasificaban por calidad. Las mujeres de universidades de élite podían ganar hasta 40,000 yuanes (5500 dólares), mientras que las donantes con aspecto promedio y sin educación superior recibían entre 10 000 y 20 000 yuanes (1400–2800 dólares).

No se firman contratos con las donantes porque la compra y venta de óvulos es ilegal en China. Sin embargo, el negocio persiste, a pesar de los esfuerzos de las autoridades por eliminar los anuncios. Esto se debe a que obtener legalmente óvulos para fecundación in vitro es casi imposible en el país.

Según un comunicado de 2003 del Ministerio de Salud chino, solo los óvulos sobrantes de pacientes de fecundación in vitro pueden ser utilizados, y solo por mujeres casadas con infertilidad documentada. Esto ha creado largas listas de espera, lo que obliga a muchas familias a recurrir a agencias clandestinas. Para 2021, había más de 400 agencias clandestinas en China, según el medio chino CCTV.

Extracción de óvulos y un susto

El programa de Anna se llevó a cabo en Chongqing, ciudad de 32 millones de habitantes en el suroeste de China. Se alojó en una habitación de hotel con ventanas panorámicas en el piso 18. Una joven asistente china, contratada por su agente, la llevó a todas las citas, y se comunicaba a través de un aplicativo de traducción.

Cuando el período de Anna comenzó, visitó una clínica para una serie de pruebas. Luego, una enfermera la visitó todos los días a las 16:00 horas para administrar inyecciones hormonales. El programa restringía el consumo de alcohol, tabaco, el ejercicio y las relaciones sexuales, pero Anna estaba libre de otras restricciones.

La estimulación hormonal duró 10 días. El día de la extracción de óvulos, la asistente de Anna la llevó a una zona residencial, no a una clínica. Le quitaron el teléfono y los documentos y le pusieron una etiqueta con caracteres chinos en el brazo. Junto con otras cuatro mujeres chinas, Anna subió a una furgoneta blanca con vidrios polarizados. No podía ver nada afuera y se sintió ansiosa.

«Empecé a entrar en pánico, pensando que iban a vender mis órganos. Pero ver a las lugareñas charlando y riendo me tranquilizó. Pensé que si ellas también iban, todo estaría bien», comentó.

La furgoneta se detuvo en la entrada de un edificio. Una escalera conducía a un piso donde había una sala de operaciones y varias salas de recuperación. «Era una especie de clínica improvisada, definitivamente clandestina. Eso me asustó porque las revisiones se hacían en buenos hospitales. Pensé que la extracción ocurriría allí», dijo.

Bajo anestesia, los óvulos de Anna fueron extraídos mediante una aguja guiada por ultrasonido. Se despertó media hora después y la llevaron de vuelta para encontrarse con su agente. Le devolvieron sus pertenencias y le administraron líquidos intravenosos en un hospital legítimo. Sin embargo, esa misma noche sufrió un intenso dolor abdominal.

Regreso al hospital

«No podía moverme, solo me quede quieta, con un dolor insoportable. Mi abdomen estaba hinchado y apenas podía respirar. Fue la peor noche de mi vida. En Moscú, hubiese estado bien después del procedimiento. Nunca había experimentado algo así», recordó Anna.

A la mañana siguiente, la llevaron a un hospital, donde vomitó mientras le controlaban la presión arterial. Después de otra ronda de líquidos intravenosos, sus síntomas comenzaron a disminuir y a la noche se sintió mejor.

Cuatro días después del procedimiento, Anna regresó a Moscú. A pesar de no haber firmado ningún contrato con la agencia, recibió los 7000 dólares prometidos.

Un médico chino sugirió que los síntomas graves de Anna podrían haber sido una reacción a la anestesia, pero Anna sospechaba que fue síndrome de hiperestimulación ovárica (OHSS).

Incluso los procedimientos mínimamente invasivos como la extracción de óvulos conllevan riesgos. «Puede haber reacciones alérgicas, sangrados tras la extracción o hiperestimulación ovárica. ¿Puede una donante estar absolutamente segura de que recibirá la atención de emergencia adecuada? ¿Y quién asumirá la responsabilidad de las complicaciones si la donante regresa a su país? Queda sola con sus problemas», dijo la especialista en reproducción Nadezhda Veryaeva.

Anna discutió su estado de salud con su agente, quien le dijo que las formas leves de OHSS son comunes en China, posiblemente porque los médicos usan dosis más altas de medicamentos para asegurar los resultados. Gente de Baikal no encontró informes de donantes rusas con complicaciones graves en China. Sin embargo, existen casos documentados con donantes chinas. Por ejemplo, en 2017, una niña de secundaria estuvo a punto de morir después de vender 21 óvulos en el mercado negro. En 2019, una universitaria fue hospitalizada por un OHSS severo después de intentar usar el dinero para comprar un nuevo iPhone.

Competencia entre donantes

Recientemente, la competencia entre donantes se intensificó, lo que ha reducido los precios. Durante la pandemia de COVID-19, cuando los viajes internacionales estaban restringidos, las agencias pagaban mucho por las donantes de Rusia. Pero, con la reapertura de las fronteras de China en 2023, la afluencia de nuevas candidatas ha causado una caída en las tarifas.

También existen agencias de donantes en Camboya, Laos, Chipre y Georgia, que se ha convertido en un centro para el turismo de maternidad subrogada después de que quedó prohibido para los extranjeros en Rusia. La mayoría de los clientes de estos países también son chinos. El mercado se está expandiendo hacia Kirguistán y Kazajistán, donde la maternidad subrogada y la donación de óvulos son legales.

A pesar de su mala experiencia anterior, Anna regresó a China. Esta vez, le prometieron 8000 dólares, suma que nunca recibiría en Rusia, así que, a pesar de los riesgos, Anna decidió hacerlo nuevamente.

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