República Democrática del Congo debe su fama a su música

En la imagen, el artista Fally Ipupa al medio de sus danzantes. Captura de pantalla del video de la canción «Eloko Oyo» en el canal de Fally Ipupa de YouTube

República Democrática del Congo debe una parte de su renombre mundial a su música, que refleja su diversidad cultural.

Ciertamente, la música de República Democrática del Congo traspasa largamente sus fronteras: el 14 de diciembre de 2021, la rumba congolesa entró a la lista de patrimonio cultural inmaterial de la humanidad de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Ese reconocimiento fue fruto de la influencia mundial de ese musical tan apreciado.

La reputación de República Democrática del Congo en la escena musical viene en parte de su población estimada de más de 110 millones de habitantes repartida entre más de 400 grupos étnicos. Esta riqueza constituya la base de una diversidad cultural que beneficia a la música desde hace generaciones. El país es también multilingüe: el francés es la lengua oficial del país y cuatro lenguas locales están consideradas lenguas nacionales: lingala, suajili, kitubatshiluba. Musicalmente hablando, el lingala sigue siendo la lengua dominante en el país.

Una tradición viva que se supo adaptar a la modernidad

La música de República Democrática del Congo tiene sus orígenes en la tradición y prácticas consuetudinarias que reflejan la pertenencia étnica de cada grupo. Las poblaciones nande, mongo, luba y kongo ejecutan su música con instrumentos específicos: inanga, ingoma, kundi, lokole (tambor), kalimba, ngombi, seto (arpa) y hasta el pluriarco.

Este video se trata de la canción titulada «Mbomboliye«, canto de la población mongo, que es un llamado a la celebración alrededor de una buena noticia.

Pero la música tradicional de República Democrática del Congo se reinventa también y se fusionan con las tendencias de música contemporáneas, africanas y otras. Es mezcla se manifiesta gracias a un sincretismo de instrumentos de música moderna y tradicional: guitarras eléctricas, sintetizador, batería, cajones, teclados, lokole (tambor con ranura) y likembe (piano de pulgar) que permiten que la música presente un aspecto seductor y conservar sus orígenes culturales.

Rumba, y más

La escena musical de República Democrática del Congo es muy variadas y dinámica, y abarca diferentes estilos y géneros musicales. La rumba es el primer género musical en haber representado la identidad de República Democrática del Congo. Esa música es originaria del reino de Kongo (actual República Democrática del Congo), y después fue revitalizada en 1930 gracias al vuelo de la rumba cubana, música de esclavos que vivieron varios siglos en la isla del Caribe.

Tras la rumba, República Democrática del Congo se hizo conocida por el soukous en la década de 1960. Ese género, derivado de la rumba, pero marcado por un ritmo musical diferente, conquistó también al continente africano y otros lugares. El ndombolo, mezcla de rumba y soukous, apareció en la década de 1990, y quien da fe de la incesante creatividad de los músicos congoleses.

Ante las semejanzas y resonancias entre esos géneros musicales, diversos artistas llevan la antorcha de esos tres estilos musicales. Pero cada generación aporta su granito de arena a la identidad musical de República Democrática del Congo.

Los grandes nombres de la música congolesa

Numerosos artistas y grupos, cuyas identidades atraviesan la frontera en ambos lados entre República Democrática del Congo y Congo, y contribuyen al esplendor musical mundial del país. Entre los precursores, Grand Kallé, cuyo gran clásico sique marcó el espíritu de las independencias africanas con su canción de culto, «Indépendance Cha Cha«.

Tabu Ley, otro gran nombre, o Franco, que también ha sido un icono de la música de de República Democrática del Congo con su canción clásica «Mario«:

Abeti MasikiniTshala Muana están en la unión de las primeras y segundas generaciones, que luego se unieron en el grupo Zaïko Langa Langa, King Kester Emeneya, Jean-Serge Essous, Madilu System, Édouard Nganga, Théo Blaise Kounkou, Mbilia Bel, Simaro Lutumba, Koffi Olomidé, y e muy célebre Papa Wemba, conocido como el rey de la Sape.

Este es el video de «Yolele» de Papa Wemba:

Una tercera generación reúne a artistas como JB Mpiana, Werrason, Ferre Gola, Fally Ipupa. A este último se le considera como el músico más competente de República Democrática del Congo, ya que evoluciona en varios registros musicales además de la rumba, en la que ostenta varios títulos.

Este es el video de la canción «Alliance» de Fally Ipupa:

En el lado de la frontera de Congo Brazzaville, Youlou MabialaAurlus Mabélé, uno de los grandes pioneros del género soukous, Doudou Copa, Roga-Roga también han escrito las páginas más bellas de esta música, que comparte con República Democrática del Congo.

La música de República Democrática del Congo también tiene su estética, pero también tiene un rol casi político. El posicionamiento del artista Grand Kallé, ya citado con su canción «Indépendance Cha Cha», se convirtió en el canto de los grupos anticoloniales en República Democrática del Congo y en toda África es una perfecta ilustración. En el país, la música también fue una herramienta de rechazo sobre todo en el régimen de Mobotu Sese Seko (presidente entre 1965 y 1997), cuando los artistas critican y denuncian la corrupción y la opresión. La música transmite igualmente numerosos mensajes que llevan solidaridad y convivencia en la comunidad.

La República Democrática del Congo continúa reinventándose musicalmente esos últimos años e integra dos géneros africanos: el amapiano, originario de Sudáfrica, y el afrobeat o afro-pop proveniente de Nigeria. El artista RJ Kanierra se inscriba en la tendencia del amapiano con su canción «Tia«, estrenada en septiembre de 2023, y que tiene más de 51 millones de visualizaciones en YouTube.

Este es el video de «Tia«:

El afrobeat de República Democrática del Congo lo llevaron artistas como Gaz Mawete, y hasta Innoss'B.

Este es el video de una canción de Innoss'B titulada «Olandi» que tiene más de 53 millones de visualizaciones en YouTube.

Otras voces femeninas, como M’bilia Bel, Nathalie Makoma con su grupo, y voces masculinas como Lokua Kanza, Ray Lema, Jean Goubald también son parte de los embajadores de República Democrática del Congo en una escena musical que muestra una creatividad y una renovación incesante.

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