
Sitio religioso de Mullaitivu Kurundi. Captura de pantalla del video «Monasterio budista Mullaitivu Kurundi» del canal de YouTube Amazing Sri Lanka. Uso legítimo.
Este artículo apareció originalmente en Groundviews, galardonado sitio web de periodismo ciudadano de Sri Lanka. A continuación, publicamos una versión editada y abreviada como parte de un acuerdo de intercambio de contenidos con Global Voices.
En Nedunkeni, pequeña localidad en las afueras del distrito de Vavuniya, en la provincia Norte de Sri Lanka, había un antiguo monumento hindú consagrado al dios Shiva, en la colina de Vedukkunaari. En marzo de 2023, se denunció el robo del monumento y, después se encontraron sus restos destruidos en los arbustos de los alrededores. Se señaló a los posibles culpables, desde el Departamento de Arqueología hasta los partidos ultranacionalistas. El sitio del templo, que desde finales de 2018 está bajo el control del Departamento de Arqueología, ha sido una fuente de conflicto con disputas sobre reclamos de tierras que se suman a las tensiones entre las comunidades cingalesa y tamil. Tras la independencia de Sri Lanka del dominio colonial británico, la mayoría cingalesa aplicó políticas que marginaron a la minoría tamil y favorecieron el dominio cultural del budismo cingalés. Esto provocó tensiones políticas y la aparición de grupos militantes que exigían la separación del Estado tamil, lo que desencadenó una brutal guerra civil de 26 años entre 1983 y 2009.
El sitio fue designado como reserva arqueológica en 1933, y está ubicado en el distrito de Mullaitivu, al noreste de la costa de la provincia Norte, que los budistas conocen como Kurundi Viharaya, y los hindúes llaman Kurunthoor Malai. El lugar permaneció inaccesible para arqueólogos y devotos hasta el final de la guerra en 2009. En noviembre de 2020, 87 años después, los funcionarios del Departamento de Arqueología empezaron a restablecer los antiguos límites. La exploración reveló pruebas arqueológicas de que el complejo habitacional de los monjes se extendía más allá de los límites originales. Debido a la controversia sobre si es un sitio religioso budista o hindú, esto se convirtió en la manifestación más reciente del problema entre tamiles y cingaleses.
Estos son solo dos ejemplos de incidentes similares que se producen con frecuencia en el norte y el este del país. Aún no se han abordado las causas profundas de los 26 años de guerra civil en Sri Lanka, lo que ha exacerbado los conflictos por la tierra y las disputas relacionadas con los lugares de culto. Estas disputas están entrelazadas con cuestiones de propiedad, control y acceso, que han sido factores de conflicto persistentes en estas zonas.
La designación de algunos sitios sagrados para los budistas cingaleses ha alimentado el temor de las minorías de que sus tierras y prácticas religiosas se vean amenazadas. En el periodo de posguerra, se produjo un notable aumento de la creación de nuevos lugares budistas en estas regiones, a menudo en tierras disputadas. Las comunidades locales han denunciado que sus tierras privadas las han ocupado por el clérigos budistas sin que las autoridades hayan tomado acción alguna ante esta situación.
Aunque la Constitución de Sri Lanka garantiza a todos los ciudadanos el derecho a practicar libremente su religión, también le otorga un lugar de privilegio al budismo. “Una vez que damos ese lugar de privilegio, ya hemos creado una situación para que para que personas con intereses creados abusen de esa posición”, afirmó Sulochana Peiris, cineasta y directora del documental Incensed: Sri Lanka's Buddhist Supremacy and Minority Communities, que aborda los conflictos religiosos.
Sulochana habló con Groundviews sobre por qué decidió hacer el documental, las dificultades que enfrentó y sus esperanzas de cambio con el nuevo gobierno.
GroundViews: ¿Qué la motivó a realizar el documental?
Sulochana Peiris (SP): In 2021 I compiled a guidebook for journalists on religious pluralism. That got me thinking that although we are talking about religious pluralism, we have had anti-Muslim violence and religiously motivated violence against the Christians and Hindus as well as land grabs and denial of the right and the space to worship. I wanted to connect these issues to the larger national picture: why is it happening, why is the International Covenant for Civil and Political Rights (ICCPR) being weaponised, what is our constitution actually saying about freedom of religion for all communities and how is Buddhism being given the foremost status and how is this infringing on the right to freedom of other minority communities. I needed to bring all these concerns together so we can understand where the problematic areas are and what we can do to address them.
Sulochana Peiris (SP): En 2021 elaboré una guía para periodistas sobre el pluralismo religioso. Eso me hizo pensar que, aunque hablamos de pluralismo religioso, hemos ejercido violencia contra los musulmanes, y violencia contra cristianos e hindúes por motivos religiosos, y ha habido apropiación de tierras y la negación del derecho y de un lugar de culto. Quería conectar estas cuestiones con el panorama nacional en general, es decir, por qué sucede esto, por qué se utiliza el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ICCPR) como arma, qué dice realmente nuestra Constitución sobre la libertad de culto para todas las comunidades, cómo se le otorga al budismo la situación más importante, y cómo se infringe el derecho a la libertad de otras comunidades minoritarias. Necesitaba reunir todas estas cuestiones para poder entender dónde están los puntos problemáticos y qué podemos hacer para resolverlos.
GroundViews: ¿Qué dificultades enfrentó al investigar, entrevistar y filmar?
SP: Because I am a Buddhist and I came from that privileged position, it opened up spaces that would not have been accessible otherwise. I asked a Buddhist monk directly what he thought about Buddhism being given the foremost place. If it was a minority community journalist, I don’t know how the question would have been received. I had no difficulty in going to places such as Kataragama and the Dalada Maligawa to talk about coexistence and communities coming together to engage in common religious rituals. However, several minority community people, even after they gave the interviews, told me not to use them.
SP: Como soy budista y provengo de una posición privilegiada, se me abrieron puertas a las que de otro modo no hubiese podido acceder. Le pregunté directamente a un monje budista qué opinaba sobre la relevancia del budismo. Si yo hubiese sido una periodista de alguna comunidad minoritaria, no sé cómo hubiese tomado mi pregunta. No tuve ninguna dificultad en acudir a lugares como Kataragama y Dalada Maligawa para hablar sobre la coexistencia y las comunidades que se reúnen para participar en rituales religiosos habituales. Sin embargo, varias personas dentro de las comunidades minoritarias, incluso después de haberme concedido las entrevistas, me pidieron que no las utilizara.
GroundViews: ¿Existen fuerzas externas que provoquen la violencia religiosa?
SP: During the September 2024 Presidential elections no one talked about religious differences and politicizing ethnicity and religion. Buddhist supremacy is not what our constitution is advocating but by giving it the foremost place, we have already created a situation for people with vested interests to weaponize that position, which is what is happening now. Political parties, religious leaders and political leaders can rely on it to use it for their own advantage. The real issue is our constitution. Are we a secular country? Several generations down the line people will decide. Right now I don’t see this being a reality. We have politicized people’s religions and ethnic identities and it is not easy to undo the damage.
SP: Durante las elecciones presidenciales de septiembre de 2024, nadie mencionó las diferencias religiosas ni politizó la etnia y la religión. Supremacía budista no es lo que busca nuestra Constitución, pero al darle un lugar de privilegio, ya hemos creado una situación en la que personas con intereses creados pueden abusar de esa posición. Esto es lo que está sucediendo en este momento. Los partidos políticos, los líderes religiosos y los dirigentes políticos pueden apoyarse en dichos privilegios y utilizarlos en su beneficio. El verdadero problema es nuestra Constitución. ¿Somos un país laico? Será una cuestión que deban decidir las generaciones futuras. Ahora mismo no creo que esto sea una realidad. Hemos politizado las religiones y las identidades étnicas de las personas, por lo que es muy difícil reparar el daño.
GroundViews: ¿Qué observó sobre la polarización en las comunidades que visitó?
SP: It depends on the context. In Digana town in Central Province, for instance, people came from outside the area and created the conflict but in Galle city in Southern Province, the priest said his place of worship had come under attack multiple times by Buddhist monks and the Sinhalese in the area who were suspicious of their prayers. The Hindus also face problems where religion has been turned into a complete political saga. There are cases of state institutions such as the Department of Archaeology weaponising some of the provisions in the constitution as well as other laws such as the ICPPR to deny or restrict people’s right to freedom of religion or belief with the blessings of the government of the day. People have become more aware since the aragalaya so it is not easy for politicians to use ethno-religious identity for political advantage. If it happens, it is countered on social media. Activists and young people quickly defuse the situation. People are fighting back. Minorities themselves speaking up and some youth and activists from the majority community are speaking up on behalf of minorities.
SP: Depende del contexto. Por ejemplo, en Digana, ciudad ubicada en la provincia Central, llegaron personas de otras zonas y crearon conflictos. Sin embargo, en la ciudad de Galle —en la provincia Sur—, un sacerdote nos contó que monjes budistas y cingaleses de la zona habían atacado su lugar de culto en reiteradas ocasiones, que desconfiaban de sus plegarias. Los hindúes también enfrentan problemas en los que la religión se ha convertido en un tema político. Hay casos de instituciones estatales, con el consentimiento del Gobierno, como el Departamento de Arqueología, que utilizan disposiciones de la Constitución y otras leyes, como el ICPPR, para negar o restringir el derecho de las personas a la libertad de culto o creencia. Desde los acontecimientos de Aragalaya, la población es más consciente y a los políticos les resulta más difícil utilizar la identidad étnica y religiosa en su propio beneficio. Si esto sucede, se contrarresta en las redes sociales. Los activistas y los jóvenes desactivan enseguida la situación. La gente contraataca. Las propias minorías hablan y algunos jóvenes y activistas de la comunidad mayoritaria se expresan en nombre de esas minorías.
GroundViews: ¿Qué quiere conseguir con su documental?
SP: I really want to create a discussion around all the questions I have brought up from the constitution downwards. Certain laws limit people’s right to religion and freedom of belief, particularly of the minority communities. That’s the kind of reflection and introspection that I would like people to engage in. The root causes for conflicts need to be explored so that Muslims won’t face the violence and dehumanization that we saw in Aluthgama and Digana. We have seen what happens when there is some incident such as the Easter attacks. There are outstanding issues after the war. Tamils feel restricted and persecuted. They can’t access some kovils (temples) because the military is occupying certain lands. Militarization is an issue infringing on their right to freedom of religion. Hardline, politicized Buddhist monks are in cahoots with politicians.
SP: En realidad, mi intención es iniciar un debate sobre todas las cuestiones que he planteado, desde la Constitución hasta la legislación más básica. Algunas leyes limitan el derecho a la libertad de culto y creencias religiosas de las personas, especialmente en el caso de las comunidades minoritarias. Esas son reflexiones e introspecciones que me gustaría que se hicieran. Hay que explorar las causas profundas de los conflictos para evitar que los musulmanes enfrenten violencia y deshumanización que vimos en Aluthgama y Digana. Hemos visto lo que ocurre cuando se produce algún incidente, como los atentados de Semana Santa. Quedaron asuntos pendientes tras la guerra. La comunidad tamil se siente restringida y perseguida. No pueden acceder a algunos kovils (templos) porque las tierras las ocupan los militares. La militarización vulnera sus derechos a la libertad de culto. Mientras tanto, monjes budistas radicales politizados se confabulan con políticos.