
Imagen de Arzu Geybullayeva en Canva que utiliza capturas de pantalla de +90 official en TikTok y Akbelen no es el primero | ¿Para quién se talan los árboles? en YouTube. Uso legítimo.
Cada año, la BBC da a conocer una lista de cien mujeres inspiradoras e influyentes de todo el mundo. En 2024, en la categoría de “Pionera del clima”, figura Nejla Işık, la líder del pueblo de Ikizkoy en Turquía. Este pueblo y sus mujeres ocuparon un lugar central en una campaña contra la deforestación del bosque de Akbelen, en la provincia de Muğla.
Pueblo de İkizköy
El pueblo de İkizköy se ubica cerca del bosque de Akbelen en la provincia de Muğla al suroeste de Turquía. Desde 2019, los habitantes de la aldea han intentado impedir la deforestación en el bosque de Akbelen, pero se toparon con medidas represivas.
En julio de 2023, las empresas Limak Holding e İÇTAŞ Enerji, vinculadas al partido gobernante Justicia y Desarrollo (AKP) procedieron a talar los árboles en el bosque de Akbelen. Esto ocurrió produjo después de que el Ministerio de Agricultura y Silvicultura decidió, en abril de 2021, entregar cerca de 74 hectáreas (740 000 metros cuadrados) de terreno forestal a YK Energy, empresa conjunta creada por Limak e İÇTAŞ, para extraer lignito.
Poco después de que comenzó la destrucción del bosque, un grupo de mujeres del pueblo de İkizköy se convirtió en símbolo de la resistencia local. Entre ellas estaba Nejla Işık. En una entrevista con el medio turco en línea Fayn Studio, Işık dijo que estar en la lista le dio a la comunidad una esperanza renovada y la oportunidad de que el mundo conozca su lucha. “Teníamos un pueblo de ensueño. Nos cortaron las alas y nos hicieron sufrir. Desearía en cambio que nuestro bosque se hubiera mantenido vivo, y no figurar en esa lista. Realmente creíamos que podíamos salvar nuestro bosque, pelear duro, y no rendirnos, pero con aquellos árboles también cortaron nuestra alegría de vivir”, dijo antes de que destruyeran el bosque.
Durante las elecciones locales en marzo de 2024, se eligió a Işık como la primera mujer mukhtar, o jefa del pueblo.
Intereses comerciales
En Turquía, la preservación de los espacios verdes no es una prioridad para el partido gobernante, que no tiene una política ambiental sólida.
La represión en 2013 contra un grupo de ambientalistas que trataban de evitar la destrucción del parque Gezi fue un momento crucial, que marcó el giro antiambientalista del AKP. Desde entonces, han estallado decenas de protestas en toda Turquía, a menudo organizadas por los lugareños que tratan de proteger los espacios verdes que quedan e impedir la expansión de las centrales eléctricas. Sin embargo, con un gobierno que carece de toda “visión verde”, se prioriza la economía a expensas del ambiente, y se les permite a las empresas llenar sus arcas a costa de los ciudadanos comunes, una lucha que llegó para quedarse.
La deforestación en el bosque de Akbelen, que comenzó en julio de 2023, fue un descarado ejemplo. Las empresas detrás de la destrucción del bosque se negaron a cumplir una orden judicial que suspendía el proyecto.
La magnitud de la destrucción de las zonas forestales en Muğla durante los últimos diez años fue documentada por una plataforma local de noticias, Fayn Studio, con un video grabado en continuo en el que se mostraba la deforestación gradual.
Por su parte, el partido Movimiento Nacional (MHP), aliado del AKP en aquel momento, acusó a los lugareños de ser provocadores. En una declaración, el líder del MHP, Devlet Bahçeli, arremetió contra los manifestantes, y los calificó de criminales y terroristas que trataban de “destruir la paz interior” en Akbelen. Irónicamente, los lugareños y quienes que se les unieron acusaron al Gobierno de hacer lo mismo.
De las 35 centrales eléctricas de carbón del mundo, tres operan en Muğla: Yatağan (que funciona desde 1982), Yeniköy (que funciona desde 1986) y Kemerköy (que funciona desde 1993). Las tres fueron privatizadas en 2014. Yeniköy y Kemerköy fueron adquiridas por YK Energy, empresa conjunta establecida por Limak Holding e İÇTAŞ Enerji. Ambas, Limak e İÇTAŞ, son conocidas por sus vínculos con el Gobierno.
Desde que se hicieron cargo del manejo de la planta, las empresas hicieron poco para abordar las devastadoras consecuencias sanitarias y ambientales de las centrales. Los lugareños documentaron ampliamente estos efectos en informes, tanto locales como internacionales. Estas conclusiones tampoco impidieron que el Ministerio de Energía y Recursos Naturales lanzara una nueva normativa en marzo de 2022 que abría los olivares naturales de la zona para la explotación y daba luz verde a las centrales eléctricas para llevar a cabo actividades mineras.
En el mismo mes, el Ministerio de Ambiente, Urbanización y Cambio Climático modificó, por cuarta vez, la normativa que regula las zonas naturales protegidas (parques nacionales, parques naturales, zonas ecológicamente protegidas y humedales), y las liberó para la minería y la construcción. Estas decisiones se anunciaron en medio de un proceso judicial abierto por los habitantes del pueblo de İkizköy. El Ministerio de Agricultura y Silvicultura entregó 74 hectáreas de terrenos forestales para extraer lignito e hizo caso omiso de las protestas de los lugareños.
En una declaración firmada en aquel momento por 16 organizaciones no gubernamentales ambientales, los firmantes decían: “No debe permitirse la deforestación para la continuidad de las centrales térmicas, que causan muertes prematuras y representan una de las principales causas de la crisis climática. Es posible combatir la crisis climática si se trabaja con la naturaleza, no en su contra. No podemos sacrificar los bosques, que absorben más de la mitad de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), que hemos generado en los últimos 10 años, en favor de las centrales eléctricas de carbón que amenazan las zonas naturales, el clima y la existencia de todos los seres vivos”.
En los últimos años, Turquía sufrió una serie de desastres naturales y crisis ambientales, como sequías, incendios forestales, inundaciones y deslizamientos de tierra, y en febrero de 2023, un devastador terremoto. Los informes sobre incendios forestales hacen noticia todos los veranos. Los expertos afirman que, si bien el cambio climático o las condiciones climáticas extremas pueden haber tenido algo que ver, estos desastres también fueron el resultado de una planificación insuficiente y de decisiones incorrectas a nivel gubernamental.
De acuerdo al informe sobre Transparencia Climática en Turquía, este país continúa generando más del 30% de su electricidad con carbón. El informe agrega que: “A pesar de la disminución de la generación de energía con carbón en 2021–2022, Turquía no tiene la intención de eliminar gradualmente el carbón y todavía tiene 20.4 GW de nueva capacidad de carbón proyectados, por lo que se ubica globalmente en el sexto lugar. En junio de 2022, se abrió el primer bloque de la central de 1.3 GW financiada por China. Mientras que la capacidad proyectada disminuyó un 63% en comparación con 2020, para limitar el calentamiento a 1,5 grados centígrados o para alcanzar la meta de Turquía de tener cero emisiones para 2053, no se deberían construir nuevas centrales eléctricas de carbón”.
Recién en 2021, Turquía ratificó el Acuerdo de París firmado en 2015, que establecía una meta de limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados. En ese momento, Turquía también anunció su meta de conseguir cero emisiones netas para 2053.
De acuerdo al sitio web Climate Action Tracker, las iniciativas del país por alcanzar las metas del Acuerdo de París son “críticamente insuficientes“. Y la ratificación de este acuerdo no fue con intenciones inocentes. La decisión vino poco después de que el presidente Tayyip Erdoğan recibió la garantía del apoyo financiero de Francia, Alemania, la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, según informaron Politico y Reuters. Antes, Ankara había dicho que no había firmado el acuerdo porque había una clasificación injusta. Turquía estaba clasificada como país del grupo del Anexo I, país “desarrollado o industrializado”, lo que le impedía solicitar financiación a diferencia de las naciones clasificadas como “en desarrollo”.
Para Işık, la lucha continúa. “Esta es una batalla por el derecho a vivir en paz en nuestro pequeño pueblo, y rechazar lo que nos impusieron. Destruyeron la mitad de nuestro bosque en 2023, pero no encontraron el carbón que esperaban. A pesar de todo, nunca perdimos la esperanza ni la determinación”, dijo en una entrevista con los medios locales.