
Antes y después del piloto de la Fuerza Aérea siria Ragheed Al-Tatari luego de su encarcelamiento. Composición de Rami Alhames hecha con Canva Pro con capturas de pantalla de un video de YouTube publicado por el usuario boschev. Uso legítimo.
El nombre de Ragheed Al-Tatari se ha convertido en un símbolo del coraje y la moral en el contexto de la historia del brutal régimen sirio. Este expiloto de la Fuerza Aérea siria tomó una decisión que le costó 43 años en prisión: se negó a bombardear la ciudad de Hama en 1982. En aquel momento, Hama se había rebelado frente al régimen autoritario de Hafez al-Assad, y la respuesta del régimen fue catastrófica.
Negativa a cumplir órdenes militares

Presidente sirio Hafez al-Assad junto a su hermano Rifaat al-Assad en una ceremonia militar en Damasco,1984. Dominio Público, vía Wikimedia Commons.
Bajo las órdenes de Assad, el Ejército sirio inició un ataque a gran escala sobre la ciudad, liderado por su hermano Rifaat Assad, una de las medidas más brutales en la historia moderna de Siria. Mataron a miles de civiles durante la masacre. Patrick Seale, que informaba para The Globe and Mail, describió la operación como «dos semanas de orgía de asesinatos, destrucción y saqueos» que destruyeron la ciudad y mató al menos a 25 000 habitantes. Al-Tatari, sin embargo, no pudo cumplir las órdenes. Ante la horrible posibilidad de bombardear civiles, eligió desafiar a sus superiores y se rehusó a seguir con la misión. Por su acto de rebeldía, el régimen sirio dictó una sentencia extraordinaria de 43 años de prisión. Su acto de conciencia no solo cambiaría su vida sino que resonaría profundamente en la memoria colectiva de los sirios, especialmente en Hama.
Según la Asociación de Detenidos y Desaparecidos de la prisión de Saydnaya, Al-Tatari y otros tres pilotos fueron arrestados en 1980 por negarse a dirigir ataques aéreos en la provincia de Hama.
El comandante del escuadrón y otro piloto buscaron refugio en Jordania, mientras Al-Tatari y un colega volvieron a la base aérea en Alepo sin haber completado los ataques planeados. Aunque Al-Tatari fue acusado de insubordinación, la corte al final lo declaró inocente, pues, como oficial subordinado, había seguido las órdenes de su comandante de abortar la misión.
A pesar de la absolución, la corte ordenó retirarlo del servicio militar. Cuando regresó a Siria luego de haber sido absuelto y luego de que rechazaron su solicitud de asilo en Egipto, fue rápidamente detenido en el aeropuerto de Damasco el 24 de noviembre de 1981.
Escondido en prisión durante años
Al-Tatari fue brutalmente torturado en la prisión de Inteligencia General.
Luego, en la prisión de Mezzeh, fue detenido sin cargo alguno. En 1982, compareció una corte militar excepcional por pocos minutos, sin notificación ni anuncio público. Ese mismo año, Al-Tatari fue transferido a la infame prisión desértica Tadmor, donde estuvo 21 años.
Después de 2001, fue transferido a la prisión de Saydnaya, donde pasó 10 años, los más difíciles en la historia de la prisión. Sobre todo en 2008, cuando los prisioneros se rebelaron y enfrentaron violencia sin límites.
La historia de Al-Tatari fue desconocida para el mundo durante muchos años, hasta 2005, cuando tuvo su primera oportunidad de ver a su único hijo, Wael. En 2011, en una postura contra las condiciones de su confinamiento, se negó a llevar la ropa que ordenaban las autoridades de la prisión Adra, donde le impidieron ver a familiares y amigos, y vivió bajo terribles condiciones humanitarias, como el resto de los detenidos que terminaron en las prisiones del régimen de Assad.
Liberación y honor

El imam de la mezquita Mohammed Al-Hamed en Hama, galardonó a Ragheed Al-Tatari, al presentarle una espada dorada en nombre de la gente de Hama, un símbolo de coraje y rebeldía. Foto via @Asmaa59475027
Las fuerzas de la oposición sirias liberaron a decenas de miles de detenidos de las prisiones sirias luego de derrocar al régimen del expresidente Bashar al-Assad. Después de 43 años, Al-Tatari vio la luz del sol y dejó la prisión por primer vez, ya con el cabello lleno de canas y su rostro de arrugas, lo que ilustra la imagen de una vida desperdiciada tras las rejas.
Organizaciones de derechos humanos consideran a Al-Tatari el preso político que más tiempo estuvo en prisión en Siria. Muchos se refieren a él como el «decano de los prisioneros sirios«. Ahora, Al-Tatari regresó a las calles de Siria luego de un largo y amargo calvario, y en X (antes Twitter) pueden verse fotografías del expiloto sonriente luego de haber obtenido su libertad.
En un poderoso acto de solidaridad y respeto, la población de Hama, aún atormentada por la memoria de la masacre de 1982, lo homenajeó. Le entregaron una espada dorada, un símbolo de coraje y rebeldía, como reconocimiento a su integridad y valentía al enfrentarse a uno de los regímenes más opresivos de la historia moderna.
La gente de la provincia siria de Hama homenajeó al piloto Ragheed Al-Tatari luego de haber pasado 43 años en las prisiones del régimen de Assad por haberse negado a bombardear a civiles en la ciudad en la década de 1980 bajo el mandato de Hafez al-Assad.
Al-Tatati fue arrestado a los 27 años cuando era comandante, y fue liberado a los 70 años de la prisión central en Tortosa, luego de que las facciones opuestas al régimen tomaron el control de las ciudades que estaban bajo control del régimen y liberaron a los detenidos de las prisiones allí, mientras Bashar al-Assad huía a Rusia.
Para la gente de Hama, la rebeldía Al-Tatari frente a las órdenes de Assad sirvieron como un acto de claridad moral en un tiempo en que la sobrevivencia significaba complicidad. El hecho de que la gente de Hama eligiera honrar a Al-Tatari décadas después, a pesar de los intentos del régimen de borrar historias de resistencia, habla del inquebrantable legado de la integridad. Es también un testimonio de cómo la memoria y la justicia pueden sobrevivir incluso a los regímenes más opresivos.