
Líder de la junta de Myanmar preside una actividad por los 75 años del Cuerpo de Artillería en Naypyitaw, 3 de febrero de 2024. Foto del Ministerio de Información. Fuente: The Irrawaddy, usada con autorización.
Este artículo se publicó originalmente el 27 de diciembre de 2024, en The Irrawaddy, sitio web independiente de Myanmar que publica desde Tailandia desde el golpe militar de 2021. Una versión editada se reproduce en Global Voices como parte de un acuerdo para compartir contenido.
El régimen militar de Myanmar se ha esforzado mucho para mantener una pantomima de normalidad en 2024 pues su control territorial se ha reducido ante los implacables avances de la resistencia. En respuesta a las pérdidas en diversos frentes, el jefe de la junta, Min Aung Hlaing, intensificó su máquina de propaganda, y ofreció promesas vacías y narrativas falsas, aunque dos comandancias regionales fueron invadidas y la corrupción de su familia no cesó.
Bikinis y bombas
En un giro irónico, el jefe de la junta, Min Aung Hlaing, decidió celebrar el Día Mundial del Turismo el 27 de septiembre e instó a los ministros y agencias de turismo a «impulsar los servicios turísticos y difundir información veraz entre los viajeros sobre la seguridad de los viajes a destinos en Myanmar».
La expansión de la zona de guerra en Myanmar ha transformado lugares turísticos emblemáticos en campos de batalla. En julio de 2024, solo dos meses antes de que Min Aung Hlaing afirmara que viajar a Myanmar era seguro, sus fuerzas perdieron la internacionalmente conocida playa de Ngapali, en el estado de Rakáin, a manos de las fuerzas étnicas del Ejército Arakan.
La fachada de normalidad promovida por Min Aung Hlaing se contradice con la pérdida de dos cuarteles generales de mando regionales en 2024, en el norte del estado de Shan y en Rakáin. Estas derrotas no tienen precedentes en la historia militar de Myanmar.
La prometida contraofensiva nunca llega
Cuando el jefe de la junta salió por fin de su fortaleza de Naypyitaw en agosto para visitar Mandalay, prometió recuperar los territorios perdidos en Rakaín, Kachin y el norte del estado de Shan, y repitió una promesa que hizo el Día de las Fuerzas Armadas en marzo de 2024.
Apenas semanas después, el régimen vio que organizaciones armadas étnicas tomaban su Mando del Noreste, en Lashio, capital del estado norteño de Shan, cerca de la frontera china.
Después de que China confirmó públicamente su apoyo a un régimen que ha matado a miles de civiles en tres años, la junta intensificó su campaña aérea contra las zonas controladas por la resistencia en los estados étnicos y en el centro de Myanmar, y prometió restablecer la normalidad.
Sin embargo, la campaña aérea no logró cambiar la marea: en diciembre, el Ejército de Arakan capturó el cuartel general del Mando Occidental en la ciudad de Ann, en Rakaín, y las organizaciones armadas étnicas y sus aliados avanzaron para reclamar más posiciones de la junta en los estados de Karen, Chin y Kachin.
Lejos de restablecer la normalidad, el régimen tuvo otro año de pérdidas territoriales. El gobierno civil paralelo de Unidad Nacional informó en agosto que la junta controlaba menos de cien de las 350 ciudades del país. De las 250 restantes, dijo que 75 habían sido capturadas por grupos contrarios al régimen, 105 estaban rodeadas por grupos contrarios al régimen, 75 estaban en disputa y 98 ciudades seguían bajo control del régimen.
Todo queda en familia
Durante una entrevista con medios rusos en Rangún el 18 de marzo, a Min Aung Hlaing le preguntaron sobre las lecciones que imparte a sus hijos. Su respuesta bien podría ser la broma más divertida de Myanmar en 2024: el jefe de la junta afirmó haber enseñado a sus hijos los valores del trabajo duro y la honestidad.
A pesar de cobrar oficialmente el sueldo de funcionario público, Min Aung Hlaing tiene mansiones de lujo en barrios acomodados de Rangún, Naypyitaw y Pyin Oo Lwin. Su hijo, Aung Pyae Sone, y su hija, Khin Thiri Thet Mon, también han aprovechado el poder y las conexiones de su padre, amasado riquezas con empresas farmacéuticas, hospitales, construcción, hoteles, transporte, producción cinematográfica, entretenimiento, seguros, telecomunicaciones, galerías de arte, restaurantes e instalaciones deportivas.
Aung Pyae Sone ha obtenido pingües beneficios de proyectos relacionados con el Ejército, como adquisición de armas y suministro de uniformes. Además, todos los soldados deben suscribir un seguro de vida con la compañía de seguros Aung Myint Moh Min, de Aung Pyae Sone, lo que evidencia la codicia de Min Aung Hlaing y su familia.
Para responder con más precisión a la pregunta del periodista ruso, Min Aung Hlaing ha enseñado a sus hijos el camino corto para convertirse en compinches de alto nivel y explotar sus privilegios en beneficio propio.
El alarde de artillería fracasa
Min Aung Hlaing se deshizo en elogios hacia el cuerpo de artillería del Ejército en las celebraciones de sus 75 años en Naypyitaw el 3 de febrero, cuando dijo que estaba orgulloso de su capacidad para atacar «objetivos enemigos con total precisión cuando y donde fuera necesario».
Con «objetivos enemigos» parece referirse a la población civil: su cuerpo de artillería ha causado escasos daños a los grupos contrarios al régimen, pero ha sembrado la muerte y la destrucción de civiles, hogares, escuelas y hospitales en los últimos tres años.
Durante las batallas en los estados norteños de Shan, Chin, Rakáin y Karenni (Kayah), las fuerzas de la resistencia se apoderaron de armas ligeras y munición, y también de artillería pesada, como obuses, de las bases derrotadas de la junta. Estas armas se han vuelto ahora contra la junta.
En Rakaín, el Ejército de Arakan usó artillería confiscada al régimen para atacar su cuartel general del Mando Occidental en el municipio de Ann, y finalmente lo capturó a principios de diciembre de 2o24.
Min Aung Hlaing debió de enfurecerse al ver el video publicado por el Ejército de Arakan el 26 de diciembre, en el que se veía a sus combatientes disparando morteros y artillería para capturar el cuartel general del Mando Occidental. El video en las redes sociales llevaba por título: «El arma del enemigo es nuestra arma».
Propaganda en llamas
En julio de 2024, el Ejército de Liberación Nacional Ta'ang (TNLA) anunció la toma de la ciudad de Mogoke, en la región de Mandalay, con fotos que mostraban a los jubilosos lugareños dando la bienvenida a sus tropas a la mundialmente conocida «Tierra Rubí». Luego, el régimen se apresuró a calificar el acontecimiento de propaganda con coreografía. Mientras tanto, los informes de que los soldados de la junta se habían rendido en masa al otro lado de la frontera, en Lashio, en el estado norteño de Shan, eran rumores vacíos. Las tropas se estaban «reagrupando tácticamente», insistió el portavoz de la junta, el general de división Zaw Min Tun.
Mogoke, en la frontera del norte entre Mandalay y Shan, ha permanecido bajo control del TNLA. Mientras tanto, Lashio y su Comandancia del Noreste cayeron a principios de agosto, unos días después de que el equipo de información del régimen calificara como rumores los informes de rendición.
Cuando el Ejército de la Alianza Nacional Democrática de Myanmar (MNDAA) tomó Kunlong, en el norteño Shan, durante la primera fase de la Operación 1027 en noviembre de 2023, el régimen afirmó que las tropas del MNDAA se habían limitado a entrar sigilosamente en la ciudad para tomar fotos. El régimen se calló rápidamente cuando el MNDAA publicó imágenes de sus tropas que deambulaban por las bases de batallones de la junta de Kunlong. La ciudad sigue bajo control del MNDAA.
Quizá un título mejor para el portavoz de la junta sería «mentiroso en jefe».
«Guardián del budismo» mata a monje
En lo que podría ser la mayor equivocación del régimen en 2024, sus tropas mataron a tiros al conocido monje budista Sayadaw Bhaddanta Munindabhivamsa cerca del aeropuerto de Tada-U, en la región de Mandalay, el 19 de junio, después de que su auto no se detuvo en un puesto de control. Los funcionarios de la junta culparon inmediatamente del asesinato del monje a las Fuerzas de Defensa Popular (FDP) contrarias al régimen.
Sin embargo, un monje que viajaba con Bhaddanta Munindabhivamsa presenció todo el incidente y valientemente reveló la verdad: fueron soldados de la junta quienes dispararon. El estallido hizo tambalear a la junta, y obligó a Min Aung Hlaing a pedir disculpas públicas en persona.
Mientras los militares, que se presentan como guardianes y promotores del budismo, enfrentaban la furia generalizada de monjes y laicos, el influyente monje a favor de la junta Sitagu Sayadaw acudió al rescate, e instó a la comunidad monástica a perdonar y olvidar.
Honor entre ladrones
Para presentarse como jefe de un gobierno legítimo, Min Aung Hlaing ha abusado del sistema de honores del país, con premios a leales, posibles partidarios, artistas, soldados y policías. Desde el golpe de Estado, el jefe de la junta ha repartido títulos honoríficos y medallas como si fueran caramelos, lo que les ha quitado todo significado, e incluso algunos galardonados han recibido la misma medalla varias veces.
A otros, el régimen les ha retirado las condecoraciones concedidas apresuradamente. Moe Myint Tun, miembro del Consejo de Administración del Estado, y Soe Htut, ministro del Interior, perdieron sus títulos tras un escándalo de corrupción. La actriz Khine Thin Kyi, que protagonizó numerosas películas de propaganda bajo la anterior junta, fue despojada de su medalla a la Excelencia en el Ámbito Social (Segunda Clase) tras insinuar que no estaba contenta con el premio del régimen.
¿Borde del colapso?
El Ejército ha sido considerado la institución más fuerte de Myanmar desde que el país obtuvo la independencia en 1948, y los libros de historia escritos por funcionarios retirados se jactan de sus victorias sobre los rebeldes en los estados étnicos.
Pero todo eso cambió el 31 de enero de 2023, cuando Min Aung Hlaing se quejó durante una reunión del Consejo Nacional de Defensa y Seguridad de que a sus tropas las estaban superando fuerzas étnicas con tecnología superior de aviones no tripulados en el estado norteño de Shan.
Para alguien a quien le gusta presumir de su «moderno Ejército estándar», admitir esto fue poco menos que vergonzoso.
El Ejército de Myanmar tiene una enorme ventaja en términos de mano de obra y armamento sobre los grupos de resistencia contra los que lucha. También tiene una superioridad aérea total, ya que es el único combatiente de la guerra civil con fuerza aérea. Por eso, sus continuas derrotas militares plantean serias dudas sobre la competencia del «Ejército Estándar» de Min Aung Hlaing. Todo esto apunta a una conclusión: El «Ejército Estándar» de Min Aung Hlaing es fundamentalmente defectuoso e inoperante.