
Captura de pantalla del mapa interactivo del sitio web de Internet Shutdown Tracker, de SFLC.in. Uso legítimo.
Cada año, varios supervisores de derechos digitales documentan meticulosamente la frecuencia y dimensiones de bloqueos de internet que ocurren en todo el mundo. Una de esas organizaciones es Software Freedom Law Centre (SFLC.in), entidad sin fines de lucro con sede en Nueva Delhi. SFLC.in ha administrado el Proyecto de Bloqueo de Internet, que rastrea y registra en tiempo real bloqueos de internet en India desde 2012. Este rastreo usa datos recopilados de informes que se publican en diarios nacionales y regionales, y contribuciones de los usuarios, por lo que es un recurso completos para rastrear esas interrupciones.
Los bloqueos de internet en India toman varias formas, desde bloqueos totales, reducción de la velocidad y restricciones al acceso de internet para tarjetas SIM prepagadas no verificadas. Estos bloqueos suelen llegar como respuesta a disturbios políticos o asuntos de seguridad.
En Manipur, el Gobierno impuso un bloqueo a nivel estatal desde el 3 de mayo al 3 de diciembre de 2023, que afectó a cerca de 3.2 millones de personas durante 212 días. Este bloqueo se ejecutó a través de 44 órdenes separadas, con breves tres días en el medio, lo que destaca la severidad y extensión de la interrupción.
En Jammu y Cachemira, uno de los bloqueos de internet más largos de India, y posiblemente del mundo, duró 18 meses. En ese periodo, el acceso a internet 4G quedó completamente suspendido. El bloqueo quedó presuntamente levantado en 2021.
El alarmante aumento de los bloqueos de internet en India
Entre 2012 y 2024, SFLC.in informó de la impactante cantidad de 848 bloqueos de internet ordenados por el Gobierno en India, un promedio de aproximadamente 65 bloqueos por año, un aumento de 2000% desde 2012, en el que hubo solo tres bloqueos. En comparación, en 2023 hubo 96 bloqueos, y en 2022 se registraron 77. Ambos exceden el promedio anual.
Cabe destacar que los números más altos de bloqueos se observaron desde 2018, un periodo en el que India se ha ubicado constantemente como el primer país del mundo en bloqueos de internet (entre 2018 y 2023). Según un informe y comunicado de prensa de Access Now, India informó 116 casos de bloqueos e interrupciones de internet en 2023 —el mayor del mundo— seguido de Myanmar (37 casos) e Irán (34 casos). El significativo margen por el que India sobrepasa a otros países en este aspecto es muy preocupante.
India domina bloqueos globales: Preocupante tendencia
Para entender totalmente las consecuencias de estas interrupciones, las cifras de los bloqueos de internet en India deben verse en un contexto global. Según el informe de 2023 de Access Now, “(2023) es el peor año de bloqueos de internet jamás registrado”, con 283 bloqueos en 39 países, el mayor desde que empezó el registro en 2016. Sobre todo, Manipur en el noreste de India tuvo el bloqueo más largo en 2023, que duró más de 5000 horas. Aunque el estado ha enfrentado décadas de tensiones étnicas, el bloqueo se dio después de intensos enfrentamientos intercomunitarios, que reflejan las extremas medidas de las autoridades para controlar el flujo de información con el pretexto de reprimir a “elementos antisociales”.
Leer más: Informe de Unfreedom Monitor: India
Derechos digitales en riesgo: Consecuencias sociales y económica de los bloqueos
El informe de enero de 2024 de Top10VPN, organización independiente de revisión e investigación de VPN, que usa la herramienta de costo de bloqueo de NetBlocks (COST), cuantificó el impacto económico de los bloqueos de internet en India en 585.4 millones de dólares, que resulta de 7956 horas de interrupción de servicio. India llegó al quinto lugar a nivel mundial en pérdidas económicas y tercero en usuarios afectados, con 59.1 millones de personas afectadas, después de Brasil (174.2 millones), Rusia (113 millones) y Pakistán (82.9 millones).
La excesiva cantidad de bloqueos de internet impuestos por el Estado en India revela una paradoja preocupante: mientras el país aspira a convertirse en líder mundial en innovación digital, estas interrupciones minan su infraestructura digital, sus servicios críticos, su economía, su progreso tecnológico y los derechos fundamentales de sus ciudadanos a comunicarse y expresarse, y su acceso a mercados globales.
Esta disparidad se ve dolorosamente capturada en un video en X (antes Twitter) de Anup Kaphle, editor em jefe de Rest of World, que muestra que el acceso a internet lento e interrumpido dificultó desproporcionadamente la capacidad de los estudiantes para estudiar para los exámenes en el estado norteño de Cachemira.
We asked two Indian students—one in #Kashmir and the other in Tamil Nadu—under lockdown to record their screens as they download the same reading assignment.
This is what it looks like.https://t.co/pB86oU5CIR pic.twitter.com/k2OOj2gUub
— Anup Kaphle 🐐 (@AnupKaphle) May 19, 2020
Le pedimos a dos estudiantes indios, uno en Cachemira y el otro en Tamil Nadu, que están con el bloqueo que registraran sus pantallas mientras descargaban la misma tarea.
Así es como se ve.
En una crítica mordaz de los bloqueos e interrupciones de internet que impone el Gobierno, el destacado abogado Apar Gupta, administrador de Internet Freedom Foundation, nos recuerda que pese a su amplio uso, ni e Gobierno ni ningún Gobierno estatal han realizado ni encargado un estudio creíble para evaluar los objetivos propuestos o efectos a largo plazo de estas interrupciones.
The highest number of global internet shutdowns have brought India international shame. The institutional solution? “Limited internet shutdowns” for selective banning are now in force at Manipur. Fashioned as a reasonable middle ground, it has zero evidence of benefit but an… pic.twitter.com/3cHurIoxnI
— Apar Gupta (@apar1984) August 3, 2023
Los bloqueos no son la cura.
No hay evidencia que sustente los bloqueos limitados de internet, pero sí muchos datos que muestren cuánto daño pueden hacer.
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El mayor número de bloqueos de internet globales han llevado vergüenza internacional a India. ¿La solución institucional? “Bloqueos de internet limitados” para prohibición selectiva están ahora vigentes en Manipur. Está diseñada como un razonable punto medio, no tiene evidencia de beneficio, pero sí una absoluta certeza de perjuicio. Más en Indian Express hoy.
“Existe amplia evidencia de los perjuicios sociales y económicos de los bloqueos. Por el contrario, algunos estudios incluso sugieren que los medios sociales crean mayor responsabilidad del Estado», afirma Gupta. Pero pese a esta evidencio, se ha tomado muy poca acción para tratar los impactos negativos de estos bloqueos.
Dilema de la Corte Suprema: Asuntos de seguridad vs. libertades civiles
Aunque el caso de Manipur es relativamente reciente, la región de Jammu y Cachemira sigue siendo la más afectada por los bloqueos de internet en India. Esta región ha sufrido lo que la Federación Internacional de Periodistas y la Red de Solidaridad con los Medios del Sur de Asia han denominado el «cierre de comunicaciones más largo del mundo», acontecimiento sin precedentes desde el punto de vista local y mundial. Diversas investigaciones académicas han examinado e informado sobre las nefastas consecuencias de estos cierres, destacan específicamente que el poder estatal afecta sistemáticamente los derechos humanos de las personas en la región. Un tema recurrente en estos estudios es el persistente fracaso de los tribunales superiores al proteger eficazmente a los ciudadanos de los efectos adversos de estas acciones gubernamentales prepotentes.
Pese a la resolución de la Corte Suprema de India en el caso Anuradha Bhasin v. Unión de India (2020), que declaró ilegal la suspensión indefinida de servicios de internet según la ley india, persiste una brecha significativa entre este pronunciamiento y las realidades en la práctica. Los Gobiernos estatal y central siguen ejerciendo considerable criterio propio al imponer bloqueos de internet en todo el país, y a menudo justifican estas acciones con referencias imprecisas a factores como “asuntos de seguridad” o la necesidad de preservar el “estado de derecho”. También tenemos casos en que los Gobiernos estatales de Rajastán y Bengala Occidental (entre otros) han cerrado o interrumpido los servicios de internet en varios distritos para evitar filtraciones de documentos y trampas en los exámenes.
El marco jurídico que respalda estos bloqueos se basa en la doctrina de la «proporcionalidad», principio ratificado por la Corte Suprema en una sentencia histórica anterior sobre el derecho a la intimidad. Según esta norma, el Gobierno puede restringir los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la libertad de expresión, si puede justificar suficientemente estas acciones con razones de orden público más apremiantes relacionadas, por ejemplo, con la preservación de la seguridad nacional o la lucha contra el terrorismo.
En otra sentencia de 2020, la Corte Suprema de India reafirmó su postura en el caso Anuradha Bhasin, y destacó el reto de equilibrar la seguridad nacional con la libertad personal. Sin embargo, la corte denegó una ayuda sustancial a los peticionarios que solicitaban servicios de internet más rápidos, sostenían amenazas de infiltración en la frontera, desestabilización nacional y violencia cotidiana contra civiles y fuerzas de seguridad.
Suchitra Vijayan, autora del aclamado libro «Midnight's Borders» y fundadora de The Polis Project, Inc, resumió así la esencia de la sentencia de Anuradha Bhasin:
Supreme Court says blanket ban of Internet in Kashmir is a violation of freedom.
Yet ban remains.
Remember the blanket ban is a collective punishment, which is a war crime.
And this is the longest ban in the history.
— Suchitra Vijayan 🇵🇸 (@suchitrav) January 10, 2020
La Corte Suprema dice que el bloqueo general de internet en Cachemira es una violación de la libertad.
Sin embargo, el bloqueo sigue.
Recuerden que el bloqueo general es un castigo colectivo, que es un crimen de guerra.
Y es la prohibición más larga de la historia.
¿Un destello de esperanza?
El fuerte control estatal de India sobre el gobierno digital hace improbable una reforma inmediata de sus políticas de cierre. Sin embargo, el creciente conocimiento sobre los perjuicios sociales y económicos causados por los bloqueos, junto con la constante defensa de grupos de la sociedad civil, académicos y activistas de derechos humanos, ofrece un tenue rayo de esperanza. La movilización y la resistencia sostenidas podrían inclinar gradualmente la balanza hacia un futuro digital que considere más los derechos.