
Imagen del autor Ruki Fernando, a través de Groundviews.
Este artículo de Ruki Fernando apareció originalmente en Groundviews, galardonado sitio web de periodismo ciudadano de Sri Lanka. Global Voices publica versión editada como parte de un acuerdo de intercambio de contenido.
Mullivaikkal es una remota aldea costera en Mullaitivu, en la Provincia Norte de Sri Lanka, y su composición étnica es predominantemente tamil. Es significativo porque es ahí donde la guerra civil de 30 años de Sri Lanka llegó a su sangriento final en 2009; cientos de miles de personas siguen desaparecidas. A quienes se rindieron al Ejército en Mullivaikkal en los últimos días de la guerra presuntamente los mataron o están desaparecidos. La población de la aldea de Mullivaikkal y del distrito de Mullaitivu estuvo desplazada durante varios meses y recluida en campos de detención con alambre de púas. Mullivaikkal es también el lugar donde los tamiles se reúnen en gran número cada 18 de mayo, el día en que terminó la guerra, para recordar, mostrar su dolor y exigir justicia por las atrocidades cometidas durante la guerra.
El 19 de diciembre de 2024, cerca de las costas de Mullivaikkal, apareció un barco con 102 refugiados rohinyá, que incluía 25 niños que huían de la persecución de Myanmar. Theepan y otros pescadores de Mullivaikkal estuvieron entre los primeros en avistar el barco y ayudarlos. Salieron en el pequeño barco pesquero de Theepan y notaron que había mucha gente en el barco. Era pocos los hombres que estaban de pie, y otros estaban acostados. También notaron vómito y sangre. No podían entenderse entre sí porque hablaban diferentes idiomas, pero varios solicitantes de asilo habían gritado la palabra «hospital».
Theepan dice que sintió que los rohinyá, especialmente los niños, querían que los llevara a tierra. Dijo que él y otros aldeanos querían traerlos a tierra y cuidarlos. Podría haberlos traído en su barco, unos 10 a la vez, pero dijo que le preocupaban las consecuencias legales. Theepan había pedido a la Marina que llevara a la gente a tierra, pero los oficiales dijeron que no tenían permiso de sus superiores. Sin embargo, Theepan había llevado al barco un médico, dos inspectores de salud pública y oficiales de la Marina con los solicitantes de asilo. Una ambulancia llegó al lugar, pero no se usó porque no se llevó a tierra a nadie del barco.
Los pescadores llevaron glucosa, comida y agua potable, que fueron aceptados con agradecimiento por los rohinyá, que parecían hambrientos. Theepan hizo unos 20 viajes. A medida que se difundió la noticia, otros comenzaron a llevar comida, que Theepan entregó a los rohinyá, mientras por la noche la Matina comenzaba a escoltar el barco hacia Trincomalee.
Theepan y otros pescadores tenían reservas sobre los botes pesqueros de arrastre de India que estaban perturbando su sustento, pero fueron excepcionalmente acogedores y solidarios con los rohinyá por la la creencia de que huían de la persecución y necesitaban ayuda.
Trincomalee, Provincia del Este, Sri Lanka
Los solicitantes de asilo rohinyá, que ya habían estado en el mar más de dos semanas, permanecieron en el mar durante la mayor parte del 19 de diciembre. Esa noche, la Marina los escoltó a Trincomalee y finalmente se les permitió desembarcar el 20 de diciembre. Funcionarios gubernamentales y grupos de la sociedad civil en Trincomalee dieron atención médica, alimentos y ropa.
El periodista local Amadoru Amarajeewa logró entrevistar a algunos solicitantes de asilo y los describió como hambrientos y fatigados. Algunos de los niños y mujeres estaban deshidratados y no podían caminar. Llevaban 16 días en el mar sin instalaciones sanitarias. Un refugiado dijo que habían partido en tres barcos; dos se habían averiado y la gente de esos barcos había abordado el barco que llegó a Sri Lanka. Seis murieron durante el viaje y sus cuerpos fueron arrojados al mar. Un refugiado dijo que había abandonado su hogar por el conflicto étnico en Myanmar y que tuvo que sobornar a las fuerzas de seguridad del país y huir ilegalmente. Otro refugiado dijo que a su aldea la estaban bombardeando, y se vio obligado a huir en busca de seguridad. Otro dijo que se habían cortado las comunicaciones con su aldea y que temía por su vida.
Sus historias coinciden con historias que he escuchado de amigos rohinyá exiliados en diferentes países y de algunos de los refugiados rohinyá que han estado viviendo temporalmente en Sri Lanka durante aproximadamente dos años después de que la Marina los rescató en el mar frente a Jaffna. Había alrededor de cien refugiados rohinyá en Sri Lanka antes de los últimos arribos, mientras que alrededor de un millón han sido acogidos en Bangladesh. La persecución de los rohinyá es ahora objeto de un caso de genocidio ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), interpuesto por Gambia contra Myanmar.
Detención y posible deportación
Después de permanecer en Trincomalee durante tres días, los solicitantes de asilo fueron devueltos a Mullaitivu el 23 de diciembre y quedaron detenidos en un campamento de la Fuerza Aérea. Theepan dijo que él y otros aldeanos estaban interesados en visitarlos, pero que está esperando que las autoridades les autoricen. Dijo que algunos tal vez lo recuerden por sus muchas visitas al barco. Un funcionario de la Cruz Roja local que había dado asistencia de emergencia dijo que los comerciantes locales en Mullaitivu habían contribuido con suministros de emergencia. Algunos lugareños habían visitado el centro de detención para preguntar sobre las necesidades, pero los regresaron.
Cuando un grupo de periodistas y yo visitamos el centro de detención, los funcionarios de la Fuerza Aérea declararon que no podían permitir que nos reuniéramos con los solicitantes de asilo sin el permiso de los funcionarios de inmigración. Sin embargo, los funcionarios no estaban y las llamadas a los números del sitio web oficial no recibieron respuesta. Varios días antes habíamos informado por escrito a la Contraloría de Migración y al Ministerio de Seguridad Pública, y también hicimos muchas llamadas telefónicas, pero sin respuesta. El 26 de diciembre, a los funcionarios de la Comisión de Derechos Humanos de Sri Lanka también se les prohibió visitar el centro de detención. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) también está esperando acceso para registrar la llegada de las personas en el barco y examinar sus solicitudes de asilo.
El portavoz de la Marina dijo a los medios que el destino de los rohinyá podría haber sido Malasia o Indonesia, y las condiciones climáticas empujaron el barco a Sri Lanka. Uno de los solicitantes de asilo le dijo al periodista Amarajeewa en Trincomalee que no tenía idea de a dónde se dirigían, pero que quería llegar a un lugar seguro.
Sin embargo, el 3 de enero se citó al ministro de Seguridad Pública que decía que la llegada de los rohinyá se consideraba un caso de trata de personas y que no había fundamentos para considerarlos refugiados o solicitantes de asilo. El ministro dijo que podrían ser deportados a Myanmar y que el Gobierno incluso había dado detalles de las personas al Gobierno de Myanmar y estaba sosteniendo conversaciones con ellos.
La declaración del ministro provocó críticas y cuestionamientos del líder de la oposición y de otros parlamentarios de la oposición. El 9 de enero, el Comité Coordinador del Noreste, junto con grupos de la sociedad civil y residentes de las Provincias Norte y Este, realizaron una protesta frente a la Secretariado del distrito de Mullaitivu, para pedir al Gobierno que no deportara a los rohinyá y los tratara de acuerdo con las normas internacionales. Señalaron que era mejor mantener a los rohinyá bajo la supervisión de la administración civil que en un campamento de la Fuerza Aérea. El 10 de enero, en Colombo hubo una protesta contra la deportación y la detención en un campamento militar.
El 10 de enero, cuando el caso fue llevado al Tribunal de Magistrados de Trincomalee, la Policía pidió más tiempo para las investigaciones. Los abogados solicitaron acceso a los detenidos y el magistrado convocó a funcionarios de la Fuerza Aérea y del Departamento de Inmigración a la audiencia prevista para el 31 de enero.
Detención y deportación versus atención y apoyo humanitarios
El artículo 14 de la Declaración Universal de Derechos Humanos garantiza a toda persona el derecho a solicitar asilo, y los principios del derecho consuetudinario internacional prohíben devolver a su lugar de origen a quienes tengan temores fundados de persecución.
Theepan y la población local ven a los rohinyá como personas que huyen de la persecución y buscan protección. Afirman categóricamente que el Gobierno debería hacerse cargo de ellos. Cuando se le preguntó sobre los temores del ministro de Gobierno sobre la llegada de 100 000 personas, un pescador respondió que hay que ayudar a quienes vienen a proteger sus vidas desde cualquier lugar. Theepan dijo que los aldeanos de Mullivaikkal podrían alojar y alimentar a los rohinyá, pero que el Gobierno debe atender otras necesidades, incluida la atención médica. Los aldeanos recordaron sus propias experiencias dolorosas durante la guerra al tratar de escapar de los bombardeos, el fuego de artillería, estar en refugios, el desplazamiento y el hambre, y dijeron que sus experiencias les ayudaron a comprender la difícil situación de los rohinyá y los motivaron a sentir empatía y ayudar a los rohinyá que han llegado a Sri Lanka. Los periodistas locales que visitaron el barco e informaron con solidaridad también recordaron sus propias experiencias durante la guerra.
La sensibilidad, la amabilidad y la voluntad del pueblo de Mullivaikkal para dar la bienvenida y ayudar a los extraños que huyen de la persecución y que han llegado a sus costas deben ser un ejemplo a seguir para políticos gubernamentales, funcionarios estatales y todos los ciudadanos.