Red desconectada: Crece la amenaza de la censura de internet en Rusia

A finales de 2023, más del 92% de la población rusa usaba internet. Ahora, el Gobierno les tiene otros planes. Imagen de Denny Müller en Unsplash. Utilizada bajo licencia de Unsplash.

Durante dos días seguidos, el 14 y el 15 de enero de 2025, aproximadamente un tercio de los usuarios de internet de Rusia no tuvo acceso a la mayoría de sitios web y plataformas. Un grupo de entusiastas con conocimientos tecnológicos, que ahora forman un nuevo tipo de sociedad civil rusa en el extranjero, dijeron literalmente, que hemos presenciado una “versión de prueba” de un cierre total de internet. Dicen que ahora esto demuestra que ahora es obvio que la institución censora rusa, Roskomnadzor, puede cerrar completamente el tráfico entrante de internet en Rusia en cualquier momento.

El director de la ONG Internet Freedom, Mikhail Klimarev, contabilizó cuánto costó este corte en la economía rusa:

16.8 million dollars. That's how much one hour of downtime cost the Russian economy. Well, minus one tank, I guess. The Central Monitoring Center [the administrative body responsible for technically censoring all internet providers in Russia] should demand a reward from the Armed Forces of Ukraine. Well done!

[Son] 16,8 millones de dólares. Ese fue el costo de una hora de desconexión para la economía de Rusia. Bueno, menos un tanque, supongo. La Estación Central de Supervisión [ente administrativo responsable de censurar técnicamente todos los proveedores de internet en Rusia] debería exigir un premio a las fuerzas armadas de Ucrania. ¡Bien hecho!

Entre los expertos circulan diferentes versiones de lo que ocurrió en realidad. Una es que Roskomnadzor intentó actualizar hardware de censura instalado en todos los operadores de internet y móviles en Rusia (hay unos 3500, según Klimarev), y fallo salió mal. Otra versión, del programa de YouTube Tochka, es que Roskomnadzor empezó a testar “listas blancas” (permiten el tráfico solo a las direcciones IP de la lista) para RuNet (como se suele llamar al segmento ruso de Internet). Cada corte duró alrededor de una hora.

Desde hace unos años, las autoridades rusas han restringido el acceso a internet para quienes viven en Rusia. Empezó con el bloqueo individual de sitios y páginas web a principios de la década de 2000, y siguió con el bloqueo de todas las grandes plataformas de redes sociales (excepto YouTube), así como muchos sitios web de medios tras el comienzo de la invasión rusa a gran escala de Ucrania en febrero de 2022. No obstante, el sueño final de crear un internet nacional (“internet soberano”, como lo define la legislación aprobada ya en 2019, para garantizar al Gobierno ruso el poder de separar Rusia del resto de internet) todavía no se ha implementado.

Los cortes del 14 y 15 de enero no fueron las primeras “sesiones de prueba” del poder para cerrar internet por completo, aunque hasta la fecha, fueron los más amplios en términos de número de usuarios afectados.

Un corte de prueba anterior ocurrió el 7 de diciembre de 2024, cuando las autoridades cortaron internet en tres regiones del norte del Cáucaso de Rusia: Chechenia, Ingusetia y Daguestán. Los habitantes de estas regiones no tuvieron acceso a ningún sitio web ni plataforma con sede en el extranjero, como YouTube, Google y Telegram. En aquel momento, Klimarev hizo estas declaraciones para el canal de televisión Dozhd (Lluvia):

The idea is that Roskomnadzor is trying to test what would happen if all networks connecting the Russian segment of the internet to the foreign segment were completely disconnected. They are testing the functionality of certain services, for example, whether banks work — services that are critically important for the functioning of state bodies. What is currently known is that certain video surveillance systems went offline, banking systems stopped functioning, and VPNs naturally do not work.

La idea es que Roskomnadzor está intentando probar qué pasaría si todas las redes que conectan el segmento ruso de internet al segmento extranjero se desconectaran completamente. Están probando la funcionalidad de algunos servicios, por ejemplo, si los bancos funcionan (servicios fundamentales para el funcionamiento de los entes estatales). Lo que se sabe actualmente es que algunos sistemas de videovigilancia se desconectaron, los sistemas bancarios dejaron de funcionar y las VPN, naturalmente, no funcionan.

Bloqueo de YouTube

YouTube, al igual que en muchas otras partes del mundo, es una de las grandes plataformas de redes sociales más populares en Rusia. Para muchas personas, ha sustituido a la televisión en los últimos años, especialmente tras la invasión rusa a Ucrania. Mientras el contenido político, medios y noticias de la oposición se han trasladado allí por completo (algunos antes incluso de la censura de guerra de 2022), durante los últimos tres años o más también ha sido fuente del contenido de entretenimiento que ha desaparecido de los canales de televisión de propaganda rusa en tiempo de guerra. El segmento de idioma ruso de YouTube tiene canales con millones de suscriptores y audiencias, que van desde niños que ven la vida de niños videoblogueros ucranianos, y Katia y Max (que ahora viven en Estados Unidos), hasta personas mayores que ven videos de cómo arreglar una máquina de coser.

No obstante, las autoridades rusas también están bloqueando YouTube. Desde mediados de 2024, el tráfico de YouTube se ha desacelerado para que los videos tarden muchísimo tiempo en cargar, más o menos como a finales de la década de 1990. Los operadores móviles, sin embargo, continuaron dando servicios con normalidad hasta diciembre de 2024. Ahora, estos también están desacelerando el tráfico. Según Klimarev, desacelerar el tráfico es, esencialmente, un método de bloqueo de la plataforma.

Según una investigación reciente del medio opositor Meduza and The Bell, se pretendía derivar la población rusa a tres plataformas “locales” rusas: VK video, RuTube y la nueva invención de Russia Today llamada “Plataforma”.

Sin embargo, a pesar de la inversión de miles de millones de dólares para atraer a los blogueros más destacados de habla rusa hacia estas tres plataformas, la audiencia no cedió y los blogueros las abandonaron cuando se acabó el dinero. La mayoría de los problemas, apunta la investigación, se produjeron porque estas empresas solo contaban con dinero del Estado y no desarrollaron sus propias soluciones de sistemas de recomendación ni incentivos para los usuarios tengan ganancias. Por ejemplo, en la página principal de RuTube se muestra una lista de sus canales “más populares”, uno de los cuales tiene 280 suscriptores.

En estos momentos, YouTube sigue siendo la plataforma de video más popular en Rusia, aunque ahora el acceso debe ser mediante VPN.

Los años de suerte de VKontakte

Durante años, el Gobierno ruso ha estado vertiendo dinero en plataformas locales de redes sociales. VKontakte (ahora VK), fue inicialmente una imitación de Facebook (literalmente, sus términos de servicio todavía repiten en muchas partes las primeras políticas de Facebook, palabra por palabra). La presentó el actual propietario de Telegram, Pavel Durov, en 2006, y en 2014 la adquirió el grupo afín al Estado Mail.Ru. Actualmente, la plataforma la dirige Vladimir Kirienko, hijo del primer subsecretario de gabinete de Putin, Sergey Kirienko, que ejerce gran influencia sobre la guerra de Rusia con Ucrania, y también sobre la censura rusa de internet, y la ha llevado a ser un sistema cerrado. VK emplea una férrea censura, de moderadores automáticos y humanos, además de la autocensura (ya que se puede recibir una sentencia de cárcel real por una publicación o un «me gusta» en una publicación).

De este modo, VK tenía la misión de reemplazar a Facebook e Instagram, y para 2024, también a YouTube. Mientras fue un sustituto de Facebook para la gran mayoría de usuarios (la ventaja obvia fue que, en realidad, VK había estado en Rusia antes que Facebook y brindaba muchos más servicios, como difusión de música y películas al margen de los derechos de autor), Instagram fue imposible de reemplazar. El tráfico de Instagram cayó, aunque no significativamente: en 2025m al menos el 37% de la población rusa utiliza VPN (y estos son solo quienes lo reconocen en las encuestas públicas), y los usuarios de Instagram no son una excepción.

La red social X nunca ha sido muy popular entre la población rusa, y los usuarios de X cambiaron a Telegram sin complicaciones cuando Twitter quedó bloqueada en 2022, o siguieron usándolo a través de una VPN.

Bloquear mensajerías

Las autoridades rusas suelen comenzar lentamente para que la gente no se indigne ni se sorprenda al perder servicios. Al comienzo de 2023, se aprobó una ley que impedía que bancos o funcionarios estatales usaran de algunas aplicaciones de mensajería. Entre estas figuraban Discord, Microsoft Teams, Skype Empresarial, Snapchat, Telegram, Threema, Viber, WhatsApp, y la ampliación china WeChat. Si bien estas aplicaciones no se bloquearon inmediatamente, (el presunto intento de bloqueo de Telegram en 2018 fracasó), ahora se ha tomado impulso para bloquearlas.

En la segunda mitad de enero de 2025, Discord y Viber ya estaban bloqueadas, y también Signal, que ni siquiera está en la lista. Los expertos prevén que WhatsApp será la próxima en la cola. Discord, tal y como informó Meduza, fue bloqueada a pesar de que el Ejército ruso lo usa en la invasión de Ucrania.

2025 será el año de la guerra contra las VPN

Las redes privadas virtuales o VPN, herramientas que burlan estos controles, han ganado popularidad en Rusia. Según las estimaciones de Klimorev, más del 50% de la población ya las ha instalado actualmente. Además, la censura de internet ha creado un movimiento en el sector civil ruso, así como entre desarrolladores en el extranjero, para crear iniciativas tecnológicas de base con el fin de contrarrestar los cortes y el bloqueo.

Denis Yagodin, director de innovación, transformación digital e IA en el sector público de Teplitsa Socialnyh Technologyi (ONG que ayuda al sector civil a usar nuevas tecnologías), ha escrito al respecto recientemente en una publicación de LinkedIn, que reproducimos aquí con autorización:

Once early internet pioneer John Gilmore said “the net interprets censorship as damage and routes around it.” The digital iron curtain descending across Russia has sparked a response from the open source community, showing how grassroots tech initiatives can counter state censorship. As authorities tighten their grip through deep packet inspection (DPI) systems and VPN restrictions, a global network of developers is crafting tools to preserve internet freedom.

While tech giants like Apple comply with VPN apps removal requests from Russian authorities, independent developers are building an arsenal of open source solutions. Tools like GoodbyeDPI and PowerTunnel outsmart surveillance systems by manipulating network packets, while projects such as Piped.video offer alternative pathways to blocked content. Open source firmware like OpenWrt transforms ordinary home routers into censorship-circumvention devices, protecting entire households.

Decentralized communities can adapt faster than centralized control systems. Each new restriction breeds workarounds, creating a perpetual game of digital cat-and-mouse where openness and transparency become powerful weapons against opacity and control. The open source movement's response shows how shared code and collaborative development can sustain the internet's original promise of free information flow, even as governments try to fragment and control it.

Una vez, John Gilmore, pionero de los primeros tiempos de internet, dijo: “La red interpreta la censura como un perjuicio y busca rutas alternativas”. El telón de acero digital que baja a lo largo de Rusia ha dado vida a una respuesta de la comunidad de código abierto, y demostrado que las iniciativas tecnológicas de base pueden contrarrestar la censura estatal. Mientras las autoridades refuerzan el control mediante sistemas de inspección profunda de paquetes (DPI) y restricciones de VPN, una red internacional de desarrolladores diseña herramientas para conservar la libertad de internet.

Mientras gigantes tecnológicos como Apple cumplen con las solicitudes de las autoridades rusas de eliminar las aplicaciones VPN, los desarrolladores independientes construyen un arsenal de soluciones de código abierto. Herramientas como GoodbyeDPI y PowerTunnel superan a los sistemas de vigilancia, para lo que manipulan los paquetes red, y proyectos como Piped.video ofrecen rutas alternativas al contenido bloqueado. Los microprogramas de código abierto como OpenWrt transforma enrutadores domésticos ordinarios en dispositivos de elusión de la censura, y protegen casas enteras.

Las comunidades descentralizadas se pueden adaptar más rápidamente que los sistemas de control centralizados. Cada nueva restricción da lugar a nuevas alternativas, lo que crea un juego digital perpetuo del ratón y el gato, en el que la apertura y la transparencia se convierten en fuertes armas contra la oscuridad y el control. La respuesta del movimiento de código abierto muestra cómo el código compartido y la programación colaborativa pueden sostener la promesa original de internet del flujo libre de información, aun cuando los Gobiernos intentan fragmentarlo y controlarlo.

El mismo Klimarev es uno de los fundadores del programa para que cualquier persona que viva en Rusia pueda obtener una VPN que servirá después hasta a doscientas personas que pueden obtener sus propias claves VPN de la primera.

Además, los medios rusos en el exilio, que ahora en muchas circunstancias toman el papel de la sociedad civil, también tienen sus propios programas para evadir la censura.

Por ejemplo, Meduza, una de las fuentes de noticias más importantes, ha desarrollado su propia aplicación, que no requiere VPN para acceder al contenido. Esta también tiene un servicio, “enlace mágico”, que permite abrir artículos sin VPN. Además, la mayor parte del texto se repite más adelante en forma de archivos de audio en pódcasts o plataformas de vídeo. Otro medio opositor importante, TV Dozhd, está distribuyendo de forma gratuita una extensión VPN para navegadores que funciona con su contenido y con el de otros sitios web y plataformas bloqueados.

No obstante, si Vladimir Putin decide cerrar internet en Rusia, las VPN no serán de utilidad. Klimarev lo explica en una entrevista para TV Dozhd:

The principle of VPN operation involves connecting to some foreign service or server and then receiving information. Since all these servers are located abroad, it becomes impossible to connect via VPN. This is essentially the “Cheburnet” [sovereign domestic internet] that has been talked about for a long time. Whether it will work on a nationwide scale is still unclear, but it would deal a serious blow to the country's economy, which is already in poor condition. In general, we can only welcome this. The worse the economy in Russia, the fewer rockets they will produce, and the less they will shoot at Ukraine.

El principio operativo de las VPN consiste en conectarse a algún servicio o servidor extranjero y, entonces recibir información. Puesto que todos estos servidores están ubicados en el extranjero, resulta imposible conectarse a través de VPN. Esto es, en esencia, el “cheburnet” [internet soberano doméstico] del que se ha hablado mucho tiempo. Si funcionará o no a escala de toda la nación todavía no está claro, pero supondría un duro golpe para la economía del país, que ya se encuentra debilitada. En general, no es más que un hecho para celebrar. Cuanto peor vaya la economía en Rusia, menos misiles producirán y menos dispararán a Ucrania.

Actualmente, el uso de las VPN no se considera ilegal en Rusia. Sin embargo, está prohibido anunciar o distribuir información sobre estas. En 2025, según predicen los expertos, será el año de la guerra contra las VPN en el país.

Klimarev afirma que, quizás pronto, las autoridades no presentarán listas negras, sino “listas blancas” de RuNet. Esto se asemejaría a lo que Turkmenistán está haciendo con su sistema de internet, que solo permite acceder a direcciones IP específicas que figuran en listas del Gobierno.

Evidentemente, esto solo se puede dar si el régimen no convierte Rusia en Corea del Norte, con un cierre a gran escala de todo el tráfico exterior de internet.

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