Biblioteca se convierte en salvavidas para niños no escolarizados en una comunidad pesquera de Nigeria

Ilustración de Minority Africa, usada con autorización.

Este articulo de Abdullahi Jimoh se publicó originalmente en Minority Africa el 22 de noviembre de 2024. Esta versión revisada forma parte de un acuerdo de intercambio de contenidos.

Los niños del mercado Kpansia de Yenagoa, en el estado Bayelsa, Nigeria, no pasan desapercibidos. A lo largo del día –mientras muchos de sus pares están en la escuela– pasean y juegan por el mercado, a menudo descalzos, haciendo rodar neumáticos desechados cuando no están en una canoa en busca de peces para ayudar a sus padres. Marvelous Akumogbia, de 12 años, relató:

I was in Primary six when I stopped going to school. Though I wasn’t happy about it, it was due to my parents’ financial struggles.

Estaba en sexto de primaria cuando dejé de ir a la escuela. Aunque no me gustó, fue así por los problemas de dinero de mis padres.

Los padres de Akumogbia son pescadores y no podían pagar sus gastos escolares, así que le pidieron que dejara la escuela y se les uniera en la pesca, a pesar de su deseo de seguir estudiando, lo que lo convirtió en uno de los innumerables niños sin escolarizar en Nigeria.

Un lugar de refugio

La biblioteca Yellow House de Yenagoa tampoco pasa desapercibida. Destaca su gran estructura de madera, cubierta con una lona amarilla brillante. En el interior, niños curiosos hojean las estanterías, se acomodan en sillas de plástico o bancos de madera y se sumergen en las historias. La liberaría fue fundada en 2021 por Babawale Babafemi, y comenzó como un club de lectura para impulsar la alfabetización de niños no escolarizados. Babafemi también quería un hogar seguro para la colección de libros infantiles y para adultos que heredó de su padre.

«Mi padre fue director de una escuela en el estado de Kwara. Era un director erudito a quien le encantaba leer», declaró Babafemi a Minority Africa.

La biblioteca abre todos los fines de semana y recibe a todo aquel que desee perderse en el mundo de los libros. Al llegar, los niños se dividen en grupos, y cada uno elige un libro para analizar durante la semana. Hoy en día, más de 60 niños asisten de forma regular. El impacto que esta biblioteca ha tenido en los niños demuestra que las bibliotecas pueden contribuir al desarrollo intelectual y al crecimiento literario de una sociedad. Antes de que el desaparecido exgobernador Diepreye Alamieyeseigha construyera la primera biblioteca en 2002, no existía ninguna en todo el estado.

En 2018, Bayelsa solo tenía tres bibliotecas públicas. Además, es uno de los 23 estados de Nigeria con desventajas educativas, donde la educación se considera poco importante. Al tratarse de una región costera, los miembros de la comunidad priorizan la pesca debido a la pobreza, lo que agrava la cifra de niños sin escolarizar en el estado.

«Es fácil identificar a los niños. Los veo todos los días, de lunes a viernes, sin ir a la escuela mientras sus compañeros sí van», comenta Babafemi.

I get them to take me to their parents. When I ask their parents or relatives why the children were not in school? They say there’s no money to send them there, so I will talk them into allowing their children to visit my library every weekend.

Les pido que me lleven con sus padres. Cuando pregunto a los familiares por qué los niños no están en la escuela, me dicen que no tienen dinero para enviarlos. Entonces, trato de convencerlos de que permitan que sus hijos visiten mi biblioteca los fines de semana.

Según un informe reciente de la UNESCO, más de la mitad de la población mundial sin escolarizar (51%) está en África Subsahariana, comparado con el 32 % registrado en 2000. En 2023, se estimó que 250 000 de los 20 millones de niños sin escolarizar en Nigeria provenían del estado de Bayelsa.

Babafemi cree que saber leer y escribir puede ser la clave para una vida mejor y explica que esto ha influido en su propio camino:

Reading and writing have played a major role in my life; the people I have met who have shaped my life are from my literary circle. Reading also enhances my mental health.

La lectura y la escritura han desempeñado un papel fundamental en mi vida; las personas que he conocido y que han marcado mi vida provienen de mi círculo literario. Leer también mejora mi salud mental.

Con los fondos recaudados a través de las redes sociales, Babafemi cubre el costo del transporte de algunos niños cada fin de semana y también les ofrece refrigerios para animarlos a asistir al club literario. El club entrega libros a los niños para que los lleven a casa, de los que hablarán la semana siguiente, con el objetivo de fomentar en ellos un hábito personal de lectura.

El impacto de la biblioteca es evidente. Gracias a la lectura regular y a los debates en grupo, además de las tutorías a cargo de Babafemi y sus amigos, niños como Akumogbia volvieron a matricularse en la escuela y obtienen resultados excepcionales en los exámenes de ingreso. Rejoice Ekizam, miembro de la biblioteca, cuenta una historia similar.

I joined one year ago, and the teaching in the library helped me in the entrance examination.

Me uní hace un año, y las enseñanzas de la biblioteca me ayudaron con el examen de ingreso.

Ekiza dejó de ir a la escuela en 2021 porque su familia no podía pagar 4000 nairas (cerca de 2,45 dólares) diarios de matrícula. En 2023, conoció a Babafemi, que se dedicó a enseñarle. Ahora, Ekiza volvió a la escuela gracias a esa enseñanza constante. Sobresale tanto en inglés como en matemáticas. Nos cuenta:

When I started with the children, to be honest, there was no improvement. They had left school for a long period, and learning seemed strange to them. I dedicated four months to them. Now, there is  an improvement as I have enrolled six of them who passed the entrance examination to school.

Cuando comencé con los niños, para ser honesta, no mejoraban. Habían dejado la escuela hacía mucho tiempo, y aprender les parecía extraño. Me dediqué a ellos durante cuatro meses. Ahora mejoraron, pues inscribí a seis en la escuela, y aprobaron el examen de ingreso.

Dos veces al año, para seguir alentando a los niños y a la comunidad a adoptar la lectura y el aprendizaje, la biblioteca Yellow House organiza el concurso de deletreo Street Slam en la plaza del mercado local. La competencia atrae a jóvenes concursantes de la comunidad, les da un escenario para mostrar sus habilidades de deletreo. En 2022, el primer lugar fue para Blessing Perekosufa, de 14 años, fiel asistente de la biblioteca Yellow House que sueña con ser doctora.

Para ayudar a su familia a ganarse la vida, Perekosufa recolecta almejas en canoa. Hace tres años, dejó la escuela pública porque sus padres no podían pagar la matrícula. Desde entonces, la biblioteca se convirtió en su lugar favorito, donde se sumerge en una amplia variedad de lecturas. Le contó a Minority Africa:

I started visiting Yellow House Library three years ago to improve my literacy. I felt so excited when I took second position in the competition. I will never forget the library when I grow up.

Empecé a visitar la biblioteca Yellow House hace tres años para mejorar mi alfabetización. Me emocioné mucho cuando quedé segunda en el concurso. Nunca olvidaré la biblioteca cuando crezca.

Su libro favorito es Americanah, de Chimamanda Ngozi Adichie.

Reading a mature book like ‘Americanah’ has not only enabled me to master some big new words but also improved my fluency in English language speaking.

Leer un libro tan maduro como Americanah no solo me permitió dominar grandes palabras nuevas, también mejoró mi fluidez al hablar en inglés.

Babafemi afirma que los populares concursos de deletreo de Nigeria rara vez incluyen a adolescentes de hogares desfavorecidos, por lo que organizó Street Slam para que se sintieran incluidos. Ebitare Okilo, de 12 años, otro niño fuera del sistema escolar, pasa gran parte de su tiempo en la tienda de su tía, y aun así consiguió el segundo puesto en la competencia celebrada en noviembre de 2023.

«Discutir libros de cuentos con mis compañeros es parte de lo que me atrae de la biblioteca, y nuestros instructores son amables», dice Okilo. Su libro favorito es What Every Child Should Know, de Lark Sontag. Tras leer el libro varias veces, aprendió sobre las dificultades de crecer y cómo enfrentarlas, lo que le ha dado gran esperanza para el futuro.

Desafíos estructurales

A pesar de todo lo positivo que la biblioteca ofrece a la comunidad, enfrenta importantes desafíos, principalmente la escasez de recursos. Los niños no reciben apoyo de sus padres, que apenas pueden afrontar el transporte a la biblioteca. Para ayudar a Babafemi a seguir pagando las matrículas, los niños tuvieron una idea sorprendente: vender agua en sobrecitos para recaudar fondos.

«Antes de la biblioteca, se veían obligados a realizar trabajos ocasionales para mantenerse a flote —comenta Babafemi—. Conozco a algunos de los adolescentes del mercado, algunos venden pimienta molida, y otros ayudan a transportar cargas por una tarifa. Para ser honesto, no es algo que desee fomentar, pero se necesita estabilidad».

La biblioteca también se ha visto afectada por las inundaciones, que han destruido parte de su colección de libros. Bayelsa, estado al sur de Nigeria, es uno de los 33 de los 36 estados que ha comenzado a sufrir desastres anuales por inundaciones relacionadas a la crisis climática.

A pesar de los obstáculos, Babafemi y los niños siguen adelante, ven un futuro en el que la biblioteca crezca y reciba a más lectores. Para Okilo, la biblioteca Yellow House representa una oportunidad para un futuro mejor. En la última competencia de deletreo, en noviembre de 2023, se mostró orgulloso en la plaza con un cartel que decía: «Crecemos a través de lo que enfrentamos… pero crecemos en fuerza, esperanza y gracia».

Para los niños de la biblioteca Yellow House, cada libro representa una oportunidad para soñar y una vida más allá del oficio de pescador.

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