República Dominicana traza su camino hacia la independencia energética renovable

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República Dominicana depende en gran medida de los combustibles fósiles, pero ha fijado un objetivo claro: aumentar su independencia energética y reducir la importación de estos combustibles. Históricamente, el país ha dependido del gas natural, el carbón y el petróleo diésel para generar electricidad. Según Marvin Fernández, consultor en energía y ambiente, en 2023, el 85% de la energía del país provino de combustibles fósiles, mientras que solo el 15% tuvo origen en fuentes renovables: energía hidroeléctrica (4.8 %), eólica (4.7%), solar (4.6%) y biomasa (0.9%).

«A medida que aumentamos la generación de energía con recursos renovables como la solar, la eólica y la biomasa, evitamos gastar millones de dólares en exportaciones e importar millones de barriles de petróleo —explicó—. A día de hoy, el sector energético representa el 62% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en República Dominicana». Fernández señaló que, al utilizar fuentes de energía renovable, el país reduce su dependencia hacia los combustibles fósiles y, a su vez, disminuye las emisiones de GEI y la huella de carbono, lo que contribuye a mitigar el cambio climático.

Entre 2011 y ahora, al menos 17 529 clientes en el país han instalado paneles solares en sus techos en el marco del Programa de Medición Neta. Esta cifra representa apenas el 0.56% de los clientes de las empresas estatales de distribución eléctrica (EDE), que generan el 3% de la energía que venden estas compañías. «De ese total —aseguró Fernández—, solo el 0.92 % va a la red de distribución, el resto es para consumo propio. Es un porcentaje bajo, sobre todo si se considera que la demanda de energía del país ha crecido más de un 55% en el mismo período y seguirá en aumento».

Continuó: «El país ha tomado medidas para promover las energías renovables, pues no somos productores de combustible, por nuestra vulnerabilidad al cambio climático y la abundancia de recursos renovables que tenemos». Según el Gobierno dominicano, en 2020 la capacidad de generación eléctrica a partir de fuentes renovables era de 555.5 MW, para finales de 2023, había aumentado a 1,126.25 MW, lo que representa un crecimiento de más del 103% en tres años. El Estado añadió que actualmente están en construcción más de 1300 MW en proyectos fotovoltaicos en distintas regiones del país.

¿Qué soluciones se han implementado?

El experto destacó que, sin importar la magnitud del proyecto de energía renovable, de todas maneras tendrá un impacto económico positivo en el país: «Creo, personalmente, que los proyectos más emblemáticos son los que se atrevieron a liderar la producción de energía solar en el país y han generado un impacto positivo en la comunidad. Por ejemplo, el proyecto Monte Plata Solar I, con 30 MW». Hoy en día, se han iniciado 24 nuevos proyectos de energías renovables, que añadirán 1119 MW al sistema Eléctrico Nacional Interconectado de República Dominicana.

Además, la Comisión Nacional de Energía está tramitando 27 proyectos de energía solar con una capacidad de almacenamiento de 2268 MW, que comenzarán a construirse en 2025.

«En este proceso de transición energética, nadie puede quedarse atrás. Por eso, en colaboración con las autoridades del sector energía dominicanas y agencias de cooperación internacional, se han desarrollado varios proyectos de electrificación rural, que incluyen varias microcentrales hidroeléctricas y microrredes con energía solar fotovoltaica y almacenamiento, dirigidas a comunidades rurales de bajos ingresos. Sin energía, el desarrollo es imposible», mencionó Fernández.

Una de las medidas implementadas fue la resolución NE-AD-0005-2024 de la Comisión Nacional de Energía, emitida en septiembre de 2024, en la que se dispone que los proyectos solares fotovoltaicos con una capacidad instalada de entre 20 MWac y 200 MWac incorporen sistemas de almacenamiento de energía (BESS, sus siglas en inglés). Dichos proyectos deben contar con almacenamiento en baterías equivalente al 50% de su capacidad, con una duración mínima de cuatro horas.

«Confiamos en que la actualización de la normativa sirva como herramienta para agilizar los procesos de permisos, reducir la burocracia y eliminar las barreras regulatorias, técnicas y de mercado —explicó Fernández—. Esto permitirá que empresas y ciudadanos se adhieran masivamente a las fuentes de energía renovable y se democraticen, lo que reducirá la huella de carbono, mejorará la calidad de vida de la población y aumentará la competitividad empresarial».

República Dominicana dio el primer paso para fomentar la instalación de proyectos de energía renovable no convencional al crear un marco regulatorio atractivo para la inversión privada, local e internacional. En 2007, se aprobó la ley n.º 57-07 sobre incentivos al desarrollo de fuentes renovables de energía y regímenes especiales, norma que ha sido pieza clave para diversificar la matriz energética del país mediante la promoción, incentivo y desarrollo de las fuentes de energía renovables.

En una conferencia celebrada en abril de 2024, Edward Veras, director ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía (CNE), afirmó que República Dominicana estaba en vías de alcanzar un 21% de energía renovable para finales de 2024, con el objetivo de llegar al 25% en 2025 y al 30% en 2030.

Este reportaje se hizo con el apoyo del Caribbean Energy Transition Media Mentorship de Climate Tracker Caribbean.

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