Conoce a los artistas coreanos de Kazajistán

Pintura de un artista coreano en el Museo de Arte Abylkhan Kasteev, en Almaty, Kazajistán. Foto del autor, utilizada con autorización.

Desde 1937, casi 175 000 coreanos fueron obligados a abandonar el territorio del Extremo Oriente de la Unión Soviética por orden de José Stalin. En la actualidad, sus descendientes continúan viviendo en Asia Central, comprometidos a dar a conocer su historia e identidad a través del arte y de la difusión de su cultura.

Ellos se autodenominan «koryo-saram«, término utilizado para describir a las personas de etnia coreana de la antigua Unión Soviética. Sus antepasados fueron deportados según el decreto de Stalin «Sobre el exilio de la población coreana de las regiones fronterizas del Krai del Extremo Oriente». En aquel entonces, Asia Central era parte de la Unión Soviética.

La decisión de deportar a los coreanos era evitar su posible cooperación con Japón, que tenía relaciones hostiles con la Unión Soviética. Así, en septiembre de 1937, comenzó una operación a gran escala que concluyó en el reasentamiento forzoso de más de 100 000 personas, declaradas «no confiables», en regiones poco pobladas de Kazajistán y Uzbekistán. Los coreanos estuvieron entre los primeros pueblos de la Unión Soviética en ser víctimas de deportaciones masivas.

Este video de YouTube trata sobre la deportación de los coreanos.

En la actualidad, más de 100 000 coreanos locales viven en Kazajistán y participan activamente en la vida cultural y social del país. Almaty, la capital cultural y mayor ciudad del país, es la sede del Teatro Académico Estatal Republicano de Comedia Musical Coreana, el primer teatro coreano nacional del mundo. También alberga el periódico coreano republicano «Koryo Ilbo», que se publica en tres idiomas: coreano, kazajo y ruso.

Además, el principal museo de arte de la ciudad, nombrado en honor a Abylkhan Kasteyev, tiene obras de decenas de artistas de origen coreano, exiliados y descendientes, que se han integrado al panorama artístico de la región. Por la desconexión de Asia Central con el resto del mundo durante la era soviética, este grupo sigue siendo poco estudiado fuera de la propia región y de Corea.

Global Voices visitó el museo con Elizaveta Kim, historiadora de arte que trabaja en el museo, para explorar el archivo de arte coreano en Kazajistán y saber más sobre los artistas coreanos más influyentes.

En la siguiente sección, Kim nos cuenta sobre los artistas coreanos y presenta sus obras en primera persona. La periodista Alexandra Sharopina colaboró en la edición del artículo.

Elizaveta Kim frente a la pintura «Mechta» (Sueño) de su padre, Mikhail Kim, en el museo. Foto del autor, utilizada con autorización.

Elizaveta Kim: el origen del panorama artístico local

Uno de los primeros artistas coreanos importantes para nosotros fue Kim Hyun Nyun (1908-1994), graduado de la Academia Soviética de las Artes en 1937 y deportado de Leningrado. Cuando intentó regresar a Vladivostok, le dijeron que todos habían sido deportados y que ya no quedaba nadie.

Según testimonios de nuestros artistas kazajos, por ejemplo, Ue Azhiyev: «Cuando estudiábamos (1937-1938), nos encantaba correr a las exposiciones de Kim Hyun Nyun y ver sus obras históricas de gran formato, con múltiples figuras e iluminación compleja. Aprendimos mucho de él, pues en esa época no teníamos una pintura académica de tal nivel en Kazajistán».

Kim Hyun Nyun impartió clases en la universidad, trabajó en una editorial periodística, participó en el diseño teatral y pintó cuadros. Había muy pocos profesionales, así que lo invitaban de todos lados.

Esta es una pintura de Kim Hyun Nyun:

Foto del autor, utilizada con autorización.

Mi padre, Mikhail Kim (1923-1990), nació en Vladisvostok y también fue deportado a Kazajistán en 1937, cuando aún era adolescente. Su sueño era graduarse de la Escuela de Pintura de Leningrado, pero por aquel entonces los coreanos eran «colonos especiales» y no se les permitía abandonar el país, por lo que tuvo que quedarse.

Mi padre viajó a muchas ciudades de Kazajistán y se dedicó a la pintura monumental. Sus bocetos aún se conservan en nuestro museo.

Esta es una pintura de Mikhail Kim llamada «Schastye» (Felicidad):

Foto del autor, utilizada con autorización.

Otro artista destacado es Boris Pak (1935-1992). Enviaron a su familia a Kazajistán cuando él tenía apenas cuatro años, y su madre falleció durante el viaje. Su padre, Pyotr Pak-Ir, era lingüista, orientalista, filósofo y científico reconocido, además de una figura excepcional.

Boris Pak recibió una excelente educación y se graduó de la Escuela de Pintura de Leningrado. Hizo magníficas ilustraciones para libros y cuentos de Hans Christian Andersen, Wilhelm Hauff y otros.

Estas son dos ilustraciones de Boris Pak:

Ilustración para el libro «La canción de Hiawatha» de Henry Wadsworth Longfellow. Foto del autor, utilizada con autorización.

Ilustración para el libro «El soldadito de plomo» de Hans Christian Andersen. Foto del autor, utilizada con autorización.

Quienes visitaban las exhibiciones de Pak no podían creer que sus obras fueran hechas a mano. Así de minucioso y refinado era su trabajo. Un libro es una estructura especial, con una estructura propia. Él lo sabía; calculaba cada detalle. Era un excelente ilustrador.

Konstantin Pak (1924-1987) fue deportado a Kazajistán de niño. Trabajó por mucho tiempo en el teatro coreano, donde diseñó muchas presentaciones. Además, ya que los teatros coreano y uigur compartían edificio y sus presentaciones se alternaban, Konstantin se encargó de la escenografía de ambos.

Estas son dos pinturas de Konstantin Pak:

Boceto para la obra «Kin sung-der» de Hong Din. Foto del autor, utilizada con autorización.

Disfraz para la obra «Anarkhan» de D. Asimov y A. Sadyrov. Foto del autor, utilizada con autorización.

El legado de la tradición artística familiar

Svyatoslav, Afanasy y Sergey Kim pertenecen a la segunda generación de artistas coreanos. Nacieron en Kazajistán en la década de 1950 y son sobrinos de Mikhail Kim.

Svyatoslav Kim (1954-2017) trabajó en editoriales por mucho tiempo. Entendía la estructura de los libros a la perfección. Ilustró muchos libros, recibió premios en numerosas exhibiciones y se consolidó como un reconocido artista gráfico de la industria editorial.

Esta es una ilustración de Svyatoslav Kim para el libro «Kruglyi god» (Todo el año).

Foto del autor, utilizada con autorización.

Afanasy Kim (1952-1987), hermano de Svyatoslav, fue un asombroso artista talentoso. Por desgracia, no tenemos ninguna de sus obras entre las colecciones de nuestro museo.

Sergey Kim (1952) estuvo bajo el cuidado de Azhiev Uke, quien creía en él y afirmaba que era un acuarelista con un don otorgado por Dios. Pavel Zaltsman también creía en él y lo veía como un sucesor de la escuela Filonov.

Sergey es un acuarelista extraordinario. En una época se dedicó a retratar chicas adolescentes y ancianos. No le interesaban tanto los adultos de mediana edad, sino quienes apenas estaban explorando la vida o que ya habían tenido experiencias de vida.

Esta es una pintura de Sergey Kim:

«Retrato de Gali Kopakli». Foto del autor, utilizada con autorización.

«Retrato de Gali Kopakli». Foto del autor, utilizada con autorización.

Por ejemplo: «Retrato de Gali Kopakli», una chica moldava. Fíjate en la rosa en la parte inferior izquierda. Aunque en un principio puede pasar desapercibida, [sirve] como un diapasón cromático. Y qué ternura de imagen: toda la vida por delante. ¿Qué le deparará?

Nota del autor: si bien agrupar artistas por etnia no es lo más productivo desde el punto de vista de la historia del arte, este artículo no pretende ser científico, sino más bien periodístico con el fin de destacar la contribución de diferentes grupos étnicos en el arte contemporáneo kazajo. La cuestión de cuánto hay de «coreano» en estas obras es debatible, pero sin duda tienen mucho de «kazajo soviético» —mucho—.

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