Fuerza cognitiva y comunidad: Mecanismos de compensación psicológica de los palestinos desplazados

Palestinos vuelven a lo que queda de sus hogares en el segundo día de alto al fuego entre Israel y Hamas. Captura de pantalla de un vídeo publicado en YouTube por The Independent. Uso legítimo.

Por Omar Shahin

Ante la implacable guerra y destrucción desatada por Israel en Gaza, los palestinos desplazados han desarrollado una importante gama de mecanismos de compensación y adaptación. Estas estrategias, profundamente arraigadas en sus valores culturales y sociales, reflejan una duradera resiliencia y un fuerte sentido de solidaridad en la comunidad. En un contexto de pérdidas y violencia, estos mecanismos han permitido a las personas navegar por la difícil realidad del desplazamiento, y conseguir estabilidad psicológica y social incluso en las circunstancias más difíciles.

Encontrar fuerza en los vínculos sociales

Algunas de las historias de palestinos desplazados que he presenciado en mi trabajo como asesor de salud mental y psicoterapia en Gaza ilustran la notable resiliencia e ingenio de los individuos ante la adversidad.

Es frecuente que el desplazamiento despoje a las personas de sus casas, sustento y entorno familiar, y dejado un vacío que muchas veces se llenado con el apoyo de sus familias, amigos y comunidad. Esta red de apoyo social les provee de un sentido de seguridad y pertenencia vitales, ayuda a mitigar el sentir de aislamiento y desesperanza. Los palestinos desplazados normalmente se apoyan en estas relaciones, y obtienen fuerza y consuelo del esfuerzo colectivo de superación.

Umm Ahmad, madre de cinco hijos que perdió su casa y se vio obligada a acudir a un refugio temporal, se negó a sucumbir a la desesperanza. Tomó la iniciativa de organizar actividades comunitarias, ayudó a otras mujeres a coordinar sesiones de apoyo psicológico, cuidado infantil y responsabilidades compartidas. Sus esfuerzos no solo la permitieron adaptarse a su nueva realidad, sino que también inspiraron a otros a encontrar la fuerza en la solidaridad.

Para muchos, redefinir su realidad se ha convertido en otra piedra angular de la sobrevivencia. Al centrarse en aspectos de su vida que pueden controlar y perfeccionar nuevas habilidades para abordar sus desafíos, las personas consiguen adaptarse con un sentido de propósito y autonomía.

El universitario Sami se negó a dejar que el conflicto arruinara su educación. Como no podía continuar sus estudios de manera formal, recurrió a los cursos en línea, y aprendió programación y diseño gráfico. Estas nuevas habilidades le presentaron oportunidades alternativas, y le demostraron que el desarrollo personal puede ser un poderoso mecanismo de compensación.

Solidaridad en acción

Las prácticas espirituales y religiosas también han desempeñado un papel fundamental, ofrecen consuelo psicológico y una fuente de resiliencia a través de la fe y los rituales. Estas prácticas suponen un apoyo para las personas pues ofrecen un sentido de esperanza y resiliencia.

El espíritu de la solidaridad en la comunidad se refleja en iniciativas colectivas que unen a los desplazados. Los grupos de voluntarios suelen formarse para apoyar a quienes lo necesitan, desde ofrecer ayuda hasta organizar cuidados infantiles y comidas compartidas. Reconstruir los vínculos sociales en las comunidades de acogida se vuelve esencial a medida que las personas desplazadas forjan nuevas relaciones para facilitar su integración y adaptación.

Yousef, un veinteañero, enfrentó el doble golpe del desplazamiento y desempleo. En lugar de aislarse, se unió a equipos de socorro locales, ofreció ayuda a personas mayores. Este voluntariado le dio un nuevo propósito, transformó su posición de víctima en la de un colaborador activo en su comunidad.

Las actividades culturales y recreativas también se han convertido en herramientas poderosas para salir adelante. Estas actividades no solo dan un alivio necesario del estrés, también preservan su identidad cultural, promueven la continuidad y estabilidad en una existencia que, de otro modo, sería inestable. A través de la artesanía tradicional, la música o la narración de historias, los palestinos desplazados mantienen una conexión con su herencia, y encuentran fuerza en lo familiar.

Para Hajja Khadija, adulta mayor desplazada de su pueblo, el consuelo vino en forma de bordados tradicionales palestinos. Su artesanía la ayudó a sobrellevar el estrés psicológico del desplazamiento, y también le genera pequeños ingresos. Enseña a otras mujeres desplazadas esta forma de arte, lo que ha reforzado un sentido de identidad y solidaridad entre quienes la rodean.

Dificultades persistentes

A pesar de estos inspiradores ejemplos, los palestinos desplazados enfrentan una multitud de dificultades que complican sus esfuerzos por adaptarse. Las presiones económicas se aproximan, ya que los limitados recursos financieros y oportunidades laborales complican el cubrir las necesidades básicas. El estrés psicológico —que se origina en el miedo constante, la ansiedad y la inestabilidad— afecta gravemente la salud mental. Adaptarse a nuevos entornos presenta otros obstáculos, sobre todo cuando el panorama cultural y social es diferente a lo que las personas están acostumbradas.

La resiliencia de los palestinos desplazados enfatiza la importancia de promover entornos de apoyo que amplifiquen estos mecanismos de compensación. La comunidad y las instituciones gubernamentales tienen un papel crucial para una estabilidad sostenible. Desde garantizar el acceso a la educación y a la atención de salud hasta apoyar la preservación cultural, estos esfuerzos pueden suponer una diferencia significativa pues mitigan los efectos negativos del desplazamiento.

Laila, madre de dos hijos, se sintió abrumada al principio por el caos del desplazamiento. Encontró refugio en el apoyo de su familia, y ya ha establecido una rutina diaria sencilla para asegurar estabilidad para sus hijos. Sus esfuerzos han creado una sensación de normalidad en medio de la incertidumbre, lo que ilustra la importancia de la cohesión familiar en las crisis de resistencia.

En definitiva, la fuerza de los palestinos desplazados recae en su herencia cultural y la solidaridad que une a sus comunidades. Sus historias son un testimonio de la capacidad humana de adaptación y sobrevivencia, incluso bajo las circunstancias más difíciles. Si reconoce y apoya estas iniciativas, la comunidad global puede contribuir a un futuro en el que la resiliencia venga acompañada de oportunidades y estabilidad.


Omar Shahin es especialista en salud y psicoterapia que actualmente trabaja en Gaza.

Inicia la conversación

Autores, por favor Conectarse »

Guías

  • Por favor, trata a los demás con respeto. No se aprobarán los comentarios que contengan ofensas, groserías y ataque personales.