
Sadegh Adham en su estudio en Teherán, 2023. Imagen cortesía del artista.
El camino artístico de Sadegh Adham comenzó en circunstancias bastante inesperadas. Los sonidos de la guerra marcaron sus primeros años mientras crecía durante la guerra Irán-Irak. Sadegh Adham nació en 1978 en Masjed Soleiman, ciudad al sur de Irán en la provincia de Juzestán. Desde pequeño, su vida estuvo marcada por la intensidad del conflicto y los duraderos efectos; a los cinco años, un misil destruyó la casa donde vivía, lo que obligó a su familia a refugiarse en la casa de la abuela materna en Shushtar. Sin embargo, incluso en medio del caos de la guerra, la creatividad innata de Adham comenzó a florecer.
Recuerda los primeros destellos de su vocación artística: su padre trabajando con plomo fundido y el cuaderno de dibujo de su madre, donde copió por primera vez la imagen de una sirena. Estas experiencias iniciales sentaron las bases de su pasión por el arte.

Sadegh Adham, «Casco de soldado», serie «Guerra», 2013. Imagen cortesía del artista.
Adham creció en una región con acceso limitado a la educación artística, y su determinación por crear era inquebrantable. Con mucho cariño recuerda cómo contemplaba una caja de 96 lápices de colores en la vidriera de una librería, y cuánto anhelaba tenerla. Tiempo después, luego de ahorrar durante un año y medio, pudo comprarla, lo que alimentó su impulso artístico.
Años más tarde, Adham tuvo una educación formal en la Universidad de Bellas Artes de Teherán, donde perfeccionó sus habilidades. En la actualidad, las obras que hizo exploran temas de memoria, identidad y cultura, y fusionan su historia personal con relatos universales e invitan al espectador a reflexionar sobre el pasado y el presente.
En los últimos diez años, Sadegh Adham ha hecho exposiciones individuales en Irán y ha presentado las obras en galerías de Reino Unido, Francia y Canadá. Gracias a eso, ha ganado reconocimiento internacional por su capacidad de combinar temas tradicionales con expresiones contemporáneas.

Sadegh Adham, «Desafío» 10 x 10 x 15 cm (3.94 x 3.94 x 5.91 pulgadas), 2015. Imagen cortesía del artista.
En entrevista con Global Voices, Adham habló sobre cómo sus vivencias de la infancia y la perspectiva en los temas de memoria, trauma, identidad y la exploración de figuras míticas para conectar el pasado con el presente le dieron forma a su arte.
A continuación, fragmentos de la entrevista:
Omid Memarian (OM): ¿Cómo han influido las experiencias que tuviste de niño en tu crecimiento y desarrollo como artista?
Sadegh Adham (SA): I grew up in Khuzestan, a region where the spirit and form of mythology resonate strongly. My childhood in this ancient city, with its unique architecture and civilization, inspired me and provided a foundation for creating works that are perhaps less explored today.
Sadegh Adham (SA): Crecí en Juzestán, región donde el espíritu y la forma de la mitología resuenan con fuerza. Mi infancia en esta ciudad antigua, con su arquitectura y civilización únicas, me inspiró y dio la base para crear obras que quizás hoy en día se exploran menos.
OM: ¿Cómo te inspiran las figuras míticas de la región, en especial las de Irán, y cómo conectas el pasado con el presente a través de estos personajes?
SA: I believe we live on the surface of the past, experiencing something new. The more we value these roots in art and life, the more secure the foundations of artistic creation will be, as we can rely on the authenticity of our historical heritage and create works deeply rooted in culture and history. You are a product and definition of a specific political-social era, symbolically continuing and developing the culture of the past.
SA: Creo que vivimos sobre la superficie del pasado, mientras experimentamos algo nuevo. Cuanto más valoremos estas raíces en el arte y en la vida, más sólidas serán las bases de la creación artística, ya que podemos confiar en la autenticidad del patrimonio histórico y crear obras arraigadas en la cultura y la historia. Somos producto y reflejo de una era político-social específica, y, de manera simbólica, continuamos y desarrollamos la cultura del pasado.

Sadegh Adham, «Rostam», bronce, 183 x 57 x 31/5 cm. (72.2 x 22.4 x 12.4 pulgadas). Imagen cortesía del artista.
OM: ¿Qué te motivó a crear la serie «Guerra» y cómo lograste que esta colección, que se basa en experiencias personales, resultara accesible para una audiencia global?
SA: I often create works based on my life conditions. Since this collection was my first experience in sculpting, and due to my life in southern Iran and the tangible experiences of war [between Iran and Iraq, 1980–1988] and its psychological and emotional toll, it was perhaps the birth of this malignant tumor within me, expressed through art. I have always wanted to interpret war differently, and these works result from my personal experience during the Iran-Iraq war.
SA: A menudo creo obras basadas en mis condiciones de vida. Como esta colección fue mi primer experiencia en la escultura, y como viví en el sur de Irán y las vivencias tangibles de la guerra entre Irán e Irak (1980-1988) y el impacto psicológico y emocional, sentí que este era un tumor maligno dentro de mí que necesitaba expresar a través del arte. Siempre he querido interpretar la guerra de una manera diferente, y estas obras son el resultado de lo que atravesé durante la guerra.
OM: Has mencionado que parte del rol del artista es generar preguntas y que la imperfección puede evolucionar hasta convertirse en algo aceptado y perfecto. ¿Qué te inspiró a ver la imperfección de esta manera?
SA: In the early stages of my career, I created realistic sculptures, but my dissatisfaction with this style led me to contemplate how to create different forms and meanings. By introducing imperfections in the works and gradually achieving a deeper understanding of beauty, I aimed to create a work that transcended its flaws and became complete in its own right. Every day, I try to expand my perspective, merging meaning and form, so I can transcend the material world and embark on a journey of meaning. These works invite humanity on an aesthetic journey, free from political and social biases.
SA: Em las primeras etapas de mi carrera, creaba esculturas realistas, pero la insatisfacción con ese estilo me llevó a reflexionar sobre cómo generar formas y significados diferentes. Al introducir imperfecciones en las obras y profundizar en la comprensión de la belleza, intenté crear piezas que trascendieran los defectos para volverse completas por sí mismas. Cada día intento ampliar la perspectiva; fusiono sentido y forma para trascender el mundo material y embarcarme en un viaje hacia el significado. Estas obras invitan a la humanidad a un viaje estético, libre de prejuicios políticos y sociales.

Sadegh Adham, n.° 2, 2020, 99 x 58 x 21 cm (39 x 22.8 x 8.3 pulgadas). Imagen cortesía del artista.
OM: ¿Cómo manejas la contradicción entre imperfección y perfección en el proceso creativo? ¿Cuál es el concepto de imperfección en el arte?
SA: I believe imperfection is inherent in us as humans. When imperfection is accepted consciously, it can be nurtured and developed. Denying imperfection is essentially the beginning of creativity in the works. The more we search for imperfection, the more we realize that there is a decisive and mysterious world behind it, and by accepting it, we come to understand that perfection is the end of the road.
SA: Creo que la imperfección es inherente a nosotros como humanos. Cuando se acepta de manera consciente, se puede cultivar y desarrollar. Negar la imperfección es, en esencia, el inicio de la creatividad. Cuanto más la exploramos, más comprendemos que hay un mundo decisivo y misterioso detrás. Al aceptarla, entendemos que la perfección es el final del camino.
OM: ¿Cuánto afectó migrar de Masjed Soleiman a Teherán tu perspectiva artística, y qué diferencias se pueden observar después de esta mudanza en relación con los temas, las personas y la sensación de las obras?
SA: In 2009, when I frequently traveled between Tehran and Shushtar — one traditional and small, the other relatively modern with tall buildings — I experienced a contradiction and paradox. I found a sort of suspension in my works, somewhere between sleep and wakefulness, where this contradiction seemed to create a sense of uncertainty within me. I lived three days in one city and three days in another. This difference in space, with its ancient villas and modern high-rise buildings, seemed like time moved slowly in a town, while in Tehran and industrial cities, time was always in short supply.
SA: En 2009, cuando viajaba con frecuencia entre Teherán, una ciudad moderna con altos edificios, y Shushtar, una localidad pequeña y tradicional, tuve una contradicción y un dilema. Encontré en las obras una especie de suspensión, como si estuvieran entre el sueño y la vigilia, en la que esta contradicción generaba en mí una sensación de incertidumbre. Vivía tres días en una ciudad y tres días en la otra. Esta diferencia de espacios, entre villas antiguas y rascacielos modernos, me hacía sentir que en Shushtar el tiempo transcurría de manera lenta, mientras que en Teherán y en las ciudades industriales, este siempre parecía faltar.

Sadegh Adham. Sin título. 2018. Imagen cortesía del artista.
OM: En la colección «Sufi», ¿cómo llegaste a una expresión artística poética y mítica, y cómo este punto de vista ha afectado a la forma y al contenido de las obras?
SA: Initially, the Shahnameh [The Persian Book of Kings] symbolized an epic for me, but the more I explored this work, I realized it was actually a journey of self-discovery. Even the moment when Rostam kills his son with his own hands seemed to me like Rostam killing his own breath to achieve a higher, transcendent path. The Simurgh symbolizes for me a form of witnessing, and for me, the Shahnameh became more about spiritual growth than heroism.
SA: En un principio, el Shahnameh (El libro de los reyes persa), simbolizaba para mí un relato épico, pero cuanto más exploraba la obra, más entendía que en realidad era un viaje de autodescubrimiento. Incluso el momento en que Rostam mata a su hijo con las manos me pareció algo simbólico, como si matara su propia esencia para alcanzar un camino superior y trascendente. El Simurg simboliza para mí una forma de testimonio, y el Shahnameh se convirtió en una búsqueda de crecimiento espiritual más que de heroísmo.

Sadegh Adham, «Vaca», bronce, 36 x 45 x 23 cm (14.2 x 17.7 x 9.1 pulgadas). Imagen cortesía del artista.
OM: ¿Cómo logras establecer una conexión global en las obras y qué elementos de la cultura y el arte iraní destacas en ellas?
SA: In my works, particularly in the Shahnameh-inspired pieces, I have tried to use simple and complete forms such as circles, squares, and cylinders. By blending these forms with Iranian architecture — emphasizing specifically Iranian architecture — I have been able to achieve a unique expression within the Saqqā-ḵāna School. I believe the only genuinely impactful Iranian style, which unfortunately remained at the surface, is the Saqqā-ḵāna School. Through studying Iranian art in sculpture, I aim to elevate it to a different level.
SA: En las obras, en particular las inspiradas en el Shahnameh, he intentado usar formas simples y completas como círculos, cuadrados y cilindros. Al combinarlas con la arquitectura iraní, en especial con la escuela Saqqā-ḵāna School, he logrado una expresión única. Creo que este fue el único estilo iraní con verdadero impacto, aunque por desgracia no se profundizó lo suficiente. A través del estudio del arte iraní en la escultura, mi objetivo es elevarlo a un nivel diferente.

Sadegh Adham, «Vida Urbana», 2013. Imagen cortesía del artista.