Guerras comerciales y amenazas militares: Batalla por la influencia económica en Asia Occidental y Norte de África

Exministro de Exteriores iraní, Hossein Amir-Abdollahian, y su contraparte saudita, príncipe Faisal bin Farhan Al Saud, tras firmar una declaración conjunta en abril de 2023 sobre restauración de relaciones diplomáticas, con el ministro de Exteriores de China, Qin Gang, al fondo. Foto de agencia Mehr News. Fuente: Wikimedia Commons (CC BY 4.0).

En los últimos 25 años, la región de Asia Occidental y Norte de África ha tenido una importante transformación en sus relaciones comerciales mundiales. Muchos países de la región, que antes dependían en gran medida de los mercados occidentales, sobre todo de Estados Unidos y Europa, han diversificado sus asociaciones económicas, y China se ha convertido en un socio comercial dominante.

El cambio refleja mayores tendencias económicas globales y realineaciones estratégicas, ahora que los países buscar reducir su dependencia en socios tradicionales y explorar nuevas oportunidades económicas. Con el presidente Donald Trump, que está llevando las decisiones comerciales estadounidenses hacia una guerra comerciales global, y otras posiciones que amenazan guerra violenta y limpieza étnica, probablemente los países de Asia Occidental y Norte de África se encuentren en el medio de esta tormenta.

El ascenso de China

China ha aumentado significativamente su huella comercial en la región de Asia Occidental y Norte de África en las dos últimas décadas. En 2022, el volumen de comercio bilateral entre China y los países de la región alcanzó los 469 000 millones de dólares, lo que supone un fuerte aumento respecto a los 17 000 millones de dólares de 2000, cuando el volumen con Estados Unidos se comparaba con 68 000 millones de dólares, según datos de la Solución Comercial Integrada Mundial del Banco Mundial. Esto convierte a China en el mayor socio comercial de varias economías de Asia Occidental y Norte de África, sobre todo en el sector energético.

Arabia Saudita, por ejemplo, ha dejado su dependencia tradicional en mercados estadounidenses, y China se ha convertido en su primera importador de petróleo, cuando las exportaciones de petróleo a China excedieron las de Estados Unidos en 2010, lo que ilustra una cambio en patrones comerciales. Arabia Saudita ha tomado medidas para reducir la dependencia en el dólar. A inicios de 2022, Riyadh indicaron apertura a comerciar en monedas alternativas, un posible indicador de desdolarización en mercados petroleros globales.

Mientras tanto, Irán también se ha convertido en un socio comercial estratégico clave para China. Según el Centro de Datos Abiertos de Irán, «la cuota de China en el comercio de Irán pasó de menos del 2% en 2000 a aproximadamente un tercio en 2022″. En cambio, los socios europeos –Alemania, Francia e Italia– llegaron a tener una cuota del 20% en 1997, pero ahora ha descendido a menos del 3%.

El centro atribuye este cambio a “sanciones, cambios geopolíticos y el aumento del poder económico asiático», además del hecho de que el  rápido crecimiento económico de China y la Iniciativa de la Franja y la Ruta ha dado a Irán mercados alternativos y oportunidades de inversión. Sin embargo, la “creciente dependencia de Irán en China supone consecuencias económicas y geopolíticas”, según el centro.

Pese a la creciente influencia de China, Estados Unidos sigue siendo un importante socio económico en la región de Asia Occidental y Norte de África. En 2022, el volumen de comercio de Estados Unidos con países de Asia Occidental y Norte de África llegaban a aproximadamente 161 000 millones, la superpotencia global mantenía fuertes relaciones comerciales con los países del  Golfo, Egipto a Israel, a veces reforzadas por acuerdos militares y de defensa.

¿Quién depende de Estados Unidos y quién mira hacia otro lado?

Varios países siguen dependiendo de Estados Unidos. Pero aunque Estados Unidos sigue teniendo influencia económica en la región, algunos países son más dependientes que otros.

Las últimas amenazas de Trump de retener miles de millones de ayuda anual a Egipto y Jordania –a menos que apoyen su plan de desplazar por la fuerza a los palestinos y convertir Gaza en un enorme proyecto inmobiliario– exponen la dependencia estratégica de estos países de los fondos estadounidenses a través de la ayuda militar y la asistencia económica.

Sin embargo, Egipto está diversificando activamente su cartera comercial, estrechando sus lazos económicos con China en los últimos años. Pekín ha invertido en proyectos trascendentales de infraestructuras egipcias, como la construcción de la Zona Económica del Canal de Suez. El comercio entre China y Egipto alcanzó unos 18 000 millones de dólares en 2022, el doble de su volumen comercial con Estados Unidos, según datos de Solución Comercial Integrada Mundial. En el caso de Jordania, sin embargo, su volumen comercial tanto con Estados Unidos como con China se ha mantenido comparable desde 2000, según los mismos datos.

Mientras que Emiratos Árabes Unidos e Israel mantienen sólidos lazos de seguridad con Estados Unidos y sus economías, sobre todo en defensa y tecnología, están estrechamente vinculadas a Washington, países como Arabia Saudita, Irak, Catar y Turquía están ampliando activamente sus asociaciones comerciales con China y otros mercados asiáticos para reducir su dependencia de Estados Unidos.

Tanto Irak como Catar se están acercando a China, especialmente en el sector energético, para que sus exportaciones estén de acuerdo con la creciente demanda china. Prueba de eso es que Catar ha firmado recientemente acuerdos de suministro de gas natural licuado a largo plazo con China, mientras que China es el mayor comprador de petróleo iraquí, con un 35% del total de sus exportaciones, lo que convierte a Irak en su tercer mayor proveedor de petróleo después de Rusia y Arabia Saudita. Turquía también ha estado explorando alternativas al comercio en dólares estadounidenses, y ajustándose con Rusia y China en materia de cooperación económica.

Ascenso económico de China vs. dominio militar de Estados Unidos

En los últimos 25 años ha habido una notable transformación en las relaciones comerciales de Asia Occidental y Norte de África. Aunque Estados Unidos sigue siendo un socio económico y estratégico importante, sobre todo por su presencia militar y la venta de armas, el rápido ascenso económico de China ha reconfigurado la dinámica comercial en toda la región. Los países que antes dependían en gran medida de Estados Unidos ahora están diversificando sus asociaciones, buscando mercados y fuentes de inversión alternativos.

A medida que las políticas comerciales de Trump siguen evolucionando, y afectan a aliados y adversarios de Estados Unidos, el equilibrio de poder en la región de Asia Occidental y Norte de África está preparado para nuevos cambios. La creciente influencia económica de China, junto con los esfuerzos de algunos países de la región para desdolarizar y fortalecer los lazos con la mayoría global, señala un movimiento hacia un entorno comercial más multipolar que a principios del milenio.

Sin embargo, este realineamiento económico enfrenta una importante fuerza contraria en forma de dominio militar estadounidense, incluso a través de su aliado clave, Israel. Con Washington y Tel Aviv dispuestos a utilizar el poder militar –sin control del derecho internacional o de Naciones Unidas–, el aumento de la huella económica de China en la región puede chocar cada vez más con los intereses estratégicos de Estados Unidos, y empujado a la región hacia un posible aumento de la violencia.

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