
Imagen de Arzu Geybullayeva creada con Canva Pro a partir de capturas de los videos «Turquía: la doble estrategia de Erdogan contra los kurdos», de DW y «Aliado clave de Erdogan quiere una enmienda que permita la reelección del presidente», de Times New World.
Cuando el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan se presentó a su reelección en 2023, dijo a los votantes que sería la última vez. Según la legislación vigente, un presidente turco solo puede ser elegido para dos mandatos de cinco años, pero ahora parece que Erdogan pretende un cuarto mandato (prohibido por la Constitución). Para lograrlo, necesita encontrar la forma de cambiar la Constitución, pero eso solo puede suceder si logra obtener el apoyo del principal partido turco prokurdo.
El Partido Popular por la Igualdad y la Democracia (DEM, antes HDP) es el tercer partido político de Turquía, y solo el DEM tiene los escaños necesarios en el Parlamento para posibilitar los cambios (con los incentivos adecuados). En las últimas elecciones generales, el DEM consiguió 57 de los 600 escaños parlamentarios.
Erdogan puede tener un límite constitucional, pero ya ha sorteado este inconveniente antes. Erdogan fue elegido originalmente en 2014 y de nuevo en 2018. En 2023 fue reelegido para un tercer mandato tras recurrir a un tecnicismo basado en el argumento de que su elección de 2014 se produjo cuando Turquía estaba gobernada por el antiguo sistema parlamentario. En 2017, Turquía pasó de un sistema parlamentario a un sistema presidencial que incrementó considerablemente los poderes legislativos y ejecutivos de la presidencia. Por tanto, cuando Erdogan anunció su candidatura en 2023, declaró que su primer gobierno había comenzado realmente en 2018, ya que el periodo entre 2014 y 2018 no contaba, puesto que pertenecía al antiguo sistema.
Erdogan tiene la esperanza de persuadir a los miembros del DEM, para lo que está satisfaciendo peticiones políticas primordiales del movimiento kurdo. Mientras corteja al DEM, Erdogan opera abiertamente para denigrar y deslegitimizar a lo que queda de la oposición turca —encabezada por el Partido Republicano Popular (CHP)— con la intención de impedirle presentar un candidato presidencial creíble que pueda vencerlo en elecciones presidenciales.
El movimiento político kurdo de Turquía representa a la minoría más discriminada del país. Los kurdos han sufrido una fuerte opresión política desde la fundación de Turquía en 1923, que ha incluido declarar ilegales partidos kurdos, destituir y encarcelar a parlamentarios kurdos y la negar los derechos humanos más básicos a los ciudadanos de origen kurdo, como el de utilizar su propia lengua. Es irónico pensar que el DEM desempeñaría ahora un papel imprescindible para que Erdogan consolidara su poder. Desde 2015, Erdogan ha hecho mucho daño al DEM y al movimiento kurdo. Numerosos alcaldes democráticamente elegidos, concretamente 58, han sido destituidos por sus supuestos lazos con las milicias kurdas y reemplazados por hombres de paja elegidos por el Gobierno. Por milicia kurda se entiende al ilegalizado Partido de los Trabajadores del Kurdistán, PKK, calificado como grupo terrorista por Turquía y Occidente.
En 2016, tribunales favorables a Erdogan detuvieron a los principales líderes del DEM, como Selahattin Demirtaş, con cargos falsos de organizar protestas en 2014 «en las zonas del país pobladas por kurdos, conocidas como ‘protestas de Kobamî'». En mayo de 2024, Demirtas fue condenado a más de 40 años de prisión, y en julio del mismo año, a una sentencia adicional de dos años y medio.
¿Qué podría ofrecer Erdogan al DEM?
La motivación de los kurdos para ayudar a Erdogan se basaría en sus propios intereses y en el pragmatismo. A finales de 2024, Erdogan y su aliado de la coalición nacionalista de extrema derecha, Devlet Bahçeli, iniciaron las negociaciones con los líderes del DEM. Estas negociaciones fueron una sorpresa, sobre todo porque Bahçeli, que preside el Partido de Acción Nacionalista (MHP), ha sido históricamente antikurdo y contrario a los derechos de las minorías. No obstante, el AKP de Erdogan y el MHP de Bahçeli no alcanzan el número de escaños necesarios para cambiar la Constitución.
Los rumores sobre las deliberaciones secretas entre el AKP/MHP y el DEM sugieren que Erdogan se prepara para anunciar la liberación de Abdullah Öcalan, fundador y anterior líder del PKK. Öcalan es un figura de referencia, y está encarcelado en una prisión turca desde su captura y sentencia en 1999. Su liberación sería una gran victoria para el DEM, ya que los kurdos de todo el mundo lo ven como el equivalente turco de Nelson Mandela. Supuestamente, Erdogan también estaría considerando conceder la autonomía a los kurdos turcos. En la práctica, se desconoce lo que esto supondría, pero es probable que se incluyan medidas como la protección legal de los derechos culturales y quizás algo de autonomía territorial. La liberación de Öcalan y la autonomía administrativa y cultural juntas son beneficios difíciles de rechazar.
Simultáneamente a las negociaciones, el Poder Judicial turco favorable a Erdogan está dando pasos para neutralizar a lo que queda de oposición política. El 21 de enero, las autoridades detuvieron inesperadamente a Umit Özdag, líder del ultraderechista Partido Victoria (ZP), acusado de insultar a Erdogan. Ördag no es un gran actor político que amenace las posibilidades de elección del presidente, pero su arbitraria eliminación de la contienda política pretende enviar un claro mensaje: Erdogan tiene la intención de encarcelar a cualquier oponente político en el momento que él decida. Este mensaje es especialmente relevante para Ekrem Imamoglu, el carismático alcalde de Estambul del CHP, puesto que ocupó el propio Erdogan. En las elecciones presidenciales de 2023, muchos votantes tenían la esperanza de que el CHP nominase a Imamoglu para enfrentar a Erdogan, pero el entonces presidente del partido, Kemal Kiliçdaroglu, decidió presentarse él mismo y perdió ante Erdogan.
Erdogan teme a Imamoglu porque es una popular figura nacional con mucho atractivo. Los temores de Erdogan no son infundados, ya que Imamoglu ha vencido dos veces al AKP (2019 y 2024) en las elecciones locales. En 2023, los sondeos sugerían que si él hubiese sido el candidato presidencial del CHP que se hubiera presentado contra Erdogan, podría haber vencido. Este temor a Imamoglu es probablemente la razón por la que varios fiscales favorables a Erdogan presentaron cargos contra el alcalde por insultar a funcionarios gubernamentales. La sentencia se encuentra en el tribunal de apelación, y si se mantiene, Imamoglu quedará apartado de la política. El 27 de enero se presentaron nuevos cargos contra Imamoglu por insultar a un testigo del Gobierno.
Los kurdos turcos serán la bisagra que facilitará o entorpecerá la trayectoria democrática de Turquía. Dado lo que han sufrido históricamente como minoría, la posibilidad de conseguir protecciones constitucionales y la liberación de un icono político (a cambio de ayudar a que Erdogan realice cambios en la Constitución) podría ser una oportunidad única. También podría suponer un pacto con el diablo, puesto que consolidaría la deriva autoritaria de Erdogan, que ha minado el estado de derecho fundamental de Turquía. El DEM conseguiría un reducido número de objetivos políticos a cambio de renunciar a la defensa de una gobernanza democrática para todos los ciudadanos turcos, la mayoría de los cuales ni siquiera estarían de acuerdo con la liberación de Öcalan.
No sería la primera vez que el movimiento político kurdo ha hecho una elección similar. Durante las extensas protestas del parque Gezi contra Erdogan en 2013, los políticos kurdos se abstuvieron de criticar al presidente y no defendieron a los numerosos manifestantes que exigían el final de las autoritarias y corruptas prácticas de gobierno de Erdogan. En esa época, el movimiento kurdo estaba inmerso en negociaciones con Erdogan para intentar conseguir la liberación de Öcalan y asegurar derechos para la minoría kurda de Turquía.
Erdogan rompió este acuerdo en 2015, y nada garantiza que no vuelva a traicionar al DEM. Es poco probable que el movimiento político kurdo tome la decisión adecuada esta vez y se alinee con la oposición política para acabar con los más de 20 años de gobierno de Erdogan. Desde su punto de vista, su decisión de ayudar a Erdogan podría estar justificada. La oposición, sobre todo el CHP, no ha hecho nada para defender los derechos de los kurdos.
El único argumento para que el DEM se pronuncie contra Erdogan es simple: es lo correcto. Porque al final, ¿qué importan los derechos culturales y la liberación de Öcalan si Turquía sigue viviendo bajo un gobierno autoritario? Una vez que Erdogan consiga lo que quiere, es importante recordar lo fácilmente que pueden desvanecerse los derechos, y también la libertad de Öcalan.