Global Voices se solidariza con las ONG a las que la que fiscalía general de Serbia está atacando, y condena firmemente que la Policía haya registrado sus oficinas, así como las coacciones e intimidación continuas que sufren. Estas acciones son una amenaza para la sociedad civil, socavan la importante labor que estas ONG llevan a cabo y debilitan las estructuras de responsabilización y de libertad de expresión.
La última semana de febrero, las autoridades serbias registraron las oficinas de cuatro organizaciones de la sociedad civil de renombre internacional: CRTA (Centro de Investigación, Transparencia y Responsabilización), el servicio de verificación de hechos Istinomer, asociado de medios de Global Voices, Civic Initiatives, Trag Foundation y el Centro de Políticas Prácticas. Estos registros, realizados bajo falsos argumentos, vienen acompañados de una campaña de intimidación, presiones y amenazas legales.
Global Voices ha trabajado con CRTA, organización líder en defensa de la democracia en Serbia, y en toda la región. Desde 2002 ofrecen contenido e información necesarios para tomar decisiones informadas en un contexto en el que los medios tradicionales serbios ignoran o no publican buena parte de la información de interés público. Una parte de su trabajo consiste en verificar hechos y aumentar la resiliencia ante la desinformación, a la vez que dedica un gran esfuerzo a la supervisión electoral y la transparencia gubernamental, incluyendo una estrecha vigilancia de la labor del Parlamento.
Las referencias a la orden ejecutiva de Estados Unidos para reevaluar y realinear la ayuda externa en la justificación de estos ataques muestran que el lenguaje en la orden ejecutiva no solamente echa sal a la herida de una congelación repentina, ilegal y dañina de la ayuda, sino que constituye también una herida en sí misma. Por todo el mundo, el lenguaje de la orden ejecutiva se ha utilizado para atacar ONG y organizaciones de la sociedad civil, basadas en afirmaciones sin confirmar.
Los ataques también demuestran la colusión de líderes autoritarios de todo el mundo. Responder a estas acciones tan nocivas requiere un grado similar de cooperación respecto a las organizaciones de derechos digitales, humanitarias y otras afectadas por la congelación de fondos. Ante las mentiras y la propaganda contra nuestro trabajo, debemos ser claros sobre la importancia vital de lo que hacemos y sobre la forma transparente y responsable en que lo hacemos.
Sin medios independientes no hay democracia, y urgimos a todos los Gobiernos a respetar las organizaciones de medios y la libertad de expresión en línea.