
Imagen de Arzu Geybullayeva vía CanvaPro
En abril de 2024, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, prometió enmendar y corregir los errores que llevaron a la derrota del gobernante Partido Justicia y Desarrollo (AKP) en las elecciones locales. «Si hemos cometido un error, lo corregiremos», dijo el presidente en ese momento. La derrota revirtió el rumbo político antes de las próximas elecciones generales previstas para 2028. En febrero de 2025, está claro que la actitud del Gobierno sobre la corrección de errores es bastante diferente.
Represión a los partidos políticos
En total, el principal partido de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo, ganó en 35 de las 81 provincias en las elecciones locales. El resto de las provincias se repartieron entre el AKP (24 provincias), el Partido de la Igualdad y la Democracia del Pueblo (10 provincias), el Partido del Movimiento Nacionalista (ocho provincias), el Nuevo Partido del Bienestar (dos provincias), y el Partido Iyi (Buen Partido, una provincia). Desde entonces, 21 alcaldías ganadas por el Nuevo Partido del Bienestar han pasado a estar bajo el control del partido gobernante tras el traspaso de miembros del Partido Nueva Turquía al AKP gobernante. Ocho alcaldes del Partido Demócrata y dos del opositor Partido Republicano del Pueblo fueron sustituidos por los delegados designados por el Gobierno.
Los nombramientos de delegados son habituales y se han hecho mucho antes de que el partido gobernante perdiera las elecciones locales. Según documentación de la sociedad civil local, desde 2016, el gobierno ha destituido a 147 alcaldes, y los ha sustituido por delegados nombrados por el Gobierno. Los alcaldes kurdos han realizado a menudo la mayoría de los nombramientos de administradores selectivos, así como de las detenciones.
En 2016, los tribunales a favor de Erdoğan detuvieron a altos dirigentes del partido de la Igualdad y la Democracia del Pueblo, como Selahattin Demirtaş, por cargos falsos de organizar protestas en 2014 “en las regiones del país pobladas por kurdos, conocidas como las ‘protestas de Kobanî'”. Fue sentenciado en mayo de 2024 a más de 40 años y a una pena adicional de dos años y medio en julio de 2024.
Tras las recientes elecciones generales, el partido de la Igualdad y la Democracia del Pueblo obtuvo 57 escaños parlamentarios. En las elecciones a la alcaldía de 2024, los candidatos del partido ganaron en 10 ciudades, 58 distritos provinciales y siete condados. Tras las anteriores elecciones locales, muchos de los alcaldes elegidos democráticamente por el partido, 58 para ser exactos, fueron destituidos y sustituidos por los delegados designados por el Estado por sus presuntos vínculos con los militantes kurdos. Se trata del proscrito Partido de los Trabajadores de Kurdistán – PKK, que está catalogado como grupo terrorista en Turquía y Occidente.
Los nombramientos de delegados comenzaron en Hakkari con la destitución del copresidente del partido de la Igualdad y la Democracia del Pueblo, Mehmet Sıddık Akış, que también fue condenado a 19 años y medio de prisión por una causa abierta en su contra en 2014. Akış fue acusado de «gestionar una organización terrorista armada», «integrar una organización terrorista armada» y «hacer propagando para una organización».
Luego vino la detención del alcalde del Partido Republicano del Pueblo del municipio de Esenyurt, en Estambul, Ahmet Özer, en octubre de 2024. Se nombró a un delegado en su lugar.
En los meses siguientes, fueron destituidos los alcaldes de Mardin, Batman, Halfeti, Tunceli, Ovacık, el municipio de Van Bahçesaray, el distrito de Akdeniz de Mersin, la municipalidad de Beşiktaş de Estambul, y Siirt. Fueron sustituidos por delegados nombrados por el gobierno o arrestados o condenados a largas penas de cárcel.
En enero, el líder del Partido de la Victoria (Zafer), Ümit Özdağ, fue detenido acusado de «insultar al presidente» e «incitar al odio y la enemistad entre el público».
El alcalde de Estambul, Ekrem İmamoğlu, enfrenta ahora más de 20 años de prisión si es declarado culpable. Recientemente, se ha abierto una investigación en su contra por supuestas «amenazas» al fiscal de Estambul, Akın Gürlek, y a su familia. La supuesta amenaza se refiere a un comentario que İmamoğlu hizo durante un panel sobre derecho y politización del poder judicial en Turquía.
El popular alcalde, que se aseguró una victoria en las recientes elecciones locales, ya enfrenta una posible prohibición política debido a otro caso en curso en su contra por presuntos insultos a funcionarios públicos en un discurso que pronunció después de ganar las elecciones municipales de Estambul en 2019. El tribunal superior de aprobaciones debe confirmar el veredicto, pero hasta entonces, İmamoğlu seguirá siendo alcalde de Estambul.
El medio local Aposto, informó que, desde su nombramiento, los delegados de 11 municipios eliminaron todos los mensajes de las redes sociales y el contenido de los sitios web del mandato de los alcaldes elegidos anteriormente. Los delegados no tocaron las publicaciones del periodo del AKP, señaló el medio.
Represión de la sociedad civil y más allá
Además de las figuras políticas, las autoridades también han puesto en la mira a un grupo de personas, que incluye a periodistas, representantes de la sociedad civil, empresarios y otros.
En febrero de 2025, el presidente de la Asociación Turca de Industria y Comercio (TÜSİAD), Orhan Turan, y el presidente del Alto Consejo Consultivo (YİK), Ömer Aras, fueron interrogados a raíz de sus declaraciones durante la reunión de la Asamblea General de TÜSİAD. Turan y Aras hablaron de la detenciones, los derechos de la mujeres, los nombramientos de delegados, y la caída jurídica y económica. El gobernante AKP respondió de inmediato. El ministro de Justicia de Turquía, Yılmaz Tunç, acusó a Aras y Turan de intentar manipular el poder judicial y la política. La Fiscalía General de Estambul dijo en un comunicado que ambos discursos pretendían alterar la paz pública.
En enero, la dirección del Colegio de Abogados de Estambul fue acusada de «propaganda terrorista». Uno de los miembros de la junta directiva de la asociación, el abogado, Fırat Epözdemir, fue detenido por «pertenecer a una organización terrorista».
Siete periodistas y representantes de medios pro-kurdos fueron detenidos en varias provincias de Turquía y luego arrestados por «pertenecer a organización terrorista». Por otra parte, otros tres periodistas, Seyhan Avşar, Ahmet Doğan Akın y Candan Yıldız, están bajo investigación acusados de «propaganda terrorista a través de la prensa y los medios» y «difusión pública de información engañosa a través de la prensa y los medios».
Al menos tres periodistas fueron citados para ser interrogados por sus reportajes, mientras que la periodista Şirin Payzın declaró que se inició una investigación contra ella acusada de «propaganda terrorista». Otros tres trabajadores de los medios y periodistas —Barış Pehlivan, Serhan Asker, y Seda Selek— fueron detenidos en enero de 2025.
«El periodismo no es un delito, y ninguna presión o acoso puede silenciar la verdad», se lee en una declaración conjunta de 17 organizaciones de defensa de la libertad de prensa y los derechos humanos, que piden la libertad de todos los periodistas detenidos injustamente. Las autoridades han perseguido a 23 periodistas y representantes de los medios en los últimos meses, según el Sindicato de Periodistas Turcos.
En enero, la Policía detuvo a una gestora de talentos que representaba a artistas y actores, Ayşe Barım, la acusa de ser una de las «organizadoras» de las protestas del parque Gezi de 2013 y de «intentar derrocar al Gobierno o impedir que cumpla sus funciones».
En una entrevista con Turkey Recap, Hürcan Aslı Aksoy, director del Centro de Estudios Aplicados sobre Turquía (CATS Network), afirmó, «El Gobierno está intentando reprimir todo lo que puede desde todos los frentes para acallar las voces contrarias a las [negociaciones kurdas]. Están enviando el mensajes a diferentes partes de la sociedad o agrupaciones ideológicas de que el Gobierno es represivo y fuerte y puede hacer lo que quiera».
En su reciente artículo para Global Voices, Sinan Ciddi explica lo que está en juego en el reciente acercamiento del partido gobernante a los kurdos:
Aunque el presidente no puede presentarse a las próximas elecciones presidenciales de 2028, según la constitución de Turquía, hay dos escenarios en los que esto puede cambiar. En el primer escenario, el presidente Erdoğan y el AKP necesitarían obtener 400 votos en el Parlamento para cambiar la Constitución. El Parlamento turco, la Gran Asamblea Nacional, consiste de 600 escaños. Actualmente, el AKP y su principal aliado, el Partido del Movimiento Nacionalista, tienen 313 escaños. Por tanto, impulsar una enmienda constitucional con una votación parlamentaria dependería en gran medida de sí el partido gobernante y el presidente pueden asegurarse el apoyo de los representantes de otros partidos políticos.
En el segundo escenario, el Parlamento puede convocar elecciones anticipadas. Pero incluso en este caso, se necesitan 360 votos parlamentarios.