Según activista gambiana, la mutilación genital femenina podría eliminarse en una generación

Grupo de mujeres hace una demostración del proceso de mutilación genital femenina. Fotografía de , a través de Flickr (CC BY-NC-ND 4.0 Deed).

Escrito por Sydney Leigh Smith

La mutilación genital femenina (MGF) sigue siendo un problema significativo en Gambia. Según UNICEF, aproximadamente el 76% de las niñas y mujeres de entre 15 a 49 años han sido sometidas a esta práctica. La mutilación genital femenina hace referencia a todo tipo de procedimiento que involucre la extirpación parcial o total de los genitales femeninos externos, o cualquier otra lesión a los órganos genitales femeninos por razones no relacionadas con la medicina.

La mutilación genital femenina es reconocida internacionalmente como una violación a los derechos humanos, y no trae beneficios a la salud. En muchos casos, lleva a consecuencias físicas y psicológicas, entre las que se incluyen dolor crónico y complicaciones en el parto, así como mayor riesgo de mortalidad neonatal. La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica a la MGF en cuatro tipos, desde la clitodirectomía y la extirpación, a la infibulación y otros procedimientos nocivos, como la perforación o las incisiones.

En Gambia, esta práctica fue prohibida legalmente y calificada como delito en 2015 gracias a la Ley (Enmienda) de las Mujeres. Sin embargo, hay amenazas legislativas recientes que ponen este progreso en riesgo.

A principios de 2024, la Asamblea Nacional de Gambia evaluó un proyecto de ley para derogar esta prohibición, lo que hubiera convertido a Gambia en el primer país en revertir tal veto. La propuesta desató generalizada reprobación local e internacional, bajo la advertencia de que derogar esta ley sería un retraso grave en la lucha contra la violencia de género. Pese a este desafío, el Parlamento gambiano terminó rechazando la derogación en julio de 2024, por lo que la ley se mantuvo.

A pesar de esto, el cumplimiento de la ley sigue siendo débil, ya que ha habido solo dos acusaciones desde su promulgación, y la primera condena ocurrió recién en 2023. Los activistas insisten en que, más allá de las medidas legales, los funcionarios gambianos deben enfrentar las tan arraigadas normas culturales y sociales que perpetúan la mutilación genital femenina, y deberían concentrarse en educar a la comunidad y darles el poder para terminar con esta práctica de forma sostenible.

La doctora Fatou Baldeh (MBE) es una activista destacada en la lucha contra la mutilación genital femenina y gran influencia en la justicia de género. Nació en Gambia y fue sometida a la mutilación genital a los ocho años de edad; una experiencia que afectó su vida profundamente. Baldeh recuerda el trauma con claridad:

I was pinned down and I was cut. We were all kept in this house after the cutting, in a dark room for maybe about two weeks until we healed. Every morning they put warm water with salt and herbs in a pan, and you were forced to sit on it.

Me inmovilizaron y me cortaron. Luego de cortarnos, nos mantuvieron a todas en una casa, en una habitación a oscuras, por unas dos semanas hasta que sanamos. Todas las mañanas nos traían una sartén con agua tibia con sal y hierbas, y nos obligaban a sentarnos encima.

El recuerdo de ese ritual doloroso permaneció con ella y la inspiró a transformar su sufrimiento personal en una misión para acabar con esta práctica.

El camino de Baldeh hacia el activismo fue gradual. Fue recién a los veinte años, mientras estudiaba en Reino Unido, que entendió por completo el impacto prolongado que tuvo la mutilación en su bienestar físico y emocional.

As I went on, I came to realize more and more that ending FGM also required ending all forms of injustice against women and girls, she explains.

A medida que pasaba el tiempo, empecé a darme cuenta cada vez más que acabar con la MGF también requería terminar con todas las formas de injusticia contra mujeres y niñas.

Baldeh entendió que era necesario que los esfuerzos para combatir la mutilación genital femenina abordaran todo el espectro de violencia de género e injusticia sistémica que, como la mutilación, limitan las oportunidades y derechos de las mujeres. Menciona:

 You couldn’t end FGM if girls were subjected to early marriage. If girls continue to drop out of school because of rape, teenage pregnancies, or forced marriage.

No se puede terminar con la mutilación genital femenina si se sigue forzando a las niñas a casarse a temprana edad, si las niñas siguen abandonando la escuela por violaciones, embarazos adolescentes, o matrimonios forzados.

Enfrentar normas a través del diálogo y el entendimiento

En 2018. Baldeh fundó la organización Women in Liberation & Leadership (WILL) para combatir la mutilación genital femenina y otras formas de violencia de género con un planteamiento comunitario. En lugar de confrontar y juzgar a la gente, WILL adopta un método colaborativo, que busca comprender las razones por las que las comunidades apoyan la mutilación genital femenina. Baldeh recalca que las comunidades no deben sentirse atacadas, y aclara:

We want to talk to you, we want to understand why you continue the practice, and why you support it.

Queremos hablar contigo, queremos entender por qué continúas con esta práctica, y por qué la apoyas.

El trabajo de WILL tiene como objetivo a todos los integrantes de la comunidad, en especial a los hombres, ya que reconoce que muchas familias en Gambia son patriarcales, por lo que la participación de los hombres es crucial para terminar con esta práctica.

El planteamiento de Baldeh involucra fomentar diálogos abiertos entre distintas generaciones, así como con líderes religiosos, para tratar ideas equivocadas que vinculan a la mutilación genital femenina con obligaciones culturales o religiosas. Baldeh organiza conversaciones intergeneracionales para equilibrar el respeto por la cultura con la necesidad de cambio, a lo que agrega:

I love being a Gambian, a Black Gambian woman who is proud of my culture. I’m just saying that the part of my culture that harms me and other girls, I am rejecting that.

Me encanta ser gambiana. Soy una mujer negra gambiana orgullosa de su cultura. Solo digo que hay una parte de mi cultura que me daña a mí y a otras niñas y mujeres, y eso es lo que estoy rechazando.

WILL también colabora con líderes religiosos para contrarrestar los mitos en torno a la mutilación genital femenina y promover un mensaje de cambio positivo e instruido dentro de las comunidades gambianas.

El rol crítico de hombres y jóvenes para terminar con la mutilación genital femenina

Baldeh enfatiza mucho la necesidad de involucrar a los hombres en su trabajo de activismo mediante los «ataya chats», o charlas ataya (reuniones tradicionales en las que los hombres debaten problemas comunitarios) para darles a conocer los efectos dañinos de la mutilación genital femenina. Baldeh cree que los hombres aliados pueden cambiar las decisiones familiares en favor de los derechos de las mujeres, y explica:

If a father steps up and says, ‘I do not want my daughter to be cut,’ there’s a high chance that that girl will not be cut.

Si un padre sale y dice «No quiero que mutilen a mi hija», hay una importante oportunidad de que a esa niña no la mutilen.

Baldeh también se dedica a educar a los jóvenes, en particular a las niñas, acerca de sus derechos y de la importancia del consentimiento, y reconoce la falta de educación sexual en Gambia.

Girls don’t have access to comprehensive sex education. They don’t understand their bodies. When you are abused or end up in a violent relationship. how do you really talk about what is happening to you when you don’t know if that is wrong or right?

Las niñas no tiene acceso a educación sexual integral. No entienden sus cuerpos. Cuando abusan de ti o estás en una relación violenta, ¿cómo puedas hablar de lo que te está pasando, si ni siquiera sabes si eso que te pasa está bien o mal?

Ante desafíos sistémicos

Una de las mayores dificultades para Baldeh es navegar entre las normas patriarcales arraigadas para ganar el apoyo del Gobierno. Se ha expresado acerca de la necesidad de financiamiento sostenido, y explica:

We need resources so that we can continue to deliver sustainable projects. We don’t like to go into a community for a one-off engagement and leave.

Necesitamos recursos para poder seguir organizando proyectos de forma continua. No nos gusta ir a una comunidad para un compromiso de una sola vez e irnos.

Baldeh cree que el cambio es posible en una sola generación si los jóvenes, hombres y mujeres, se educan acerca del impacto de la mutilación genital femenina.

If I don’t cut my girl, there is a 99 percent chance that her daughter will not be cut.

Si no mutilo a mi hija, hay una probabilidad del 99% de que a su hija no la mutilen.

Baldeh pide que el Gobierno asuma la responsabilidad, y critica la falta de aplicación de la ley contra la MGF de 2015.

The practice continues because we are not seeing the government come out publicly and address FGM. We are not seeing law enforcement. International partners need to put pressure on the government to make sure that this law is implemented.

La práctica continúa porque el Gobierno no sale a hablar públicamente de la mutilación genital femenina. La ley no se está aplicando. Los socios internacionales tienen que presionar al Gobierno para asegurar que esta ley se implemente.

Baldeh también promueve capacitar a profesionales de la salud para brindar cuidados especializados a las sobrevivientes de la mutilación genital femenina, y enfatiza la importancia de la capacidad local de abordar situaciones de salud y emocionales relacionadas con esta práctica.

Reconocimiento internacional y críticas a las intervenciones externas

Fatou Baldeh, foto cortesía de Fatou Baldeh. Usada con autorización.

El trabajo de Baldeh ha recibido reconocimiento internacional. Fue premiada con una Orden del Imperio Británico en 2019 por sus servicios a las mujeres migrantes en Escocia, y con un premio al valor femenino, International Women of Courage Award, en 2024. Sin embargo, se mantiene crítica con el planteamiento vertical de las organizaciones internacionales. Cree que el cambio sostenible tiene que venir de las comunidades, porque los grupos y líderes locales tienen el conocimiento más profundo de los matices culturales. «No hay forma de que tú tengas más conocimiento que yo acerca de mi propia comunidad, mi propia cultura y mi propia gente», insiste, y llama a los grupos internacionales a empoderar a las organizaciones locales lideradas por mujeres en lugar de eclipsarlas.

El trabajo de Baldeh celebra las contribuciones de las mujeres de zonas rurales, a las que llama «gigantes invisibles» por resistir junto con las generaciones más jóvenes en la lucha contra la MGF.

Our mothers and our grandmothers came to join us to say that we are standing by our daughters. they may not be on the media speaking, but the reality is they made a change.

Nuestras madres y abuelas se unieron a nosotras, defendemos a nuestras hijas. Puede que no estén hablando en los medios, pero la realidad es que hicieron un cambio.

Su admiración por estas mujeres y por su energía implacable sigue avivando su misión para erradicar la práctica de la mutilación y promover la igualdad de género en Gambia y otros lugares. A través de WILL, Baldeh imagina un futuro con comunidades empoderadas y con conocimiento, comprometidas a terminar con la mutilación genital femenina y a apoyar los derechos de las mujeres, ya que, como dice, «para terminarla, solo hace falta una sola generación».

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