Tailandia deporta “discretamente” a 40 uigures a China pese a protestas de grupos a favor de derechos humanos

Uyghur refugees being deported

El diputado del Partido Justo, Kannavee Suebsaeng, publicó fotos de camiones de detención con las ventanas cubiertas que salían del centro de detención de inmigrantes de Suan Phlu. Fuente: Prachatai, socio de contenidos de Global Voices. Uso legítimo.

El Gobierno tailandés ha enviado a 40 uigures de regreso a China a pesar de las advertencias de los defensores de los derechos humanos de que los deportados y sus familias podrían enfrentar detenciones arbitrarias prolongadas, torturas e incluso la muerte.

Los 40 uigures habían estado detenidos en Tailandia durante más de una década tras haber ingresado ilegalmente al país. Estas personas huyeron de Sinkiang en 2014 y trataron de solicitar asilo cuando fueron arrestados en Tailandia.

Los uigures son musulmanes que hablan idiomas túrquicos que viven en la región noroeste de China, que incluye Sinkiang. Desde 2016, Naciones Unidas y grupos internacionales a favor de los derechos humanos han hecho notar los serios abusos contra los derechos humanos de los uigures después de que China impuso una represión masiva en la región y estableció “campos de reeducación” que, según se informa, tienen como objetivo reprimir la cultura y la identidad uigures.

Los uigures detenidos por Tailandia iniciaron una huelga de hambre en enero para protestar contra el plan de devolverlos a China. La protesta finalizó al cabo de 18 días, cuando las autoridades tailandesas les aseguraron a ellos y al público que permanecerían en el país.

Pero el 27 de febrero, los deportaron en secreto desde el centro de detención de inmigrantes y los sacaron del país en avión. El portal de noticias chino Xinhua informó que “40 ciudadanos chinos involucrados en inmigración ilegal fueron repatriados desde Tailandia en una ofensiva conjunta contra el crimen transfronterizo”. No hubo mención alguna de que los deportados eran refugiados que huyeron de China para escapar de la persecución.

La primera ministra tailandesa, que estuvo en China en febrero en visita de Estado, afirmó que los uigures abandonaron el país “voluntariamente” y que las autoridades chinas habían dado “garantías” suficientes a la seguridad de los deportados. Su secretario de Defensa añadió que el Gobierno tailandés “actuó de buena fe y quiso evitar consecuencias diplomáticas” ya que ningún otro país quería aceptar a los refugiados.

Sin embargo, el diputado del Partido Justo, Kannavee Suebsaeng, publicó cartas de algunos de los uigures deportados y sus familias que apelaban contra su retorno forzado a China. El legislador también le recordó a las autoridades que Turquía ya había manifestado su disposición a aceptar a los refugiados uigures.

Con relación a estos sucesos, una madre uigur subió el siguiente video en enero en el que pedía la liberación de su hijo y otros refugiados detenidos en Tailandia (a partir del minuto 5:37).

La repentina noticia de la deportación de los 40 uigures fue inmediatamente condenada por Naciones Unidas, grupos de derechos humanos y algunos Gobiernos. Esta publicación del grupo de la sociedad civil Freedom House resumió la reacción de los grupos a favor de los derechos humanos.

Últimas noticias: Tailandia deportó a decenas de uigures a China, según activistas. Formaban parte de una ola de solicitantes de asilo que habían huido de la persecución en 2014.
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La decisión que tomó ayer el Gobierno tailandés de deportar a 40 hombres uigures a China es un completo abandono de las obligaciones del país con respecto a los derechos humanos y un ejemplo flagrante de represión transnacional.

Como se ha enfatizado durante semanas de indignación internacional, a estos hombres solo les espera mayores violaciones de sus derechos básicos, o algo peor.

Condenamos enérgicamente las acciones de Tailandia y reiteramos nuestra solidaridad con los uigures y todos los pueblos túrquicos que sufren bajo el dominio del Partido Comunista Chino.

Phil Robertson, miembro de los defensores de los derechos humanos y leyes laborales de Asia, dijo que Tailandia debería renunciar a su puesto en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas debido a sus inmorales acciones.

This massive human rights violation blows apart any pretense the Prime Minister Paetongtarn Shinawatra and her Thai government has made to be a rights respecting member of the UN Human Rights Council. The Thai government should resign its seat on the Council to show responsibility for its outrageous and unacceptable action.

Esta gran violación de los derechos humanos vuela en pedazos cualquier pretensión de la primera ministra, Paetongtarn Shinawatra, y su Gobierno tailandés de ser miembros respetuosos de los derechos humanos en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. El Gobierno tailandés debería renunciar a su puesto en el Consejo para demostrar su responsabilidad por tal escandaloso e inaceptable acto.

Esta caricatura de stephff, destacado caricaturista que vive en Bangkok, describe los intereses geopolíticos que rodean el tema:

- Devuélveme a mis uigures inmediatamente.
– ¡No, por favor! ¡No los mandes a la persecución!
– Lleguemos a un acuerdo. China puede tener a los uigires y Estados Unidos puede tener los metales raros de Sinkian
g.
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¡Por favor, no los envíen de regreso a China donde enfrentan una dura persecución!

En respuesta, la embajada china en Tailandia insistió en que las instituciones occidentales no tienen derecho a intervenir en el asunto. Para disipar las especulaciones sobre la seguridad de los deportados, publicó fotos que mostraban las reuniones familiares después de que los 40 uigures llegaron a la ciudad de Kashgar, en Sinkiang. También enfatizó que los funcionarios tailandeses siempre pueden visitar a los 40 uigures en Sinkiang.

The Thai government sent representatives to witness the situation on-site. In the future, China will continue to welcome the Thai government’s delegation to visit and understand the subsequent living conditions of the deported individuals. For those in Thailand who are concerned about the situation in China's Xinjiang region, we encourage them to visit Xinjiang and experience firsthand the region's development, changes, and the happy lives of its people.

El Gobierno tailandés envió representantes para que observaran la situación en el lugar. En el futuro, China seguirá recibiendo a la delegación del Gobierno tailandés para que visite y comprenda las condiciones de vida posteriores de las personas deportadas. A aquellos en Tailandia preocupados por la situación en la región de Sinkiang en China, los alentamos a que visiten Sinkiang y vean de primera mano el desarrollo, los cambios y las felices vidas de su gente.

La Embajada de China publicó el viernes por la noche fotografías de algunos de los 40 uigures que fueron deportados a China desde Tailandia y dijo que fueron liberados para «llevar una vida normal», y que el Gobierno chino está listo para recibir a funcionarios tailandeses para que los controlen en el futuro.

Sin embargo, el veterano periodista Pravit Rojanaphruk señaló que la repentina deportación fue un “desastre de relaciones públicas para Tailandia” y que el secreto que rodeó la operación era sospechoso.

These people were transported out of the Thai immigration detention centre, inside six vans, with all windows covered with black tapes and police signs concealed, at 2am, with no other vehicles allowed to follow. This was not a normal way of transporting people to the airport to fly back to China to lead a normal life.

Estas personas fueron trasladadas fuera del centro de detención de inmigrantes tailandés en seis furgonetas, con todas las ventanas cubiertas con cintas negras y carteles policiales ocultos, a las dos de la madrugada, sin que ningún otro vehículo pudiera seguirlas. No era una forma normal de transportar a personas al aeropuerto para volar de regreso a China y llevar una vida normal.

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