En silencio, se espera renuncia de funcionarios tras tragedia en discoteca de Macedonia del Norte

Manifestantes en una protesta silenciosa en Skopie el 18 de marzo de 2025, con una pancarta que dice ‘Tu sistema asesinó a toda una futura generación. Kočani, 16 de marzo de 2025′. Foto de Meta.mk, usada con autorización.

Esta nota de Goran Rizaov se publicó originalmente en Meta.mk. Una versión editada se reproduce aquí bajo un acuerdo de colaboración de contenidos entre Global Voices y la Fundación Metamorphosis.

En las primeras horas de la mañana del 16 de marzo, un incendio arrasó la discoteca Club Pulse en Kočani, Macedonia del Norte, y dejó un saldo de 59 muertos y más de 150 heridos. Mientras el país y la región aún intentan asimilar la magnitud de la tragedia, la investigación inicial indicó que la corrupción sistémica impidió implementar los procedimientos de seguridad pertinentes. El Gobierno declaró una semana de luto; mientras tanto, diversas fuerzas políticas comenzaron una campaña de silenciamiento preventivo de voces críticas, dirigido a los medios independientes y a activistas de la sociedad civil.

Последна молитва на моето тело

Црн е твојот ветар, а ноќта бела
и секој дамар напнат од зрелина.
Застани како меч во овој дрворед од тела
пред да се срушиш заслепено од белина.

Но и тогаш играта ќе продолжи пак
со иста таинственост и со иста чедност.
И тие треви што ќе те покријат со мрак
ќе изгорат во пожарот на твојата жедност.

Última plegaria para mi cuerpo

Tu respiración es negra y la noche es blanca,
y cada nervio que va creciendo hasta madurar
Húndete como una espada en los caminos de mi cuerpo, antes de que este se derrumbe, cegado por el resplandor.

Y este juego habrá aún de prolongarse más en su misterioso no estar ahí. La hierba te cercará, te nublará, y ahí, desde lo más oscuro, habrá de encenderse tu sed.

Aco Šopov, «Última plegaria para mi cuerpo», «No-Ser 1963 (Traducido por Rawley Grau y Christina E. Kramer, «El largo venir del fuego» Deep Vellum, 2023).

Decidí guardar silencio. No “hacer tonterías”. No agitar las plumas. Cerrar la puerta de mi casa, apagar las luces y no hablar con nadie. Para evitar decir algo incorrecto, de lo contrario podrían arrastrarme de las orejas desde mi casa.

Decidí no perturbar al público con nuestros informes. Abstenerme de transmitir emociones. No hacer ruido. No tomar fotografías. No grabar videos. Evitar “historias cargadas de emociones”. Transmitir solo los anuncios oficiales de las autoridades. Porque el Gobierno sabe bien qué es el periodismo ético.

También decidí no hacer preguntas. ¿Por qué hacer preguntas, por qué mostrar interés? Ya se han respondido todas las preguntas. No hace falta pensar. Hay alguien asignado para pensar por nosotros.

También decidí no leer demasiadas noticias para evitar dañar mi salud mental. Especialmente por algunos llamados medios que no son medios, y por periodistas que no son periodistas. No hace falta dejar de ver televisión ahora, porque ya dejé de verla hace mucho tiempo.

Decidí no convocar reuniones ciudadanas contra el sistema, porque el sistema ya declaró que lucha contra el sistema. El sistema corrupto. Lo logró. Si otra persona convoca una manifestación, no debo ir, para evitar crear aglomeraciones, ya que la Policía es más necesaria en otros lugares.

Decidí enterrar en un profundo silencio “eso no dicho que llevo dentro”, algo que me pesa y me duele y esperar que “el silencio lo diga por solo”. Espero renuncias en silencio.

Encuentro pacífico en la plaza principal de Skopie el 18 de marzo de 2025. Foto de Meta.mk, usada con autorización.

Presión sutil para la autocensura

Mi uso de la ironía no es una falta de respeto hacia las familias de las víctimas y los heridos en la tragedia de la improvisada discoteca. Por el contrario, el objetivo es señalar los intentos desenfrenados de censura por parte del Gobierno contra los medios independientes y críticos, y los intentos de tomar el control de los relatos y desviar la atención pública.

Desde el 17 de marzo de 2025, las autoridades macedonias han mostrado su verdadera cara autoritaria y censora, especialmente el día de los funerales. El Gobierno, los organismos reguladores y las asociaciones bombardearon a los medios con anuncios que intentaban evitar que publicaran cualquier cosa que pudiera desagradar a los partidos políticos en el poder.

Con el pretexto de defender la conducta profesional, oculto entre las normas bien conocidas que siguen los medios profesionales, el Gobierno educó a los periodistas sobre lo que deberían y no deberían fotografiar, qué grabaciones de video deberían o no deberían hacer, qué titulares publicar, si deben mostrar emociones o simplemente copiar los anuncios y crudos discursos. Bajo el pretexto de contrarrestar la desinformación, se erigió un obstáculo para la información. En efecto, obtuvimos un resultado similar a los utilizados por los regímenes autoritarios que intentan suprimir la libertad de expresión.

Esto condujo a una situación con un nivel extremadamente alto de autocensura entre los medios macedonios. Sería difícil encontrar informes sobre las vidas de las víctimas, sobre sus familias, parientes, historias de la gente común, sobre la pérdida, sobre los éxitos, sobre las esperanzas y las posibilidades, sobre la influencia en sus comunidades en la mayoría de los medios macedonios. No verás el dolor ni escucharás los lamentos. Porque, pues, eso sería demasiado emocional.

El periodismo tiene reglas sobre cómo entrevistar a familias de víctimas de grandes tragedias y los periodistas experimentados conocen estas reglas. Las tratan con dignidad y respeto, con sensibilidad y sabiendo qué tipo de preguntas son apropiadas y también cuándo es momento de retirarse. Los periodistas gráficos profesionales también tienen su propia perspectiva especial, que es discreta y respetuosa. Sin embargo, la realidad es que sigue siendo extremadamente importante documentar esas tragedias, crear un registro público que permanezca en los archivos de los medios, dejar una huella escrita en la memoria colectiva.

Un intento descarado de controlar a estudiantes

Un periodista de Meta.mk sufrió un brutal ataque en redes sociales, con acusaciones difamatorias y viles que indicaban que fue quien organizó las reuniones estudiantiles. Su fotografía apareció en decenas de publicaciones de Facebook y Twitter junto con llamados a su arresto o a un ataque físico. El caso se denunció a las autoridades, que hasta ahora no han reaccionado.

La campaña difamatoria ocurrió tras la publicación en redes sociales de una grabación de la ministra de Educación y Ciencia, Vesna Janevska, cuando daba un discurso a los estudiantes en la Universidad San Cirilo y San Metodio, cuando los estudiantes la interrumpieron con abucheos. Ellos reaccionaron a su discurso, que ya había durado demasiado tiempo, mientras algunos estudiantes se desmayaban y los demás pedían ayuda y una ambulancia. Miles de estudiantes universitarios y de secundaria se habían reunido el 17 de marzo para rendir homenaje a las víctimas de la tragedia de Kočani. Sin embargo, en lugar de una reunión estudiantil, el acto se convirtió en una mal manejada actividad de relaciones públicas que se salió de control.

Estudiantes reunidos en la Universidad de San Cirilo y San Metodio en Skopie el 17 de marzo de 2025. Foto de Meta.mk, usada con autorización.

Solo una estación de televisión y diversos medios en línea publicaron la noticia de que los estudiantes abuchearon a la ministra. Mientras tanto, las reacciones en las redes sociales fueron otra historia. El video se publicó en redes sociales y pronto se hizo viral. Esa noche, una red de troles de partidos políticos (llamados «bots» en los Balcanes) se activó y comenzó una caza de brujas a través de perfiles y grupos anónimos.

Cuatro días después, cuando la ministra finalmente reapareció en público, ningún periodista, ningún medio le preguntó cómo es que apareció en el podio junto al rector para hablar en una reunión estudiantil, en lugar de los estudiantes. Nadie preguntó si presentaría su renuncia por la falta de respeto mostrada a los estudiantes en el momento de profundo dolor por la muerte de sus compañeros, por los muchos jóvenes que perdieron la vida y los cientos de heridos que aún luchan por sobrevivir.

En su discurso, la ministra dijo muchas cosas, y también recitó las letras del poema En Silencio de Aco Šopov. Sí, en efecto, el silencio a veces puede ser más fuerte que las palabras para mostrar una verdad. Pero cuando el Gobierno pide a los estudiantes que guarden silencio, se puede sospechar que se trata de una canción completamente diferente.

El escritor de discursos de la ministra podría haber elegido otro poema de Šopov, algo más apropiado para una reunión estudiantil sobre la mayor tragedia que ha golpeado a la juventud de este país. «Última plegaria para mi cuerpo» de la colección poética No-Ser  de 1963 habría sonado más realista ese día. Pero no con la voz de la ministra, sino con las voces de los estudiantes.

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