Maestra enseña a estudiante ciego. Imagen de Chris Del Santo, vía Pexels (uso permitido).

Por Wasiu Akintunde, Imoleayo Oritse-tsemaye Daramola y Saheed Akintunde

En todo el continente africano, los estudiantes con discapacidades enfrentan grandes desventajas en las evaluaciones académicas por la mala infraestructura, débil aplicación de políticas y falta de servicios estructurados de apoyo a la discapacidad. Un informe publicado por el periódico The Guardian el lunes de octubre de 2024 detalla la experiencia de la artista nigeriana Joy Eseoghene Odiete, cuya hija nació con parálisis cerebral, lo que la hizo sentirse completamente sola y abandonada.

Su historia refleja las dificultades que enfrentan miles de padres en todo el continente africano cuando quieren encontrar escuelas inclusivas, ayuda médica y asistencia financiera para educar a sus hijos. Aunque muchos países africanos cuentan con leyes sobre discapacidad, su aplicación sigue siendo débil y las familias a menudo se ven obligadas a enfrentar solas estas dificultades. Los niños con discapacidades seguirán lidiando con barreras sistémicas que obstaculizan el éxito académico y las oportunidades futuras.

Según la Organización Mundial de la Salud, más de 1300 millones de personas están afectadas por alguna discapacidad, aproximadamente el 16 % de la población mundial. Es posible que hasta una de cada cinco de esas personas desarrolle discapacidades importantes. En promedio, las personas con discapacidades son más pobres quienes que provienen de familias sin discapacidades. A menudo tienen niveles de empleo e ingresos más bajos, así como mayores tasas de pobreza y su estado de salud generalmente es peor. La incidencia de la discapacidad y las formas en que afecta a diversos resultados de desarrollo prevalecen más en países más pobres.

Como defensores del objetivo de desarrollo sostenible número 4; comprometidos con una educación globalmente accesible para todos, nos preocupan estas disparidades y cómo podrían afectar a generaciones de niños pequeños. ¿Cómo podemos esperar que estos niños prosperen cuando sus identidades enfrentan prejuicios y exclusión? ¿Alguna vez se sentirán realmente aceptados y apoyados en el aula, o se verán obligados a navegar en un sistema que no está diseñado para sus necesidades? ¿Estamos preparados para invertir en la creación de entornos inclusivos, o continuaremos pasando por alto las dificultades que enfrentan?

Un centro de evaluación académica es un lugar designado en el que los estudiantes, particularmente aquellos con discapacidades, pueden presentar exámenes en un entorno adaptado que los apoya. Algunos países, como Estados Unidos, establecen centros de evaluación académica para cumplir con las leyes y políticas que protegen los derechos de los estudiantes con discapacidades, como la ley de estadounidenses con discapacidades (ADA). Existen disparidades sustanciales para disponer estas instalaciones en África.

Algunas asociaciones estudiantiles nigerianas y ghanesas en la Universidad Tecnológica de Texas, en Estados Unidos, expresaron sus opiniones sobre estas disparidades: la respuesta muestra que solo una pequeña fracción de las instituciones africanas tiene infraestructura educativa inclusiva para estudiantes con discapacidades; la mayoría de esa pequeña fracción proviene de instituciones privadas. Actualmente se dice que las instituciones privadas están mejor financiadas que las instituciones gubernamentales o tienen más recursos que el Gobierno.

Por qué África tiene dificultades para brindar centros académicos inclusivos

Aunque los derechos de las personas con discapacidad están consagrados en la ley en gran parte de África, la implementación de estas leyes es notoriamente débil. Un estudio publicado en 2022 en el anuario africano sobre derechos reveló que en el 90% de los centros de examen no hay rampas para sillas de ruedas, ascensores ni puertas automáticas.

La Convención Internacional sobre los Derechos de Personas con Discapacidad establece que los Estados deben brindar educación inclusiva en todos los niveles. Sin embargo, a menudo los Estados africanos no cumplen con esto.

Mientras que la Ley de Educación Básica de Kenia (2013) obliga a la educación inclusiva, en 2022, el 78 % de los niños con dislexia, TDAH y trastornos de comprensión rindieron exámenes sin tener tiempo ni asistencia adicionales, lo que afectó negativamente su rendimiento académico.

Un informe de UNICEF muestra que los Gobiernos y las agencias recaudadoras de fondos tienen dificultades para llegar a los niños con discapacidades por no tener datos precisos. Sin ayuda externa, la mayoría de las familias en la región de África oriental y del sur (ESAR) no pueden pagar dispositivos de asistencia además de ayudas básicas para la movilidad por las limitaciones financieras en salud y educación.

Además, en muchas numerosas instituciones educativas no hay rampas, ascensores, baños accesibles, ni tienen tecnologías de asistencia para estudiantes con discapacidades. La falta de infraestructura puede clasificarse como una faceta de la pobreza, ya que los estudiantes con discapacidades requieren instalaciones especializadas.

El Banco Africano de Desarrollo estima que África tiene un déficit anual de financiación en infraestructura de entre 130 000 millones y 108 000 millones de dólares. Esta deficiencia ha llegado a las instituciones educativas, donde la insuficiente planificación ha resultado en instalaciones mal equipadas para alojar a los estudiantes con discapacidades.

Para empeorar el problema, existen mitos e ideas culturales en la sociedad africana que promueven actitudes discriminatorias hacia los estudiantes con discapacidades.

El camino hacia un futuro más inclusivo

Considerando nuestra experiencia con la ejecución nada óptima de sugerencias políticas en África, categorizaremos las soluciones en dos grupos principales: soluciones con financiamiento limitado y soluciones con financiamiento adecuado.

Los africanos no son un grupo monolítico: provienen de diversos orígenes, culturas, lenguas, religiones y grupos socioeconómicos. Esta diversidad de características e identidades no existen aisladamente, se cruzan y se combinan de formas únicas, moldean la experiencia general de una persona. En el entorno del aula, estas identidades interseccionadas pueden resultar en desafíos y prejuicios distintos que pueden afectar a los estudiantes con discapacidades.

Los estudiantes en África han quedado excluidos o han enfrentado prejuicios por muchas características, como posición socioeconómica, género, origen racial/étnico, idioma, historia de migración o desplazamiento, estado de VIH, identidad de género y orientación sexual. No bastará con tener suficientes escuelas e instalaciones para garantizar que los estudiantes con discapacidades tengan igualdad de oportunidades educativas. Colaborar con las escuelas y las comunidades para enfrentar el acoso, el estigma y la discriminación es esencial, así como garantizar su participación en la educación y el progreso del país en su conjunto.

Una forma de hacer esto sería establecer centros académicos inclusivos para estudiantes con discapacidades en África. Los estudiantes podrían acceder a medidas como tomar más notas, tener más tiempo para tareas en clase y aulas de examen designadas en tales instalaciones.

Además, es necesario realizar campañas públicas para cambiar las actitudes y opiniones culturales sobre las discapacidades.

Si bien esto puede parecer una respuesta sencilla, requiere mucho esfuerzo dar un entorno adecuado para los estudiantes con discapacidades. De alguna manera, esto será una inversión en el futuro, ya que además de ayudar a los estudiantes a aprender, también genera numerosas posibilidades de carrera sostenible para los profesionales de la industria.

Además, los estudiantes con discapacidades deben recibir planes de financiación para fomentar que se matriculen en instituciones educativas inclusivas.

Nuestras observaciones indican que cada vez más estudiantes con discapacidades en África son explotados como mendigos; es muy angustiante para los padres ver a sus hijos relegados a ese destino desde el inicio de sus vidas.

En consecuencia, si se pueden asignar becas a estos estudiantes, es esencial mantener datos completos que supervisen a todos los niños con discapacidades, ya que esta es otra deficiencia que complica la distribución de becas a todos los niños con discapacidades idóneos.

Las campañas públicas son necesarias para transformar las actitudes y percepciones sociales sobre la discapacidad. Para promover la diversidad, las instituciones educativas deben ofrecer capacitación y programas sensibles a sus educadores y administradores. Para garantizar que los estudiantes con discapacidades se sientan integrados en el sistema, los Gobiernos africanos deben priorizar los derechos especiales, articular y perseguir objetivos sociales, y considerar todos los postulados y supuestos inherentes a los derechos especiales.

En conclusión, un componente significativo de un sistema académico inclusivo es usar tecnología avanzada. Los lectores de pantalla, los teclados en braille y el software de reconocimiento de voz son algunas de las tecnologías de asistencia que pueden mejorar significativamente la accesibilidad del contenido escrito para los estudiantes con discapacidades. Los exámenes orales pueden ser necesarios para exámenes escritos, ya que no todas las personas pueden poner el lápiz en el papel.

Este es un llamado a la acción para los Gobiernos africanos, legisladores, educadores y otros interesados, que deben comprometerse a establecer centros de evaluación académica inclusivos para garantizar que los niños con discapacidades tengan iguales oportunidades educativas. Por lo tanto, al actuar ahora, podríamos construir un sistema educativo que no deje a ningún niño rezagado, sin importar la discapacidad. Esto incluye aplicar normas favorables a la discapacidad, aumentar fondos para la tecnología de asistencia y capacitar educadores para implementar las modificaciones necesarias.