Separatistas secuestran tren de pasajeros en Pakistán y agravan disturbios en Baluchistán

Image by Ramna Saeed. Used with permission.

La autopista de desarrollo de la cooperación regional (Quetta – Karachi) cerca de Khudzar. Imagen de Ramna Saeed. Usada con autorización.

Durante décadas, Baluchistán, provincia de Pakistán con un importante grado de autonomía, ha sufrido una insurgencia continua y ataques violentos en nombre de esa autonomía. Los grupos separatistas luchan por independizarse de Pakistán por el deterioro de las condiciones de vida, caracterizadas por la pobreza, la escasa infraestructura y el acceso limitado a los servicios básicos, a pesar de la riqueza de la región en recursos naturales y del control militar en la zona.

El 11 de marzo, el Ejército de Liberación de Baluchistán, grupo separatista proscrito, atacó una vía férrea y logró secuestrar el tren de pasajeros Jaffar Express, lo que supone el primer incidente de este tipo en la historia de los ferrocarriles pakistaníes. El tren, que transportaba a más de 400 pasajeros, incluidos miembros del Ejército y personal de seguridad, se dirigía a Peshawar, en la provincia de Jaiber Pajtunjuá, desde Quetta, capital de la provincia.

El Ejército de Liberación de Baluchistán reivindicó la autoría del atentado en un comunicado. Por lo montañoso del terreno, las Fuerzas Armadas y el Cuerpo de Fronteras de Pakistán iniciaron una operación a media mañana, que duró más de 24 horas y permitió rescatar a más de 370 pasajeros.

No es la primera vez que el tren sufre un atentado. En noviembre de 2024, una mortífera explosión en la estación de tren de Quetta, perpetrada por el Ejército de Liberación de Baluchistán, dejó más de 26 pasajeros muertos y más de 60 heridos. Diez años antes, en 2014, un atentado contra el Jaffar Express en la estación de Sibi se cobró 17 vidas.

Vía férrea letal

El 5 de marzo, el Instituto para la Economía y la Paz (IEP) publicó el Índice Global de Terrorismo 2025, que ofrece un análisis exhaustivo de las principales tendencias y pautas del terrorismo en los últimos 17 años. El informe situaba a Pakistán en el segundo puesto de 163 países. En 2023, hubo en el país 517 atentados, cifra que se duplicó con creces hasta alcanzar los 1099 en 2024, con el resultado de 1081 muertos.

Según el Departamento de Interior de Baluchistán, entre 2005 y 2015 Pakistán sufrió 173 atentados contra trenes, vías férreas e infraestructuras. La mayoría tuvieron como objetivo el Jaffer Express, y el paso de Bolan fue el lugar donde se produjeron con más frecuencia. El Jaffer Express es el único servicio ferroviario diario que une Baluchistán con el resto del país. El paso de Bolan ha sido durante mucho tiempo el santuario preferido de los insurgentes, ya que ofrece ventajas estratégicas que dificultan a las fuerzas de seguridad contrarrestar sus movimientos.

Rafi Ullah Kakar, especialista en políticas públicas y desarrollo de Baluchistán, explicó a Global Voices la importancia de la conectividad ferroviaria para afrontar los problemas económicos de la provincia. Destacó los frecuentes bloqueos de carreteras provocados por protestas y huelgas como uno de los principales problemas, y declaró:

Unlike Punjab and Sindh, Balochistan’s land routes remain closed most of the time due to demonstrations, severely impacting businesses, livelihoods, and the daily lives of common citizens.

A diferencia de Punyab y Sindh, las rutas terrestres de Baluchistán permanecen cerradas la mayor parte del tiempo por las manifestaciones, lo que afecta gravemente a las empresas, los medios de subsistencia y la vida cotidiana de los ciudadanos de a pie.

Auge del Ejército de Liberación de Baluchistán y su creciente influencia

El Ejército de Liberación de Baluchistán, grupo separatista que busca la independencia de Baluchistán, lleva activo desde la década de 2000 y Reuters lo identifica como el grupo insurgente más poderoso cerca de la frontera entre Afganistán e Irán. En 2024, se convirtió en uno de los principales autores de atentados terroristas en Pakistán y múltiples organismos lo designaron organización terrorista, como Pakistán, Estados Unidos y la Unión Europea.

El grupo acusa al Gobierno central de explotar los ricos recursos de Baluchistán y lleva mucho tiempo empleando tácticas violentas contra el Estado, sus instituciones y los proyectos de desarrollo chinos en la región. Los analistas sostienen que la creciente fuerza del Ejército de Liberación de Baluchistán pone de manifiesto la incapacidad del Gobierno para contrarrestarlo eficazmente, ya que el recurso a estrategias anticuadas y represivas ha hecho poco por frenar la insurgencia.

Kakar cree que el sistema parlamentario federal de Pakistán no ha tratado los problemas fundamentales de Baluchistán. «Esto ha llevado a muchos jóvenes baluchíes a creer que el sistema no puede resolver sus problemas, una narrativa propagada durante mucho tiempo por los grupos separatistas. Resulta alarmante que incluso los nacionalistas baluchíes, tras décadas en la política dominante, estén llegando ahora a una conclusión similar», advirtió.

Kakar atribuye la creciente fuerza del Ejército de Liberación de Baluchistán a tres factores claves: la reorganización interna, el acceso a armamento avanzado y la agitación política de la región. Señaló además que tras el retiro estadounidense de Afganistán en 2021, una cantidad significativa de armamento moderno cayó en manos de los militantes, lo que reforzó su capacidad operativa. Aunque reconoció la posibilidad de injerencias extranjeras en la insurgencia de Baluchistán, Kakar subrayó que «el conflicto tiene sus raíces fundamentalmente en cuestiones internas».

Condenas

El atentado atrajo la atención de todo el mundo y llegaron las condenas. La gente reaccionó con fuerza en las redes sociales, expresando su frustración por la incompetencia del Estado al tratar el problema durante décadas.

Al mismo tiempo, algunos acusaron al Comité de Unidad de Baluchistán y a su líder, Mahrang Baloch, de apoyar al Ejército de Liberación de Baluchistán y de pronunciarse contra las desapariciones forzadas. El Comité de Unidad de Baluchistán es un movimiento liderado por mujeres de Baluchistán que aboga contra los secuestros ilegales y ha condenado la violencia en todas sus formas en varias entrevistas.

La periodista pakistaní Marvi Sirmed habló con Global Voices, refutó las afirmaciones de que el Comité de Unidad de Baluchistán y el Ejército de Liberación de Baluchistán son similares. «El Comité de Unidad de Baluchistán alza la voz contra las atrocidades cometidas contra el pueblo baluchí mientras se encuentra entre las masas baluchíes. Las apoya donde estén en Baluchistán, las une contra el genocidio y trabaja para descentralizar el activismo político, casi inexistente desde hace muchas décadas por los ataques indiscriminados contra jóvenes, activistas e intelectuales baluchíes. El Ejército pakistaní ha convertido en arma una noción distorsionada de “patriotismo” contra el pueblo baluchí, y el Comité de Unidad de Baluchistán lo denuncia y ejerce pacíficamente sus derechos fundamentales», afirmó.

Mientras tanto, algunos usuarios de las redes sociales de India y Afganistán hacían declaraciones como «Baluchistán no pertenece a Pakistán» y «Libertad para Baluchistán».

Pakistán culpa a India y Afganistán

El 12 de marzo de 2025, el Departamento de Relaciones Públicas Interservicios del Ejército pakistaní y el ministro jefe de Baluchistán, Sarfaraz Bugti, celebraron una rueda de prensa. Según el director general del departamento, teniente general Ahmed Sharif Chaudhry, tras dos días de intensas operaciones militares, 33 atacantes fueron abatidos y 26 pasajeros -incluidos 18 miembros del Ejército y cuatro miembros del Cuerpo de Fronteras- resultaron muertos. Los demás pasajeros fueron rescatados. También declaró que «las reglas del juego cambiarán», aunque no dio más detalles.

Afirmó que los atacantes coordinaron la operación con sus superiores y cerebros en Afganistán con teléfonos por satélite. También criticó el flujo de desinformación en las redes sociales durante el incidente, especialmente desde India, y afirmó que existe un «nexo» entre los terroristas y sus amos.

Se ha intentado reprimir la difusión de las noticias. En virtud de la ley de prevención de delitos electrónicos (PECA), la Agencia Federal de Investigación ha registrado denuncias contra tres personas, incluido un periodista. En los casos se alega la difusión de información falsa y la incitación al sentir público contra las instituciones del Estado tras el atentado contra el Jaffar Express.

Sin embargo, India y los talibanes afganos emitieron declaraciones por separado el 13 de marzo, en las que los Ministerios de Asuntos Exteriores de ambos países calificaban de «infundadas» las afirmaciones de Pakistán.

Abdul Basit, exembajador de Pakistán en Alemania y alto comisionado en India, declaró a Global Voices por WhatsApp que simplificar en exceso la cuestión de Baluchistán fomenta la autocomplacencia. Afirmó que los sucesivos gobiernos han fallado a Baluchistán, mientras que los detractores han explotado las fallas internas de Pakistán.

«Las pruebas de la participación de India en el terrorismo en Pakistán, en particular en Baluchistán, son abundantes. La detención de Kulbhushan Jadhav en marzo de 2016 dio pruebas irrefutables de las actividades terroristas de India en Pakistán», afirmó. A Basit le preocupaba que los países occidentales estuvieran presionando contra China y su Corredor Económico China-Pakistán (CPEC) con Pakistán. Instó a los funcionarios pakistaníes a reconsiderar la situación de forma exhaustiva y diseñar un plan más equilibrado para abordar los complejos problemas a los que se enfrenta Baluchistán.

Según un editorial del medio Dawn, las operaciones militares y las fuerzas cinéticas por sí solas no pondrán fin a décadas de insurgencia. Abordar los agravios locales mediante el diálogo político, una estrategia global y el desarrollo es el único camino sostenible hacia la paz en Baluchistán.

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