Ante la falta de agua, cultivadores de arroz de Uzbekistán emigran

El río Amu Darya fluye a través de Urgench, Uzbekistán. Foto del video «Amu Darya: Río hacia un mar desaparecido | Avance | Próximamente» del canal de YouTube de Journeyman Pictures. Uso legítimo.

Este artículo de Shukhrat Hurramov y Konstantin Agafonov se publicó originalmente en Vlast.kz el 24 de marzo de 2025. Global Voices publica una versión editada en virtud de un acuerdo de asociación de medios.

El arroz es un pilar de la agricultura y de la cocina de Uzbekistán. La crisis climática afecta a los dos ríos principales de la región, lo que significa que la reducción del caudal del río Amu Daria obliga a los agricultores a abandonar las áreas tradicionales de cultivo de arroz y a trasladarse a las orillas del río Sir Daria.

En los últimos cinco años, la falta de agua, principal recurso para cultivar arroz, ha sido catastrófica. Desde 2000 fluye cada vez menos agua en la parte baja y media del río Amu Darya y, de acuerdo con varios pronósticos, el caudal continuará bajando en los próximos años. El agua que se extrae del Amu Dayra para regar no es suficiente para cultivar arroz.

Arroz hasta el fondo

El arroz es uno de los cultivos agrícolas más importantes de Uzbekistán y también el componente principal de la dieta de 37 millones de personas. El país incluso tiene un índice llamado “índice de pilaf”, similar al estadounidense “índice Big Mac”. Estas mediciones se utilizan habitualmente como una forma no oficial de determinar la paridad del poder adquisitivo.

Este video de YouTube es sobre el pilaf en Uzbekistán:

Además de ser el principal ingrediente en la preparación del pilaf, el arroz está en muchos otros platos de la cocina del país, como por ejemplo mastava, shavla, moshkichiri y otros. De acuerdo con estadísticas oficiales, el consumo de arroz per cápita en Uzbekistán es de alrededor de 10 kilogramos. La demanda excede a la oferta y obliga a importar arroz de otros países.

Abandonar tierras ancestrales

Corasmia, ubicado al noroeste del país, es una de las principales regiones de cultivo de arroz y tradicionalmente produce alrededor del 40% de la cosecha total del país. Pero años de sequías y de escasez de agua para el riego han arruinado la vida de los cultivadores locales.

Para Bakhodir Elmurodov, de 58 años, cultivar arroz es una tradición familiar. Ha pasado su infancia rodeado de campos de arroz en las orillas del Amu Daria, en su natal región de Corasmia, ayudando a su padres a manejar su finca. Para él, el arroz no es solo un cultivo, al cual se han dedicado varias generaciones de sus ancestros, también es su modo de vida.

Bakhodir Elmurodov. Foto de Shukhrat Hurramov. Utilizada con autorización.

En el primer día de cosecha de 2024, en la nueva finca de Elmurodov, tres personas están cargando el grano en la cosechadora.

«Esta es mi primera cosecha que ha crecido en un campo ‘extraño’ de la región de Syrdarya, a casi mil kilómetros de mi nativa Corasmia. Allá hay menos agua, y me vi forzado a dejar mi tierra, donde he cultivado arroz toda mi vida», dice el agricultor.

Elmurodov esperaba que en algún momento el Gobierno ayudaría a los cultivadores de arroz que sufren por la falta de agua. Pero ese apoyo llegó muy tarde para él, recién a mediados de febrero, el Gobierno de Uzbekistán aprobó una resolución para ayudar a los cultivadores de arroz de Corasmia, diez meses después de que Elmurodov se fue. Antes de irse, Elmudorov se dio cuenta de que su región natal de Corasmia pronto dejaría de ser apropiada para cultivar arroz.

El cambio climático es la principal causa de la falta de agua en Asia central. Las altas temperaturas y la disminución de las lluvias han llevado a incrementar las extracciones de aguas de los reservorios, lo que agota el caudal del río. Esto sucede incluso a pesar de otra de las consecuencias del cambio climático, el derretimiento de los glaciares, que provee solo el 25% del total del caudal de los ríos de la región.

Una ineficiente tecnología de irrigación ha llevado el problema a la catástrofe. Uzbekistán derrocha demasiada agua, y no solo en la agricultura. En 2024, estuvo en el cuarto lugar a nivel mundial en términos de consumo de agua por cápita.

Migrar a Syrdarya

En abril de 2024, Elmurodov migró a la región de Syrdarya. Rentó 10 hectáreas de tierra y contrató a cuatro personas para plantar un nuevo cultivo.

Las condiciones en esa zona son más favorables para cultivar arroz, dice, porque la napa de agua está más cerca de la superficie.

«Llenas el surco una vez y el agua no se va. En Corasmia, el suelo la absorbe con rapidez. Aquí el agua se queda, por lo tanto cultivar arroz es más rentable», dice el agricultor.

Vadim Sokolov, de Fondo Internacional para Salvar el Mar de Aral, dijo a Vlast: «El arroz es un cultivo que requiere mucha agua. Los cultivadores utilizan grandes cantidades de agua, debido especialmente a nuestro clima cálido y seco. En Sir Daria, el arroz requiere entre 15 000 y 20 000 metros cúbicos de agua por hectárea, mientras que en v, requiere alrededor de 25 000″.

Vadim Sokolov. Foto de Shukhrat Hurramov. Utilizada con autorización.

Cada hectárea produce cinco toneladas de arroz, llevando el total a 50 toneladas. Elmurodov cree que si tiene un año exitoso, podrá mudar a su familia, que todavía está en Corasmia.

El agricultor Farkhod Karabekov, de la región de Sir Daria , también espera probar suerte en el cultivo de arroz. Hasta 2017 cultivaba algodón y granos, antes de dedicarse a los melones y a las verduras. En 2024 decidió comenzar a cultivar arroz en 57 hectáreas.

«Decidimos plantar arroz para dar seguridad alimentaria, para que nuestra gente tenga comida suficiente, y también por razones económicas: los precios del arroz han estado aumentando bruscamente en los últimos años. Hay déficit en el mercado», dice el agricultor.

En su opinión, el año ha sido exitoso gracias las abundantes lluvias, se han conseguido buenas cosechas, alrededor de ocho toneladas por hectárea de la variedad más cara de mercado, el arroz laser.

«Nuestros cultivadores de arroz son agricultores de Corasmia que tienen muchos años de experiencia, y acordamos cooperar con ellos. En términos de cosecha, nuestros indicadores han resultado ser incluso mejores que en Corasmia», dice Karabekov.

Introducir nuevas tecnologías

De acuerdo con Sokolov, uno de los principales problemas de los agricultores en Uzbekistán es la salinidad del suelo, ya que la sal reduce la productividad. Para enfrentar el problema, los agricultores deben lavar la sal del suelo durante el otoño y el invierno, pero este trabajo requiere más de 4ooo metros cúbicos de agua por hectárea.

Sokolov agrega: «Han surgido nuevas biotecnologías, como biosustancias especiales que ‘comen’ la sal, que se pueden utilizar cuando se lava el suelo y cuando se riega».

Karabekov también utiliza aguar reciclada o de drenaje, así como aguas residuales. En este último caso, antes de ser utilizada en los campos de arroz para irrigación repetida, es necesario analizar su composición química. Para eso, el agricultor ha invertido 500 millones de soms (40 000 dólares) en nuevas tecnologías.

Karabelov está satisfecho con el resultado.

«Las napas de agua son poco profundas. Hemos utilizado agua reciclada por cuatro años y no ha dañado la tierra. Los niveles de salinidad son bajos y el rendimiento es bueno».

Farkhod Karabekov. Foto de Shukhrat Hurramov. Utilizada con autorización.

En años recientes, Uzbekistán ha comenzado activamente a implementar tecnologías de ahorro de agua en irrigación, así como variedades de cultivo, inclusive de arroz, que resisten sequías.

«Todavía estamos entre los diez países del mundo que más utilizan agua, pero se ha logrado progresar. En promedio, en los últimos cuatro años (2021-2024) hemos utilizado 8600 millones de metros cúbicos de agua menos que en los diez años anteriores (2011-2020)», dice Sokolov.

En el último año, la migración interna en Uzbekistán tiene un nuevo perfil. Ya no representa la mano de obra barata y descartable que no está capacitada, sino que está compuesta por agricultores con experiencia que dejan las orillas del cada vez menos profundo Amu Daria

Quienes quieran continuar trabajando el arroz estarán forzados a migrar a Sir Daria, la única región donde todavía es posible trabajarlo a pesar de la crisis climática. Pero no queda claro si la actual magnitud de ayuda del Gobierno será suficiente para los agricultores, ni tampoco. Más importante, no está claro si habrá suficientes tierras y agua en la región de Sir Daria para satisfacer las necesidades de todos los agricultores.

Inicia la conversación

Autores, por favor Conectarse »

Guías

  • Por favor, trata a los demás con respeto. No se aprobarán los comentarios que contengan ofensas, groserías y ataque personales.