China incursiona en el transporte eléctrico en Nepal

Autobús eléctrico en Katmandú. Imagen de Wikicommons (licencia CC BY-SA 4.0).

Este artículo fue presentado como parte de la beca de Justicia Climática de Global Voices, que vincula a periodistas de países sinófonos y de la mayoría global para investigar los efectos de los proyectos de desarrollo chinos en el extranjero.

Los vehículos eléctricos representan el 75 % del total de ventas de autos nuevos en Nepal, el segundo mayor porcentaje del mundo después de Noruega, donde la cifra alcanza el 90%. En el año fiscal 2023–2024, Nepal importó un total de 11 701 vehículos eléctricos de cuatro ruedas, frente a los 1297 vehículos de 2016–2017.

Aunque Nepal importa la mayoría de sus vehículos eléctricos de India y China, las marcas chinas como BYD, MG, Avatr y Xpeng han dominado el mercado. Es más, casi el 70 % de los autos eléctricos importados en 2024 (8065 unidades) provinieron de China.

“Últimamente, he visto muchas marcas chinas populares en las calles de Katmandú”, dice Zhu Xiansong, director de ventas internacionales de CHTC KINWIN, fabricante de vehículos eléctricos en Nanjing, China, que suministró 40 vehículos eléctricos a Nepal hace dos años.

Xiansong, que visitó Katmandú en marzo de 2025 para un simposio sobre la transformación del transporte público en el sur de Asia, añadió que Nepal es un mercado viable para los vehículos eléctricos chinos, y también una puerta de entrada a otros países de la región debido a la similitud en la geografía y la infraestructura vial:

As such, we are talking with our partner here in Nepal to start local manufacturing. We also plan to hire Nepali technicians to work with us in Nanjing to further promote our business as well as bring back technical know-how to maintain electric vehicles in Nepal.

Estamos en conversaciones con nuestro socio en Nepal para comenzar la fabricación local. También planeamos contratar técnicos nepalíes para trabajar con nosotros en Nanjing, con lo que promovemos nuestro negocio y transferimos conocimientos técnicos al país.

Para China, Nepal es un mercado ideal para su capacidad de suministro. Nepal depende en gran medida de la importación de combustibles fósiles, particularmente para el transporte, y sufre una grave contaminación del aire en ciudades como Katmandú. Sin embargo, no tiene capital ni una base manufacturera para llevar a cabo por sí solo una transición hacia los vehículos eléctricos. China puede cubrir esta necesidad con vehículos asequibles (entre 28 000 y 62 000 dólares), préstamos de concesión y modelos de asociación público-privada.

¿Un cambio de transporte por seguridad energética?

Nepal tiene una capacidad instalada de casi 3400 megavatios, en su mayoría provenientes de energía hidroeléctrica limpia. El Gobierno planea generar 28 500 megavatios en los próximos diez años. Sin embargo, esta generación se reduce a un tercio en la estación seca (de octubre a junio) por los bajos niveles de agua. Durante el monzón (junio a septiembre), ocurre todo lo contrario y se genera un excedente.

Dado que India se niega a comprar electricidad de plantas con participación china, Nepal tiene un mercado de exportación limitado y debe aumentar la demanda interna para evitar el desperdicio de energía. La electrificación del transporte aparece como una solución de bajo costo.

Además, el petróleo representa cerca del 20% de las importaciones del país, un número mayor al de todas sus exportaciones juntas. Reducir las importaciones de petróleo en solo un 10% podría ahorrar más de 220 millones de dólares al año. Y ya se han reducido, gracias al uso de electricidad en transporte y cocina.

Por lo tanto, el transporte eléctrico no solo limpiaría el aire (en 2019, 41 000 muertes fueron consecuencia de la contaminación del aire en Nepal), sino que también mejoraría la economía del país pues reduciría déficit comercial con India (más de 6000 millones).

Incentivos del Gobierno

El crecimiento del uso de vehículos eléctricos en Nepal también ha sido impulsado por subsidios gubernamentales y reducciones fiscales.

Sin embargo, el presupuesto en 2024 aumentó los impuestos para vehículos eléctricos (de 5% a 20%).

Residentes de Katmandú conduciendo motocicletas de dos ruedas. Imagen de Flickr. Licencia CC BY-SA-2.0

No existen rebajas fiscales para autobuses eléctricos, lo que los hace cinco veces más caros que los autobuses a gasolina del mismo tamaño. Lo mismo ocurre con las motocicletas, pese a que hay más de 1.2 millones de estos vehículos solo en Katmandú. Solo por la gran cantidad de usuarios, la electrificación del transporte público, e incluso de los vehículos de dos ruedas, implicaría mayor consumo de energía hidroeléctrica, menos congestión vehicular y mejor acceso al transporte para todos.

El urbanista y ambientalista Bhushan Tuladhar comentó en entrevista con Global Voices en Katmandú:

Public transport is of utmost importance for the mobility of women, elderly, people with disabilities, and other minorities, and access to the dignified public which means no pollution, no noise, among others that comes with electric buses is a fundamental right.

El transporte público es vital para movilizar mujeres, personas mayores, personas con discapacidad y otras minorías. El acceso a un transporte público digno, sin contaminación ni ruido, es un derecho fundamental.

No obstante, en febrero de 2025, el Banco Central de Nepal aumentó el pago inicial necesario para adquirir un vehículo eléctrico, y ahora se necesita un desembolso inicial del 40 % del precio del vehículo, lo que afecta la meta gubernamental de que el 90% de los vehículos privados y el 60% del transporte público sean ecológicos para 2030.

Estación de autobuses Gongabu en Nepal. Por Sergey Ashmarin, Wikicommons .(licencia CC BY-SA 3.0),

Actualmente, la empresa cuasi estatal Sajha Yatayat opera 40 autobuses eléctricos en el valle de Katmandú y planea añadir cien más como resultado de un nuevo acuerdo con China.

El transporte público en Nepal está gestionado íntegramente por el sector privado, con poca o ninguna inversión del Gobierno. Sin embargo, el Estado regula las tarifas del transporte, que muchos consideran injustas. También se recauda un impuesto significativo por contaminación a lo largo del año que, según expertos, podría destinarse a la inversión en autobuses públicos eléctricos.

Alok Jain, especialista internacional en transporte público, lideró la iniciativa de Kowloon Motor Bus (KMB) en Hong Kong y estuvo presente en el simposio de marzo. Señaló que el Gobierno podría centralizar el transporte público y financiarlo, ya que es el principal beneficiario, al tiempo que subrayó la importancia de la electrificación del transporte. En declaraciones al Nepali Times comentó:

The initial cost of electric buses is very high, and not all governments have that kind of money. But those that have done the transition know that the total cost of ownership of EV is actually cheaper, whatever you pay upfront you recover quickly and you make a profit because operating and maintenance costs are much lower.

El costo inicial de los autobuses eléctricos es muy alto y no todos los Gobiernos tienen ese tipo de fondos. Pero los que han hecho la transición saben que el costo total de propiedad de un vehículo eléctrico es más barato realmente: lo que se paga al principio se recupera rápidamente y se obtiene una ganancia, porque los costos de operación y mantenimiento son mucho más bajos.

Los intereses de China

La creciente inversión de China en el sector del transporte público eléctrico de Nepal, en particular en autobuses eléctricos e infraestructura de carga, está moldeada por una combinación de estrategia geopolítica, política industrial y diplomacia verde. Estas motivaciones reflejan no solo los intereses económicos internos de China, sino también su ambición más amplia de posicionarse como un socio clave de desarrollo para los países en desarrollo.

Nepal está ubicado entre dos potencias regionales rivales: China e India. Fortalecer los lazos bilaterales con Nepal mediante proyectos de infraestructura, incluido el transporte público eléctrico, ayuda a China a expandir su influencia en el sur de Asia y a contrarrestar el dominio tradicional de India en la región. Los autobuses eléctricos, como servicios públicos visibles, funcionan como herramientas de poder blando especialmente eficaces, porque muestran el compromiso de China con el desarrollo local y la sostenibilidad.

Esta estrategia está estrechamente alineada con la narrativa de la diplomacia verde de China. El país busca presentarse como líder del desarrollo sostenible entre los países de la mayoría global y ofrecer soluciones de transporte de bajas emisiones a Nepal encaja perfectamente en su planteamiento diplomático frente al cambio climático. A diferencia de los actores occidentales, el modelo chino enfatiza la infraestructura sin imponer condiciones políticas, lo que resulta atractivo para Gobiernos con recursos limitados.

El impulso de China también está motivado por una sobrecapacidad doméstica en el sector de vehículos eléctricos. La producción de autobuses eléctricos y vehículos eléctricos de gama media superan la demanda interna, y empresas como BYD, Xpeng y Zhongtong están apuntando a mercados extranjeros, especialmente en el sur de Asia y el Sudeste Asiático. Estas regiones ofrecen una demanda creciente, menos barreras regulatorias y consumidores sensibles al precio, condiciones en las que prosperan los vehículos eléctricos chinos.

Además, la inversión china va más allá de la simple exportación de vehículos: busca ofrecer soluciones de infraestructura integrada. Nepal tiene gran potencial hidroeléctrico, pero una infraestructura energética y de transporte urbano limitada. Las empresas chinas no solo venden autobuses eléctricos, también ayudan a construir redes de carga, diseñan sistemas de programación y dan capacitación técnica. Esta perspectiva “de la red al autobús” refleja la capacidad de China para exportar un ecosistema urbano verde completo.

La transición de Nepal hacia la movilidad eléctrica representa una convergencia  de oportunidades poco común para abordar dificultades internas urgentes como la contaminación del aire y el desequilibrio comercial, al mismo tiempo que se inserta en cambios energéticos e industriales regionales más amplios. Gracias a su abundante energía hidroeléctrica y a la creciente adopción de vehículos eléctricos, gran parte respaldada por inversión china, Nepal está logrando avances tangibles hacia un futuro con bajas emisiones. Sin embargo, esta creciente vinculación también genera preocupaciones sobre la dependencia tecnológica y la influencia geopolítica.

Asegurar que esta transición vaya de la mano con las prioridades nacionales requerirá no solo asociaciones con países extranjeros, sino también políticas internas sólidas, planificación inclusiva y una visión estratégica a largo plazo.

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