
Familia sámi en Noruega. Imagen de Titopullo vía Wikipedia (CC BY-SA 3.0).
Este artículo de Alisa Selezneva se publicó originalmente en ruso en la revista Holod el 19 de febrero de 2025. Global Voices tradujo el artículo, lo editó y lo reprodujo con la autorización de la revista Holod.
Durante casi cien años, «intentar derrocar al sistema estatal» ha sido un método popular de las fuerzas de seguridad rusas para justificar la represión de los ciudadanos indeseados para las autoridades. En 1938, se imputaron estos cargos a un grupo de académicos soviéticos y a representantes de una pequeña comunidad indígena del norte de Rusia, los sámi. Decenas de personas interesadas en la cultura sámi y sus tradiciones fueron convertidas en una célula terrorista que supuestamente debatió derrocar a Stalin y planeó un golpe militar para anexar territorio ruso a Finlandia. En realidad, no hubo ningún intento de golpe: el Comisariado del Pueblo para Asuntos del Interior (NKVD) —predecesor de la KGB— simplemente lo inventó.
Murmansk fue la última ciudad fundada por el Imperio ruso, en 1915. En aquel momento, la población era diversa: migrantes del centro de Rusia que iban en busca de trabajo, así como prisioneros alemanes, austríacos y checos de la Primera Guerra Mundial y trabajadores chinos. Entre ellos, en la tundra de la península de Kola, había vivido durante miles de años una comunidad indígena —los sámi, o, como se los llamaba antes de la revolución, los lapones.
Los sámi vivían en comunidades territoriales llamadas «siidas», en las que había entre cien y 150 personas, aunque en algunos casos raros, podían llegar a 300. El territorio de una «siida» incluía un asentamiento de invierno, ríos salmoneros, lagos de agua dulce para pescar, territorios de caza, pasturas de renos y zonas costeras. Los miembros de la siida se ayudaban entre sí, compartían recursos naturales, cazaban y pastoreaban renos juntos en invierno y se dispersaban a lo largo de la tundra en rutas predeterminadas durante el verano.
Pero la creación de la URSS lo cambió todo. Las nuevas autoridades impusieron una transformación del modo de vida de la población del norte, los forzaron a ponerse al día con la «población avanzada» de la Unión Soviética. Esto obligó a los sámi a abandonar sus tradiciones y pasar de un modo de vida nómade a uno sedentario.
Un hombre que ayudó a preservar la cultura sámi fue un académico autodidacta de Petrogrado, Vasily Kondratyevich Alymov. Alymov no tenía educación académica formal, pero aprendía rápido, leía mucho y compensaba su falta de educación profesional. En la joven Rusia soviética, esto era suficiente para trabajar como investigador. No mantuvo este puesto mucho tiempo, luego pasó a la oficina provincial de estadística y luego a la comisión regional de planeamiento. Alymov era una persona versátil, además de sus responsabilidades oficiales y la difusión de los ideales soviéticos, publicó en periódicos locales y estudió la cultura de los sámi.
La reputación de Alymov era tan fuerte que era recomendado a todos los que quisieran aprender más sobre el lejano norte, y lo llamaban la «enciclopedia ambulante de Murmansk y la región». Estaba profundamente interesado en los sámi. Frecuentemente viajaba a la tundra, se encontraba con pastores de renos, estudiaba sus tradiciones y los asistía cuando necesitaban algo en Murmansk. En los asentamientos sámi, hacía conteos de la población, estudiaba la estructura de las siida y desarrolló teorías sobre los orígenes y desarrollos culturales de los sámi.
Durante 15 años, los periódicos de Murmansk publicaron 130 de los artículos de Alymov sobre la historia y cultura sámi. Escribió sobre la asimilación de la comunidad indígena en la sociedad soviética, registró índices de natalidad y mortalidad, documentó las memorias de los ancianos sámi y las narraciones de sus mitos y épicas. Alymov fue fundamental en crear el lenguaje escrito del ruso sámi; antes del siglo XX, no tenían alfabeto propio y su lengua solo existía de forma oral (el sámi noruego había desarrollado un alfabeto escrito en el siglo XIX). Con el apoyo directo de Alymov, los sámi recibieron primero un alfabeto latino, luego reemplazado por uno cirílico.
La influencia de Alymov en la región era tan importante que en 1928 fue nombrado jefe del Comité del Norte, agencia que trataba con los asuntos de la población norteña. Sin embargo, mantuvo este puesto por un corto periodo, pues el 27 de febrero de 1938, él, su esposa y su hijo fueron arrestados y acusados de actividad contrarrevolucionaria.
Los investigadores del NKVD aseguraron que un grupo de sámi, con el apoyo de varios rusos y komi, estaban planeando un levantamiento armado para tomar territorios en Karelia oriental y en la península de Kola, establecer una República Lopar independiente e incorporarla a Finlandia. El NKVD insistió que el grupo tenía contactos en Finlandia que apoyaban a los «rebeldes». Las fuerzas de seguridad clasificaron las actividades de investigación de Alymov como una simple «coartada».
En total, arrestaron a 34 personas. La mayoría eran conocidos y colegas de Alymov, como Alexander Endyukovsky y Zakhar Chernyakov, instructores del Instituto de los Pueblos del Norte, que ayudaron a desarrollar el lenguaje sámi escrito.
Veinte años después de los arrestos, el tribunal militar del Distrito Militar Soviético del Norte determinó que todos los acusados habían sido injustamente encarcelados.
El sospechoso de más edad tenía 57 años, el más joven 27. Cada uno tenía elementos «sospechosos» en su biografía: uno había servido en el Ejército Blanco, los padres de otro habían sido etiquetados como «kulaks» y Alymov había sido parte de la facción menchevique del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, declarados enemigos del pueblo luego de la revolución.
La «Conspiración Sámi» o el «Caso Alymov» fue solo un episodio en la lucha soviética contra las «fuerzas contrarrevolucionarias». Se hicieron acusaciones similares contra carelios, komi, mari, mordvinos, udmurtos y finlandeses que vivían en la URSS. Como en caso de Alymov, comunidades indígenas fueron acusadas de crear organizaciones antisoviéticas, participar en sabotaje, terrorismo y planear golpes, lo que derivó en persecución y represión.
La represión contra los pueblos del norte fue parte de las «operaciones nacionales» del NKVD, campaña de terror a gran escala contra las minorías étnicas. Durante la década de 1930, aproximadamente 335 000 personas fueron perseguidas en estas operaciones, y al menos fueron 250 000 ejecutadas en nombre del combate contra el «sabotaje, insurgencia y los agentes de inteligencia del capitalismo». Las víctimas incluían polacos, alemanes, letones, lituanos, estonios, finlandeses, griegos, búlgaros y rumanos, entre otros.
En su primer interrogatorio, Alymov negó todos los cargos. Cuando se le preguntó si había viajado alguna vez, especialmente a Finlandia, declaró que solo había viajado a Persia por negocios y de vacaciones a Turquía, pero que jamás había ido a Finlandia o conocido finlandeses. Sobre sus interacciones con los sámi, admitió conocer muchos y visitar la tundra. Pero cuando le preguntaron si algún sámi era hostil con el poder soviético, simplemente respondió: «no hay ninguno».
Sin embargo, 10 días despues, en un segundo interrogatorio, su testimonio cambió drásticamente. Según el registro oficial de la interrogación, confesó haberse unido a «una organización contrarrevolucionaria nacionalista Sámi» en 1935 que «contaba con el apoyo de la burguesía finlandesa», «defendía la secesión de la península de Kola», «saboteaba granjas colectivas», sacrificaba rebaños de renos, incendiaba campos de liquen y perturbaba carreteras.
Los registros del interrogatorio de otros «conspiradores sámi» eran casi idénticos. Mientras continuaba la investigación, se añadieron mas acusaciones. Inicialmente, Alymov estaba acusado en virtud de dos secciones del artículo 58 del Código Penal Soviético (traición), pero, luego, se agregaron cinco acusaciones más. Para el momento en el que se llevaron a cabo las interrogaciones cara a cara, nadie se resistió: sí, reclutaron; sí, planearon un golpe.
El 28 de octubre de 1938, Vasily Alymov y otros 14 fueron encontrados culpables y condenados a muerte. Todos fueron ejecutados en el páramo de Levashovskaya cerca de Leningrado.
Luego del caso Alymov, los libros en la lengua sámi dejaron de publicarse. Se dejó de enseñar sámi en las escuelas. Era más seguro asimilarse que preservar la cultura nativa. Solo 40 años después las clases de sámi volvieron a las escuelas, y la cultura sámi comenzó a resurgir.