
Manga Hiti dentro del complejo Patan Darbar. Foto: Suman Nepali vía Nepali Times. Usada con autorización.
Este artículo de Sudiksha Tuladhar se publicó originalmente en Nepali Times. Global Voices reproduce una versión editada como parte de un acuerdo de intercambio de contenido.
La civilización del valle de Katmandú también puede considerarse una cultura hidrológica, con una sofisticada gestión del agua que permitió que asentamientos densamente poblados coexistieran con una agricultura intensiva sobre el suelo fértil del antiguo lecho del lago.
Ambos requerían grandes cantidades de agua, pero los ríos del valle no se alimentan del deshielo. Por ello, los gobernantes de los antiguos reinos la obtenían de las colinas circundantes a través de una elaborada red de canales, que no solo proporcionaba agua para riego y llenaba estanques, sino que también garantizaba el suministro urbano mediante surtidores subterráneos llamados hiti.

Hiti en Katmandú. Foto de Hayley Saul vía Nepali Times. Usada con autorización.
El hecho de que el sistema hiti siga siendo una fuente vital de agua para los residentes del centro de Katmandú, Patan o Bhaktapur, a pesar de la rápida urbanización, es un testimonio del conocimiento en ingeniería y planificación de quienes lo diseñaron, en el remoto período Licchavi (400–750 d. C.) y más tarde durante la era Malla (siglos X al XVIII).
“El paisaje líquido del valle de Katmandú: el patrimonio hídrico del sistema Hiti Pranali es una nueva exposición en el Museo de Patan, en el valle de Katmandú, que rinde homenaje a este patrimonio cultural. La muestra explora investigaciones arqueológicas recientes que ofrecen soluciones para su preservación y formas de mantener estos sistemas como complemento a los modernos.
La investigación de Hayley Saul, del Heritage for Global Challenges Research Centre, y del doctorando Anoj Khanal de la Universidad de York, en el Reino Unido, implicó el uso de radar de penetración terrestre para generar ondas electromagnéticas y trazar el recorrido de los conductos de agua subterráneos. En esta investigación colaboró también el ingeniero y autor del libro fundamental Hiti Pranali, Padma Sunder Josh, de la Universidad de Ciencia y Tecnología Madan Bhandari.
“Utilizamos el radar de penetración terrestre para investigar si podíamos encontrar sistemas de filtración o funciones que permitan el flujo, control y distribución del agua”, explicó Saul.
Aunque muchos de los monumentos históricos del valle que fueron destruidos en el terremoto de 2015 ya han sido reconstruidos, se han hecho pocos esfuerzos por conocer el estado de los conductos de agua subterráneos que pudieron haber quedado dañados, ni cómo repararlos.
La tecnología del radar de penetración terrestre (GPR) puede utilizarse para trazar el recorrido de los canales principales (raj kulo) y sus ramificaciones, y explorar cómo se diseñaron y construyeron originalmente, sin necesidad de realizar excavaciones costosas, lo que sería difícil de todos modos debido al considerable desarrollo y construcción que se ha habido en todo el Valle.

Foto de Hayley Saul y Anoj Khanal vía Nepali Times. Usada con autorización.
Los Gobiernos locales ahora pueden utilizar los datos recopilados por los investigadores para trazar la red de canales, darles mantenimiento y, si es necesario, imponer restricciones de construcción.
Tradicionalmente, los hiti de Katmandú no solo eran funcionales, también eran centros sagrados de vida social y espiritual. Proveían agua para beber, lavar ropa, para uso doméstico y para rituales, y al mismo tiempo servian como lugares de encuentro para las comunidades.
Con la introducción de redes modernas de agua potable a finales del siglo XIX y el rápido crecimiento urbano, muchos hiti han caído en el abandono o se han secado. De los 573 surtidores de piedra que alguna vez hubo en el valle de Katmandú, muchos están perdidos, dañados o ya no funcionan debido al abandono, la contaminación y la ocupación de los estanques y canales que los alimentaban.
Joshi explica que los antiguos urbanistas de Katmandú desarrollaron la red de hiti en terrenos elevados, y dejaron las zonas bajas para la agricultura. Esto los obligó a idear formas de llevar el agua a través de una red de canales alimentados por acuíferos, para lo que aprovechaban la pendiente para distribuir el agua mediante surtidores de piedra hundidos.
La exposición en el Museo de Patan también muestra que el sistema hiti incorpora espacio para seres vivos, lo que lo convierte en un ecosistema autosuficiente en sí mismo. La presencia de plantas como helechos y algas, así como de serpientes y ranas, muestra un ecosistema saludable en los surtidores hundidos. La ausencia de esta biodiversidad en la actualidad señala que los sistemas hídricos han sido degradados o contaminados.
“Los estanques se usaban para recolectar agua y recargar el nivel freático y los acuíferos”, explica Joshi. “Se utilizaban principalmente para criar patos, que necesitaban las algas de los estanques como alimento”.
Cada junio, justo antes de la temporada del monzón, la comunidad Newa del valle de Katmandú limpia los pozos de la ciudad y otras fuentes de agua para mantener el drenaje y asegurar que funcionen como sistemas eficaces de almacenamiento. Por eso, la cultura hidrológica de Katmandú sigue siendo una parte fundamental de su civilización hasta el día de hoy.
La red subterránea de canales de agua se ha desarrollado con un avanzado conocimiento en ingeniería y el sistema fue construido con tal solidez que ha perdurado durante siglos, aunque las comunidades locales hayan perdido las habilidades necesarias para construirlo y mantenerlo.
Anoj Khanal afirma: “La sabiduría del pasado debe preservarse y utilizarse. La técnica y el conocimiento deben adaptarse a los tiempos modernos”. El equipo de la Universidad de York utilizó la tecnología GPR en 33 sitios de hiti en Patan y ahora espera realizar investigaciones similares en Katmandú.
El sistema hiti prosperó porque funcionaba en armonía con la naturaleza, un equilibrio que ha sido interrumpido por imposiciones modernas como la sobreexplotación del agua subterránea y la desaparición de los estanques de recarga. La contaminación de acuíferos por tanques sépticos y desechos industriales también ha contaminado muchos acuíferos, mientras la crisis climática está alterando los patrones de lluvia. Muchos hiti que antes fluían todo el año ahora están secos, incluso durante la temporada del monzón.
La exposición sobre los hiti muestra el intrincado patrimonio en el valle de Katmandú de la red de suministro de agua y cómo la tecnología moderna puede ayudar a restaurarla. También es un llamado a la acción para preservar los canales, surtidores, estanques y zonas de captación en los límites del valle.
Khanal concluye: “Es posible revivir los hiti utilizando los mapas de conductos de agua subterráneos para identificar rutas alternativas por donde el agua pueda fluir. Más vale tarde que nunca».