
Participantes en el Festival Internacional de Periodismo de Perugia muestran los nombres de los 220 periodistas palestinos muertos desde el 7 de octubre. Foto de Walid El Houri, utilizada con autorización.
Desde el comienzo de la guerra de Gaza, el mundo es testigo del periodo más mortal para los periodistas en la historia moderna. El número de periodistas muertos varía drásticamente según la fuente: mientras que las organizaciones locales de Gaza dan las cifras más altas, los observadores internacionales suelen mencionar números menores. Esta disparidad radica en definiciones diferentes: ¿quién se considera periodista y quién no?
El 7 de abril de 2025, Euro-Med Monitor informó que la cifra de periodistas que Israel ha matado en Gaza se eleva al menos a 211, número anterior al asesinato de la periodista Fatima Hassouna y su familia, sucedido días después de la publicación del informe. El Sindicato Palestino de Periodistas registra 210 periodistas muertos, 398 heridos y 48 detenidos, además de 88 instituciones destruidas por ataques israelíes, la mayoría en Gaza. El Comité para la Protección de Periodistas informa de la muerte de 176 periodistas y trabajadores de medios: 168 palestinos, dos israelíes y seis libaneses, lo que convierte a esta guerra en la más letal jamás registrada por la organización. La Federación Internacional de Periodistas y Reporteros Sin Fronteras citan cifras similares, aunque ligeramente distintas.
La discrepancia en los números suele derivarse de la definición. Mientras algunas organizaciones cuentan a cualquiera que se dedique a recabar y difundir noticias —incluyendo periodistas independiente, fotógrafos, operadores de cámara y reporteros de redes sociales, muchos sin credenciales oficiales de periodista, pero esenciales a la hora de relatar la vida bajo asedio—, algunas organizaciones internacionales piden una acreditación oficial o cierto nivel de actividad profesional para clasificar a una persona como periodista, lo que excluye a muchos que informan activamente desde el terreno en una zona de guerra sitiada, donde Israel prohíbe el acceso a los periodistas internacionales a menos que acompañen a las tropas israelíes.
Pero hay un hecho indiscutible: desde el 7 de octubre han matado en un solo conflicto al mayor número de personas informantes de la realidad de la guerra
Muertos con sus familias
La tragedia se compone de las circunstancias de muchas muertes: decenas de periodistas resultaron muertos junto con sus familias, a menudo en bombardeos sin previo aviso. El Comité para la Protección de los Periodistas, Sindicato Palestino de Periodistas y Reporteros sin Fronteras han documentado numerosos casos en los que han perecido familias enteras. Por ejemplo, el veterano periodista Mohammed Abu Hatab, corresponsal de Palestina TV, resultó muerto junto con al menos 11 miembros de su familia en Khan Younis a principios de noviembre de 2023 cuando su casa fue alcanzada en un ataque israelí. La imagen de su chaleco de prensa ensangrentado se convirtió en emblema de los riesgos que enfrentan los reporteros en Gaza.
Haneen Mima, hermana de la periodista Salam Mima a quien Israel mató en octubre de 2023, habla de sobrevivir a ataques que mataron a sus seres queridos, y de que quedó al cuidado de su sobrino, el único miembro sobreviviente de la familia. Estos relatos, como la del icónico periodista Wael al-Dahdouh, que perdió a la mayor parte de su familia en ataques aéreos israelíes, en los que además resultó herido, reflejan el doble trauma de la pérdida personal y del peligro profesional continuo.
En uno de los casos más recientes y dolorosos, la joven periodista y cineasta palestina Fatima Hassouna resultó muerta con toda su familia en Rafah el 16 de abril de 2024, solo un día después de que la película «Put Your Soul on Your Hand and Walk» (Pon tu alma en tu mano y camina), de la directora iraní Sepideh Farsi y que documenta conversaciones entre Farsi y Hassouna, fuera seleccionada para ser exhibida en el Festival de Cine de Cannes. Un video de Hassouna, que irradia felicidad al conocer esta noticia, circuló ampliamente en las redes sociales, y la convirtió en un símbolo de las promesas y creatividad perdidas en Gaza. El documental, que describe la vida diaria bajo el bloqueo, es ahora un testimonio póstumo de su talento y del gran costo que supone silenciar a quienes cuentan historias de Gaza.
This is now the Israeli policy for successful Palestinian women the second they become successful, yet none of the «feminists» have a word to say for Fatima Hassouna. pic.twitter.com/vWRo4GWXJu
— Julian Sayarer (@JulianSayarer) April 18, 2025
Este es el momento en que Fatima Hassouna se enteró de que un documental que ella protagoniza iba a estrenarse en el Festival de Cine de Cannes. La asesinaron 24 horas después.
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Esta es ahora la política israelí para mujeres palestinas exitosas en el instante en que se vuelven exitosas, aunque ninguna de las «feministas» han dicho una sola palabra por Fatima Hassouna.
Poco antes de su muerte, Hassouna escribió en medios sociales: “Si muero, quiero una muerte bulliciosa. No quiero ser solamente noticia de último minuto o un número en un grupo”.
Trescientos días he estado acompañado por Anya, mi cámara y mi única buena amiga, que sabe cómo capturar las cosas y cómo obtener la imagen que quiero. Trescientos días llevamos mis hermanos y yo muriendo en esta masacre. La sangre fluye por el suelo, como si temiera el momento en que la sangre de mis hermanos me alcance y me manche. Durante trescientos días solo vemos los colores rojo y negro, olemos el aroma de la muerte, comemos ajenjo y no tocamos nada más que cadáveres.
Esta es la primera vez que mi pérdida ha sido tan grande. Perdí a once miembros de mi familia, los más queridos para mí, por Dios. Pero nada puede impedir que me detenga. Salgo a la calle todos los días, sin destino. Quiero que el mundo vea solo lo que yo veo. Capto lo que narra este período de mi vida. Capturo esta historia para que mis hijos puedan escucharla, o tal vez no.
Morimos aquí todos los días, en muchas formas y colores. Muero mil veces cada vez que veo sufrir a un niño. Me hago añicos, me convierto en cenizas. Me duele en lo que nos hemos convertido. Me duele este absurdo y este monstruo que nos come cada día.
Cada día que salgo de casa veo a mi madre despidiéndose de mí, pero no me doy la vuelta. No quiero ver esos ojos y no quiero que mi madre esté tan triste. Pero ¿qué hay en este país excepto la muerte?
Hablando de muerte inevitable, si muero, quiero una muerte bulliciosa. No quiero aparecer en noticias de último minuto ni ser un número más de un grupo. Quiero una muerte de la que el mundo oiga hablar, un impacto que dure para siempre y imágenes inmortales que ni el tiempo ni el lugar puedan enterrar.
-Fátima
Su mensaje repite los de otros colegas que dejaron mensajes póstumos al mundo o antes de su muerte. Este es el caso con Hossam Shabat, periodista de Al Jazeera, que escribió:
This is Hossam’s team, and we are sharing his final message :
“If you’re reading this, it means I have been killed—most likely targeted—by the Israeli occupation forces. When this all began, I was only 21 years old—a college student with dreams like anyone else. For past 18… pic.twitter.com/80aNO6wtfO
— حسام شبات (@HossamShabat) March 24, 2025
Somos el equipo de Hossam, y hacemos llegar su último mensaje:
Si estás leyendo esto, quiere decir que me han matado, lo más probable es que haya sido un blanco, las fuerza de ocupación israelí. Cuando todo esto empezó, tenía solo 21 años, era un universitario con sueños, como todos los demás. Los últimos 18 meses, he dedicado cada momento de mi vida a mi pueblo. He documentado los horrores en el norte de Gaza minuto a minuto, determinado a mostrarle al mundo la verdad que han tratado de enterrar. He dormido en el pavimento, escuelas, carpas, en todas partes. Cada día era una batalla por la sobrevivencia. Pasé hambre por meses, y nunca me alejé de mi pueblo.
Por Dios, cumplí mi deber como periodista. Lo arriesgué todo para dar a conocer la verdad, y ahora, finalmente descanso, algo que no he conocido en los últimos 18 meses. Hice todo esto porque creo en la causa palestina. Creo que esta tierra es nuestra, y ha sido el mayor honor de mi vida morir defendiendo y sirviendo a su pueblo.
Ahora les pido: no dejen de hablar de Gaza. No dejen que el mundo mire para otro lado. Sigan luchando, sigan contando nuestras historias, hasta que Palestina sea libre.
— Por última vez, Hossam Shabat, desde el norte de Gaza
Sin justicia, nadie asume responsabilidades
Con frecuencia, los periodistas locales en Gaza han alzado su voz contra este nivel de ataques sin precedentes. En las vigilias y en transmisiones, han contados el trauma de informar sobre las muertes de amigos, colegas y parientes. Pese a los muchos llamados, los ataques siguen sin cesar. Las organizaciones han pedido investigaciones independientes, pero pocas se han materializado y ninguna dentro de Gaza.
Christina Assi, reportera gráfica de Agence France Presse, casi murió en el ataque israelí deliberado a un grupo de periodistas que informan en el sur del Líbano el 13 de octubre de 2023, en el que murió el periodista de Reuters Issam Abdallah. Durante una charla pública en el Festival Internacional de Periodismo de Perugia, Assi dijo que “las cámaras nos están convirtiendo en blancos , y el chaleco de prensa es básicamente una sentencia de muerte ahora”.
Assi agregó, “hace unos días me desperté con la horrible imagen del periodista palestino Ahmad Mansour que se quemaba vivo y el mundo lo vio. Es horrible. ¿Acabará alguna vez?”.
En el mismo festival, muchos participantes guardaron un minuto de silencio, y cada uno tenía un cartel con el nombre de uno de los 220 periodistas que han matado desde el 7 de octubre. El acto sombrío fue un momento inusual de reconocimiento colectivo en un entorno de medios globales a los que a menudo se les acusa de minimizar el sufrimiento palestino.
«Si no fuera por la medicina moderna y por mi asombroso equipo médico, no estaría sentada acá», explicó Assi, afirmación que refleja los riesgos agregados para la gente en Gaza, donde la atención de salud ha quedado casi arrasada.
“Aún no tenemos justicia, y no hubo detalles ni investigaciones del lado israelí”, agregó Assi. “Solo nos encontramos silencio y normalización de violencia contra periodistas. Quiero saber quién nos hizo esto y quiero ver a quien haya hecho esto en los tribunales».
Sesgos de medios occidentales
Mientras continúan estos crímenes contra la prensa, agravan los antiguos problemas sobre silenciar las narrativas palestinas y sesgos en los medios occidentales, y en algunos casos, complicidad con el encuadre que Israel tiene del conflicto. La Corte Internacional de Justicia ha calificado las acciones de Israel en Gaza como un “caso plausible de genocidio”, y otros informes han concluido que está ocurriendo un genocidio sin duda.
De otro lado, después de más de un año y medio, ningún medio occidental ha enviado reporteros independientes a Gaza. Israel tiene prohibido que los periodistas extranjeros informen independientemente desde dentro de Gaza, y solo tienen acceso si están adscritos al Ejército israelí.
Al mismo tiempo, a Israel se le ha aplicado poca presión internacional con relación a ataques a la prensa. Ocasionalmente, hay declaraciones de condena de organizaciones de derechos y de libertad de prensa, pero nadie ha asumido responsabilidades. Naciones Unidas y varias ONG han pedido investigaciones independientes, pero a abril de 2024, ninguna de esas investigaciones ha tenido consecuencias.
Los números aumentan, y también la sensación de abandono de los periodistas de Gaza que siguen viendo e informando en las condiciones más difíciles.