
Reunión de Zoran Milanović, presidente de Croacia, con líderes de la OTAN de la región de los Balcanes, 2023. Foto de NATO en Flickr (CC BY-NC-SA).
Zoran Milanović fue el vencedor en su postulación para ser reelegido como presidente de Croacia para un segundo término consecutivo. Sin embargo, las celebraciones se vieron eclipsadas por destituciones en el gabinete del primer ministro, Andrej Plenković, y el aumento de los costos para los ciudadanos comunes y corrientes. La victoria de Milanović en las elecciones 2024–2025, con casi el 75%, fue de lejos el mayor margen entre candidatos en la historia de las elecciones presidenciales de Croacia. Sin embargo, la asistencia se redujo significativamente desde la vez anterior que los electores fueron a las urnas en 2019–2020, y muchos votantes de centro-derecha y derecha quedaron desilusionados con Dragan Primorac, candidato del gobernante partido conservador Unión Democrática Croata.
Diferentes lados de sus orígenes
El estilo grandilocuente de Milanović, caracterizado por comentarios ingeniosos y provocadoras notas de prensa, brilló durante todos los momentos de la campaña, en la que ninguno se le acercó como contendor. Los orígenes de Milanović, que ha ejercido como primer ministro y se describe como izquierdista, han llevado a una carrera de posiciones políticas, incluso dentro del Partido Socialdemócrata de Croacia de Ivica Račan, cuyo predecesor fue la Liga de Comunistas de Croacia.
Milanović ha recibido críticas por lo que los medios occidentales han descrito como posturas a favor de Rusia en la guerra en Ucrania, y por amenazar con vetar el acceso a la OTAN de Finlandia y Suecia. Aunque tiene tendencias provocadoras, caracterizarlo como prorruso en naturaleza política solamente porque domina el arte de hacer que su nombre esté en los titulares es un error. Está mejor considerado como alguien que busca una perspectiva no alineada y a la vez infla su propia importancia. Plano y simple, es un oportunista, y es bueno en eso. Es una lástima que el pueblo croata se quede con un presidente que ignora sus preocupaciones más básicas. Esto se debería ver como lo más reprochable pues se muestra como el candidato que luchará por los derechos de los trabajadores, mientras sus antecedentes de política real como primer ministro son los de un neoliberal.

Dragan Primorac. Foto vía Wikimedia Commons (CC BY-SA 3.0).
Aparentemente, Primorac reapareció de la oscuridad política, pues la última vez que participó en política fue en 2009 como miembro del gabinete de Ivo Sanader, ex primer ministro. El propio Sanader, exintegrante de Unión Democrática Croata, ha estado cumpliendo una sentencia de prisión de 18 años acusado de por corrupción y sobornos que se originan de su participación en la privatización de la petrolera estatal Industrija nafte (INA). La candidatura de Primorac se consideró una farsa en el país por el tiempo que estuvo fuera de la política y su compromiso, o más bien, su falta de compromiso. El anuncio de su candidatura en su canal de YouTube apenas tuvo 9000 vistas.
Esta tendencia de Milanović que logra la atención del público y que Primorac no la consiga durante los debates mientras Milanović captó casi todos los medios sociales con sus ingeniosas réplicas y ataques personales. Primorac se esforzó por tener legitimidad como candidato, porque se le vio cono una extensión de la Unión Democrática Croata y las políticas de su líder, Andrej Plenković. Algunos comentarios estaban llenos de admiración por el humor de Milanović; otros estuvieron tremendamente desconcertados de que esos fueran los candidatos de donde elegir. Un ejemplo: “Primorac no es político, que se quede en su profesión … pero Milanović me desagrada, muy inculto.
Plenković ha sido presidente, y su periodo como primer ministro ha sido tumultuoso, hubo que reemplazar a 31 ministros por arrestos, renuncias y escándalos. El ejemplo más reciente fue el vice primer ministro Josip Dabro, que renunció después de que salió un video en el que se le veía disparando un arma de fuego a un auto en movimiento. Esto fue después de un escandalo de corrupción en el que el ministro de Agricultura no pudo dar razón de decenas de millones de euros en materia prima.
Los comienzos políticos de Plenković giran en torno a admiración por Karl Marx y Edvard Kardelj. Este último es un destacado comunista esloveno que cita frecuentemente su «matura» (examen de egresados de secundaria). Fue duramente criticado por su exoneración del servicio militar menos de un año antes de que empezara la guerra de independencia de Croacia por una forma leve de anemia. Además de su condición, que usualmente es asintomática, es muy controvertido, pues su madre trabajó como cardiólogo en un hospital militar en Zagreb en ese momento. Tal vez lo más desconcertante sobre Plenković es su incapacidad de encuadrarse en una ideología o posición específica.
Crisis del costo de vida y boicot
Este ciclo electoral cayó en un momento precario para los croatas, cuando terminó la temporada navideña, y muchos expresaron su descontento por el alza de los precios de los artículos diarios. Esto se vio como la culminación de la historia de adoptar el euro, que se prometió como una transición son el efecto de un choque de inflación. En enero, se llegó al punto de ebullición en el que el grupo activista de Facebook “Halo, Inspektore” (“Hola, inspector”) inició un boicot a nivel nacional a los conglomerados nacionales de comestibles.
Un ejemplo notable se dio cuando la cadena de hipermercados alemana Kaufland intentó vender fideos croatas, que se suelen usar para sopa, a un “precio descontado” de dos euros. Los comentarios fueron de indignación, con expresiones de “SOLO dos euros” y “ni siquiera Barilla [marca italiana internacional de comida] es tan cara».
Lo que lastima más a los consumidores es que muchas veces, la empresas exploradoras son croatas, y los salarios no han ido a la par con los precios. Para reforzarlo, Plenković anunció que Croacia se unía a la iniciativa de Eslovaquia de entrar a la Unión Europea para proteger a las economías más pequeñas de Europa dentro del mercado de alimentos, pues es increíblemente difícil que estas corporaciones multinacionales asuman responsabilidades. Intentó instituir topes de precios para 40 bienes de uso diario. Sin embargo, esto fue descartado como una solución “paliativa” que hizo poco para respaldar la confianza del consumidor.
El elemento que vincula a todos los políticos mencionado es su resistencia a este tipo de cambio sistémico que les quitará el poder e influencia que apenas han tomado. Sin este poder y control, no solo carecen de legitimidad, tampoco tienen la posibilidad de continuar su calculada destrucción de una nación-estado.
Como sus antecedentes políticos, desde hace tiempo han prosperado en el estancamiento y, en algunos rubros, regresión de un Estado de reciente independencia como Croacia, al menos en contextos modernos. Para Milanović, Plenković y Primorac, debe parecer que, aunque todos ven un espejo de tres caras, cada uno con un reflejo de la corrupción, mentiras y mal disimulado desprecio de los otros por la sociedad que gobiernan.
Todo el rumor alrededor de los candidatos y sus deficiencias ha servido como una distracción de varias crisis más grandes que enfrenta Croacia por la fuga de cerebros y importación de mano de obra extranjera poco calificada. El agravante del dilema del costo de vida, alta inflación, y una creciente burocracia inepta dejan a muchos en casa y preguntándose a dónde debe ir Croacia desde acá para garantizar la prosperidad de sus ciudadanos. Como mínimo, lo que debe ocurrir es una continuación de un movimiento de ciudadanos unidos que busca reformar el sistema para que puede funcionar para nosotros y no quedar a merced de burócratas en Bruselas o Zagreb.