
Protesta, 23 de febrero de 2025. Imagen de la Federación Nacional de Mujeres Indígenas (NIWF). Usada con autorización.
Un controvertido proyecto de teleférico ha sido propuesto en el sitio sagrado de Pathibhara (Mukkumlung) en el este de Nepal, hogar de la comunidad indígena yakthung (limbu). Los lugareños de la comunidad Limbu se oponen al proyecto con el argumento de que dañará su patrimonio histórico y cultural.
El proyecto del teleférico de Pathibhara, encabezado por el conglomerado nepalí grupo IME, se ha convertido en un punto critico en la tensión continua entre los defensores del «desarrollo inmobiliario» y los grupos de indígenas locales en Nepal. Mientras que figuras políticas, intereses empresariales y algunos lugareños apoyan el proyecto con la creencia de que traerá crecimiento económico, los opositores sostienen que esto ocurre a costa de las tradiciones culturales y la preservación del ambiente.
El proyecto amenaza el equilibrio cultural y ecológico de la región a la vez que debilita los derechos indígenas y los principios fundamentales de la autodeterminación. Este articulo trata sobre la lucha continua entre el poder corporativo y la identidad cultural, e ilustra sobre los costos ambientales, culturales y sociales de los proyectos de «desarrollo» a gran escala como el teleférico.
¿Que está sucediendo en Mukumlung?
Pathibhara esta en el sector noroeste del distrito de Taplejung, en una zona montañosa y escarpada. Cada año, aproximadamente 300 000 devotos hindúes, realizan largas caminatas de varias horas para llegar al templo de Pathibhara ubicado en la cima de una montaña a una elevación de 3794 metros. La región tiene un profundo significado espiritual para la población local de Mukkumlung, cuyos habitantes argumentan que la tala de aproximadamente 3000 árboles de rododendro, y el retiro programado de más de mil para construir la infraestructura de un teleférico, es un ataque a su patrimonio religioso.
En Phungling, ciudad cercana con una población de 29 000 habitantes, las comunidades indígenas y los activistas lideran una campaña de oposición al proyecto propuesto del teleférico. A mediados de 2024, los lugareños apelaron a la Corte Suprema para rechazar el proyecto, valorado en 22 millones de dólares y que tiene el respaldo del Gobierno.
En Nepal, se están construyendo cada vez más los teleféricos con fines comerciales y no como soluciones de transporte, que a menudo causan efectos adversos en las comunidades locales y el ambiente. Una serie de proyectos de teleféricos en todo el país ha desatado protestas violentas con los lugareños, que defienden la preservación de la tranquilidad del sagrado templo de Pathibhara y solicitan mayores protecciones ambientales.
Los manifestantes enfatizaron que el proyecto amenaza el ambiente, la cultura limbu y los medios de vida de los lugareños. Las tensiones pasaron a ser enfrentamientos a principios de este año, que terminó con muertos, lo que llevó a que se suspendiera temporalmente el proyecto y empezara un diálogo. La violencia estalló en la región de Pathibhara el 25 de enero, cuando estallaron enfrentamientos entre el grupo «No al teleférico» y el personal de seguridad, que terminó con varios heridos de ambos lados.
Protección de derechos indígenas frente al desarrollo inmobiliario
Los proyectos inmobiliarios en zonas de importancia cultural siempre es un tema delicado, y los funcionarios están luchando para buscar progreso y al mismo tiempo preservar la tradición, religión y cultura. Toshima Karki, legisladora del partido Rastriya Swatantra (RSP), preguntó: “¿El desarrollo inmobiliario significa golpizas, cargas de porras y disparos? ¿Es esto realmente desarrollo o destrucción?”.
Nepal ha visto deforestaciones masivas en nombre del desarrollo de infraestructura, lo que traerá severas consecuencias a largo plazo. según los líderes indígenas que se oponen a los proyectos de teleféricos de Nepal, estas iniciativas benefician a los inversionistas, no a la población local.
Taplejung se ha convertido en un campo de batalla, con la sociedad dividida sobre si proceder o no con el proyecto del teleférico. Se (han hecho varios llamados al Parlamento para detener el proyecto y así evitar conflictos sociales.
El Gobierno lo ha catalogado como un proyecto de «orgullo nacional«. Sin embargo, los opositores argumentan que no se ha evaluado correctamente el impacto ambiental. El proyecto del teleférico ocupa 6.2228 hectáreas de tierras forestales comunitarias y gubernamentales, y el Gobierno asignó 4.97 hectáreas de terrenos públicos para su construcción. El examen ambiental inicial establece que el proyecto cubre 4.97 hectáreas. Sin embargo, si la zona excede las cinco hectáreas, sería obligatoria una Evaluación de Impacto Ambiental (EIA), que en este caso no se ha hecho.

Foto de una manifestación en Maitighar, Katmandú. Imagen de la Federación Nacional de mujeres indígenas – NIWF. Usada con autorización.
Narrativas del sector privado
La Compañía de Construcción del Himalaya ganó la licitación para completar el proyecto del teleférico en un plazo de 15 meses. Según representantes del sector privado, el proyecto impulsará el turismo, creará empleos y traerá prosperidad económica a la región.
El empresario Chandra Prasad Dhakal de IME dijo a Dialogue Earth que se priorizará la contratación de lugareños, lo que asegura que muchos encargados actuales puedan asumir estos nuevos roles. Enfatizó que el proyecto generará más oportunidades de empleo para la comunidad local. No obstante, los activistas argumentan que los pocos puestos creados, como los de seguridad, serán subcontratados a empresas de Katmandú, que no se empleará a lugareños.
Los activistas han advertido que la construcción del teleférico avanza sin el consentimiento libre, previo e informado del pueblo limbu, lo que constituye una violación directa de tratados internacionales, incluido el Convenio n° 169 de la OIT y la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (UNDRIP). Las prácticas culturales y religiosas tradicionales de los limbu también están protegidas por varias leyes internacionales, y por los artículos 26 y 32 de la Constitución de Nepal.

Protesta, 23 de febrero, 2025. Imagen de la Federación Nacional de Mujeres Indígenas – NIWF. Usada con autorización.
Resistencia de los lugareños
Las comunidades indígenas continúan alzando una voz colectiva contra el proyecto del teleférico a través de diversas herramientas, como मुक्कुम्लुङ (Mukkumlung) en Theatre, plataformas digitales como redes sociales (Facebook e Instagram), protestas en la calle, arte y campañas continuas.
Cinco organizaciones de derechos humanos han presentado un llamado conjunto para pedir una resolución amistosa de los derechos humanos a través de un dialogo significativo y negociaciones en relación a la disputa del proyecto de teleférico del templo de Pathibhara.
El Gobierno de Nepal ha dado órdenes al Ministerio de Asuntos Federales y Administración General a coordinar esfuerzos y tratar los problemas relacionados con la construcción de dicho teleférico. Las conversaciones entre el grupo «No al teleférico» y el Gobierno continúan para garantizar que el proyecto no se haga a costa de los derechos humanos.