
Compradora en supermercado de Lagos. Foto de Ninthgrid, Uso permitido.
¿Cuándo fue la última vez que revisaste la etiqueta de un alimento antes de darle un bocado? Si eres como la mayoría de las personas en África occidental, la respuesta probablemente sea casi nunca, o solo cuando algo parece sospechoso.
No es de extrañar que palabras como “fortificación” y “etiqueta de alimentos” suenen más a una clase de química de colegio que a una preocupación cotidiana. En los bulliciosos mercados de Lagos y en muchas otras partes de África, las decisiones alimentarias están condicionadas al precio, la disponibilidad y la accesibilidad, no al contenido de micronutrientes o la lista de ingredientes.
Una encuesta de 2019 sobre el uso de etiquetas nutricionales realizada a 420 adultos seleccionados al azar en Lagos, Nigeria, reveló datos alarmantes: solo 21 personas (5%) demostraron un conocimiento sólido sobre la información de las etiquetas de los alimentos. Menos de un tercio (123 personas, 29,2%) dijeron usar regularmente las etiquetas nutricionales al comprar comida. Mientras tanto, 373 personas (88,8%) afirmaron que nunca o solo ocasionalmente leen las etiquetas. Esta desconexión no se debe a que no les importe su salud, sino a una combinación de factores como conocimiento de la marca, falta de tiempo para leer, desinterés y, en muchos casos, falta de educación nutricional. Para la mayoría, los alimentos aún se valoran principalmente por sabor y costo, no por valor nutricional.
Pero he aquí el problema: en una región donde la malnutrición y las enfermedades relacionadas con la dieta son amenazas crecientes, entender qué hay en nuestra comida ya no es opcional. Es esencial. Entonces, ¿cómo están respondiendo los países de África occidental en términos de fortificación de alimentos y etiquetado? Y aún más importante, ¿esas respuestas están haciendo alguna diferencia?

Mapa político de África occidental, 2005. Imagen de Naciones Unidas en Wikimedia Commons (dominio público).
Desde las guerras jollof en Nigeria hasta el amor de Ghana por el waakye, la diversidad de tradiciones culinarias de la región es motivo de orgullo. Pero, aunque los sabores son deliciosos y variados, se presta poca atención al nivel nutricional de los alimentos, especialmente importante cuando se trata de adolescentes que necesitan los nutrientes adecuados para impulsar su crecimiento y desarrollo.
Con una población mundial de 1300 millones de personas, los adolescentes representan actualmente el 16% de esa población, cifra que se espera aumente al 24% para 2030. Solo en África subsahariana, se estima que 250 millones de adolescentes viven en un continente que ostenta el título de la población más joven del mundo. En esta etapa crítica del crecimiento (entre los 10 y los 19 años), lo que los adolescentes comen (o no comen) tiene un impacto enorme en su salud presente y futura. Por esto, la malnutrición sigue siendo una preocupación global durante la adolescencia.
Deficiencias de micronutrientes en los adolescentes de África occidental
La malnutrición no siempre se relaciona con platos vacíos; a menudo se refiere al desequilibrio entre los nutrientes que el cuerpo necesita y los que realmente recibe. Puede manifestarse en forma de desnutrición, deficiencias de micronutrientes o incluso obesidad. Estos desequilibrios pueden tener consecuencias de largo plazo en los adolescentes, cuyos cuerpos atraviesan rápidos cambios fisiológicos en esta etapa de crecimiento.
Los micronutrientes son necesarios en pequeñas cantidades, pero tienen un papel fundamental en la salud de los adolescentes. Son esenciales para el desarrollo cognitivo, la fortaleza de los huesos, el equilibrio hormonal y el bienestar general. Los nutricionistas señalan que, para las adolescentes, micronutrientes como el ácido fólico, el calcio, las multivitaminas, el hierro, el yodo, el potasio y el sodio deben estar presentes en los alimentos y en la ingesta dietética.
Sin embargo, las deficiencias de estos micronutrientes claves siguen siendo una preocupación global. Según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, solo la deficiencia de yodo afecta a aproximadamente 2000 millones de personas en todo el mundo, particularmente en los países de la mayoría global. Se considera la causa principal de daño cerebral irreversible, pero evitable, en fetos, retrasos cognitivos en niños y problemas de salud mental en adultos.
Fortificación de alimentos en África occidental
Ghana es un país agrícola; dedica gran parte de la tierra rural a producir cultivos alimentarios, que incluyen productos básicos como maíz, batata, yuca, plátano y frijoles, además de un importante sector ganadero. Sin embargo, a pesar de esta riqueza agrícola, la diversidad en la dieta alimentaria sigue siendo insuficiente, especialmente entre los adolescentes. Una fuerte dependencia en los productos básicos con alto almidón, junto con hábitos alimenticios poco saludables como saltarse comidas y consumir frecuentemente alimentos procesados, contribuye a las deficiencias de micronutrientes, lo que aumenta el riesgo de anemia en la población joven.
Para combatir la alta prevalencia de anemia entre las adolescentes, en diciembre de 2018, Ghana inició el Proyecto de Suplementación con Tabletas de Hierro y Ácido Fólico para Adolescentes (GIFTS por su nombre en inglés). Esta iniciativa nacional entrega suplementos semanales gratuitos de hierro y ácido fólico a adolescentes escolarizadas y no escolarizadas, con el fin de elevar sus niveles de hemoglobina y reducir el riesgo de anemia.
Ghana no está en camino de cumplir el objetivo global de nutrición de la Asamblea Mundial de la Salud para 2025 en cuanto a la reducción de anemia entre las mujeres en edad fértil. Hay otros proyectos en marcha para ofrecer programas de nutrición dirigidos e integrados a quienes más lo necesitan.
Por su parte, el planteamiento de Nigeria para la nutrición adolescente entrelaza la nutrición con la política educativa. Mientras que UNICEF informó un aumento significativo de la desnutrición entre las adolescentes, se pasó de 5,6 millones en 2018 a 7,3 millones en 2021, en términos de objetivos globales de nutrición para 2025, Nigeria parece haber logrado un pequeño avance.
En 2001, Nigeria lanzó su Política Nacional de Alimentación y Nutrición para abordar la malnutrición, particularmente entre los grupos vulnerables, incluidas las adolescentes. La política promovió diversificar la dieta y la fortificar alimentos, y aplicó una legislación sobre la yodación universal de la sal (USI, sus siglas en inglés) con una dosis de 50 mg/kg para combatir la deficiencia generalizada de yodo. En 2005, Nigeria se convirtió en el primer país africano en tener certificación de cumplimiento con la USI, alcanzó una cobertura del 98% de sal yodada en los hogares.
Por la mala implementación de la política anterior, Nigeria adoptó un marco de política revisado de 10 años (2016–2025) para mejorar la entrega y el impacto. Sin embargo, este plan está bajo revisión nuevamente, impulsado por una ola de nuevos problemas nutricionales.
Aunque Nigeria obliga fortificación a gran escala de alimentos (LSFF, sus siglas en inglés), incluido el hierro en la harina de trigo y la vitamina A en los aceites de cocina, el control del bienestar y la nutrición de sus más de 41 millones de adolescentes no es prioridad y sigue siendo mayormente subestimado.
En 2021, Nutrición Internacional (NI), en colaboración con UNICEF, distribuyó más de 76 millones de cápsulas de vitamina A en los 36 estados de Nigeria y el Territorio de la Capital Federal. Como parte del proyecto de fortificación doméstica, NI también entregó más de ocho millones de sobres de polvos micronutrientes y suplementos de nutrientes con origen en lípidos de pequeña cantidad para dar refuerzo a niños vulnerables.
Pero las tendencias dietéticas más amplias siguen siendo preocupantes. Una revisión global sobre la nutrición adolescente en países de la mayoría global informó sobre una baja ingesta de verduras, frutas y proteínas animales, junto con un aumento en el consumo de bocadillos procesados. Nigeria refleja este patrón, ya que los establecimientos de comida rápida siguen ganando popularidad, especialmente entre los jóvenes.
En otras partes de África occidental, países como Gambia enfrentan la doble carga de la malnutrición, con una desnutrición persistente que coexiste con el aumento de las tasas de obesidad. Según el Informe Global de Nutrición, aunque las iniciativas para reducir la anemia entre las mujeres en edad fértil han tenido algunos avances, hay una creciente preocupación por la prevalencia de sobrepeso y obesidad entre las niñas de entre 5 a 19 años.
Armonizar estándares de fortificación de alimentos en África occidental
A nivel regional, ha habido iniciativas para armonizar los estándares de fortificación de alimentos en África occidental. En 2007, la Comunidad Económica de los Estados de África occidental (ECOWAS/CEDEAO) elaboró normas comunes para fortificar aceites vegetales con vitamina A y harina de trigo con hierro y ácido fólico. Sin embargo, la implementación varía en diferentes países. Por ejemplo, mientras que Nigeria obliga fortificar el azúcar y la harina de maíz con vitamina A, Gambia aún no ha adoptado medidas similares obligatorias.
Fortificar los alimentos es «increíblemente económico», según Shawn Baker, principal nutricionista de USAID entre 2020 y 2023. Describió la fortificación como un costo gradual que muchas empresas procesadoras de alimentos aceptan fácilmente una vez que comprenden los beneficios para la salud en relación con los menores gastos involucrados.
Fortificar los alimentos básicos altos en almidón se considera una de las inversiones con mayor rendimiento en el desarrollo global y puede ayudar a cerrar las brechas nutricionales, particularmente para adolescentes, mujeres y hogares de bajos ingresos. A medida que Gobiernos, productores y comunidades trabajan para moldear los sistemas alimentarios de la región, la pregunta ya no es si la fortificación funciona, sino si estamos dispuestos a hacer que funcione para todos.
Este artículo fue producido como parte de la Beca de Medios de la Unión Africana con el apoyo de Nutritional International.