Literatura sinófona fuera de China: Entrevista con la escritora Zhang Lijia

Zhang Lijia. Foto utilizada con autorización.

Cerca de 50 millones de chinos viven fuera de China. Aunque muchas veces se considera a esta comunidad masiva tan solo en términos económicos, también se manifiesta en los medios, la cultura y la literatura, ya sea que escriban en lenguas chinas o en los idiomas de los países donde viven.

Para comprender los matices de la literatura china escrita desde el extranjero, Global Voices entrevistó a Zhang Lijia (张丽佳), empleada de una fábrica de cohetes convertida en escritora y comunicadora social. Zhang Lijia nació en China y vive en Londres y Pekín, y escribió las memorias “El socialismo es genial!» y la novela “Loto”, en la que explora la prostitución en la China contemporánea. Actualmente escribe una novela histórica basada en la vida de Qiu Jin, conocida como la Juana de Arco china por haber sido la primera feminista y revolucionaria del país a comienzos del siglo XX.

Filip Noubel (FN): ¿Cómo es liberador escribir en un idioma que aprendiste de adulta? ¿Es por (auto)censura? ¿Llega al estilo y la experimentación en el proceso de escritura?

Zhang Lijia (ZLJ): As a Chinese writer who grew up in China, speaking only Chinese, writing in English has been unexpectedly liberating. Politically, it grants me freedom. Writing for an international audience allows me to bypass the constraints of China’s strict censorship, which has long stifled creative expression. In fact, I believe this censorship is one of the key reasons why China’s literary scene isn’t as vibrant or dynamic as it could be.

Creatively, writing in English offers a different kind of liberation. Because it is not my native tongue, I feel more comfortable experimenting with form, structure, and style. The unfamiliarity of the language opens doors to fresh perspectives and a certain boldness. My adopted language has enabled me to explore and articulate thoughts and emotions that might have felt constrained in Chinese. For example, in my memoir “Socialism Is Great!,” I wrote a sex scene that was far more explicit than it would have been had I written it in Chinese, where cultural and linguistic nuances might have demanded greater restraint.

Writing in English has, in many ways, become an avenue for both creative exploration and personal emancipation.

Zhang Lijia (ZLJ): Como escritora china criada en China que hablaba solo chino, escribir en inglés fue muy liberador. Me da libertad política. Al escribir para una audiencia internacional, eludo las ataduras de la férrea censura china, que durante mucho tiempo ha sometido a la expresión creativa. Es más, creo que la censura es una de las razones principales por las que nuestro género literario no es tan vigoroso o dinámico como podría ser.

También me da otro tipo de liberación creativa. Al no ser mi lengua materna, tengo más libertad para experimentar con la forma, la estructura y el estilo. No hablar inglés genera nuevas perspectivas y algo de audacia. Esta idioma adoptivo me ha permitido explorar y articular pensamientos y emociones que quizás habría reprimido en chino. Por ejemplo, en mis memorias “¡El socialismo es grandioso!“, escribí una escena de sexo mucho más explícita de lo que hubiese sido en chino, cuyas convenciones culturales y lingüísticas me habrían limitado.

Escribir en inglés se ha convertido, en muchos sentidos, en un vehículo para expresar creatividad y para redescubrirme a mí misma.

FN: ¿Sigues escribiendo en chino? ¿Cómo se relacionan ambos idiomas en tu proceso creativo?

ZLJ: I rarely write creatively in Chinese these days, though I occasionally contribute pieces to Chinese publications when invited. Chinese is such a rich and expressive language, full of cultural depth and historical resonance. When I do write in English, I like to deliberately weave in dated expressions and traditional idioms to give the prose a distinctive flair — almost as if breathing new life into forgotten phrases. It’s a way to make the language feel fresh and evocative while connecting with its deep roots.

In my creative process, English and Chinese serve different purposes. English is my primary medium for storytelling — it’s where I feel most liberated and experimental. Chinese, however, remains the language of my inner world, tied to my memories and identity. Writing in English sometimes feels like building a bridge between the two, translating not just words but experiences, emotions, and cultural contexts.

ZLJ: Rara vez recurro al chino para la escritura creativa, salvo cuando me invitan a colaborar con alguna publicación. El chino es una lengua rica y expresiva, con gran profundidad cultural e histórica. Cuando escribo en inglés, me gusta entreverar expresiones en desuso y modismos tradicionales para darle un toque distintivo a la prosa, como si infundiera vida a frases que fueron olvidadas. Es mi forma de renovar la lengua, hacerla más evocadora y reconectar con sus raíces.

Ambos idiomas desempeñan un papel en mi proceso creativo. El inglés es mi medio narrativo principal, con el que me siento más libre y experimental. El chino, en cambio, es la lengua de mi mundo interior, ligada a mis memorias e identidad. Cuando escribo en inglés es como si tendiera puentes entre ambos mundos: no solo traduzco palabras, sino también experiencias, emociones y contextos culturales.

FN: Se habla mucho de una literatura sinófona global que trasciende las barreras geográficas y lingüísticas (como es tu caso, así como el de Xiaolu Guo, Ha Jin, Dan Sijie y Geling Yan). ¿Estás de acuerdo con esta idea? De ser así, ¿qué la define?

ZLJ: Yes, I believe global Sinophone literature is a valid and vibrant category. I think it refers to literary works written in Sinitic languages (such as Mandarin or Hokkien) or by authors of Chinese descent, often living outside mainland China. These works engage with a diverse array of themes and contexts, reflecting the complex interplay of language, identity, and geopolitics within the global Chinese diaspora.

What defines this literature is its multiplicity — it is not confined to one geography, style, or perspective. Instead, it captures the lived realities of Chinese communities across the world, often exploring themes like migration, displacement, identity, and cultural hybridity. It challenges the notion of a singular ‘Chinese literature’ by emphasizing the plurality of Chinese voices.

In an age of globalization, I welcome the recognition of Sinophone literature as part of the broader landscape of world literature. It offers an opportunity to deepen our understanding of how Chinese culture functions beyond national borders and encourages dialogue about postcolonialism and global interconnectedness.

On a related note, Xi Jinping’s ‘Tell China’s Story Well’ campaign aims to project a favorable image of China through soft power and international storytelling. While the idea is sound, its success hinges on allowing Chinese writers the freedom to express themselves authentically. Currently, the controls are too stringent for writers to truly ‘tell China’s story well.’ Without creative freedom, this vision remains unattainable. I write about this is an article, ‘Tell China’s Story Well: Its Writers Must Be Free Enough to Do So.’

ZLJ: Sí, creo que la literatura sinófona global es una categoría válida y dinámica. Para mí, se refiere a obras literarias escritas en lenguas siníticas (como el mandarín o el hokkien) o a personas de origen chino, que a menudo viven fuera de China continental. Estas obras tratan todo tipo de temas y contextos, y reflejan la compleja interacción entre lengua, identidad y geopolítica en la comunidad china en el extranjero.

Lo que la define es la multiplicidad: no está limitada a un único territorio, estilo o perspectiva. Por el contrario, captura las realidades de las comunidades chinas de todo el mundo y explora temas como la migración, el desplazamiento, la identidad y la hibridación cultural. Desafía la noción de una “literatura china” homogénea y enfatiza la pluralidad de las voces chinas.

En plena era de la globalización, celebro el reconocimiento de la literatura sinófona como parte del amplio género literario global. Nos permite comprender mejor cómo funciona la cultura china más allá de las fronteras nacionales y fomenta el diálogo sobre el poscolonialismo y la interconectividad global.

En este sentido, la campaña “Cuenta bien la historia de China” de Xi Jinping aspira a proyectar una imagen favorable del país a través del poder blando y la narrativa internacional. Aunque la idea es válida, el éxito depende de que los escritores chinos puedan expresarse con libertad y autenticidad. Actualmente, los controles son demasiado estrictos para “contar bien la historia de China”. Sin libertad creativa, esta visión está fuera de nuestro alcance. De esto escribo en el artículo “Contar bien la historia de China: los escritores deben ser libres para lograrlo“.

FN: ¿Qué autores chinos te han influido más? ¿Y los no chinos?

ZLJ: Among Chinese authors, Cao Xueqin, the author of ‘The Dream of the Red Chamber,’ has had a profound influence on me. His intricate portrayal of familial and social dynamics, set against the backdrop of a crumbling aristocratic world, is unmatched in its emotional depth and literary craft. Another major influence is Lu Xun, whose sharp, incisive observations of Chinese society reveal an unparalleled understanding of the Chinese psyche.

Among non-Chinese writers, Tolstoy stands out. His sweeping narratives, set against vast social and historical backdrops, are deeply immersive, yet he never loses sight of the intimate details that make his characters so human.

I also greatly admire Arundhati Roy, especially her novel ‘The God of Small Things.’ Its lyrical prose, rich imagery, and poignant exploration of social and personal struggles deeply resonated with me and have inspired my own storytelling.

ZLJ: Entre los autores chinos, Cao Xueqin, autor de “Sueño en el pabellón rojo“, ha ejercido una influencia profunda en mí. La intrincada representación de las dinámicas familiares y sociales en el contexto de un mundo aristocrático en decadencia es insuperable en su profundidad emocional y  su destreza literaria. Otra influencia importante fue Lu Xun, cuyas críticas agudas a la sociedad china revelan una comprensión inigualable del carácter nacional.

Entre los escritores no chinos, destaco a Tolstói. Sus historias se desarrollan en contextos sociales e históricos enormes y te atrapan por completo, sin perder de vista esos pequeños detalles que hacen que sus personajes parezcan reales.

También admiro a Arundhati Roy, en especial su novela “El dios de las pequeñas cosas”. La prosa lírica, las imágenes desbordantes y la conmovedora exploración de los conflictos sociales y personales me marcaron e influyeron en mi manera de contar historias.

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