No hay corderos para el Eid: Sequía, deforestación y deterioro en Marruecos

Livestock herder in Morocco. Photo by Mohamed Belkasem Amar.

Un hombre con su rebaño de ovejas y cabras en la región marroquí del Rif. Foto de Mohamed Belkasen, usada con autorización.

Por Mohamed Belkasen

El 26 de febrero, el rey Mohamed VI anunció la suspensión de los sacrificios de animales durante la festividad de Eid al-Adha a causa de «los problemas ambientales y económicos». Esta decisión llegó tras unas declaraciones del ministro de Agricultura, Ahmed el Bouari, que el 13 de febrero anunció una reducción del 38% en las cabezas de ganado ovino. Es la cuarta vez que se decreta esta suspensión en el país, las anteriores fueron en 1963, 1981 y 1996.

La última vez fue hace 29 años, cuando el entonces rey, Hassan II, pidió a sus ciudadanos que evitaran sacrificar corderos para Eid al-Adha por la recesión económica. En la actualidad no existe un problema eminentemente financiero, sino que el Magreb enfrenta una alarmante escasez de ovejas. En consonancia con la petición del rey, el Gobierno también se ha opuesto oficialmente a la práctica.

Eid al-Adha, la Fiesta del Sacrificio, conmemora la historia coránica del profeta Ibrahim (conocido como Abraham en otras religiones), que estaba dispuesto a sacrificar a su hijo para obedecer a Dios y dar muestra de su fe y su devoción. En su recuerdo, los musulmanes tienen la tradición de inmolar una oveja (u otra cabeza de ganado) como símbolo de obediencia, piedad y gratitud. Este acto también encarna la generosidad y la solidaridad social. La carne se suele dividir en tres partes: una para la familia, otra para los parientes y amigos, y otra para los necesitados. Sin embargo, con la disminución de los rebaños, el aumento de los precios y la falta de recursos, muchos marroquíes tienen que renunciar a este acto cargado de simbolismo.

Los efectos del calentamiento global se están convirtiendo en un motivo de gran preocupación en Marruecos, que desde 2020 ha vivido sequías prolongadas y un proceso de desertificación del campo. Los ciclos estacionales tradicionales han sufrido alteraciones, con veranos más largos y primaveras tempranas caracterizadas por insuficientes lluvias. Esta irregularidad ha contribuido a un agravamiento de la desertificación, reducido el crecimiento de los pastos más nutritivos necesarios para alimentar a las ovejas y otros animales.

Deforestación y pérdida de pastos

Según un informe de 2023 del Consejo Económico, Social y Ambiental (CESE), la deforestación ha reducido drásticamente las zonas de pastos necesarias para el ganado. El informe subraya la pérdida de 17 000 hectáreas cada año debido al calentamiento global y la deforestación del campo marroquí.

Esta pérdida de cubierta arbórea reduce la disponibilidad de pastos y aumenta la erosión del suelo, lo que dificulta que la vegetación pueda regenerarse y alimentar al ganado. El CESE advierte que esta tendencia podría empeorar en ausencia de programas de adaptación y gestión ambiental de gran envergadura.

Soil erosion in Morocco. Photo by Mohamed Belkasen.

Un hombre excava en busca de agua en la región marroquí del Rif. La pérdida de cubierta arbórea reduce la disponibilidad de pastos y aumenta la erosión del suelo. Foto de Mohamed Belkasen, usada con autorización.

Escasez de agua y agotamiento de las reservas

En el centro de la cuestión está el hecho de que los principales embalses del país se han mantenido en niveles peligrosamente bajos tras años de precipitaciones por debajo del promedio. La sequía ha dejado las masas de agua casi vacías, lo que dificulta acceder a un recurso vital para animales y cultivos.

El ganado sufre directamente por esta escasez, ya que la falta de agua y el deterioro de la calidad de los pastos amenazan su salud y su tasa de reproducción. Desde 2020, los datos meteorológicos confirman la persistencia del déficit de precipitaciones en las principales regiones agrícolas.

Parched countryside because of drought in Morocco. Photo by Mohamed Belkasen.

Suelo seco en la región marroquí del Rif. Foto de Mohamed Belkasen

Impacto social y económico

La disminución del número de cabezas de ganado tiene gran impacto económico en las comunidades rurales de Marruecos. Los ingresos y las prácticas culturales de muchas familias dependen de las ovejas, pero el incremento de los precios y la reducción de la oferta han dificultado mucho el acceso de los marroquíes al ganado.

La respuesta del Gobierno ha sido eliminar temporalmente los aranceles a las importaciones de carne y organizar la importación de ovejas a gran escala para estabilizar el mercado, pero los pequeños ganaderos siguen teniendo problemas.

Ganadero en la región marroquí del Rif, donde el número de animales ha disminuido, con el consiguiente impacto en las comunidades rurales. Foto de Mohamed Belkasen, usada con autorización.

La reforestación como vía de futuro

Un informe institucional de 2021 del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) señala que la reforestación es «crucial» para restaurar los ecosistemas montañosos de Marruecos. El informe advierte que las prolongadas sequías han causado erosión y desertificación generalizadas, y han degradado gravemente la calidad del suelo y la productividad agrícola de las zonas rurales.

Con la recuperación de los bosques, sostiene la FIDA, Marruecos puede, además de mejorar la resiliencia del suelo, sostener la agricultura y la ganadería locales, y ofrece una solución a largo plazo a la crisis ecológica y económica actual.

Market in Morocco. Photo by Mohamed Belkasem Amar.

Puestos de comestibles y verduras en la región marroquí del Rif. Foto de Mohamed Belkasen, usada con autorización.

El 25 de mayo, el Gobierno marroquí anunció un plan para iniciar un programa de apoyo financiero de 6200 millones de dirhams (unos 680 millones de dólares) durante los siguientes dos años, con el objetivo de recuperar el número de cabezas de ganado para finales de 2026.

Lo que un día unía a las familias alrededor de las comidas y los rituales compartidos ahora destaca la creciente brecha entre la realidad ecológica y las tradiciones culturales. En un país donde la tierra ya no puede sostener los rebaños, la ausencia del sacrificio en la festividad de este año representa, además de un cambio en las prioridades económicas, un enfrentamiento cara a cara con el deterioro del ambiente.

Mohamed Belkasen es periodista y fotógrafo documentalista que vive en Melilla.

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