
Mujeres agentes de salud comunitaria en sesión de formación en la prefectura de Dankpen, en la región de Kara, norte de Togo. Foto de Émile Bobozi, usada con autorización.
Por Emile Bobozi
En las comunidades aisladas de Togo, las mujeres sostienen la mayor parte de la carga familiar, pero siguen comprometidas con el desarrollo de sus comunidades, pese a las presiones socioculturales y patriarcales.
En la región de la Kara, al norte de Togo, existen numerosas zonas enclavadas donde las infraestructuras son limitadas, como en las comunidades de Bassar, o con los kabyès, lambas y konkombas. Las rutas suelen ser intransitables y los ríos complican el acceso a los hospitales, lo que supone complicaciones importantes para las atenciones de salud. Las mujeres que trabajan como agentes de salud comunitaria deben combinar las obligaciones profesionales y familiares para garantizar la atención esencial en sus comunidades.
En Togo, las mujeres representan más de 51,3% de una población de nueve millones de habitantes. La tasa de analfabetismo es de 33% en los hombres, y casi el doble en las mujeres.
Dificultades específicas para las mujeres en comunidades remotas
En la cultura tradicional togolesa, los estereotipos de género persisten, y suelen impedir que las mujeres adquieran confianza y tomen decisiones de manera autónoma.
En las zonas rurales, la agricultura es el principal sector de actividad que da trabajo al 80% de la población activa femenina en la agricultura de subsistencia que sirve principalmente para atender a cada familia y a atender sus necesidades cotidianas. Sin embargo, solo 15% de las mujeres tienen títulos de propiedad. Este limitado acceso a la propiedad titulada y con créditos agrícolas las vuelven dependientes de los hombres para recursos y decisiones. Numerosas mujeres sufren frecuentemente de discriminación y violencia económica, que según un estudio demográfico puede llegar a duplicarse en la violencia física: cerca del 32% de las togolesas han sido víctimas de violencia física o sexual desde los 15 años.
En algunas situaciones, en casos de viudez, a las mujeres los cuñados les confiscan su cosecha; otras hacen trabajos duros no remunerados (descascarillado manual, transporte de agua). Según un informe de ONU Mujeres, el 42% de las cultivadoras informan de haber sido acosadas en los campos aislados. También enfrentan chantajes sexuales para tener acceso a abono o subvenciones.

Mujeres de una comunidad en un curso sobre violencia de género en Bassar. Foto de Émile Bobozi, usada con autorización.
Hombres desestabilizados por el éxito de sus mujeres
Sarakawahalou Awilia es madre de tres hijos y representante de agentes de salud comunitaria en el cantón de Manga, en el distrito de Bassar, en la región de la Kara, a 490 km al norte de Lomé, capital de Togo. En su trabajo, es la primera responsable de los agentes de salud comunitaria de su cantón, y abarca más de 450 hogares en cinco aldeas que tiene a su cargo. Su trabajo de fe de su profesionalismo: no hay muertes de niños menores de cinco años ni partos en domicilio.
Desde 2018, trabaja para mejorar el acceso a atención de salud en su comunidad. Sin embargo, detrás de este logro profesional se oculta una realidad personal compleja: vive bajo presión familiar de parte de su esposo, que quiere tener el control total de su salario y la amenaza con violencia conyugal.
Sarakawahalou es una de las 195 mujeres que ahora son agentes de salud comunitaria profesional con la ONG Salud Integrada. Cerca del 35% de esas 195 mujeres han sufrido violencia de género. Sarakawahalou está casada desde 2010, y su situación se agravó cuando su salario como agente de salud comunitaria profesional provocó tensiones con su esposo. Él exige una parte importante de sus ingresos, y como ella se negó, el hombre recurrió a la violencia.
Pese a la intervención de su ONG y de las autoridades locales, Sarawahalou cedió a los pedidos del esposo para preservar la paz familiar, y recuerda las palabras que le profirió su marido:
Tu vas quitter ma maison si tu ne me donnes pas 25.000 FCFA (44 dollars américains) ce mois, d’ailleurs c'est grâce à moi que tu as été recrutée, si je ne t’avais pas épousée tu n’aurais pas ce travail.
Te vas de mi casa si no me das 25 000 francos CFA (44 dólares estadounidenses) este mes. Es gracias a mí que te contrataron, si no me hubiera casado contigo, no tendrías este trabajo.
Antes las amenazas del hombre, respondió:
C’est dans mon salaire que je fais la cuisine et prends soins des enfants. Combien de fois as tu dépensé pour les soins de santé des enfants? Moi je pense qu’on doit s’entendre au lieu de me menacer.
Es con mi salario que cocino y atiendo a los niños. ¿Cuántas veces has dado algo para los gastos de salud de los niños? Creo que debemos escucharnos en vez de que me amenaces.
Sigue viviendo con su marido gracias a la asesoría en el proceso de resolución del problema. Ella espera que los esfuerzos suplementarios para sensibilizarlo permitan a su esposo reconocer el valor de su compromiso.
¿Qué dice la ley sobre la protección de la mujer en Togo?
Togo ha aprobado muchas leyes para proteger los derechos de la mujer y luchar contra la discriminación y la violencia de género. En lo que se refiere a derechos matrimoniales de la mujer, el Código de Personas y Familia indique en su artículo 391:
Les femmes ont les mêmes droits que les hommes en matière de mariage, de divorce, de succession et de gestion des biens familiaux.
La mujer tiene el mismo derecho que el hombre en materia de matrimonio, divorcio, sucesión y gestión de bienes familiares.
El nuevo Código Penal, que data de noviembre de 2015, protege a la mujer contra el acoso físico, moral y económico en sus artículos del 232 al 237. Eso debería poder disuadir a los autores de violencia, que enfatiza las penas previstas para actos graves, como violencia contra una mujer embarazada o ritos degradantes. El artículo 234 estipula:
Toute personne coupable des violences physiques ou psychologiques sur une femme enceinte est punie d'une peine de cinq (05) à dix (10) ans de réclusion criminelle et d'une amende de 500.000 FCFA (885 dollars américains) à 2.000.000 FCFA (3538 dollars américains) ou de l'une de ces deux peines.
La peine est de cinq (05) à dix (10) ans de réclusion criminelle si ces violences ont entraîné la mort de la victime.
Toda persona culpable de violencia física o psicológica contra una mujer embarazada recibirá una pena de cinco (05) a diez (10) años de reclusión penal y multa de 500 000 francos CFA (885 dólares estadounidenses) a dos millones de francos CFA (3538 dólares estadounidenses) o una de las dos penas.
La pena es de cinco (05) a diez (10) años de reclusión penal si la violencia termina en la muerte de la víctima.
También el Código de Trabajo que refuerza la protección del empleo de la mujer, sobre todo durante el embarazo y la licencia por maternidad. Precisa en su artículo 148:
Une femme enceinte peut quitter son travail sans préavis ni indemnité de rupture. Elle a droit à un congé de maternité de 14 semaines, dont 6 semaines après l'accouchement, prolongeable en cas de complications ou de grossesse multiple.
Una mujer embarazada puede dejar su trabajo sin preaviso ni indemnización de fin de vínculo. La mujer tiene derecho a una licencia por maternidad de 14 semanas, de las cuales seis son prenatales, prolongables en caso de complicaciones o de embarazo múltiple.
Y el artículo 158 agrega:
les périodes de repos des femmes en couche, prévues à l’article 148 du présent code, ni dans la limite de six (06) mois, les absences pour maladie dûment constatée par un médecin agréé
les periodos de reposo de la mujer embarazada previstos en el artículo 148 del presente código y en el periodo de seis (06) meses, las ausencias por enfermedad debidamente constatada por un médico certificado.
Al lado de esas leyes que protegen a la mujer togolesa, las organizaciones de protección y defensa de los derechos de la mujer trabajan por una mejor protección en los hechos.
La ONG Women in law and Development in Africa-Togo (Wildaf-Togo) trabaja por los derechos de la mujer, lleva clínicas jurídicas móviles y dan a conocer los derechos reproductivos en las zonas rurales. La asociación de Mujeres Togolesas para Naciones Unidas (AFTNU) ayuda a las mujeres de Kara a ser económicamente autónomas con microcréditos sin intereses que les ofrecen, y formaciones de liderazgo político. Gracias a la iniciativa ”Cero matrimonio infantil”, se ha podido escolarizar a 200 niñas en riesgo y se anularon 87 matrimonios precoces.
Pero la aplicación de leyes que se suponen protegen a la mujer son un desafío mayor. Numerosas mujeres no están informadas de sus derechos no han tenido acceso a las estructuras de apoyo necesarias. Las iniciativas para dar a conocer y formar son esenciales para garantizar la aplicación efectiva de esas leyes para que las mujeres puedan beneficiarse.
Este artículo se ha escrito en el marco del programa Impact West Africa Fellowship de Aspen Global Innovators.