Entre Congo y Kenia, florece tráfico de madera de acajou

En el parque de madera de Kasindi. Foto de Ghislain Mbakulirahi

Este artículo se publicó originalmente en IciCongo. Una versión editada se reproduce en Global Voices en virtud de una asociación editorial con IciCongo para compartir contenido.

En África oriental, fraudes masivos y falta de control fronterizo alientan el comercio ilegal de madera.

En la ruta de Ngong, aldea situada al sudoeste de Nairobi, capital de Kenia, el sonido de mazos y serruchos satura el aire. En el mercado de muebles al borde de la ruta, hombres musculosos transportan madera recién cortada con ayuda de carretas y camiones y se cuelan a través de la multitud de compradores.

En los talleres al aire libre, los carpinteros fabrican elegantes muebles de sólido acajou, resistentes a las termitas y hechos para compradores afortunados. Pero detrás de esos muebles pulidos y esos sillones esculpidos se esconde un verdadero problema: una cadena abastecimiento oscura, fronteras porosas y una explotación forestal que recorre más de mil kilómetros hasta el corazón de República Democrática del Congo.

Anthony Muchui, gerente de una tienda de muebles a lo largo de la ruta de Ngong desde 2018, explica:

Presque tout l’acajou ici vient du Congo. Il est durable, résistant aux chocs, et il a une finition superbe.

Casi todo el acajou de acá viene del Congo. Es durable, resistente a los golpes, y tiene un acabado superior.

Muchui estima que su empresa consume cerca de 30 toneladas de acajou al menos cada dos meses. Pero tiene sus propias preocupaciones, y cuenta sobre las dificultades logísticas y el abastecimiento irregular:

Obtenir du bois du Congo entre août et décembre est difficile.

Obtener madera de Congo entre agosto y diciembre es difícil.

La madera llega por medio de agentes que obtienen permisos de las autoridades congolesas y ugandesas. Una vez en Kenia, los conductores de camiones presentan documentos de República Democrática del Congo, papeles fiscales de la Autoridad de Ingresos de Kenia y sus documentos de identidad personal. Pero Muchui admite que no todo el bosque es «propio».

Je dépends des documents, mais on sait tous que le bois illégal passe encore.

Depende de los documentos, pero todos sabemos que la madera ilegal sigue pasando.

Samuel Mwenda, propietario de la sociedad maderera Rehoboth Finest Timber and Furniture Dealers, importa madera de República Democrática del Congo y de Uganda. Usa agentes instalados en la frontera de Busia, ciudad entre Uganda y Kenia, para tramitar los documentos. Sobre la importancia de los documentos, explica:

Si tout va bien, cela prend quatre jours, mais nous savons que le système peut être manipulé.

Si todo va bien, toma cuatro días, pero sabemos que el sistema puede estar manipulado.

Los conductores de camiones no están capacitados para verificar la legalidad de la madera. Nicholas Mbugua, secretario ejecutivo del Sindicato de Conductores de Camiones de Larga Distancia y Trabajadores Afines de Kenia, declaró:

Nous ne suivons pas ce qui est légal ou non. Nous avons poussé pour avoir un bureau de surveillance à la frontière, mais rien de concret pour l’instant. Les conducteurs ne sont pas formés pour détecter les faux permis. Nous avons besoin d’un bureau conjoint avec la KRA pour inspecter correctement les documents.

Nosotros no sabemos qué es legal y qué no. Hemos pedido tener una oficina de vigilancia en la frontera, pero no hay nada en concreto por el momento. Los conductores no están capacitados para detectar permisos falsos. Necesitamos una oficina conjunta con Autoridad de Ingresos de Kenia para inspeccionar correctamente los documentos.

Kenia ha prohibido la explotación de maderas duras autóctonas en 2018, lo que causó gran escasez; pero la prohibición fue revocada en 2023. Según el doctor Joshua Cheboiwo, ex director general del Instituto de Investigación Forestal de Kenia (KEFRI), el país necesita cerca de 100 000 metros cúbicos de madera dura por año, que desde hace un tiempo viene, en su mayor parte, de República Democrática del Congo, y explica:

Entre 65 000 et 68 000 mètres cubes sont officiellement importés chaque année, mais le chiffre réel est probablement bien plus élevé. Une grande partie provient des frontières poreuses.

Cada año se importan oficialmente entre 65 000 y 68 000 metros cúbicos, pero la cifra real probablemente es bastante más elevada. Una gran parte viene de fronteras porosas.

Esta cadena de suministro implica a varios actores. Los empresarios ugandeses suelen contratar a congoleses para talar árboles con ayuda de sierras eléctricas y aserraderos móviles. Luego, la madera se transporta a través de Uganda hasta Kenia, frecuentemente sin la supervisión adecuada. Cheboiwo precisa:

Une fois qu’il atteint le Kenya, il est tamponné et semble légal. Mais la gouvernance fragile en RDC rend difficile la vérification de l’origine réelle.

Una vez que llega a Kenia, se sella y parece legal. Pero la gobernanza frágil en República Democrática del Congo hace difícil verificar el origen real.

Explotación de madera poco transparente en República Democrática del Congo

En el este de República Democrática del Congo, la explotación de madera se concentra en las provincias de Ituri (al este, cerca de la frontera con Uganda), Bajo Uelé (al norte del país) y Tshopo (centro-noreste de República Democrática del Congo). Esas regiones forestales se han convertido en una mina de oro para los operadores de tala de bosques en Kivu del Norte e Ituri. Justin Malekani, exresponsable de explotación forestal, que ahora trabaja como carpintero en Butembo, explica:

Les chefs locaux vendent l’accès aux arbres. Nous payons le ‘Kingiyapoli’ [une forme de droit d'accès], généralement une chèvre et de la bière, et engageons des pygmées comme guides car ce sont eux qui connaissent le mieux la forêt.

Los jefes locales venden el acceso a los árboles. Pagamos el ‘kingiyapoli’ [una forma de derecho de acceso], generalmente una cabra o cerveza, y contratamos a pigmeos como guías pues son los que mejor conocen el bosque.

Un solo árbol de acajou (linzo) puede costar entre 300 y 500 dólares, dependiendo de su tamaño.

Los operadores suelen trabajar informalmente, contratan a maquinistas, pagan en especies y transportan la madera con ayuda de bicicletas, cargadores o camiones.

Un maquinista calificado puede producir tres metros cúbicos de planchas, cerca de tres toneladas o 36 planchas. Malekani precisa:

Il faut bien les nourrir pour garder ce rythme.

Hay que alimentarlos bien para que conserven ese ritmo.

Las operaciones legales necesitan un permiso del Fondo Nacional Forestal y delimitación del servicio de ambiente. Pero muchos eluden esas exigencias. Bajo anonimato, un trabajador dijo:

La fraude rend les choses trop faciles. Si nous enregistrons des entreprises, nous ferons faillite à cause de la bureaucratie. Travailler seul est mieux.

El fraude hace las cosas muy fáciles. Si registramos las empresas, nos vamos a la quiebra por la burocracia. Trabajar solos es mejor.

Otros trabajan con la protección de grupos armados o de élites políticas. El integrante de una oficina local de explotación forestal cuenta:

Si tu poses trop de questions, tu commences à recevoir des appels. Certains opérateurs illégaux se servent des permis des exportateurs légaux, compliquant ainsi la traçabilité.

Si haces demasiadas preguntas, comienzas a recibir llamados. Algunos operadores ilegales se sirven de los permisos de exportadores legales, lo que hace complicado rastrearlos.

Corrupción et fallos en las fronteras

En el puesto fronterizo de Kasindi, entre la República Democrática del Congo y Uganda, los exportadores de madera deben pasar por un procedimiento complicado: deben pagar a la Oficina Congolesa de Control, la Agencia Nacional de Registro y otros agentes. Se debe pagar una cantidad que oscila entre los mil y 1200 dólares por anticipado, antes de cargar los camiones. A eso se agregan los sobornos en la ruta. Mika Mathe, emprendedor en explotación forestal, declaró:

On nous arrête à chaque point de contrôle et on nous demande 5 000 francs congolais (2 dollars américains) ou 10 000 francs congolais (4 dollars américains).

Nos paran en cada punto de control y nos piden 5000 francos congoleses (dos dólares) o 10 000 francos (cuatro dólares).

En el bosque de madera de Kasindi, las responsables deben registrar los detalles del bosque, pero numerosos exportadores evitan esta etapa. Además, los camiones parten casi siempre sellados y no los inspeccionan, con destino a Uganda o Kenia.

Un estudio de 2023 de Silvia Ferrari y Paolo Omar Cerutti reveló que el 93% de la madera que pasó por la frontera de Kasindi en 2021 no tenía permiso explotación válidos:

La plupart des documents mentionnent une seule espèce, l’acajou africain. De nombreux camions circulent la nuit ou le week-end pour éviter les inspections.

La mayor parte de los documentos mencionan una sola especie, acajou africano. Numerosos camiones circulan por la noche o el fin de semana para evitar las inspecciones.

Problema regional

En el puesto fronterizo de Busia, en Kenia, los funcionarios de la Autoridad de Ingresos de Kenia y del Servicio Forestal de Kenia examinan los certificados de origen y los documentos de tránsito. Sin embargo, algunos cargamentos escapan los controles oficiales. Andrew Soi, jefe adjunto del Servicio Forestal de Kenia:

Nous savons que du bois est introduit clandestinement. Certains camions arrivent sans passer par les points d’entrée réguliers.

Sabemos que la madera entra clandestinamente. Algunos camiones llegan sin pasar por los puntos de entrada regulares.

El jefe del Servicio Forestal de Kenia, Alex Lemarkoko, indica que Kenia refuerza los controles fitosanitarios y colabora con otros países para seguir el movimiento de la madera.

Nous avons besoin de coordination transfrontalière et de surveillance renforcée.

Necesitamos coordinación transfronteriza y vigilancia reforzada.

Los expertos afirman que para proteger la cuenca del Congo se necesita una solución regional. Con los bosques ya consumidos en Kenia, Uganda y Tanzania, la demanda ha pasado a República Democrática del Congo. Paolo Cerutti, investigador de CIFOR-ICRAF, explica:

De nombreux agents à la frontière RDC-Ouganda sont impliqués dans le commerce. Certaines cargaisons sont légales. D’autres ne le sont pas.

Numerosos agentes en la frontera República Democrática del Congo-Uganda están implicados en el comercio. Algunas cargas son legales. Otros, no lo son.

Cerutti y otros investigadores exhortan a los organismos regionales, como la Comunidad de África Oriental y la Comunidad de Desarrollo del Sur de África a que actúen:

Ils ont fait des promesses sur papier pour protéger les forêts. Il est temps de les concrétiser.

Han prometido en el papel que van a proteger los bosques. Es tiempo de concretizarlos.

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