
Imagen creada por Janine Mendes-Franco con elementos de Canva Pro.
Con la celebración mundial del mes del orgullo en junio, las comunidades LGBTQ+ y sus aliados en Jamaica siguen celebrando la diversidad sexual y la individualidad, al tiempo que abogan por la igualdad y la equidad de las que disfrutan muchas otras comunidades heterosexuales. Sin embargo, en medio de las celebraciones y el trabajo comunitario que hace todo el año, la homofobia sigue afectando la vida cotidiana de las personas homosexuales, que solo quieren que se les trate de manera justa y sin discriminación.
En un mitin político celebrado en mayo, Daryl Vaz, ministro de Ciencia, Energía, Telecomunicaciones y Transporte de Jamaica, apoyó que se tocara una canción que fue muy popular alrededor de 2000: “Chi Chi Man”, del grupo de dancehall T.O.K, cuya letra promueve la violencia contra la comunidad LGBTQ+.
Desde entonces, el ministro ha sido criticado por grupos de derechos humanos, como Fundación Igualdad para Todos (EFAF, sus siglas en inglés, antes J-FLAG), que exigen una disculpa, alegan que sus acciones socavan la inclusión. Hasta ahora, no se ha habido disculpa alguna.
No es la primera vez que la retórica contra los gais encuentra cabida en una plataforma política jamaiquina. Durante la campaña para las elecciones generales de 2007, Bruce Golding, entonces líder del Partido Laborista de Jamaica (JLP, sus siglas en inglés), el actual partido gobernante, juró en la campaña electoral “que los homosexuales no tendrán cabida en ningún gabinete formado por mí”. Su partido ganó las elecciones.
Vaz, al igual que muchos otros políticos del Gobierno y de la oposición, está en una “campaña absurda”. Las elecciones generales en Jamaica deben celebrarse constitucionalmente este año, aunque aún no se ha anunciado la fecha. Sin embargo, en las elecciones anteriores del país, según el director ejecutivo de EFAF, Glenroy Murray, “ambos partidos políticos declararon públicamente que la homofobia era inapropiada en la campaña electoral”:
Fast forward five years, and we’re seeing a homophobic song being teased at another rally. There is a clear need for stronger guidelines on what is to be expected on the campaign trail. And the question we must ask ourselves, why is this kind of rhetoric needed at all?
Cinco años después, vemos cómo se burlan de una canción homofóbica en otro mitin. Es evidente que se necesitan directrices más estrictas sobre lo que se puede esperar en campaña electoral. Y la pregunta que debemos hacernos es: ¿por qué se necesita este tipo de retórica?
La relación simbiótica entre los mítines políticos y las listas de reproducción musicales cuidadosamente seleccionadas es una tendencia mundial, en la que los lideres políticos se asocian entre ellos con canciones que consideran que motivarán a sus electores durante los discursos de la campaña electoral, o con melodías que creen que transmiten un mensaje sobre los valores que defienden.
En Jamaica, no es nuevo usar canciones y mezclas en los que se pueden tocar las propuestas musicales de los artistas para apoyar a determinados partidos políticos. Sin embargo, en los últimos años ha habido peticiones para que se deje de explotar a los artistas en nombre de las campañas políticas, a lo que se suma que, dependiendo de la canción que se utilice, a veces esta práctica también se lleva a cabo a expensas de comunidades vulnerables.
En 2011, la organización sin ánimo de lucro Southern Poverty Law Center, de Alabama, Estados Unidos, que se dedica a defender el interés público y los derechos civiles, publicó artículo de 2011 que señalaba que “incluso los políticos a veces han dado legitimidad” a lo que denominaron “música asesina”, y afirmaron “que la canción Chi Chi Man del grupo de dancehall TOK, sobre matar y quemar a hombres homosexuales, fue el himno del Partido Laborista de Jamaica en 2001”. El artículo también señalaba que la tendencia no se limitaba a un solo partido político: “En 2002, el Partido Nacional Popular adoptó el lema ‘Log On to Progress’ (Conéctate al progreso), en referencia a la canción de dancehall ‘Log On’ de Elephant Man […] que también incluye letras violentas contra los homosexuales”.
En Jamaica, la elección de las canciones suele estar orientada a lanzar pullas a los oponentes políticos y abordar temas de actualidad. Coloquialmente, llamar a alguien gay —o, en la jerga jamaicana, “battyman” o “chi chi man”— no siempre se utiliza como comentario contra la sexualidad de alguien. Hay ocasiones en que se dice con el único propósito de faltar el respeto y molestar, lo que puede fomentar aún más la indiferencia sobre el uso de la canción, su letra y su contexto original, y perpetuar la discriminación y la violencia continuas contra la comunidad LGBTQ+.
Los activistas suelen criticar a los políticos jamaicanos por no tratar esta discriminación, que contribuye a todo tipo de problemas, desde exclusión social hasta violencia. En el contexto de la influencia de la Iglesia en la isla, los políticos, en su mayoría, parecen guardar silencio sobre el tema, se posicionan como contrarios a la reforma.
Sin embargo, en 2018, el gobierno de entonces —que es el mismo que está actualmente en el poder— prohibió la entrada al país a un pastor fundamentalista. Igualmente alentador es que, en respuesta al comportamiento de Vaz y otros políticos durante la campaña electoral, y a pesar de las fuertes creencias cristianas del país que rechazan la homosexualidad, el Concejo de Iglesias de Jamaica condenó a las figuras políticas por acciones que dijeron contribuyen a la división.
Estos avances hacen que las declaraciones del ministro Vaz resulten aún más discordantes, a pesar de que otros políticos han perpetuado la retórica antigay a lo largo de los años. En 2009 Ernest Smith, entonces miembro del JLP, dijo: “No estamos diciendo que los homosexuales deban ser eliminados de la faz de la tierra … pero como su patrón de comportamiento viola toda decencia … no intenten imponer su inmundicia a los demás, y no obliguen a los demás a aceptarlos a ustedes y a su inmundicia”.
Ese mismo año, Smith arremetió contra J-FLAG, dijo que deberían declararla ilegal: “¿Como se puede legalizar una organización que se ha creado con el propósito de cometer delitos?”. La “sodomía”, tal y como se denomina en la legislación, es ilegal según la ley de delitos contra las personas de Jamaica (OAPA, sus siglas en inglés). Este ha sido durante mucho tiempo un tema polémico en Jamaica y en toda la región, con debates sobre su derogación y los derechos LGBTQ+.
¿Es la despenalización de la ley contra la sodomía y la igualdad para la comunidad LGBTQ+ el futuro de Jamaica? Los grupos de defensa sostienen que es necesario hacer más, especialmente a la luz de los comentarios de los líderes en plataformas públicas. En 2018, el primer ministro Andrew Holness dijo en el programa Good Morning Britain, “Lo que quiero que el resto del mundo reconozca es que estamos llevando a cabo un proceso legal [en relación con la despenalización], y que estas conversaciones son realmente útiles, siempre que se hagan respetando el proceso”.
Tres años después, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CDIH) resolvió que Jamaica viola los derechos de las personas LGBTQ+ al criminalizar las relaciones íntimas entre personas del mismo sexo. El fallo instó a derogar la ley contra la sodomía, pero Jamaica no lo cumplió y, en 2023, el Tribunal Supremo desestimó un recurso contra la legislación presentado por el activista LGBTQ+ local Maurice Tomlinson, quién citó la controvertida “cláusula de salvaguardia» que protege las leyes de la época colonial de ser derogadas con fundamentos constitucionales.
Dado el uso continuado de la retórica antigay y el fracaso, hasta ahora, en derogar las leyes homofóbicas en el país, puede que siga siendo un poco contradictorio decir “Feliz día del Orgullo” en Jamaica.