Narrativas sirias sobre el presidente Ahmed al-Sharaa

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A principios de diciembre de 2024, el brutal régimen dinástico de Assad que había gobernado Siria desde 1963 se derrumbó en dos semanas bajo una ofensiva concertada de fuerzas de oposición dispares coordinadas por el grupo miliciano islamista sunita Hay'at Tahrir al-Sham (HTS) y su líder, Ahmed al-Sharaa.

Analizamos dos narrativas que circulaban entre los sirios en X, para buscar reacciones a los principales hitos mientras los miembros de la sociedad civil siria supervisaban el establecimiento del Estado post-Assad. Ambas narrativas son ejemplos destacados de cómo la comunidad expresa sus prioridades y deseos para el país, y de cómo espera que evolucione el escenario político en un futuro próximo.

Pero antes, retrocedamos un poco. El 29 de enero de 2025, la Conferencia de la Victoria de la Revolución Siria, organizada por Hay'at Tahrir al-Sham en el Palacio Presidencial y a la que asistieron los líderes de las facciones revolucionarias armadas que colaboraron para derrocar al régimen de Assad, anunció el nombramiento de al-Sharaa como presidente de transición, abolió la Constitución, el Parlamento, el Ejército y los servicios de seguridad del régimen de Assad. La conferencia fue muy criticada por excluir a amplios segmentos de la oposición, como la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria, dirigida por kurdos, y su brazo militar, las Fuerzas Democráticas Sirias, así como a otros grupos y figuras de la sociedad civil.

En los 20 años transcurridos desde que fue encarcelado por las fuerzas estadounidenses en Irak, Ahmed al-Sharaa, bajo el nombre de guerra de Abu Mohammad al-Julani, dirigió el yihadismo salafista hacia Siria para luchar contra el régimen de Assad, colaboró con el Estado Islámico y luchó en su contra, prometió lealtad a Al Qaeda y se separó, y, en una serie de campañas militares magistrales y despiadadas, eliminó o cooptó a sus oponentes islamistas, erosionó las fuerzas revolucionarias no yihadistas y lidió con el descontento popular, para erigir un protoestado tecnocrático en la provincia noroccidental siria de Idlib. El no democrático Gobierno de Salvación Sirio desarrolló la región hasta cierto punto y concedió a sus habitantes algunas libertades, pero en la práctica siguió siendo autoritario, con el estilo de gobierno de Al Sharaa, descrito como «personalista y dictatorial«, y abusos de los derechos humanos ampliamente documentados atribuidos a Hay'at Tahrir al-Sham.

A principios de marzo, tras los ataques armados coordinados de remanentes del régimen de Assad contra fuerzas militares y de seguridad en las provincias de Latakia y Tortosa, las milicias afiliadas al gobierno de Al Sharaa perpetraron homicidios por venganza sectaria contra la minoría alauita. Las atrocidades subsiguientes, que al parecer incluyeron humillaciones filmadas, muerte de cientos de civiles y secuestros a gran escala, fueron recibidas con protestas y la condena internacional. El presidente al-Sharaa creó un comité de investigación para investigar la masacre, calificaron los ataques de amenaza para la unidad siria. Sin embargo, hasta la fecha, la comisión de investigación no ha publicado sus conclusiones y no se ha responsabilizado públicamente a ninguna persona.

Más bien, ciertos líderes implicados en las masacres han sido ascendidos dentro del aparato de seguridad del país. El ejemplo más destacado es el general de brigada Mohammed al-Jassem, también conocido como Abu Amsha. Es un excomandante de la División Sultán Suleimán Shah, facción del Ejército Nacional Sirio apoyada por Turquía, estuvo implicado en las atrocidades cometidas durante las masacres, y fue nombrado comandante de la Vigésima Quinta División.

El 14 de marzo, el presidente al-Sharaa firmó una constitución provisional, por la que se establecía la legislación para un periodo transitorio de cinco años con una jurisprudencia basada en la ley islámica, que sería presidida por el propio al-Sharaa. Human Rights Watch advirtió que la declaración constitucional «otorga al presidente una autoridad significativa, incluso sobre los nombramientos judiciales y legislativos sin ningún control ni supervisión».

Narrativa: El presidente al-Sharaa es un autoritario difrazado

Desde que se firmó la Constitución provisional, han surgido más interrogantes sobre los objetivos políticos de al-Sharaa. A mediados de mayo de 2025, al valorar su promesa en la Conferencia de la Victoria de que las nuevas instituciones estatales se basarían en la ser transparentes y asumir responsabilidades, la revista londinense Syria in Transition afirmó que «los mecanismos autoritarios basados en lealtad y clientelismo no aparecen como necesidades temporales, sino como herramientas deliberadas de poder». La revista señalaba que el nombramiento de los hermanos del presidente en puestos que controlan el acceso y la toma de decisiones recuerda al arraigado nepotismo del régimen de Assad. A mediados de enero, el Centro de Justicia y Responsabilidad de Siria cuestionó el compromiso de Al Sharaa con asumir responsabilidades tras el nombramiento del draconiano juez islamista de Idlib Shadi Al-Waisi como ministro de Justicia. Al-Waisi fue sustituido en el cargo el 30 de marzo, pero al-Sharaa siguió nombrando a dirigentes de facciones responsables de delitos internacionales para puestos militares de alto nivel.

El 19 de mayo, Human Rights Watch señaló que la Comisión de Justicia de Transición establecida por la declaración constitucional «es preocupantemente estrecha y excluye a muchas víctimas», a pesar de que «se le ha encomendado adoptar mecanismos dirigidos a las víctimas».

Cómo se difunde esta narrativa en línea

Mazen Hassoun es un periodista sirio de Raqqa y cofundador del medio online Al-Raqqa Post. Reside en Alemania, adonde llegó como refugiado en 2015, tras la caída de Raqqa a manos del Estado Islámico, y recibió asilo. Sus reportajes sobre Siria durante la guerra civil se publicaron en Al Jazeera, Global Voices y otros medios.

En este artículo X, que inserta un segmento de la televisión Al Arabiya sobre la firma de la declaración constitucional, Hassoun observa con alarma los marcadores que indican una mayor concentración de poder en la persona del presidente Ahmed al-Sharaa. Varios comentarios al artículo insertado califican la Declaración Constitucional de «ley sharia», con otras reacciones diversas.

Este artículo obtuvo una puntuación de impacto cívico de +2, ya que indica el compromiso de la sociedad civil revolucionaria para ayudar a conseguir una Siria democrática y pacífica basada en la justicia y la rendición de cuentas.

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Narrativa: Tenemos esperanzas y queremos creer que el presidente al-Sharaa puede traer el cambio que necesitamos para Siria.

Esta narrativa lleva implícita en gran medida la creencia de que, por su destreza diplomática, su astucia política, su posición histórica única para tender puentes entre las fuerzas dispares que se disputan Siria y los innumerables desafíos que amenazan recuperar Siria sin que otras fuerzas se presenten como posibles soluciones, el presidente Ahmed al-Sharaa es el único líder posible que puede ofrecer un futuro pacífico y próspero al país.

En menos de seis meses desde el derrocamiento del régimen de Assad, al-Sharaa ha montado una campaña de seducción diplomática, a nivel nacional e internacional, para conseguir apoyo para su visión de ese futuro, y se ha reunido con líderes y diplomáticos internacionales para asegurar la flexibilización de las sanciones y la cooperación, e intentando apaciguar a las facciones políticas, religiosas y militares a nivel nacional. La iniciativa culminó con el levantamiento de todas o la mayoría de las sanciones económicas que han impuesto a Siria Estados Unidos, la Unión Europea y varios países occidentales a mediados de mayo.

Cómo se difunde esta narrativa en línea

Tweet by Ahmad Houthaifa on Ahmed al-Sharaa visiting his barber

En este artículo X, publicado 10 días después de la caída del régimen de Assad, el periodista Ahmad Houthaifa expresa que, a pesar de la incertidumbre y el miedo que rodean la perspectiva de que el exyihadista Ahmed al-Sharra gobierne el país, los indicios de que pertenece a Damasco y atesora las conexiones con su gente proporcionan una medida de esperanza para el futuro del país.

El artículo obtuvo una puntuación de +1 en impacto cívico. Aunque las visitas de al-Sharaa a los lugares de su infancia formaban parte de su «ofensiva de encanto» en el frente nacional, parecen haber inspirado realmente algo de esperanza en el futuro del país. Al mismo tiempo, el culto a la personalidad en torno a un líder controvertido en un momento difícil para el país podría socavar las perspectivas democráticas de Siria.

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