
Joana Choumali, “The Day Dreamer”, serie Alba’hian, 2025, medios mixtos: fotografía digital impresa en lienzo de algodón, composición manual, bordado, pintura, tela vaporosa y muselina, algodón lurex metálico e hilos de lana, tríptico, 100 x 150 cm (39.4 x 59.1 pulgadas), cortesía de la artista y GALERIE FARAH FAKHRI. Foto de Hussein Makke.
El arte de Joana Choumali se revela como una meditación a susurros: compleja, luminosa y profundamente personal. Sus obras comienzan con fotografías tomadas al amanecer que capturan la calma del despertar del día en Abiyán y otras ciudades. Luego, Choumali borda directamente sobre estas imágenes, agrega capas de tul, organza e hilo. Este proceso táctil, que ella describe como una “escritura automática”, le permite explorar temas de memoria, resiliencia y la interacción entre los sueños y la realidad. Cada puntada es un acto contemplativo, que transforma momentos fugaces en narrativas texturizadas que unen el espacio físico con el espiritual.
Choumali nació en 1974 en Abiyán, Costa de Marfil. Choumali estudió artes gráficas en Casablanca, Marruecos, y luego trabajó como directora de arte en publicidad. Más adelante, se enfocó en la fotografía, especializándose en retrato conceptual y medios mixtos. Su trabajo suele explorar la identidad cultural y las complejidades de las tradiciones africanas en contextos contemporáneos. En particular, su serie “Hââbré, La última generación” documenta una práctica en riesgo de extinción: la escarificación facial en la población burkinesa en Costa de Marfil. En 2019, se convirtió en la primera ganadora africana del Premio Pictet por su serie “Ça va aller” (Todo va a salir bien), que combina la fotografía y el bordado para abordar el trauma y la recuperación colectivos.

Joana Choumali, “New Growth”, serie Alba’hian, 2024, medios mixtos: fotografía digital impresa en lienzo de algodón, composición manual, bordado, pintura, tela vaporosa y muselina, algodón lurex metálico e hilos de lana, 80 x 80 cm (31.5 x 31.5 pulgadas), cortesía de la artista y GALERIE FARAH FAKHRI. Foto de Hussein Makke.
En mayo de 2025, las obras de Choumali fueron presentadas en la exhibición “La Terre n’a qu’un Soleil” (La Tierra solo tiene un sol) en la galería FARAH FAKHRI, en Abiyán, Costa de Marfil. Esta muestra continuó la exploración de narrativas texturizadas, destacó su habilidad para entretejer historias personales y colectivas en su distintivo estilo de técnicas mixtas.
En entrevista con Global Voices, Choumali comenta la evolución de su práctica artística, la importancia de sus materiales y técnicas y cómo su trabajo actúa como vía de introspección y diálogo.
A continuación, gragmentos de la entrevista.
Omid Memarian (OM): Tu serie “Ça va aller” (2016) es reconocida por el uso innovador del bordado sobre fotografías. ¿Podrías contar cómo surgió esta técnica en tu práctica, y las emociones o narrativas específicas que buscas transmitir mediante este medio táctil?
Joana Choumali (JC): I started embroidering on my photos in 2015, from a need to spend more time with them. I love how a digital photo captures a moment in a second, while I can spend months or even years with that image printed on cotton canvas. I add layers of textiles to bring out the colors of the sky, then stitch in the character by hand, like a manual collage, but without glue. More layers of tulle, organza, or muslin follow, reflecting not just physical layering, but multiple ways of seeing several realities.
The sheer fabrics I added last evoke the dampness and softness of dawn — the dew, the light mist — something that reassures and welcomes me when the city is still asleep.
These layers help me express the many levels of life, both physical and spiritual. They bring together reality and imagination, morning light and inner vision. For me, adding thread and fabric is like automatic writing. It’s how I create beauty from what I observe and feel around me.
Joana Choumali (JC): Empecé a bordar mis fotos en 2015, por una necesidad de pasar más tiempo con mis fotos. Me encanta cómo una foto digital captura un momento en un segundo; por otro lado, puedo pasar meses o incluso años con esa imagen impresa en un lienzo de algodón. Agrego capas de telas para resaltar los colores del cielo, luego coso el personaje a mano, como una composición manual, pero sin pegamento. Luego, más capas de tul, organza o muselina, que reflejan no solo la superposición física, sino las múltiples formas de ver diferentes realidades.
La tela vaporosa que agregué al final evoca la humedad y suavidad del amanecer: el rocío, la neblina ligera, algo que me reconforta y me recibe cuando la ciudad todavía duerme.
Estas capas me ayudan a expresar los múltiples niveles de la vida, físicos y espirituales. Unen la realidad y la imaginación, la luz de la mañana y la visión interna. Para mí, agregar hilo y tela es como realizar escritura automática. Es la forma en que creo belleza a partir de lo que observo y siento en mi entorno.

Joana Choumali. Foto cortesía de Gallery 1957.
OM: Tu trabajo ha pasado de la fotografía documental a los medios mixtos. ¿Qué experiencias influenciaron esta transformación y cómo ves la relación entre la fotografía y estos nuevos materiales?
JC: I think my work has become as assertive as I have. I’m no longer afraid to say what I need to — gently, but firmly. As we grow older, we learn to be clearer about what we want, what we reject, and what we express. The words, and the images, become more precise.
My work evolves instinctively, just as I do. It’s not planned. I can only create what I truly am or feel. That sincerity is essential, and I hope it comes through.
When I started “Alba’hian,” I worked on small pieces with lots of sheer fabric. I say my work was whispering then; I didn’t quite dare yet. The colors were pastel, the skies wide, the characters small, and the landscapes ethereal.
Over time, it felt like my lens zoomed in. What was inside me became clearer, in my head, my heart, my soul, and on the surface of the work. The images grew more defined, more meaningful. I moved from 50 x 50 cm to four-meter works. Now I’m working on a 2.40 by 1.60-meter piece, where the character spans several panels, over a meter tall.
JC: Creo que mi obra se volvió más resuelta, como me ocurrió a mí. Ya no tengo miedo de decir lo que debo decir: amablemente, pero con firmeza. Con el paso del tiempo, aprendemos a ser más claros con lo que queremos, lo que rechazamos y lo que expresamos. Las palabras y las imágenes se vuelven más precisas.
Mi trabajo evoluciona instintivamente, como lo hago yo. No es algo planeado. Solo puedo crear lo que realmente soy o siento. Esa sinceridad es esencial, y espero transmitirla.
Cuando comencé “Alba’hian”, trabajaba en pequeñas piezas con muchísima tela vaporosa. Diría que mi trabajo estaba susurrando en ese entonces; todavía no me atrevía. Los colores eran pastel; los cielos, anchos; los personajes, pequeños, y los paisajes, etéreos.
Con el tiempo, sentí cómo mi perspectiva se volvió más precisa. Lo que estaba en mi interior se volvió más claro, en mi mente, mi corazón, mi alma y en la superficie de la obra. Las imágenes se volvieron más definidas, más significativas. Pasé de 50 x 50 cm a trabajos de cuatro metros. Ahora estoy trabajando en una pieza de 2.40 por 1.60 metros, en la que el personaje ocupa varios paneles, más de un metro de alto.

Joana Choumali, “I Would Do Anything For You”, serie Alba’hian, 2025, medios mixtos: fotografía digital impresa en lienzo de algodón, composición manual, bordado, pintura, tela vaporosa y muselina, algodón lurex metálico e hilos de lana, 50 x 50 cm (19.7 x 19.7 pulgadas), cortesía de la artista y GALERIE FARAH FAKHRI. Foto de Hussein Makke.
OM: Creciste en Abiyán, Costa de Marfil; ¿cómo influenció tu educación y la rica complejidad cultural de tu entorno tu visión artística y tus decisiones temáticas?
JC: Growing up in 1980s Côte d'Ivoire, we were cradled by peace, not just as a word, but as a way of being. It was everywhere, on TV, in daily life, until it became part of our DNA. I’m not only speaking of social peace, but inner peace: the freedom to be yourself. Especially for a woman — an African woman, a Black woman — who opens her arms to life, lets go of what she can’t control, and embraces what she can receive.
One of my works in the solo show at GALERIE FARAH FAKHRI in Abidjan [from May 16 to July 25] explores this deeply. It holds great spiritual meaning for me because I believe that’s what God asks of us: to let go, receive what is ours, and become who we are. That’s what my work is about.
JC: En Costa de Marfil en la década de 1980 nos sentíamos acunados por la paz, no solo como palabra, sino como una forma de ser. Estaba en todos lados, en la televisión, en el día a día, hasta que se volvió parte de nuestro ADN. No me refiero solo a la paz social, sino a la paz interior: la libertad de ser uno mismo. Especialmente para una mujer: una mujer africana, una mujer negra, que acepta la vida, deja fluir lo que no puede controlar y aprovecha lo que puede recibir.
Uno de mis trabajos en la exposición individual en la GALERIE FARAH FAKHRI en Abiyán [del 16 de mayo al 25 de julio] lo explora profundamente. Tiene un gran significado espiritual para mí porque creo que eso es lo que Dios nos pide: soltar, recibir lo que nos corresponde y transformarnos en lo que somos. De eso se trata mi trabajo.

Joana Choumali, “Va, vis, deviens!”, serie Alba’hian, 2025, medios mixtos: fotografía digital impresa en lienzo de algodón, collage manual, bordado, pintura, tela vaporosa y muselina, algodón lurex metálico e hilos de lana, 35 x 35 cm (13.8 x 13.8 pulgadas), cortesía de la artista y GALERIE FARAH FAKHRI. Foto de Hussein Makke.
OM: Tus obras a menudo exploran temas de identidad, memoria y resiliencia. ¿Podrías comentarnos sobre las historias o experiencias que inspiran tus creaciones y cómo traduces estas narrativas en arte visual?
JC: When I create, I don’t decide what to make; it comes to me. I’ve done portraits that began as close-ups and evolved into panoramic landscapes. Each series brings something different. I can’t do several things at once; I need to go deep. As long as I feel it, I keep working. But when it stops, it stops. Even when I had requests for “Ça va aller,” I had moved on. I can’t keep working on something I no longer feel in my gut.
My work helps me understand why I exist. Then I share it, and a dialogue begins. But it’s meaningless if I’m not honest with myself, if I don’t create with integrity. It becomes a commercial act, and that’s not how I work. That’s why I go from one series to another. Sometimes, I’m working on something I won’t show for a while. It’s all instinctive, layer by layer. I share only when I’m ready.
Take “Alba’hian,” which will be shown in Abidjan in May. It began during early morning walks at 5:00 am, often crossing a bridge. I watched the city wake up — the sun, the clouds, the light — and it gave me strength during a difficult time. “Alba’hian,” started in Abidjan and grew outward, from there to the world.
JC: Cuando creo, no decido qué hacer: viene a mí. He hecho retratos que comenzaron como primeros planos y evolucionaron a paisajes panorámicos. De cada serie surge algo diferente. No puedo hacer varias cosas a la vez: necesito profundizar. Mientras lo sienta, sigo trabajando. Pero cuando termina, termina. Aunque recibí pedidos para “Ça va aller”, ya lo había dado por terminado. No puedo seguir trabajando en algo que ya no siento.
Mi trabajo me ayuda a entender por qué existo. Luego lo difundo y comienza un diálogo. Pero no tiene sentido si no soy honesta conmigo misma, si no creo con integridad. Se vuelve un acto comercial, y así no trabajo. Es por eso que voy de una serie a otra. A veces, estoy trabajando en algo que no voy a mostrar por un tiempo. Todo es instintivo, capa a capa. Lo hago público solo cuando estoy lista.
Por ejemplo, “Alba’hian”, que se expuso en Abiyán en mayo. Surgió durante las caminatas matutinas a las 5 de la mañana. Muchas veces cruzaba un puente, observaba cómo despertaba la ciudad: el sol, las nubes, la luz; me dio fuerzas durante una época difícil. “Alba’hian” nació en Abiyán y creció hacia el exterior, de ahí al mundo.

Joana Choumali, “Your Hair Smells like Love and Sunshine”, serie Alba’hian, 2025, medios mixtos: fotografía digital impresa en lienzo de algodón, composición manual, bordado, pintura, tela vaporosa y muselina, algodón lurex metálico e hilos de lana, 35 x 35 cm (13.8 x 13.8 pulgadas), cortesía de la artista y GALERIE FARAH FAKHRI. Foto de Pimii Pango.
OM: ¿Cómo influyó la exhibición en la Bienal de Venecia 2017 tu expresión artística y conexión con una audiencia global?
JC: I would keep creating even without exhibitions. But my work only truly comes alive through the viewer’s eyes. The final layer is the emotion and response of the person who sees it; whether they acquire it and live with it, or simply feel touched by it and carry that feeling with them. That’s when the piece is complete. Its energy and love go with the viewer.
I create to meet people, to meet myself, and then to meet others. The work becomes a bridge.
JC: Seguiría creando incluso sin exposiciones. Pero mi trabajo solo cobra vida a través de los ojos del espectador. La última capa es la emoción y la respuesta de la persona que lo ve; ya sea si lo absorbe y lo vive, o simplemente se conmueve y se lleva ese sentir. Ese es el momento en el que la obra está completa. Su energía y amor se va con el espectador.
Creo para conocer personas, conocerme yo y luego conocer a otros. La obra se transforma en un puente.
OM: Al reflexionar sobre tu viaje, ¿cómo han evolucionado los temas y técnicas en tu trabajo a lo largo de los años, y cómo visualizas el futuro de tu práctica artística?
JC: I work instinctively. When I start a piece, I never know how it will end. I may have a general idea, but the piece often reveals things I didn’t expect, and that’s the greatest gift of this practice. I don’t always know when a work is finished. Sometimes I return to it, undo it, add more, even dismantle and remake it entirely. That, too, is part of the process.
The only programme in my work is that there isn’t one. I let inspiration carry me. Through it, I feel God’s presence, guiding and accompanying me. So I don’t worry about whether it’s evolution, change, or growth. The work leads me where I need to go. That’s what matters.
JC: Trabajo por instinto. Cuando empiezo una pieza, nunca sé cómo va a terminar. Puedo tener una idea general, pero la obra suele revelar cosas que no esperaba, y ese es el mejor regalo de esta práctica. No siempre sé cuándo un trabajo está completo. A veces lo retomo, lo arreglo, agrego algo más, incluso lo desarmo y lo rehago completamente. Eso también es parte del proceso.
El único plan en mi trabajo es que no hay plan. Dejo que la inspiración me guíe. A través de mi trabajo, siento la presencia de Dios guiándome y acompañándome. Así que no me preocupo si es evolución, cambio o crecimiento. El trabajo me lleva a dónde debo llegar. Eso es lo que importa.

Joana Choumali, “If you want, we can catch the moon too”, Serie Alba’hian, 2025, medios mixtos: fotografía digital impresa en lienzo de algodón, composición manual, bordado, pintura, tela vaporosa y muselina, algodón lurex metálico e hilos de lana, 35 x 35 cm (13.8 x 13.8 pulgadas), cortesía de la artista y GALERIE FARAH FAKHRI. Foto de Hussein Makke.
OM: ¿Cómo el acto meditativo de coser a mano da forma a tu flujo creativo y te conecta con tu audiencia?
JC: For me, what matters most is how I feel while creating and how that opens a dialogue with others, without words. Art lets me connect with others, but above all, it helps me connect with myself, to know and understand myself better — and, if possible, others, too.
JC: Para mí, lo que más importa es cómo me siento mientras creo y cómo eso genera un diálogo con los otros, sin palabras. El arte me ayuda a conectarme con los demás, pero sobre todo, me ayuda a conectarme conmigo, conocerme y entenderme mejor y, si es posible, también a los demás.







